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Lupus

Conoce cómo esta enfermedad puede afectar a las articulaciones, la piel, los riñones y a otras áreas del cuerpo, así como las maneras de controlar los síntomas.

Descripción general

El lupus es una enfermedad que se presenta cuando el sistema inmunitario del cuerpo ataca tus propios tejidos y órganos (enfermedad autoinmunitaria). La inflamación que causa el lupus puede afectar distintos sistemas y órganos del cuerpo, incluso las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el cerebro, el corazón y los pulmones.

El lupus puede ser difícil de diagnosticar porque sus signos y síntomas generalmente son similares a los de otras enfermedades. El signo más distintivo del lupus es una erupción cutánea en el rostro que se asemeja a las alas abiertas de una mariposa en ambas mejillas y se presenta en muchos casos de lupus, pero no en todos.

Algunas personas nacen con una tendencia a padecer lupus, la cual puede desencadenarse por infecciones, ciertos medicamentos o incluso la luz del sol. Si bien no existe una cura para el lupus, los tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas.

Síntomas

Ilustración que muestra una erupción cutánea roja con forma de mariposa en la nariz y en las mejillas
Un signo típico del lupus es una erupción cutánea roja con forma de mariposa sobre las mejillas y la nariz, por lo general, después de la exposición al sol.

No hay dos casos de lupus exactamente iguales. Los signos y síntomas pueden ser repentinos o desarrollarse lentamente, pueden ser leves o intensos, y temporales o permanentes. La mayoría de las personas con lupus tiene una enfermedad leve que se caracteriza por tener episodios (denominados "brotes") en los que los signos y síntomas empeoran durante un tiempo, después mejoran o incluso desaparecen por completo durante una época.

Los signos y síntomas de lupus que tengas dependerán de los sistemas del cuerpo que se ven afectados por la enfermedad. Los signos y síntomas más comunes incluyen:

  • Fatiga
  • Fiebre
  • Dolor articular, rigidez e hinchazón
  • Una erupción en forma de mariposa en el rostro que puede abarcar las mejillas y el puente de la nariz o erupción en el resto del cuerpo
  • Lesiones que aparecen en la piel o que empeoran con la exposición al sol
  • Dedos de los pies y de las manos que se vuelven blancos o azules cuando se exponen al frío o durante situaciones de estrés
  • Falta de aire
  • Dolor en el pecho
  • Ojos secos
  • Dolor de cabeza, desorientación y pérdida de memoria

Cuándo consultar al médico

Consulta con tu médico si presentas una erupción cutánea sin causa aparente, fiebre continua, dolor persistente o fatiga.

Causas

Como enfermedad autoinmunitaria, el lupus aparece cuando el sistema inmunitario ataca el tejido sano del cuerpo. Es probable que el lupus derive de una combinación de la genética y del entorno.

Aparentemente, las personas que tienen una predisposición hereditaria para contraer lupus podrían desarrollar esa enfermedad al entrar en contacto con algo en el entorno que pueda desencadenar el lupus. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se desconoce la causa del lupus. Algunos posibles desencadenantes son los siguientes:

  • Luz solar. La exposición al sol podría ocasionar lesiones de lupus en la piel o desencadenar una respuesta interna en las personas propensas.
  • Infecciones. La existencia de una infección puede iniciar el lupus o provocar una recaída en algunas personas.
  • Medicamentos. El lupus puede desencadenarse por determinados tipos de medicamentos para la presión arterial, medicamentos para las convulsiones y antibióticos. Las personas que tienen lupus inducido por medicamentos generalmente mejoran cuando los suspenden. En casos poco frecuentes, los síntomas persisten incluso después de suspender los medicamentos.

Factores de riesgo

Los factores que podrían aumentar el riesgo de sufrir lupus son los siguientes:

  • Sexo. El lupus es más común en las mujeres.
  • Edad. Aunque el lupus afecta a personas de todas las edades, con mayor frecuencia, se diagnostica en personas de entre 15 y 45 años.
  • Raza. El lupus es más común en los estadounidenses afroamericanos, hispanos y estadounidenses de origen asiático.

