Esquizofrenia infantil
Este grave trastorno mental en los niños implica alucinaciones, ideas delirantes, y pensamientos y comportamientos desordenados que interfieren en la vida.
Perspectiva general
La esquizofrenia infantil es un trastorno mental poco común, pero grave en la que los niños y adolescentes interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia implica una variedad de problemas con respecto al pensamiento (cognitivo), al comportamiento o a las emociones. Puede provocar una combinación de alucinaciones, ideas delirantes y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento que afecta la capacidad de tu hijo de vivir normalmente.
La esquizofrenia infantil es básicamente lo mismo que la esquizofrenia en los adultos, con la diferencia de que comienza a una edad más temprana––generalmente, en la adolescencia––y tiene una gran repercusión en el comportamiento y desarrollo del niño. En la esquizofrenia infantil, la edad temprana de la aparición de la enfermedad implica desafíos especiales con respecto al diagnóstico, el tratamiento, la educación y el desarrollo emocional y social.
La esquizofrenia es una enfermedad crónica que requiere tratamiento de por vida. Identificar e iniciar el tratamiento para la esquizofrenia infantil lo más pronto posible puede mejorar mucho los resultados de tu hijo a largo plazo.
Síntomas
La esquizofrenia implica una variedad de problemas con respecto al pensamiento, al comportamiento o a las emociones. Los signos y síntomas pueden variar, pero generalmente implican ideas delirantes, alucinaciones o habla desorganizada, y reflejan una deficiencia en la para vivir normalmente. El efecto puede ser incapacitante.
En la mayoría de las personas con esquizofrenia, los síntomas generalmente comienzan hacia los 25 años, aunque pueden comenzar más tarde, hasta mediado de los 30. La esquizofrenia se considera de aparición temprana cuando comienza antes de los 18 años. La aparición de esquizofrenia en niños menores de 13 años es extremadamente atípica.
Con el paso del tiempo, los síntomas pueden variar con respecto al tipo y la gravedad, con períodos en que los síntomas empeoran, o en que hay remisión. Algunos síntomas pueden estar siempre presentes. La esquizofrenia puede ser difícil de identificar en las primeras fases.
Signos y síntomas iniciales
Los signos y síntomas de la esquizofrenia en los niños y adolescentes son similares a los que se presentan en los adultos, pero a esta edad puede ser más difícil identificar la afección.
Los signos y síntomas iniciales pueden incluir problemas para pensar, con el comportamiento y las emociones.
Pensar:
- Problemas para pensar y razonar
- Ideas o habla peculiares
- Confundir los sueños y la televisión con la realidad
Comportamiento:
- Distanciamiento de los amigos y los familiares
- Trastornos del sueño
- Falta de motivación: por ejemplo, demostrarlo en un peor desempeño en la escuela
- Falta de cumplimiento de las expectativas del día, como bañarse o vestirse
- Comportamiento extraño
- Comportamiento violento o agresivo, o agitación
- Consumo de una sustancia recreativa o nicotina
Emociones:
- Estado de ánimo irritable o deprimido
- Falta de emoción aparente o emociones inadecuadas para la situación
- Ansiedades y miedos extraños
- Sospecha excesiva de otras personas
Signos y síntomas posteriores
A medida que los niños con esquizofrenia crecen, comienzan a aparecer la mayoría de los signos y síntomas típicos del trastorno. Estos son algunos de los signos y síntomas:
- Ideas delirantes. Son creencias falsas que no tienen base en la realidad. Por ejemplo, pensar que te están lastimando o molestando, que ciertos gestos o comentarios están dirigidos a ti, que tienes una habilidad o fama excepcionales, que otra persona está enamorada de ti, o que está por ocurrir una gran catástrofe. Las ideas delirantes se producen en la mayoría de las personas que tienen esquizofrenia.
- Alucinaciones. Por lo general implican ver o escuchar cosas que no existen. Sin embargo, para una persona con esquizofrenia, las alucinaciones tienen toda la fuerza y el impacto de una experiencia normal. Las alucinaciones pueden implicar cualquiera de los sentidos, pero escuchar voces es la alucinación más común.
- Pensamiento desorganizado. El pensamiento desorganizado se infiere a partir del habla desorganizada. La comunicación eficaz se puede ver afectada y las respuestas a preguntas pueden no relacionarse con estas de manera parcial o completa. En raras ocasiones, el habla puede incluir el agrupamiento de palabras sin sentido que no se puedan entender, lo cual suele conocerse como ensalada de palabras.
