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Sarampión

Obtén información sobre esta enfermedad que se puede prevenir con la vacunación y que solía ser común en la niñez, y se la conoce por un sarpullido de aspecto rojo moteado y fiebre alta.

Descripción general

Sarpullido de sarampión
El sarampión causa un sarpullido con manchas rojas que suele aparecer primero en la cara y detrás de las orejas, y luego se extiende hacia abajo al pecho y la espalda, y finalmente a los pies.

El sarampión es una infección infantil causada por un virus. En una época, el sarampión fue bastante frecuente, pero en la actualidad se puede prevenir gracias a una vacuna.

El sarampión, o rubéola, se trasmite con facilidad y puede ser grave e incluso mortal para los niños pequeños. Aunque las tasas de mortalidad se han reducido en todo el mundo a medida que se administra la vacuna contra el sarampión a más niños, la enfermedad aún mata a más de 200 000 personas cada año, en su mayoría niños.

Como resultado de las altas tasas de vacunación en general, no se ha generalizado el sarampión en los Estados Unidos en casi dos décadas. La mayoría los casos de sarampión en Estados Unidos se originaron fuera del país y se produjeron en personas que no estaban vacunadas o que no sabían si habían sido vacunadas o no.

Síntomas

Los signos y síntomas del sarampión aparecen entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. Los signos y los síntomas del sarampión generalmente son los siguientes:

  • Fiebre
  • Tos seca
  • Goteo de la nariz
  • Dolor de garganta
  • Ojos inflamados (conjuntivitis)
  • Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en la cara interna de la mejilla, también denominados manchas de Koplik
  • Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí

La infección ocurre en etapas en el transcurso de 2 a 3 semanas.

  • Infección e incubación. Durante los primeros 10 a 14 días de la infección, el virus del sarampión se propaga por el cuerpo. Durante este período, no se manifiestan síntomas de sarampión.
  • Signos y síntomas inespecíficos. El sarampión generalmente comienza con fiebre leve a moderada, a menudo con tos continua, goteo de la nariz, ojos inflamados (conjuntivitis) y dolor de garganta. Esta enfermedad relativamente leve dura de 2 a 3 días.
  • Enfermedad aguda y sarpullido. El sarpullido consiste en pequeñas manchas rojas, algunas de las cuales están levemente elevadas. Los puntos y bultos en grupos estrechos hacen que la piel se vea manchada y de color rojo. El sarpullido aparece primero en el rostro.

    Durante los días siguientes, el sarpullido se esparce por los brazos, el pecho y la espalda, y luego por los muslos, las pantorrillas y los pies. Al mismo tiempo, la fiebre aumenta abruptamente y a menudo alcanza de 104 a 105,8 °F (40 a 41 °C).

  • Recuperación. El sarpullido del sarampión puede durar hasta siete días. El sarpullido disminuye progresivamente; primero desaparece del rostro y, por último, de los muslos y los pies. Si bien otros síntomas de la enfermedad desaparecen, la tos y el oscurecimiento o la descamación de la piel donde estaba el sarpullido pueden durar hasta 10 días.

¿Cuándo una persona puede contagiar el virus del sarampión?

Una persona con sarampión puede trasmitir el virus a otras durante aproximadamente ocho días; ese período comienza cuatro días antes de que aparezca el sarpullido y finaliza cuando este ha estado presente durante cuatro días.

Cuándo consultar al médico

Llama al proveedor de atención médica si crees que tú o tu hijo han estado expuestos al sarampión o si tienen una erupción cutánea similar al sarampión.

Revisa los registros de vacunación de la familia con el médico, especialmente antes de que tus hijos comiencen la guardería, la escuela primaria o la universidad y antes de viajar al extranjero.

Causas

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa. Esto significa que se contagia muy fácilmente a otras personas. El sarampión es una enfermedad causada por un virus que se encuentra en la nariz y en la garganta de un niño o adulto infectado. Cuando una persona con sarampión tose, estornuda o habla, las gotitas infectadas se dispersan en el aire, donde otras personas pueden inhalarlas. Las gotitas infectadas pueden permanecer en el aire durante aproximadamente una hora.

Las gotitas infectadas también pueden depositarse sobre una superficie, donde pueden permanecer activas y esparcirse durante varias horas. Si te tocas la boca o la nariz con los dedos o te refriegas los ojos luego de tocar una superficie infectada, puedes contraer el virus del sarampión.

El sarampión es muy contagioso desde casi los cuatro días anteriores hasta los cuatro días posteriores a la aparición del sarpullido. Aproximadamente el 90 % de las personas que no han tenido sarampión ni se han vacunado contra la enfermedad se infectan cuando se exponen a alguien con el virus del sarampión.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo para el sarampión, se incluyen los siguientes:

  • No estar vacunado. Si no te has dado la vacuna contra el sarampión, es mucho más probable que lo padezcas.
  • Viajar a otros países. Si viajas a países donde el sarampión es más frecuente, tienes un riesgo mayor de contraer la enfermedad.
  • Tener insuficiencia de vitamina A. Si tu alimentación no aporta una cantidad suficiente de vitamina A, es más probable que tengas síntomas más graves y complicaciones como consecuencia del sarampión.

