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Fiebre tifoidea

Infórmate más sobre los síntomas, la causa y el tratamiento de esta infección bacteriana grave.

Descripción general

La fiebre tifoidea, o fiebre entérica, es causada por la bacteria salmonela. La fiebre tifoidea es poco frecuente en lugares donde hay pocas personas portadoras de esta bacteria. También es poco frecuente en los lugares con agua tratada para matar gérmenes y donde existe un control de la eliminación de desechos humanos. Uno de los ejemplos de un lugar donde la fiebre tifoidea es poco frecuente es Estados Unidos. Los lugares con el mayor número de casos o con brotes frecuentes son África y Asia del Sur. Es una amenaza grave contra la salud, especialmente para los niños, en los lugares donde es más común.

Los alimentos y el agua que contienen esta bacteria provocan fiebre tifoidea. El contacto cercano con una persona que tiene la bacteria salmonela también puede provocar fiebre tifoidea. Los síntomas incluyen los siguientes:

  • Fiebre alta
  • Dolor de cabeza
  • Dolor estomacal
  • Estreñimiento o diarrea

La mayoría de las personas con fiebre tifoidea se siente mejor aproximadamente una semana después de empezar el tratamiento con antibióticos para eliminar las bacterias. Sin embargo, si no recibes un tratamiento, hay una pequeña probabilidad de morir a causa de las complicaciones por la fiebre tifoidea. Las vacunas contra la fiebre tifoidea pueden brindar cierta protección, pero no en todos los casos de la enfermedad causada por otras cepas de salmonela. Las vacunas pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar fiebre tifoidea.

Síntomas

Es probable que los síntomas comiencen lentamente y a menudo aparezcan de 1 y 3 semanas después de la exposición a la bacteria.

Enfermedad temprana

Los síntomas iniciales incluyen los siguientes:

  • Fiebre que comienza baja, va aumentando durante el día y puede llegar a los 104 grados Fahrenheit (40 grados Celsius).
  • Escalofríos.
  • Dolor de cabeza.
  • Debilidad y fatiga.
  • Dolores musculares.
  • Dolor estomacal.
  • Diarrea o estreñimiento.
  • Sarpullido.

Las personas también pueden tener tos, pérdida del apetito y sudoración.

Enfermedad posterior

Algunas semanas después del comienzo de los síntomas, la enfermedad puede causar problemas en los intestinos. Los problemas pueden ser estos:

  • Dolor estomacal
  • Estómago muy hinchado
  • Una infección llamada septicemia, causada por una bacteria intestinal que se disemina por todo el cuerpo

En casos muy graves, a las personas afectadas puede pasarles lo siguiente:

  • Confundirse.
  • No poder prestar atención a lo que las rodea.
  • No poder reaccionar ante lo que las rodea.

Estas complicaciones ponen en riesgo la vida.

En algunas personas, los síntomas pueden volver a aparecer hasta algunas semanas después de que la fiebre haya desaparecido.

Cuándo consultar al médico

Consulta de inmediato con un proveedor de atención médica si crees que puedes tener fiebre tifoidea.

Si te enfermas mientras viajas por un país extranjero, debes saber a quién llamar para obtener una lista de proveedores de atención médica. En algunos casos, puede tratarse de la embajada o el consulado más cercanos.

Si tienes síntomas después de haber regresado, considera la opción de consultar a un proveedor de atención médica que se especialice en medicina de viajes internacionales o enfermedades infecciosas. Esto puede ayudar a diagnosticar y tratar la fiebre tifoidea más rápidamente.

Causas

Una cepa bacteriana llamada Salmonella enterica serotipo Typhi causa la fiebre tifoidea. Otras cepas de la bacteria salmonela causan una enfermedad similar denominada fiebre paratifoidea.

Las personas contraen la bacteria con mayor frecuencia en lugares donde los brotes son comunes. La bacteria se elimina del organismo a través de las heces y la orina de las personas portadoras. Si no nos lavamos bien las manos después de ir al baño, la bacteria puede pasar de las manos a los objetos o a otras personas.