- Comportamiento motor extremadamente desorganizado o anormal. Se puede ver reflejado de varias formas, desde niñerías hasta agitación impredecible. El comportamiento no está enfocado en un objetivo, lo que hace difícil completar una tarea. El comportamiento puede incluir resistencia a seguir instrucciones, postura inadecuada o extraña, una completa falta de respuesta o movimiento inútil o excesivo.
- Síntomas negativos. Esto se refiere a la capacidad limitada para vivir de manera normal, o a la falta de ella. Por ejemplo, la persona puede descuidar su higiene personal o parecer falta de emociones: no hace contacto visual, no cambia su expresión facial, habla de manera monótona o no agrega los movimientos de manos o de cabeza que suelen realizarse al hablar. Además, la persona puede evitar otras personas y actividades o carecer de la capacidad de experimentar placer.
En comparación con los síntomas de la esquizofrenia en adultos, los niños y adolescentes pueden tener lo siguiente:
- Menos probabilidad de tener ideas delirantes
- Mayor probabilidad de tener alucinaciones visuales
Los síntomas pueden ser difíciles de interpretar
Cuando los síntomas de la esquizofrenia infantil comienzan temprano en la vida, pueden aumentar progresivamente. Los signos y síntomas tempranos pueden ser tan vagos que no puedes identificar qué está mal. Algunos signos iniciales se pueden confundir con el desarrollo normal en los primeros años de la adolescencia o pueden ser síntomas de otra afección mental o física.
A medida que pasa el tiempo, los signos pueden volverse más graves y más notorios. Con el tiempo, tu hijo o hija podría presentar los síntomas de la psicosis, incluidas alucinaciones, ideas delirantes y dificultad para organizar los pensamientos. A medida que los pensamientos se vuelven más desorganizados, suele presentarse una “disociación con la realidad” (psicosis) que generalmente requiere hospitalización y tratamiento con medicamentos.
Cuándo debes consultar a un médico
Es difícil saber cómo tratar los cambios indefinidos en el comportamiento de tu hijo. Puedes tener miedo de apresurarte a sacar conclusiones que cataloguen a tu hijo con una enfermedad mental. La maestra de tu hijo u otro personal de la escuela pueden avisarte sobre los cambios en el comportamiento de tu hijo.
Busca atención médica de inmediato si tienes dudas con respecto al comportamiento o el desarrollo de tu hijo.
Pensamientos y comportamiento suicidas
Los pensamientos y comportamientos suicidas son comunes en las personas con esquizofrenia. Si tu hijo es un niño o adolescente que corre peligro de cometer suicidio o ha intentado suicidarse, asegúrate de que alguien esté con él o ella. Llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. Alternativamente, si consideras que lo puedes hacer de manera segura, lleva a tu hijo a la sala de emergencias más cercana.
Causas
Se desconoce la causa de la esquizofrenia infantil, pero se considera que se desarrolla de la misma manera en que se desarrolla en los adultos. Los investigadores creen que una combinación de genética, química cerebral y entorno contribuyen con el desarrollo del trastorno. No es claro por qué la esquizofrenia comienza tan temprano en la vida en algunos y no en otros.
Los problemas con ciertos químicos cerebrales que se producen naturalmente, entre los que se encuentran los neurotransmisores denominados dopamina y glutamato, pueden contribuir con el desarrollo de la esquizofrenia. Los estudios en neuroimágenes muestran diferencias en la estructura del cerebro y el sistema nervioso central de las personas con esquizofrenia. Aunque los investigadores no están seguros en cuanto al significado de estos cambios, indican que la esquizofrenia es una enfermedad cerebral.
