Asbestosis
La exposición a las fibras de asbesto causa esta enfermedad pulmonar crónica. Pueden pasar décadas antes de que aparezcan signos y síntomas como la falta de aire y la tos.
Descripción general
La asbestosis es una enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación de fibras de asbesto. La exposición prolongada a estas fibras puede causar cicatrización del tejido pulmonar y falta de aire. Los síntomas de la asbestosis pueden ser de leves a graves, y generalmente no aparecen hasta muchos años después de la exposición inicial.
El asbesto es un producto mineral natural que es resistente al calor y la corrosión. En el pasado, se usaba ampliamente en productos como materiales de aislamiento, cemento y algunas baldosas para el suelo.
La mayoría de las personas con asbestosis desarrollaron esta afección durante el trabajo antes de que el gobierno federal comenzara a regular el uso de asbesto y productos de asbesto en la década de 1970. En la actualidad, su manipulación está estrictamente regulada. Desarrollar asbestosis es extremadamente poco probable si sigues los procedimientos de seguridad de tu empleador. Solo los profesionales capacitados y acreditados del asbesto deben manipular los productos de asbesto. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas.
Síntomas
Los efectos de la exposición al asbesto a largo plazo no suelen aparecer hasta 10 a 40 años después de la exposición inicial. La gravedad de los síntomas puede variar.
Estos son algunos de los signos y síntomas de la asbestosis:
- Falta de aire
- Tos seca y persistente
- Dolor u opresión del pecho
- Sonidos crepitantes y secos en los pulmones al inhalar
- Las puntas de los dedos de las manos y de los pies parecen más anchos y redondos de lo normal (dedos en palillo de tambor)
Cuándo consultar al médico
Si tienes antecedentes de exposición al asbesto y sientes una mayor falta de aire, habla con el proveedor de atención médica sobre la posibilidad de tener asbestosis.
Causas
Si te expones a altos niveles de polvo de asbesto durante un largo período de tiempo, algunas de las fibras transportadas por el aire pueden alojarse dentro de tus alvéolos: los diminutos sacos que se encuentran en los pulmones donde el oxígeno se intercambia por el dióxido de carbono en la sangre. Las fibras de asbesto irritan y cicatrizan el tejido pulmonar, lo que provoca que los pulmones se vuelvan rígidos. Esto dificulta la respiración.
A medida que la asbestosis progresa, más y más tejido pulmonar se cicatriza. Con el tiempo, el tejido pulmonar se vuelve tan rígido que no puede contraerse y expandirse normalmente.
Fumar parece aumentar la retención de las fibras de asbesto en los pulmones, y a menudo resulta en una progresión más rápida de la enfermedad.
Factores de riesgo
Las personas que trabajaron en la minería, la molienda, la fabricación, y la instalación o la eliminación de productos de asbesto antes de finales de la década de 1970 son quienes corren el mayor riesgo de contraer asbestosis. Algunos ejemplos incluyen los siguientes:
- Mineros de asbesto
- Mecánicos de aeronaves y automóviles
- Operadores de calderas
- Albañiles
- Electricistas
- Trabajadores ferroviarios
- Trabajadores de refinerías y molinos
- Trabajadores de astilleros
- Trabajadores que retiran el aislamiento de asbesto alrededor de las tuberías de vapor en edificios antiguos
El riesgo de asbestosis suele estar relacionado con la cantidad y la duración de la exposición al asbesto. Cuanto mayor es la exposición, mayor es el riesgo de daño pulmonar.
Es posible que la exposición pasiva afecte a los miembros del hogar de los trabajadores expuestos, ya que las fibras de asbesto pueden llevarse a casa en la ropa. Las personas que viven cerca de las minas también pueden estar expuestas a las fibras de asbesto liberadas en el aire.
Complicaciones
Si tienes asbestosis, corres un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, especialmente si fumas o si fumaste en el pasado. En raras ocasiones, el mesotelioma maligno, un cáncer del tejido alrededor del pulmón, puede presentarse muchos años después de la exposición al asbesto.
Prevención
Reducir la exposición al asbesto es la mejor prevención contra la asbestosis. En los Estados Unidos, la ley federal exige que los empleadores de las industrias que trabajan con productos de asbesto, como la construcción, tomen medidas de seguridad especiales.
Muchas casas, escuelas y otros edificios construidos antes de la década de 1970 tienen materiales como tuberías y baldosas que contienen asbesto. En general, no hay riesgo de exposición mientras el asbesto esté encerrado e inalterado. Cuando se dañan los materiales que contienen asbesto, existe el peligro de que las fibras de asbesto se liberen en el aire y se inhalen. Debes pedirle a un profesional capacitado y acreditado del asbesto que inspeccione y repare o retire los productos que tienen asbesto.
Diagnóstico
La asbestosis puede ser difícil de diagnosticar porque sus signos y síntomas son similares a los de muchos otros tipos de enfermedades respiratorias.
Exploración física
Como parte de la evaluación, el proveedor de atención médica analiza tu historial médico, profesión y riesgo de exposición al asbesto. Durante un examen físico, el proveedor de atención médica utiliza un estetoscopio para escuchar atentamente los pulmones y determinar si producen sonidos crepitantes al inhalar.
Una variedad de pruebas diagnósticas podría ser necesaria para ayudar a precisar el diagnóstico.
Pruebas de diagnóstico por imágenes
Estas pruebas muestran imágenes de tus pulmones:
- Radiografía de tórax. La asbestosis avanzada aparece como una blancura excesiva en el tejido pulmonar. Si la asbestosis es grave, el tejido de ambos pulmones podría verse afectado y presentar un patrón en panal.