Una persona portadora de la bacteria también puede propagarla. Puede propagarse en los alimentos que no estén cocidos, como frutas crudas sin cáscara. En los lugares donde el agua no recibe tratamiento para eliminar microbios, puedes contagiarte con las bacterias de esa fuente. Esto incluye beber agua, usar hielo hecho con agua sin tratamiento o beber leche o jugo sin pasteurizar.

Portadores de tifoidea

Incluso después del tratamiento con antibióticos, una pequeña cantidad de personas que se recuperan de la fiebre tifoidea aún tienen bacterias viviendo en su organismo. A estas personas se las conoce como portadoras crónicas y ya no presentan síntomas de la enfermedad. Sin embargo, aún siguen excretando la bacteria por las heces y pueden diseminarla.

Factores de riesgo

La fiebre tifoidea es una amenaza mundial grave, que afecta a millones de personas cada año. Los lugares con el mayor número de casos o con brotes frecuentes son África y Asia del Sur. Sin embargo, se registran casos en todo el mundo, a menudo debido a las personas que viajan hacia o desde estas zonas.

Si vives en un país donde la fiebre tifoidea es poco frecuente, tienes un riesgo mayor en los siguientes casos:

  • Trabajas o viajas a zonas donde la fiebre tifoidea está establecida, especialmente si viajas para visitar a familiares o amigos. Las personas que visitan a sus seres queridos tienen una mayor presión social para beber o comer alimentos que presentan un mayor riesgo.
  • Trabajas como microbiólogo clínico y manipulas bacterias de Salmonella enterica serotipo Typhi.
  • Tienes contacto cercano con una persona infectada o que tuvo recientemente fiebre tifoidea.

Complicaciones

Daño intestinal

Las complicaciones de la fiebre tifoidea pueden incluir daño y sangrado intestinales. La fiebre tifoidea también puede provocar la muerte de las células de las paredes del intestino delgado o del intestino grueso. Esto permite que el contenido del intestino se filtre en el cuerpo, lo que, puede causar dolor de estómago intenso, vómitos e infección en todo el cuerpo, que se denomina septicemia.

En la última fase de la enfermedad puede producirse daño intestinal. Estas complicaciones que ponen en riesgo la vida requieren atención médica inmediata.

Otras posibles complicaciones incluyen las siguientes:

  • Inflamación del músculo cardíaco, denominada miocarditis.
  • Inflamación de la membrana que recubre el corazón y las válvulas, o endocarditis.
  • Infección de los vasos sanguíneos principales, denominada aneurisma micótico.
  • Neumonía.
  • Inflamación del páncreas, denominada pancreatitis.
  • Infecciones en los riñones o la vejiga.
  • Infección e inflamación de las membranas y del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, denominada meningitis.
  • Problemas psiquiátricos, como delirio, alucinaciones y psicosis paranoica.

Prevención

Las personas pueden vacunarse contra la fiebre tifoidea. Esta es una opción si vives en una zona donde la fiebre tifoidea es común o si planificas viajar a un lugar donde el riesgo es alto.

Si estás en un lugar donde la fiebre tifoidea es común, el acceso a agua tratada ayuda a evitar el contacto con la bacteria Salmonella enterica serotipo Typhi. El control de los desechos humanos también ayuda a que las personas eviten la bacteria. También es importante que las personas que preparan y sirven alimentos se laven bien las manos.

Vacunas

En Estados Unidos hay dos vacunas disponibles para personas a partir de los 2 años.

  • Una se inyecta como una dosis única al menos una semana antes del viaje;
  • la otra se administra por vía oral en cuatro cápsulas, y la indicación es que se tomes una cápsula día por medio.

La eficacia de estas vacunas desaparece con el tiempo, por lo que es necesario repetir la vacunación.