Factores de riesgo
A pesar de que se desconoce la causa exacta de la esquizofrenia, ciertos factores parecen aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenarla, entre ellos los siguientes:
- Antecedentes familiares de esquizofrenia
- Alta activación del sistema inmunitario, como por inflamación
- Padre de mayor edad
- Algunas complicaciones durante el embarazo y el nacimiento, como malnutrición o exposición a toxinas o virus que pueden afectar el desarrollo del cerebro
- Consumo de medicamentos que afecten la mente (psicoactivos) durante la adolescencia
Complicaciones
Si la esquizofrenia infantil no se trata, puede provocar graves problemas emocionales, de comportamiento y de salud. Las complicaciones asociadas con la esquizofrenia pueden presentarse durante la niñez o después, por ejemplo:
- Suicidio, intentos de suicidio y pensamientos de suicidio
- Autolesión
- Trastornos de ansiedad, trastornos de pánico y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
- Depresión
- Abuso de alcohol o de otras drogas ilícitas, incluida la nicotina
- Conflictos familiares
- Incapacidad de vivir de manera independiente, asistir a la escuela o trabajar
- Aislamiento social
- Problemas de salud y médicos
- Victimización
- Problemas legales y financieros, y falta de vivienda
- Comportamiento agresivo, aunque poco común
Prevención
La identificación y el tratamiento temprano pueden ayudar a que los síntomas de la esquizofrenia infantil se controlen antes de que se desarrollen complicaciones graves. El tratamiento temprano también es crucial para ayudar a reducir los episodios psicóticos, que pueden ser extremadamente aterradores para el niño y para sus padres. Un tratamiento constante puede ayudar a mejorar los resultados de tu hijo o hija a largo plazo.
Diagnóstico
El diagnóstico de la esquizofrenia infantil implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los síntomas no se deben al consumo de alcohol o drogas ilícitas, medicamentos u otra afección médica. El proceso de diagnóstico puede incluir lo siguiente:
- Examen físico. Esto se puede hacer para ayudar a descartar otros problemas que podrían estar causando síntomas y para revisar cualquier complicación relacionada.
- Pruebas y exámenes de detección. Estos pueden incluir exámenes que ayuden a descartar afecciones con síntomas similares y exámenes de detección de alcohol y drogas ilícitas. El médico también puede solicitar estudios por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada.
- Evaluación psiquiátrica. Esto implica observar el aspecto y la conducta, preguntar sobre los pensamientos, los sentimientos y los patrones de comportamiento, entre ellos pensamientos sobre lastimarse o lastimar a otros; evaluar la capacidad para pensar y comportarse según el nivel de edad correspondiente, y evaluar el estado de ánimo, la ansiedad y posibles síntomas psicóticos. Esto también incluye una charla sobre la historia familiar y personal.
- Criterios de diagnóstico para la esquizofrenia. El médico o profesional de salud mental puede utilizar los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).
Proceso desafiante
El camino para diagnosticar la esquizofrenia infantil a veces puede ser largo y desafiante. En parte, esto se debe a que otras afecciones, como la depresión o el trastorno bipolar, pueden presentar síntomas similares.
Un psiquiatra pediátrico podría desear controlar el comportamiento, las percepciones y los patrones de pensamiento de tu hijo durante varios meses. A medida que los patrones de pensamiento y comportamiento, y los signos y síntomas se aclaran con el tiempo, se puede hacer un diagnóstico de esquizofrenia.
En algunos casos, un psiquiatra puede recomendar comenzar con los medicamentos antes de que se realice un diagnóstico oficial. Esto es especialmente importante para tratar los síntomas que indiquen comportamiento agresivo o posibilidad de que el niño se lastime a sí mismo. Algunos medicamentos podrían ayudar a restringir estos tipos de comportamiento.
Tratamiento
La esquizofrenia infantil requiere tratamiento de por vida, incluso en períodos en los que los síntomas parecen haber desaparecido. El tratamiento es un desafío excepcional para los niños con esquizofrenia.
Equipo de tratamiento
Por lo general, un psiquiatra pediátrico experimentado en el tratamiento de la esquizofrenia guía el tratamiento para la esquizofrenia infantil. El enfoque de equipo puede estar disponible en las clínicas con experiencia en el tratamiento de esquizofrenia. El equipo puede incluir, por ejemplo, las siguientes personas:
- psiquiatra, psicólogo u otro terapeuta;
- enfermera psiquiátrica;
- trabajador social;
- familiares;
- farmacéutico;
- coordinador de casos para coordinar los cuidados.
Opciones de tratamiento principales
Los tratamientos principales para la esquizofrenia infantil son los siguientes:
- medicamentos;
- psicoterapia;
- capacitación para desarrollar habilidades importantes para la vida;
- hospitalización.
Medicamentos
La mayoría de los antipsicóticos que se administran a los niños son los mismos que se administran a los adultos que padecen esquizofrenia. Los antipsicóticos suelen ser eficaces para controlar síntomas como delirios y alucinaciones.