Complicaciones

Entre las complicaciones del sarampión se pueden incluir las siguientes:

  • Diarrea y vómitos. La diarrea y los vómitos pueden provocar que el cuerpo pierda una cantidad excesiva de agua (deshidratación).
  • Infección de oído. Una de las complicaciones más frecuentes del sarampión es la infección bacteriana del oído.
  • Bronquitis, laringitis o crup. El sarampión puede provocar la irritación e hinchazón (inflamación) de las vías respiratorias (crup). También puede causar la inflamación de las paredes internas que alinean las principales vías de paso de aire de los pulmones (bronquitis). Además, el sarampión puede provocar la inflamación de la laringe (laringitis).
  • Neumonía. Con frecuencia, el sarampión puede provocar una infección en los pulmones (neumonía). Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado pueden padecer una variedad especialmente peligrosa de neumonía que, a veces, puede ser mortal.
  • Encefalitis. Aproximadamente, 1 de cada 1000 personas con sarampión puede presentar una complicación llamada "encefalitis". La encefalitis es la irritación e hinchazón (inflamación) del cerebro. Esta afección puede ser especialmente peligrosa para aquellas personas que tienen el sistema inmunitario debilitado. La encefalitis puede manifestarse muy poco después de haber contraído sarampión o después de varios meses. La encefalitis puede causar daño cerebral permanente.
  • Problemas durante el embarazo. Si estás embarazada, debes tener mucho cuidado de no contagiarte sarampión porque esta enfermedad puede provocar un parto prematuro, bajo peso del bebé al nacer o la muerte del feto.

Prevención

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. recomiendan que los niños y adultos reciban la vacuna contra el sarampión para prevenir la enfermedad.

Vacuna contra el sarampión en los niños

La vacuna contra el sarampión se suele administrar como una vacuna combinada contra sarampión, paperas y rubéola (triple viral). Esta vacuna también puede incluir la vacuna contra la sarampión paperas rubéola varicela. Los proveedores de atención médica recomiendan que los niños reciban la vacuna sarampión paperas rubéola entre los 12 y los 15 meses, y otra vez entre los 4 y los 6 años, antes del ingreso escolar.

Las dos dosis de la vacuna sarampión paperas rubéola tienen un 97 % de eficacia en la prevención del sarampión y protegen a quienes las reciben de por vida. La poca cantidad de personas que contraen sarampión después de vacunarse generalmente presentan síntomas leves.

Ten en cuenta:

  • Si vas a viajar fuera de los EE. UU. y tu hijo tiene entre 6 y 11 meses, habla con su proveedor de atención médica sobre la posibilidad de vacunarlo contra el sarampión antes de lo previsto.
  • Si tu hijo pequeño o adolescente no recibió las dos dosis de la vacuna en los momentos recomendados, es posible que necesite recibir dos dosis de la vacuna con cuatro semanas de diferencia.

Los bebés nacidos de mujeres que han recibido la vacuna o que son inmunes porque ya han tenido sarampión suelen estar protegidos contra el sarampión durante unos 6 meses después del nacimiento. Si un niño requiere protección contra el sarampión antes de los 12 meses de edad (por ejemplo, porque debe viajar al exterior), se le puede administrar la vacuna a partir de los 6 meses de edad. Sin embargo, los niños vacunados de forma temprana igualmente deben vacunarse al cumplir las edades recomendadas.

Si se le administra a un niño la vacuna sarampión paperas rubéola como una combinación de las vacunas recomendadas, se puede evitar el retraso en la protección contra la infección por sarampión, paperas y rubéola, y con menos dosis. La vacuna combinada es igual de segura y eficaz que las vacunas que se administran por separado. Por lo general, los efectos secundarios son leves y pueden incluir inflamación en el brazo que recibió la inyección y fiebre.

Vacuna contra el sarampión en adultos

La vacuna contra el sarampión se suele administrar como una vacuna combinada contra sarampión, paperas y rubéola (triple viral). Esta vacuna también puede incluir la vacuna contra la sarampión paperas rubéola varicela. Los proveedores de atención médica recomiendan que los niños reciban la vacuna sarampión paperas rubéola entre los 12 y los 15 meses, y otra vez entre los 4 y los 6 años, antes del ingreso escolar.

Las dos dosis de la vacuna sarampión paperas rubéola tienen un 97 % de eficacia en la prevención del sarampión y protegen a quienes las reciben de por vida. La poca cantidad de personas que contraen sarampión después de vacunarse generalmente presentan síntomas leves.

Ten en cuenta:

  • Si vas a viajar fuera de los EE. UU. y tu hijo tiene entre 6 y 11 meses, habla con su proveedor de atención médica sobre la posibilidad de vacunarlo contra el sarampión antes de lo previsto.
  • Si tu hijo pequeño o adolescente no recibió las dos dosis de la vacuna en los momentos recomendados, es posible que necesite recibir dos dosis de la vacuna con cuatro semanas de diferencia.