- Tomografía computarizada. Las tomografías computarizadas combinan una serie de vistas por rayos X que se toman desde muchos ángulos diferentes para producir imágenes transversales de los huesos y tejidos blandos dentro de tu cuerpo. Estas exploraciones generalmente proporcionan mayores detalles y pueden ayudar a detectar la asbestosis en sus primeras etapas, incluso antes de que aparezca en una radiografía de tórax.
Pruebas de la función pulmonar
Las pruebas de la función pulmonar determinan si tus pulmones funcionan bien. Estas pruebas miden cuánto aire pueden retener los pulmones y el aire que entra y sale de estos.
Durante la prueba, es posible que te pidan que soples lo más fuerte que puedas en un dispositivo de medición del aire llamado espirómetro. Las pruebas de la función pulmonar más completas pueden medir la cantidad de oxígeno que se transfiere al torrente sanguíneo.
Procedimientos de diagnóstico
En algunas situaciones, el proveedor de atención médica podría extraer líquido y tejido para realizar pruebas que permitan identificar fibras de asbesto o células anormales. Entre las pruebas se pueden incluir las siguientes:
- Broncoscopía. Se introduce a través de la nariz o la boca un tubo delgado (broncoscopio) que desciende por la garganta hacia los pulmones. Una luz y una pequeña cámara en el broncoscopio permiten al médico mirar dentro de las vías respiratorias de los pulmones para detectar cualquier anomalía o para obtener una muestra de líquido o de tejido (biopsia) si es necesario.
- Toracentesis. En este procedimiento, el médico inyecta un anestésico local y luego inserta una aguja a través de la pared torácica entre las costillas y los pulmones para eliminar el exceso de líquido y analizarlo en el laboratorio, y para ayudarte a respirar mejor. Es posible que el médico inserte la aguja con ayuda de una ecografía como guía.
Tratamiento
No hay ningún tratamiento para revertir los efectos del asbesto en los alvéolos. El tratamiento se centra en hacer más lenta la progresión de la enfermedad, aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones.
Necesitarás atención de seguimiento de rutina, como radiografías o tomografías computarizadas de tórax, y estudios de la función pulmonar, a intervalos regulares según la gravedad de tu afección. El tratamiento temprano de las infecciones respiratorias puede ayudar a prevenir las complicaciones.
Terapia
Para aliviar la dificultad respiratoria causada por la asbestosis avanzada, es posible que el proveedor de atención médica te recete administración de oxígeno. El oxígeno se suministra por medio de un tubo plástico delgado con puntas que se encajan en las fosas nasales o un tubo delgado conectado a una mascarilla que se usa sobre la nariz y la boca.
Participar en un programa de rehabilitación pulmonar puede ayudar a algunas personas. El programa ofrece componentes educativos y de ejercicios, como técnicas de respiración y relajación, formas de mejorar los hábitos de actividad física y educación para mejorar la salud en general.
Cirugía
Si los síntomas son intensos, quizá seas candidato a un trasplante de pulmón.
Autocuidados
Además del tratamiento médico, haz lo siguiente:
- No fumes. La asbestosis aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. Dejar de fumar puede reducir este riesgo. Intenta evitar el humo de segunda mano. Fumar también puede causar más daño a los pulmones y a las vías respiratorias, lo que reduce aún más las reservas pulmonares.
- Vacúnate. Habla con tu proveedor de atención médica sobre las vacunas contra la gripe y la neumonía y la vacuna contra la COVID-19, las cuales pueden ayudar a reducir el riesgo de tener infecciones pulmonares.
- Evita una mayor exposición al asbesto. Una mayor exposición al asbesto puede empeorar tu afección.
Preparación para la consulta
Es probable que primero consultes con el proveedor de atención médica de la familia por el síntoma más común del trastorno: la falta de aire. Este profesional puede remitirte a un especialista en problemas pulmonares (neumólogo).
Se recomienda que algún miembro de la familia o un amigo te acompañe a la cita médica. Generalmente, dos pares de oídos son mejores que uno cuando se te está informando sobre un problema complicado, como la asbestosis. Toma notas si esto ayuda.
Qué puedes hacer
Antes de tu cita médica, se recomienda que prepares respuestas a las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son tus síntomas y cuándo comenzaron?
- ¿Los síntomas se mantuvieron iguales o empeoraron con el tiempo?
- ¿Qué tipo de trabajo has hecho en tu profesión? Sé específico.
- ¿Participaste en algún proyecto de remodelación de viviendas u otras renovaciones de edificios durante un período largo?
- ¿Fumas o fumaste alguna vez? Si es así, ¿cuánto y durante cuánto tiempo?
- ¿Qué medicamentos, vitaminas, plantas medicinales y otros suplementos toma, y las dosis?
Si ya te has hecho anteriormente radiografías de tórax u otras pruebas por imágenes, comunícaselo a tu proveedor de atención médica para que pueda solicitar copias y compararlas con tus pruebas por imágenes actuales.
Qué esperar del médico
Es posible que el proveedor de atención médica te haga las siguientes preguntas:
- ¿Sabes si estuviste expuesto al asbesto alguna vez?
- ¿Te falta el aliento con facilidad?
- ¿Cuánto hace que tienes tos?
- ¿Has notado algún silbido del pecho al respirar?
- ¿Fumas o has fumado alguna vez? Si es así, ¿te gustaría recibir ayuda para dejar de fumar?
El proveedor de atención médica te hará preguntas adicionales según tus respuestas, síntomas y necesidades. Prepararte y anticiparte a las preguntas te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo que tienes durante la cita médica.
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