En general, el objetivo del tratamiento con antipsicóticos es controlar de manera eficaz los síntomas con la menor dosis posible. Con el tiempo, el médico de tu hijo podría intentar combinaciones, medicamentos diferentes o dosis diferentes. Según los síntomas, es posible que otros medicamentos también sean útiles, como los antidepresivos o ansiolíticos. Es posible que la mejoría en los síntomas se note recién después de varias semanas de haber iniciado el tratamiento con medicamentos.
Antipsicóticos de segunda generación
Por lo general, se prefieren los medicamentos de segunda generación más nuevos porque tienen menos efectos secundarios que los antipsicóticos de primera generación. Sin embargo, pueden provocar aumento de peso, nivel alto de glucosa en la sangre, colesterol alto o enfermedad cardíaca.
Entre los ejemplos de antipsicóticos de segunda generación aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para tratar la esquizofrenia en adolescentes a partir de los 13 años, se encuentran los siguientes:
- Aripiprazol (Abilify)
- Lurasidona (Latuda)
- Olanzapina (Zyprexa)
- Quetiapina (Seroquel)
- Risperidona (Risperdal)
La paliperidona (Invega) está aprobada por la FDA para jóvenes a partir de los 12 años.
Antipsicóticos de primera generación
Los medicamentos de primera generación generalmente son tan eficaces como los antipsicóticos de segunda generación en lo que respecta al control de los delirios y las alucinaciones. Además de tener algunos efectos secundarios similares a los de los antipsicóticos de segunda generación, los antipsicóticos de primera generación también pueden tener efectos secundarios neurológicos frecuentes y potencialmente importantes. Estos incluyen la posibilidad de desarrollar un trastorno de movimiento denominado discinesia tardía, que puede o no ser reversible.
Debido al alto riesgo de los efectos secundarios graves con los antipsicóticos de primera generación, no suelen recomendarse para niños sino hasta haber probado otras opciones y que estas no hayan tenido éxito.
Entre los ejemplos de antipsicóticos de primera generación aprobados por la FDA para tratar la esquizofrenia en niños y adolescentes, se encuentran los siguientes:
- Perfenazina para niños a partir de los 12 años
- Tiotixeno para niños a partir de los 12 años
Efectos secundarios y riesgos de los medicamentos
Todos los antipsicóticos implican efectos secundarios y posibles riesgos de salud; algunos ponen en riesgo la vida. Los efectos secundarios en niños y adolescentes pueden no ser los mismos que aquellos en los adultos, y a veces pueden ser más graves. Los niños, especialmente los más pequeños, pueden no contar con la capacidad para entender y comunicar los problemas relacionados con los medicamentos.
Habla con el médico de tu hijo sobre los posibles efectos secundarios y cómo controlarlos. Mantente alerta sobre los problemas de tu hijo e informa los efectos secundarios al médico lo más rápido posible. El médico puede modificar la dosis o cambiar los medicamentos y reducir los efectos secundarios.
Además, los medicamentos antipsicóticos pueden tener interacciones peligrosas con otras sustancias. Infórmale al médico de tu hijo sobre todos los medicamentos y productos de venta libre que consuma tu hijo, incluidas las vitaminas, los minerales y los suplementos a base de hierbas.
Psicoterapia
Además de los medicamentos, la psicoterapia, a veces denominada terapia de habla, puede ayudar a controlar los síntomas y a que tú y tu hijo enfrenten el trastorno. La psicoterapia puede incluir lo siguiente:
- Terapia individual. La psicoterapia, por ejemplo, la terapia cognitivo conductual, con un profesional de la salud mental capacitado puede ayudar a reducir los síntomas y a que tu hijo aprenda formas de manejar el estrés y los desafíos de la esquizofrenia en la vida diaria. Aprender sobre la esquizofrenia puede ayudar a tu hijo a que entienda la afección, enfrente los síntomas y siga un plan de tratamiento.
- Terapia familiar. Tu hijo y tu familia pueden beneficiarse de la terapia que brinda apoyo y educación para las familias. Los familiares implicados y afectuosos pueden ser de gran ayuda para los niños con esquizofrenia. La terapia familiar también puede ayudar a tu familia a mejorar la comunicación, resolver conflictos y enfrentar el estrés relacionado con la afección de tu hijo.
