Lesión en los músculos isquiotibiales
Las medidas de cuidado personal, como el descanso y la aplicación de hielo, podrían ser todo lo necesario para tratar una lesión en uno de los músculos isquiotibiales.
Perspectiva general
Una lesión isquiotibial se produce por tensión o estiramiento de uno de los músculos isquiotibiales, un grupo de tres músculos que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo.
Las personas que practican deportes que implican correr con paradas y arranques repentinos suelen sufrir lesiones de los músculos isquiotibiales. Entre algunos de los ejemplos se incluyen fútbol, baloncesto, fútbol americano y tenis. Las lesiones de los músculos isquiotibiales también pueden producirse en los corredores y los bailarines.
A menudo, lo único que necesitas para aliviar el dolor y la hinchazón asociados con una lesión de los músculos isquiotibiales son medidas de cuidado personal, como descanso, hielo y analgésicos. En ocasiones excepcionales, se realizan cirugías para reparar un tendón o un músculo isquiotibial.
Síntomas
Una lesión en los músculos isquiotibiales suele causar un dolor repentino y punzante en la parte posterior del muslo. También es posible sentir una sensación de "chasquido" o desgarro.
La hinchazón y la sensibilidad tienden a aparecer en pocas horas. Puede haber moretones o cambios en el color de la piel en la parte posterior de la pierna. Algunas personas tienen debilidad muscular o no pueden colocar peso en la pierda lesionada.
Cuándo debes consultar con un médico
Las distensiones leves de los músculos isquiotibiales pueden tratarse en el hogar. Sin embargo, consulta con un proveedor de atención médica si no puedes soportar el peso sobre la pierna lesionada o si no puedes caminar más de cuatro pasos sin sentir un gran dolor.
Causas
Los músculos isquiotibiales comprenden un grupo de tres músculos que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo desde la cadera hasta la zona justo debajo de la rodilla. Estos músculos facilitan la extensión de la pierna en forma recta hacia atrás y la flexión de la rodilla. Cuando cualquiera de estos músculos se estira de manera excesiva o se sobrecarga puede producirse una lesión.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de las lesiones en los músculos isquiotibiales son:
- Deportes. Los deportes en los que hay que correr podrían aumentar las probabilidades de sufrir una lesión en los músculos isquiotibiales. Lo mismo puede ocurrir con otras actividades en las que se hacen estiramientos extremos, como bailar.
- Lesiones anteriores en los músculos isquiotibiales. Las personas que han sufrido una lesión en los músculos isquiotibiales son más propensas a tener otra. Este es el caso de las personas que intentan retomar la actividad en cuestión antes de que los músculos hayan tenido tiempo para recuperarse.
- Cansancio, debilidad o falta de flexibilidad de los músculos. Es más probable que las lesiones se presenten en músculos cansados o débiles. Es posible que los músculos con poca flexibilidad no puedan tolerar toda la fuerza que requieren determinadas actividades.
- Desequilibrio muscular. Si bien no todos los expertos están de acuerdo con esto, algunos sugieren que un desequilibrio muscular puede derivar en una lesión en los músculos isquiotibiales. Si los músculos cuádriceps en la parte anterior del muslo son más fuertes y están más desarrollados que los músculos isquiotibiales, es más probable que se produzca una lesión en los músculos isquiotibiales.
- Edad. El riesgo de sufrir una lesión aumenta con la edad.
Complicaciones
Retomar actividades extenuantes antes de que los músculos isquiotibiales se hayan curado por completo podría hacer que vuelvas a sufrir esta lesión.
Prevención
Tener buena condición física y hacer ejercicios tanto de estiramiento como de fortalecimiento de forma regular puede ayudar a reducir el riesgo de una lesión en los músculos isquiotibiales. Trata de estar en forma para practicar deporte. No practiques deporte para ponerte en forma.
Si tienes un trabajo físicamente exigente, mantenerte en forma puede ayudarte a prevenir lesiones. Pídele al proveedor de atención médica un buen programa de ejercicios para hacer de forma regular.
Diagnóstico
Durante el examen físico, un proveedor de atención médica controla la hinchazón y la sensibilidad en la parte posterior del muslo. La ubicación y la intensidad del dolor pueden brindar información importante sobre el daño.
Mover la pierna lesionada en distintas posiciones ayuda al proveedor de atención médica a identificar qué músculo está lesionado y si hay daños en ligamentos o tendones.