Complicaciones

La inflamación causada por el lupus puede afectar diversas partes del cuerpo, como las siguientes:

  • Los riñones. El lupus puede causar daño renal grave, y la insuficiencia renal es una de las principales causas de muerte en personas que padecen lupus.
  • El cerebro y el sistema nervioso central. Si el lupus afecta el cerebro, puedes tener dolores de cabeza, mareos, cambios en el comportamiento, problemas de la vista, e incluso accidentes cerebrovasculares o convulsiones. Muchas personas que padecen lupus experimentan problemas de memoria y pueden tener dificultad para expresar sus pensamientos.
  • La sangre y los vasos sanguíneos. El lupus puede provocar problemas en la sangre, incluida una cantidad reducida de glóbulos rojos sanos (anemia), y un mayor riesgo de sangrado o coagulación de la sangre. También puede causar inflamación de los vasos sanguíneos.
  • Pulmones. Tener lupus aumenta las probabilidades de que desarrolles una inflamación en el recubrimiento de la cavidad torácica, la cual puede dificultar la respiración. También es posible que tengas sangrado en los pulmones y neumonía.
  • Corazón. El lupus puede causar la inflamación del músculo cardíaco, las arterias o la membrana del corazón. También aumenta mucho el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y de tener ataques cardíacos.

Otros tipos de complicaciones

Tener lupus también aumenta el riesgo de padecer lo siguiente:

  • Infección. Las personas que padecen lupus son más propensas a las infecciones porque tanto la enfermedad como sus tratamientos pueden debilitar el sistema inmunitario.
  • Cáncer. Al parecer, tener lupus aumenta el riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, el riesgo es mínimo.
  • Muerte del tejido óseo. Esto se produce cuando el suministro de sangre a un hueso decae, lo que, en general, provoca fracturas diminutas en el hueso y, tarde o temprano, su colapso.
  • Complicaciones en el embarazo. Las mujeres que padecen lupus tienen un mayor riesgo de sufrir un aborto espontáneo. El lupus aumenta el riesgo de tener presión arterial alta durante el embarazo y un parto prematuro. Para reducir el riesgo de estas complicaciones, por lo general, los médicos recomiendan retrasar el embarazo hasta que la enfermedad esté controlada durante, al menos, seis meses.

Diagnóstico

Diagnosticar lupus es difícil porque los signos y síntomas varían considerablemente según la persona. Los signos y síntomas del lupus pueden cambiar con el tiempo y coincidir con los de muchos otros trastornos.

El lupus no se puede diagnosticar mediante una sola prueba. La combinación de pruebas de sangre y de orina; los signos y síntomas; y los resultados del examen médico pueden dar lugar a un diagnóstico.

Análisis de laboratorio

Las pruebas de sangre y orina pueden comprender las siguientes:

  • Hemograma completo. Esta prueba mide la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, así como la cantidad de hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos. Los resultados pueden indicar que tienes anemia, algo que suele ocurrir con el lupus. Si tienes lupus también puedes presentar un recuento bajo de glóbulos blancos o de plaquetas.
  • Velocidad de sedimentación globular. Este análisis de sangre determina la velocidad a la que los glóbulos rojos se depositan en el fondo de un tubo en una hora. Una velocidad más rápida que la normal puede indicar una enfermedad sistémica, como el lupus. La tasa de sedimentación no es específica para ninguna enfermedad. Puede ser elevada si tienes lupus, una infección, otra afección inflamatoria o cáncer.
  • Evaluación de los riñones y el hígado. Los análisis de sangre permiten evaluar el funcionamiento de los riñones y el hígado. El lupus puede afectar estos órganos.
  • Análisis de orina. Un examen de una muestra de tu orina podría mostrar un mayor nivel de proteína o glóbulos rojos en la orina, lo cual puede suceder si el lupus afecta los riñones.
  • Prueba de anticuerpos antinucleares (ANA). Un resultado positivo en una prueba para detectar la presencia de estos anticuerpos (producidos por tu sistema inmunitario) indica un sistema inmunitario estimulado. Si bien la mayoría de las personas con lupus tiene un resultado positivo en la prueba de anticuerpos antinucleares, la mayoría de las personas que obtiene un resultado positivo en anticuerpos antinucleares esta prueba no tiene lupus. Si obtienes un resultado positivo en la prueba de anticuerpos antinucleares (ANA), tu médico podría aconsejarte análisis más específicos para detectar anticuerpos.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Si tu médico sospecha que el lupus está afectando tus pulmones o tu corazón, podría sugerir hacer lo siguiente:

  • Radiografía de tórax. Una imagen del tórax puede revelar sombras anormales que sugieren líquido o inflamación en los pulmones.
  • Ecocardiograma. Esta prueba usa ondas sonoras para producir imágenes en tiempo real de tu corazón latiendo. Permite determinar si hay problemas en las válvulas y otras partes de tu corazón.

Biopsia

El lupus puede dañar los riñones de muchas maneras diferentes, y los tratamientos pueden variar según el tipo de daño que se produzca. En algunos casos, es necesario analizar una pequeña muestra de tejido renal para determinar cuál sería el mejor tratamiento. La muestra puede obtenerse con una aguja o a través de una pequeña incisión.

En ocasiones, se realiza una biopsia de piel para confirmar un diagnóstico de lupus que afecta la piel.

Tratamiento

El tratamiento del lupus depende de los signos y síntomas. Para determinar si debes recibir tratamiento y qué medicamentos usar, se necesita una conversación minuciosa con el médico acerca de los riesgos y beneficios.

A medida que los signos y síntomas se intensifican y desaparecen, es posible que tú y el médico consideren que necesitas cambiar los medicamentos o las dosis. Los medicamentos que se usan con mayor frecuencia para controlar el lupus incluyen los siguientes:

  • Antiinflamatorios no esteroides (AINE). Los antiinflamatorios no esteroides, como el naproxeno sódico (Aleve) y el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros), pueden usarse para tratar el dolor, la inflamación y la fiebre que se asocian con el lupus. Los antiinflamatorios no esteroides más fuertes se venden con receta médica. Algunos efectos secundarios de los antiinflamatorios no esteroides pueden ser sangrado estomacal, problemas de riñón y mayor riesgo de problemas cardíacos.
  • Antipalúdicos. Algunos medicamentos que se usan frecuentemente para tratar la malaria, como la hidroxicloroquina (Plaquenil), afectan al sistema inmunitario y pueden contribuir a reducir el riesgo de brotes de lupus. Los efectos secundarios consisten en malestar estomacal y, en muy raras ocasiones, daño en la retina del ojo. Se recomiendan exámenes regulares de la vista cuando se toman estos medicamentos.
  • Corticoides. La prednisona y otros tipos de corticoides pueden contrarrestar la inflamación que causa el lupus. Las dosis altas de esteroides, como la metilprednisolona (Medrol) a menudo se usan para controlar las enfermedades graves que afectan a los riñones y al cerebro. Los efectos secundarios incluyen aumento de peso, tendencia a la formación de moretones, debilitamiento de los huesos, presión arterial alta, diabetes y mayor riesgo de contraer infecciones. El riesgo de tener efectos secundarios aumenta cuando se incrementan las dosis y la duración de la terapia.
  • Inmunosupresores. Los medicamentos que inhiben el sistema inmunitario pueden ser útiles en los casos graves de lupus. Algunos ejemplos son la azatioprina (Imuran, Azasan), el micofenolato (CellCept), metotrexato (Trexall, Xatmep, otros), la ciclosporina (Sandimmune, Neoral, Gengraf) y la leflunomida (Arava). Algunos posibles efectos secundarios son mayor riesgo de infecciones, daño hepático, disminución de la fertilidad y mayor riesgo de tener cáncer.
  • Biofármacos. El belimumab (Benlysta), que es un medicamento más reciente y se administra de manera intravenosa, también reduce los síntomas del lupus en algunas personas. Algunos efectos secundarios incluyen náuseas, diarrea e infecciones. Rara vez, la depresión puede empeorar.

