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Antidepresivos: Elección del adecuado para ti

Las opciones de medicamentos para tratar la depresión incluyen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina, antidepresivos atípicos, antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la monoaminoxidasa y otros medicamentos.

Los antidepresivos son una opción de tratamiento popular para la depresión. Aunque es posible que no puedan curarla, pueden reducir los síntomas. Es posible que el primer antidepresivo que pruebes funcione bien. Sin embargo, si no alivia los síntomas o causa efectos secundarios que te molestan, es posible que tengas que probar otro.

Así que no te rindas. Hay muchos antidepresivos disponibles, y es probable que puedas encontrar uno que te funcione bien. A veces, una combinación de medicamentos puede ser una opción.

Encuentra el antidepresivo correcto

Hay muchos tipos de antidepresivos disponibles que funcionan de maneras ligeramente distintas y tienen diferentes efectos secundarios. Al recetarte un antidepresivo que probablemente sea eficaz para ti, el proveedor de atención médica puede considerar lo siguiente:

  • Síntomas particulares. Los síntomas de la depresión varían, y un antidepresivo puede aliviar ciertos síntomas mejor que otro. Por ejemplo, si tienes problemas para dormir, un antidepresivo que te tranquilice o te provoque algo de sueño puede ser una buena opción.
  • Posibles efectos secundarios. Los efectos secundarios de los antidepresivos varían según el tipo de medicamento y la persona. Los efectos secundarios molestos, como sequedad en la boca, náuseas, aumento de peso o problemas sexuales, pueden dificultar el cumplimiento del tratamiento. Habla con el proveedor de atención médica o con el farmacéutico sobre los posibles efectos secundarios más importantes.
  • Eficacia del medicamento en un pariente cercano. La eficacia que un medicamento tuvo en uno de tus parientes consanguíneos, como tu madre, tu padre o un hermano, puede indicar si podría ser útil para ti. Además, si un antidepresivo te resultó eficaz para la depresión en el pasado, es posible que funcione de nuevo.
  • Interacción con otros medicamentos. Algunos antidepresivos pueden causar reacciones peligrosas cuando se toman con otros medicamentos.
  • Embarazo o lactancia. La decisión de utilizar antidepresivos durante el embarazo y la lactancia se basa en el equilibrio entre los riesgos y los beneficios. En general, los bebés de madres que toman antidepresivos durante el embarazo tienen un riesgo bajo de presentar defectos congénitos y otros problemas de nacimiento. Aun así, es posible que se desaconseje el uso de ciertos antidepresivos, como la paroxetina (Paxil o Pexeva), durante el embarazo. Trabaja con el proveedor de atención médica para determinar la mejor manera de controlar la depresión si estás embarazada o planeas quedar embarazada.
  • Otras afecciones. Algunos antidepresivos pueden causar problemas si tienes ciertas afecciones físicas o mentales. Además, ciertos antidepresivos pueden ayudar a tratar otras enfermedades físicas o mentales junto con la depresión. Por ejemplo, muchos antidepresivos pueden aliviar los síntomas de los trastornos de ansiedad. El bupropión puede ayudarte a dejar de fumar. Otros ejemplos incluyen el uso de duloxetina (Cymbalta o Drizalma Sprinkle) para tratar los síntomas del dolor o la fibromialgia y de amitriptilina para prevenir las migrañas.
  • Costo y cobertura del seguro de salud. Algunos antidepresivos pueden ser costosos, por lo que debes preguntar si se encuentra disponible una versión genérica y analizar su eficacia. Averigua también si tu seguro médico cubre los antidepresivos y si hay alguna limitación en cuanto a los que están cubiertos.

Tipos de antidepresivos

Muchos expertos en salud mental creen que ciertas sustancias químicas cerebrales, llamadas neurotrasmisores, están asociadas con la depresión, particularmente la serotonina, la norepinefrina y la dopamina. La mayoría de los antidepresivos alivian la depresión al actuar sobre estos neurotrasmisores, a veces denominados mensajeros químicos, que contribuyen a la comunicación entre las neuronas cerebrales. Cada tipo de antidepresivo actúa sobre estos neurotrasmisores de maneras ligeramente diferentes.