Dado que la vacuna no brindará una protección completa, sigue estas pautas cuando viajes a zonas de alto riesgo:

  • Lávate las manos. Lavarse las manos de manera frecuente con agua caliente y jabón es la mejor manera de controlar la infección. Lávate las manos antes de comer o de preparar los alimentos y después de ir al baño. Lleva contigo un desinfectante de manos a base de alcohol para cuando no dispongas de agua y jabón.
  • Evita consumir agua que no sea potable. El agua contaminada es un problema en las zonas donde la fiebre tifoidea es frecuente. Por esa razón, bebe solamente agua embotellada o gaseosas, vino y cerveza en lata o en botella. El agua carbonatada en botella es más segura que el agua no carbonatada en botella. Pide bebidas sin hielo. Usa agua embotellada para cepillarte los dientes e intenta no tragar agua en la ducha.
  • Evita las frutas y verduras crudas. Debido a que las frutas y verduras crudas pueden haberse lavado con agua contaminada, evita las que no puedas pelar, especialmente la lechuga. Para estar a salvo, es recomendable que evites los alimentos crudos.
  • Elige alimentos calientes. Evita los alimentos almacenados o que se sirven a temperatura ambiente. Los alimentos recién hechos y bien calientes pueden ser menos peligrosos que los crudos.
  • Conoce dónde están los proveedores de atención médica. Infórmate más sobre la atención médica en las regiones que visitarás. Lleva una lista de los nombres, las direcciones y los números de teléfono de los proveedores de atención médica.

Evita infectar a otros

Si te estás recuperando de la fiebre tifoidea, las siguientes medidas pueden ayudarte a mantener seguras a otras personas:

  • Toma los antibióticos. Sigue las indicaciones de tu proveedor de atención médica para tomar los antibióticos y asegúrate de terminar toda la receta.
  • Lávate las manos con frecuencia. Esto es lo más importante que puedes hacer para evitar diseminar la infección a otras personas. Usa agua caliente con jabón y frótate bien las manos durante, por lo menos, 30 segundos, en particular antes de comer y después de ir al baño.
  • Evita manipular alimentos. Evita preparar los alimentos para otras personas hasta que el proveedor de atención médica te diga que ya no puedes contagiar. Si trabajas con alimentos, es posible que debas realizarte una prueba para demostrar que no estás excretando la bacteria tifoidea. Si trabajas en el área de salud, también es posible que debas demostrar que no estás excretando la bacteria.

Diagnóstico

Historia clínica y antecedentes de viajes

Es posible que el proveedor de atención médica sospeche de la presencia de fiebre tifoidea según tus síntomas, o tu historia clínica o antecedentes de viajes. El diagnóstico suele confirmarse cuando crece la salmonela entérica serotipo typhi en una muestra de líquido o tejido corporal.

Cultivo de tejidos o fluidos corporales

Se utiliza una muestra de sangre, heces, orina o médula ósea. La muestra se coloca en un entorno en el que las bacterias crecen con facilidad. El crecimiento, llamado cultivo, se analiza bajo un microscopio para detectar las bacterias de la fiebre tifoidea. Un cultivo de médula ósea suele ser la prueba más sensible para detectar la Salmonella typhi.

La prueba de cultivo es el examen de diagnóstico más común, pero pueden utilizarse otras pruebas para confirmar la fiebre tifoidea. Una de ellas es una prueba para detectar anticuerpos de la bacteria de la fiebre tifoidea en la sangre. Otra prueba se utiliza para verificar si hay ADN tifoideo en la sangre.

Tratamiento

La terapia con antibióticos es el único tratamiento efectivo para la fiebre tifoidea.

Los antibióticos que se recetan comúnmente incluyen los siguientes:

El medicamento que reciba para tratar la fiebre tifoidea puede depender del lugar donde hayas contraído la bacteria. Las cepas adquiridas en distintos lugares responden mejor o peor a determinados antibióticos. Estos medicamentos se pueden usar solos o en combinación. Los antibióticos que pueden administrarse para la fiebre tifoidea son los siguientes:

  • Fluoroquinolonas. Estos antibióticos, incluida la ciprofloxacina (Cipro), pueden ser una primera opción. Impiden que las bacterias se multipliquen. Pero algunas cepas de bacterias pueden sobrevivir al tratamiento. A estas bacterias se las conoce como resistentes a los antibióticos.
  • Cefalosporinas. Este grupo de antibióticos impide que las bacterias construyan paredes celulares. Un tipo de antibiótico, la ceftriaxona, se utiliza si hay resistencia bacteriana.
  • Macrólidos. Este grupo de antibióticos impide que las bacterias produzcan proteínas. Un tipo de antibiótico llamado azitromicina (Zithromax) puede utilizarse si hay resistencia bacteriana.
  • Carbapenémicos. Estos antibióticos también impiden que las bacterias construyan paredes celulares. Pero se centran en una etapa diferente de ese proceso que las cefalosporinas. Los antibióticos de este tipo pueden utilizarse cuando la enfermedad es grave y no responde a otros antibióticos.

Otros tratamientos

Otros tratamientos incluyen los siguientes:

  • Beber líquidos. Esto ayuda a prevenir la deshidratación producida por la fiebre prolongada y la diarrea. Si estás muy deshidratado, tal vez necesites recibir líquidos por a través de una vena.
  • Hacer una cirugía. Si hay daño en los intestinos, es posible que se necesite una cirugía para repararlo.

Preparación para la consulta

Llama al proveedor de atención médica si se tienes síntomas de fiebre tifoidea. Esto es especialmente importante si tú o un compañero cercano viajaron recientemente a un lugar con alto riesgo de fiebre tifoidea. Si los síntomas son graves, dirígete a una sala de emergencias o llama al 911 o a tu número local de emergencias.

A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar del proveedor de atención médica.

Información que se debe obtener con anticipación

  • Restricciones previas a la cita médica. Cuando programes la cita médica, pregunta si hay alguna restricción que debas seguir durante el período previo a la visita. El proveedor de atención médica no podrá confirmar la fiebre tifoidea sin un análisis de sangre y puede recomendarte que tomes medidas para reducir el riesgo de contagiar la bacteria a otras personas.
  • Antecedentes de los síntomas. Anota todos los síntomas que tengas y su duración.
  • Exposición reciente a posibles fuentes de infección. Prepárate para describir los viajes internacionales en detalle, incluso los países que visitaste y las fechas en las que viajaste.
  • Antecedentes médicos. Haz una lista con tu información médica clave, como otras afecciones para las cuales estés recibiendo tratamiento y cualquier medicamento, vitamina o suplemento que estés tomando. El proveedor de atención médica también necesitará conocer tus antecedentes de vacunación.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica. Haz una lista de preguntas con anticipación para que puedas aprovechar al máximo tu tiempo con el proveedor de atención médica.

En el caso de la fiebre tifoidea, las posibles preguntas para hacerle al proveedor de atención médica incluyen las siguientes:

  • ¿Cuáles son las posibles causas de mis síntomas?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesito?
  • ¿Existen tratamientos disponibles que me ayuden a recuperarme?
  • Tengo otros problemas de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlar mis afecciones de manera conjunta?
  • ¿En cuánto tiempo cree que me recuperaré por completo?
  • ¿Cuándo puedo regresar al trabajo o a la escuela?
  • ¿Hay riesgos de que la fiebre tifoidea tenga complicaciones a largo plazo?

No dudes en hacer otras preguntas relacionadas que puedas tener.

Qué esperar de tu médico

Es probable que el proveedor de atención médica te haga algunas preguntas. Estar preparado para responderlas te permitirá reservar tiempo para analizar cualquier tema sobre el que quieras hablar en profundidad. Es posible que el proveedor de atención médica te pregunte lo siguiente:

  • ¿Cuáles son los síntomas y cuándo comenzaron?
  • ¿Los síntomas han mejorado o empeorado?
  • ¿Los síntomas mejoraron por un corto tiempo y luego volvieron a aparecer?
  • ¿Has viajado a otro país últimamente? ¿Dónde?
  • ¿Te pusiste al día con las vacunas antes de viajar?
  • ¿Recibes tratamiento por alguna otra enfermedad?
  • ¿Tomas algún medicamento en la actualidad?
Last Updated: March 21st, 2023