Estudios de diagnóstico por imágenes
En las lesiones graves de los músculos isquiotibiales, el músculo puede desgarrarse o incluso separarse de la pelvis o la tibia. Cuando esto ocurre, un pequeño fragmento de hueso puede desprenderse del hueso principal, lo que se conoce como fractura por avulsión. Las fracturas por avulsión pueden detectarse mediante radiografías, mientras que los desgarros musculares y tendinosos pueden detectarse mediante ecografías y imágenes por resonancia magnética.
Tratamiento
El objetivo inicial del tratamiento es reducir el dolor y la hinchazón. El proveedor de atención médica puede sugerir lo siguiente:
- Tomar un descanso de las actividades agotadoras para permitir que la lesión se cure.
- Aplicar compresas de hielo varias veces al día para aliviar el dolor y reducir la hinchazón.
- Envolver la zona lesionada con un vendaje de compresión o usar pantalones cortos de compresión para minimizar la hinchazón.
- Descansar con la pierna elevada por encima del nivel del corazón, si es posible, para minimizar la hinchazón.
- Tomar analgésicos que se venden sin receta médica. Los ejemplos incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) y acetaminofén (Tylenol y otros).
Fisioterapia
Tu proveedor de atención médica o un fisioterapeuta pueden enseñarte a realizar ejercicios suaves de estiramiento y fortalecimiento de los músculos isquiotibiales. Una vez que disminuyan el dolor y la inflamación, el proveedor de atención médica puede enseñarte a realizar los ejercicios de fortalecimiento.
Cirugía
La mayoría de las lesiones en los músculos isquiotibiales que suponen un desgarro parcial se curan con el tiempo y con fisioterapia. Si el músculo se desprendió de la pelvis o la tibia, los cirujanos ortopédicos pueden volver a conectarlo. Los desgarros musculares graves también pueden repararse.
Estilo de vida y remedios caseros
Para cuidarte de una lesión menor en los músculos isquiotibiales, prueba el enfoque R.I.C.E (por sus siglas en inglés para reposo, hielo, compresión y elevación):
- Reposo. Tómate un descanso para reposar los músculos isquiotibiales y dejar que los tejidos dañados se recuperen. Evita cualquier actividad que te provoque dolor, hinchazón o malestar. Si se trata de algo más que una torsión muscular leve, el proveedor de atención médica puede recomendarte que uses muletas para no sobrecargar la pierna lesionada.
- Hielo. Ponte hielo en la zona tan pronto como puedas después de la lesión. Durante los primeros días posteriores a la lesión, colócate una compresa con hielo sobre la zona afectada entre 15 y 20 minutos cada vez, cada 2 o 3 horas, mientras estés despierto. El frío reduce el dolor y la hinchazón. También puede retardar el sangrado si hay un desgarro. Si tienes una enfermedad vascular, diabetes o disminución de la sensibilidad en la pierna, comunícate con el proveedor de atención médica antes de aplicar el hielo.
- Compresión. Envuelve la pierna con una venda elástica hasta que desaparezca la hinchazón. Ten cuidado de no ajustar demasiado la venda. Comienza a vendarte desde el extremo más alejado del corazón. Afloja la venda si el dolor aumenta, si la zona se entumece o si se hincha debajo de la parte vendada.
- Elevación. Siéntate o recuéstate con la pierna elevada mientras descansas. En lo posible, eleva la pierna hasta que esté más alta que el corazón.
Los medicamentos analgésicos que puedes conseguir sin receta médica, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y acetaminofén (Tylenol, otros), también pueden ayudar. Después de unos días, comienza gradualmente a utilizar la pierna lesionada. La capacidad de la pierna de soportar tu peso y la capacidad de moverte sin que te duela deberían mejorar con el tiempo.
Preparación antes de la cita
Primero es recomendable que hables con tu propio proveedor de atención médica. Es posible que te remita a un proveedor de atención médica que practique medicina del deporte o se dedique a la cirugía ortopédica.
Lo que puedes hacer
Haz una lista que incluya lo siguiente:
- Información completa sobre tus síntomas y cuándo comenzaron.
- Información sobre problemas de salud que hayas tenido.
- Todos los medicamentos y suplementos que tomes, incluidas las dosis.
- Preguntas que quieras hacerle al proveedor de atención médica.
Qué esperar de tu médico
El proveedor de atención médica podría hacerte algunas de las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo ocurrió la lesión y cómo ocurrió?
- ¿Tuviste una sensación de chasquido o de desgarro?
- ¿Hay algún movimiento o posición que haga que el dolor mejore o empeore?
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