Existen muchos tipos de antidepresivos para tratar la depresión, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Al principio, los proveedores de atención médica suelen recetar algún inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina. Estos antidepresivos suelen causar menos efectos secundarios molestos y es menos probable que causen problemas a dosis terapéuticas más altas que otros tipos de antidepresivos. Entre los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se encuentran la fluoxetina (Prozac), la paroxetina (Paxil, Pexeva), la sertralina (Zoloft), el citalopram (Celexa) y el escitalopram (Lexapro).
  • Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina. Entre los ejemplos de inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina se encuentran la duloxetina (Cymbalta, Drizalma Sprinkle), la venlafaxina (Effexor XR), la desvenlafaxina (Pristiq) y el levomilnacipran (Fetzima).
  • Antidepresivos atípicos. Estos antidepresivos se denominan atípicos porque no forman parte de ninguna otra categoría de antidepresivos. Entre los antidepresivos que se recetan más comúnmente en esta categoría se incluyen la trazodona, la mirtazapina (Remeron), la vortioxetina (Trintellix), la vilazodona (Viibryd) y el bupropión (Forfivo XL, Wellbutrin SR, etc.). El bupropión es uno de los pocos antidepresivos que no se asocian con frecuencia a los efectos secundarios sexuales.
  • Antidepresivos tricíclicos. Los antidepresivos tricíclicos, como la imipramina, la nortriptilina (Pamelor), la amitriptilina, la doxepina y la desipramina (Norpramin), suelen causar más efectos secundarios que los antidepresivos más nuevos. Por esto, los antidepresivos tricíclicos generalmente no se recetan a menos que hayas probado otros antidepresivos primero sin mejores resultados.
  • Inhibidores de la monoaminoxidasa. Los inhibidores de la monoaminoxidasa, como la tranilcipromina (Parnate), la fenelzina (Nardil) y la isocarboxazida (Marplan), se suelen recetar cuando no se obtienen buenos resultados con otros medicamentos. Esto se debe a que pueden tener efectos secundarios graves. El uso de un inhibidor de la monoaminoxidasa requiere una dieta estricta debido a las interacciones peligrosas (o incluso mortales) con los alimentos que contienen tiramina, entre ellos algunos tipos de queso, encurtidos y vinos, y algunos medicamentos, como los analgésicos, los descongestionantes y ciertos suplementos a base de hierbas. La selegilina (Emsam), un inhibidor de la monoaminoxidasa que se pega en la piel como un parche, puede causar menos efectos secundarios que otros inhibidores de este tipo. Estos medicamentos no se pueden combinar con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ni con otros medicamentos que aumenten la serotonina.
  • Otros medicamentos. Tu proveedor de atención médica puede recomendar que combines dos antidepresivos. Tu proveedor de atención médica también podría agregar otros medicamentos para mejorar los efectos antidepresivos. Esto se denomina potenciación farmacológica. Entre los ejemplos de medicamentos de potenciación de los antidepresivos se encuentran el aripiprazol (Abilify), la quetiapina (Seroquel) y el litio (Lithobid).

Los antidepresivos y el riesgo de suicidio

En general, la mayoría de los antidepresivos son seguros, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos exige que todos los antidepresivos incluyan advertencias dentro de un recuadro negro, el tipo más estricto de indicación para los medicamentos de venta con receta médica. En algunos casos, es posible que los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes menores de 25 años presenten un aumento en los pensamientos o las conductas suicidas cuando toman antidepresivos, especialmente en las primeras semanas después de comenzar a tomar estos medicamentos o cuando se cambia la dosis.

Cualquier persona que tome antidepresivos debe controlarse atentamente por si empeora la depresión o presenta un comportamiento inusual. Si tú o alguien que conoces tiene pensamientos suicidas al tomar un antidepresivo, comunícate inmediatamente con el proveedor de atención médica o busca ayuda de emergencia.

Ten en cuenta que es más probable que los antidepresivos reduzcan el riesgo de suicidio a largo plazo porque mejoran el estado de ánimo.

Haz que los antridepresivos funcionen

Para obtener los mejores resultados de un antidepresivo, haz lo siguiente:

  • Sé paciente. Una vez que tú y el proveedor de atención médica elijan un antidepresivo, es posible que comiences a notar mejoras en unas pocas semanas; sin embargo, pueden pasar seis semanas o más hasta que el medicamento sea totalmente eficaz. Con algunos antidepresivos, puedes tomar la dosis completa inmediatamente. Con otros, es posible que tengas que aumentar la dosis progresivamente. Habla con el proveedor de atención médica o el terapeuta sobre cómo hacer frente a los síntomas de la depresión mientras esperas a que el antidepresivo haga efecto.
  • Toma el antidepresivo de manera constante y en la dosis correcta. Si crees que el medicamento no es eficaz o te causa efectos secundarios molestos, llama al proveedor de atención médica antes de hacer cualquier cambio.
  • Observa si los efectos secundarios mejoran. Muchos antidepresivos causan efectos secundarios que mejoran con el tiempo. Por ejemplo, los efectos secundarios iniciales al empezar a tomar un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina pueden incluir sequedad en la boca, náuseas, deposiciones blandas, dolor de cabeza e insomnio, pero estos suelen desaparecer a medida que el cuerpo se acostumbra al antidepresivo.
  • Explora las alternativas si no es eficaz. Si tienes efectos secundarios molestos o no hay una mejora significativa de los síntomas después de varias semanas, habla con el proveedor de atención médica para cambiar la dosis, probar un antidepresivo diferente o añadir un segundo antidepresivo u otro medicamento. Es posible que, en tu caso, sea más eficaz una combinación de medicamentos que un antidepresivo solo.
  • Prueba la psicoterapia. En muchos casos, la combinación de un antidepresivo con la terapia de conversación (llamada psicoterapia) es más eficaz que tomar un antidepresivo solo. También puede ayudar a evitar que la depresión recurra una vez que te sientas mejor.
  • No dejes de tomar un antidepresivo sin hablarlo antes con el proveedor de atención médica. Algunos antidepresivos pueden causar síntomas significativos de abstinencia, a menos que se reduzca gradualmente la dosis. Dejar de tomarlos repentinamente puede provocar que la depresión empeore.
  • Evita el alcohol y las drogas ilícitas recreativas. Puede parecer que el alcohol o las sustancias adictivas disminuyen los síntomas de la depresión, pero, a largo plazo, generalmente los empeoran y hacen que la depresión sea más difícil de tratar. Habla con el proveedor de atención médica o terapeuta si necesitas ayuda con problemas de alcohol o sustancias adictivas.
Last Updated: January 27th, 2023