Capacitación para desarrollar habilidades importantes para la vida
Los planes de tratamiento que incluyen el desarrollo de habilidades importantes para la vida pueden ayudar a tu hijo a comportarse según su nivel de edad correspondiente, cuando sea posible. La capacitación para el desarrollo de dichas habilidades puede incluir lo siguiente:
- Capacitación para desarrollar las habilidades sociales y académicas. La capacitación para desarrollar las habilidades sociales y académicas es una parte importante del tratamiento de la esquizofrenia infantil. Los niños con esquizofrenia generalmente tienen problemas en las relaciones y en la escuela. Pueden tener dificultades para llevar a cabo tareas diarias normales, como bañarse o vestirse.
- Rehabilitación vocacional y apoyo para conseguir trabajo. Esto se enfoca en ayudar a que las personas con esquizofrenia se preparen para tener un trabajo, lo encuentren y lo conserven.
Hospitalización
En los períodos de crisis o de síntomas graves, es posible que sea necesaria una hospitalización. Esto puede ayudar a garantizar la seguridad de tu hijo y asegurarse que su alimentación, descanso e higiene sean adecuados. A veces, las instalaciones del hospital son la mejor manera y la más segura de controlar los síntomas de inmediato.
La hospitalización parcial y el cuidado residencial pueden ser una opción; sin embargo, los síntomas graves suelen estabilizarse en el hospital antes de pasar a dichos niveles de cuidado.
Estilo de vida y remedios caseros
A pesar de que la esquizofrenia infantil requiere tratamiento profesional, es importante que participes de manera activa en el cuidado de tu hijo. A continuación, te presentamos maneras de aprovechar al máximo tu plan de tratamiento.
- Sigue las indicaciones de los medicamentos. Intenta asegurarte de que tu hijo tome los medicamentos según se indicó, incluso si se siente bien y no presenta síntomas en el momento. Si se interrumpe la administración de los medicamentos o estos se toman de manera irregular, es posible que los síntomas vuelvan a presentarse y a tu médico le será difícil saber cuál es la mejor dosis y la más segura.
- Consulta antes de tomar otros medicamentos. Comunícate con el médico que está tratando la esquizofrenia de tu hijo antes de que tome medicamentos recetados por otro médico o antes de que tome cualquier medicamento de venta libre, vitamina, mineral, planta medicinal u otro suplemento. Estos pueden interactuar con los medicamentos para la esquizofrenia.
- Presta atención a las señales de advertencia. Tú y tu hijo pueden haber identificado cosas que provoquen los síntomas, las recaídas o que eviten que tu hijo lleve a cabo sus actividades diarias. Elabora un plan para saber qué hacer en el caso de que los síntomas regresen. Comunícate con el médico o terapeuta de tu hijo si notas algún cambio en los síntomas, para evitar que la situación empeore.
- Haz que la actividad física y la alimentación saludable sean una prioridad. Algunos medicamentos para la esquizofrenia se asocian con un alto riesgo de aumento de peso y colesterol en niños. Trabaja con el médico de tu hijo en la elaboración de un plan nutricional y de actividad física para tu hijo que ayudarán a controlar su peso y beneficiar su salud cardíaca.
- Evita el alcohol, las drogas ilícitas recreativas y la nicotina. El alcohol, las drogas ilícitas recreativas y la nicotina pueden empeorar los síntomas de la esquizofrenia o interferir en los medicamentos antipsicóticos. Habla con tu hijo sobre evitar las drogas ilícitas y el alcohol, y sobre no fumar. Si es necesario, obtén el tratamiento adecuado para un problema de uso de sustancias.
Estrategias de afrontamiento, y apoyo
Enfrentar la esquizofrenia infantil puede ser desafiante. Los medicamentos pueden tener efectos secundarios indeseados, y tú, tu hijo y toda tu familia pueden sentirse furiosos o resentidos con el hecho de tener que vivir con una afección que implica un tratamiento de por vida. Para ayudar a enfrentar la esquizofrenia infantil, puedes hacer lo siguiente:
- Infórmate acerca de la afección. Educarte con respecto a la esquizofrenia los puede empoderar a ti y a tu hijo y motivarlo a seguir con el plan de tratamiento. La educación puede ayudar a que los amigos y familiares entiendan la afección y sean más compasivos con tu hijo.