    El rituximab (Rituxan, Truxima) puede ser beneficioso para algunas personas que probaron otros medicamentos y no funcionaron. Los efectos secundarios incluyen reacción alérgica a la infusión intravenosa y a las infecciones.

En ensayos clínicos, se demostró que la voclosporina es eficaz para tratar el lupus.

Actualmente, se están estudiando otros medicamentos, como abatacept (Orencia) y anifrolumab, que podrían usarse para tratar el lupus.

Autocuidados

Si tienes lupus, toma medidas para cuidar tu cuerpo. Medidas sencillas pueden ayudarte a prevenir los brotes de lupus y, en caso de que aparezcan, a enfrentar mejor los signos y síntomas que presentes. Intenta lo siguiente:

  • Consulta a tu médico con regularidad. Los controles periódicos, en lugar de consultar a tu médico solamente cuando tus síntomas empeoran, podrían ayudar al médico a prevenir los brotes, y pueden ser útiles para abordar cuestiones de salud de rutina, como el estrés, la dieta y el ejercicio, los cuales pueden ayudar a prevenir las complicaciones del lupus.
  • Ten cuidado con el sol. Debido a que la luz ultravioleta puede desencadenar un brote, usa ropa que te proteja, como un sombrero, una camisa de mangas largas y pantalones largos, y utiliza protectores solares con un factor de protección solar (FPS) de por lo menos 55 cada vez que salgas.
  • Haz ejercicio de forma regular. El ejercicio puede ayudar a mantener los huesos fuertes, reducir el riesgo de ataque cardíaco y promover el bienestar general.
  • No fumes. El tabaquismo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, y puede empeorar los efectos del lupus en el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Sigue una dieta saludable. Una dieta saludable pone énfasis en frutas, verduras y cereales integrales. A veces es posible que tengas restricciones en la dieta, especialmente si tienes presión arterial alta, daño renal o problemas gastrointestinales.
  • Pregúntale a tu médico si necesitas vitamina D y suplementos de calcio. Existe evidencia que indica que las personas con lupus pueden beneficiarse de la vitamina D complementaria. Un suplemento de calcio puede ayudarte a alcanzar la cantidad diaria recomendada en la dieta de 1000 miligramos a 1200 miligramos, dependiendo de tu edad, para ayudar a mantener los huesos sanos.

Medicina alternativa

A veces, las personas que padecen lupus recurren a la medicina alternativa o complementaria. No existe ninguna terapia alternativa que haya demostrado poder modificar el curso del lupus, aunque algunas pueden ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad.

Analiza estos tratamientos con tu médico antes de iniciarlos por tu cuenta. Puede ayudarte a evaluar los beneficios y riesgos, y decirte si los tratamientos interferirán de forma negativa con tus medicamentos actuales contra el lupus.

Los tratamientos complementarios y alternativos contra el lupus incluyen los siguientes:

  • Dehidroepiandrosterona. Tomar suplementos que contengan esta hormona, junto con el tratamiento convencional, puede ayudar a reducir los brotes de lupus. La Dehidroepiandrosterona puede provocar acné en las mujeres.
  • Aceite de pescado. Los suplementos de aceite de pescado contienen ácidos grasos omega-3 que pueden ser beneficiosos para las personas con lupus. Los estudios preliminares parecen ser prometedores, pero es necesario continuar investigando. Algunos de los efectos secundarios de los suplementos de aceite de pescado pueden ser náuseas, eructos y sabor a pescado en la boca.
  • Acupuntura. Esta terapia utiliza pequeñas agujas que se insertan justo debajo de la piel. Puede ayudar a aliviar el dolor muscular relacionado con el lupus.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Si tienes lupus, es probable que tengas varios sentimientos dolorosos acerca de tu afección, desde temor hasta frustración extrema. Los desafíos de vivir con lupus aumentan el riesgo de sufrir depresión y problemas relacionados con la salud mental, como ansiedad, estrés y baja autoestima. Para ayudarte a afrontarlo, intenta lo siguiente:

  • Aprende todo lo que puedas sobre el lupus. Anota cualquier pregunta que se te ocurra acerca del lupus para poder hacerla en tu próxima cita médica. Pídele a tu médico o enfermero fuentes confiables para obtener más información. Cuanto más te informes sobre el lupus, más seguro te sentirás sobre tus opciones de tratamiento.
  • Obtén apoyo entre tus amigos y familiares. Habla sobre el lupus con tus amigos y familiares y explícales los modos en que pueden ayudarte cuando tengas brotes. El lupus puede ser frustrante para tus seres queridos, ya que, por lo general, no pueden verlo y es posible que tú no parezcas enfermo.

    La familia y los amigos no pueden saber si tienes un día bueno o malo a menos que tú se los digas. Sé abierto sobre cómo te sientes para que tus seres queridos sepan qué esperar.

  • Dedícate tiempo. Afronta el estrés en tu vida tomándote tiempo para ti. Usa ese tiempo para leer, meditar, escuchar música o escribir en un diario. Busca actividades que te calmen y te renueven.
  • Conéctate con otras personas que tengan lupus. Habla con otras personas que tengan lupus. Puedes conectarte a través de grupos de apoyo en tu comunidad o a través de paneles de mensajes en línea. Otras personas con lupus pueden ofrecerte un apoyo único, ya que ellos enfrentan muchos de los mismos obstáculos y frustraciones que tú enfrentas.

Preparación para la consulta

Probablemente, comiences con una visita a tu médico de atención primaria, pero es posible que este te derive a un especialista en el diagnóstico y tratamiento de trastornos inflamatorios de las articulaciones y trastornos inmunológicos (reumatólogo).

Como los síntomas del lupus pueden ser similares a muchos otros problemas de salud, debes ser paciente mientras esperas tu diagnóstico. Tu médico debe descartar otras enfermedades antes de diagnosticar lupus. Es posible que necesites consultar con varios especialistas, como médicos que tratan problemas renales (nefrólogos), trastornos de la sangre (hematólogos) o trastornos del sistema nervioso (neurólogos), dependiendo de tus síntomas, para ayudar con el diagnóstico y tratamiento.

Qué puedes hacer

Antes de la consulta, es aconsejable que escribas una lista con las respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas? ¿Aparecen y desaparecen?
  • ¿Hay algo que parece provocar tus síntomas?
  • ¿Tus padres o hermanos han tenido lupus u otros trastornos autoinmunitarios?
  • ¿Qué medicamentos y suplementos tomas habitualmente?

Probablemente también te sea útil anotar preguntas para hacerle a tu médico, como las siguientes:

  • ¿Cuáles son las posibles causas de mis síntomas o de mi trastorno?
  • ¿Qué exámenes recomiendas?
  • Si esos exámenes no logran identificar la causa de mis síntomas, ¿qué otras pruebas puedo llegar a necesitar?
  • ¿Hay algún tratamiento o cambio de estilo de vida que me pueda ayudar con mis síntomas ahora?
  • ¿Necesito seguir alguna restricción mientras espero el diagnóstico?
  • ¿Debería consultar a un especialista?
  • Si estás considerando quedar embarazada, háblalo con tu médico. Algunos medicamentos no se pueden utilizar si estás embarazada.

Además de las preguntas que preparaste para hacerle al médico, no dudes en hacer preguntas cada vez que no entiendas algo durante la consulta.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga una serie de preguntas. Estar listo para responderlas puede darte tiempo para repasar los puntos a los que quieres dedicarles más tiempo. El médico puede preguntarte lo siguiente:

  • ¿La exposición al sol te provoca erupciones en la piel?
  • ¿Se te ponen los dedos pálidos, entumecidos o incómodos con el frío?
  • ¿Tus síntomas comprenden problemas con la memoria o la concentración?
  • ¿En qué medida tus síntomas limitan tu capacidad en la escuela, el trabajo o tu vida personal?
  • ¿Te han diagnosticado alguna otra enfermedad?
  • ¿Estás embarazada o planeas quedar embarazada?
Last Updated: October 21st, 2022