- Únete a un grupo de apoyo. Los grupos de apoyo para personas con esquizofrenia pueden ayudarte a contactarte con otras familias que están enfrentando desafíos similares. Puedes buscar grupos por separado para ti y para tu hijo y de esta forma cada uno podrá expresarse de manera segura.
- Busca ayuda profesional. Si como padre o tutor legal te sientes abrumado y agotado por la afección de tu hijo, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental para ti.
- Permanece enfocado en los objetivos. Vivir con esquizofrenia infantil es un proceso constante. Permanezcan motivados como familia y mantengan los objetivos del tratamiento en mente.
- Encuentra medios saludables. Explora maneras saludables en las que toda tu familia pueda canalizar la energía y la frustración, como pasatiempos, ejercicios y actividades recreativas.
- Elige un estilo de vida saludable. Mantener un cronograma regular que incluya suficientes horas de sueño, alimentación saludable y actividad física periódica es importante para la salud mental.
- Tómense su tiempo como individuos. Aunque tratar la esquizofrenia infantil es un asunto familiar, los niños y padres necesitan su propio tiempo para enfrentarla y despejarse. Crea oportunidades para tener un tiempo saludable a solas.
- Comienza una planificación futura. Pregunta sobre la asistencia de servicios sociales. La mayoría de los individuos con esquizofrenia necesitan algún tipo de apoyo para la vida diaria. Muchas comunidades cuentan con programas para ayudar a las personas con esquizofrenia en cuestiones relacionadas con el trabajo, viviendas accesibles, trasporte, grupos de autoayuda, otras actividades diarias y situaciones de crisis. Un administrador de casos o alguien del equipo de tratamiento puede ayudar a encontrar recursos.
Preparación antes de la cita
Probablemente tu primer paso sea llevar a tu hijo a una consulta con su pediatra o médico de cabecera. En algunos casos, te pueden remitir de inmediato con un especialista, como un psiquiatra pediátrico u otro profesional de la salud mental que sea experto en esquizofrenia.
En casos excepcionales, cuando exista un riesgo de seguridad, tu hijo puede necesitar una evaluación de emergencia en la sala de emergencias y quizás haya que ingresarlo en un hospital para atención psiquiátrica.
Lo que puedes hacer
Antes de la cita, prepara una lista con lo siguiente:
- Cualquier síntoma que hayas notado, incluso cuándo aparecieron estos síntomas y cómo cambiaron con el tiempo; proporciona ejemplos específicos
- Información personal clave, incluidos episodios de estrés importantes o cambios recientes que puedan estar afectando la vida de tu hijo
- Cualquier otra enfermedad, incluidos problemas de la salud mental, que tu hijo tenga
- Todos los medicamentos recetados y de venta libre, vitaminas, plantas medicinales u otros suplementos que tu hijo tome, incluidas las dosis
- Preguntas para hacerle al médico
Las preguntas básicas para hacerle al médico pueden ser las siguientes:
- ¿Cuál puede ser la causa de los síntomas o de la afección de mi hijo?
- ¿Cuáles son otras causas posibles?
- ¿Qué tipos de pruebas necesita hacerse mi hijo?
- ¿La afección de mi hijo probablemente sea temporal o a largo plazo?
- ¿Cómo se verá afectada la vida de mi hijo por el diagnóstico de esquizofrenia infantil?
- ¿Cuál es el mejor tratamiento para mi hijo?
- ¿Qué especialistas necesita consultar mi hijo?
- ¿Quién más participará del cuidado médico de mi hijo?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda tener?
- ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer otras preguntas durante la cita.
Qué puedes esperar de tu médico
El médico de tu hijo probablemente te haga varias preguntas a ti y a tu hijo. Anticipar algunas de estas preguntas ayudará a que la conversación sea productiva. El médico podría hacerte estas preguntas:
- ¿Cuándo comenzaron los síntomas por primera vez?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?
- ¿Cómo afectan los síntomas la vida diaria de tu hijo?
- ¿A algún familiar se le diagnosticó esquizofrenia u otra enfermedad mental?
- ¿Tu hijo sufrió algún traumatismo físico u emocional?
- ¿Los síntomas parecen estar relacionados con cambios o factores estresantes importantes en la familia o el entorno social?
- ¿Se produjo algún otro síntoma médico, como dolores de cabeza, náuseas, temblores o fiebre casi al mismo tiempo que comenzaron los síntomas?
El médico hará más preguntas basadas en las respuestas, síntomas y necesidades.
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