Los bebés nacidos de mujeres que han recibido la vacuna o que son inmunes porque ya han tenido sarampión suelen estar protegidos contra el sarampión durante unos 6 meses después del nacimiento. Si un niño requiere protección contra el sarampión antes de los 12 meses de edad (por ejemplo, porque debe viajar al exterior), se le puede administrar la vacuna a partir de los 6 meses de edad. Sin embargo, los niños vacunados de forma temprana igualmente deben vacunarse al cumplir las edades recomendadas.

Si se le administra a un niño la vacuna sarampión paperas rubéola como una combinación de las vacunas recomendadas, se puede evitar el retraso en la protección contra la infección por sarampión, paperas y rubéola, y con menos dosis. La vacuna combinada es igual de segura y eficaz que las vacunas que se administran por separado. Por lo general, los efectos secundarios son leves y pueden incluir inflamación en el brazo que recibió la inyección y fiebre.

Prevención del sarampión durante un brote o infección conocida

Si alguien en tu casa tiene sarampión, toma estas precauciones para proteger a tus amigos y familiares que no tienen inmunidad:

  • Aislamiento. Dado que el sarampión es muy contagioso desde casi cuatro días antes hasta cuatro días después de la aparición del sarpullido, las personas con sarampión deben quedarse en casa y no retomar las actividades en las que interactúen con otras personas durante este período.

    Quienes no estén vacunados, por ejemplo, los hermanos de la persona infectada, deben mantenerse alejados de esta.

  • Vacunación. Asegúrate de que todas las personas que estén en riesgo de contraer sarampión y no tengan el esquema completo de vacunación reciban la vacuna contra el sarampión lo antes posible. Esto incluye a los bebés mayores de 6 meses y a cualquier persona nacida desde 1957 en adelante que no tenga evidencia de inmunidad.

Prevención del sarampión durante un brote o infección conocida

Si alguien en tu casa tiene sarampión, toma estas precauciones para proteger a tus amigos y familiares que no tienen inmunidad:

  • Aislamiento. Dado que el sarampión es muy contagioso desde casi cuatro días antes hasta cuatro días después de la aparición del sarpullido, las personas con sarampión deben quedarse en casa y no retomar las actividades en las que interactúen con otras personas durante este período.

    Quienes no estén vacunados, por ejemplo, los hermanos de la persona infectada, deben mantenerse alejados de esta.

  • Vacunación. Asegúrate de que todas las personas que estén en riesgo de contraer sarampión y no tengan el esquema completo de vacunación reciban la vacuna contra el sarampión lo antes posible. Esto incluye a los bebés mayores de 6 meses y a cualquier persona nacida desde 1957 en adelante que no tenga evidencia de inmunidad.

No existen pruebas de un posible vínculo entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola y el autismo

Luego del estudio del sarampión, paperas y rubéola en 1998, se constataron algunos descensos en la cantidad de vacunas en el Reino Unido y otros países y algunas personas creyeron que había un posible vínculo. Desde entonces, se han planteado preocupaciones generalizadas sobre un posible vínculo entre la vacuna contra sarampión, paperas y rubéola y el autismo. Sin embargo, en los informes exhaustivos de la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría), la National Academy of Medicine (Academia Nacional de Medicina) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se llegó a la conclusión de que no existe una relación con evidencia científica entre la vacuna contra sarampión, paperas y rubéola y el autismo.

Estas organizaciones señalan que el autismo se identifica a menudo en niños pequeños de entre 18 y 30 meses, que es aproximadamente el momento en que los niños reciben su primera vacuna contra sarampión, paperas y rubéola. Sin embargo, esta coincidencia temporal no debe confundirse con una relación de causa y efecto.

Diagnóstico

Por lo general, el proveedor de atención médica puede diagnosticar sarampión a partir del sarpullido característico de la enfermedad y también por puntos pequeños blanco azulados con fondo rojo intenso (mancha de Koplik) en la cara interna de la mejilla. Es posible que el proveedor de atención médica te pregunte si tú o tu hijo han recibido las vacunas contra el sarampión, si recientemente han viajado fuera de los EE. UU. y si han tenido contacto con una persona que haya tenido un sarpullido o fiebre.

No obstante, muchos proveedores de atención médica no han visto nunca el sarampión y pueden confundirlo con muchas otras enfermedades. Si es necesario, un análisis de sangre puede confirmar si el sarpullido es sarampión. El virus del sarampión también puede confirmarse con una prueba en la que generalmente se introduce un hisopo en la garganta o se analiza una muestra de orina.

Tratamiento

No hay tratamiento específico para la infección por sarampión una vez que esta se presenta. El tratamiento consiste en tomar medidas de bienestar para aliviar los síntomas, como el descanso, y tratar o prevenir las complicaciones.

No obstante, se pueden tomar algunas medidas para proteger a las personas que no son inmunes al sarampión después de que hayan estado expuestas al virus.

  • Vacunación posterior a la exposición. Se puede administrar la vacuna contra el sarampión a las personas que no son inmunes a esta enfermedad, incluidos los bebés, dentro de las 72 horas de ocurrida la exposición al virus del sarampión para que las proteja contra la enfermedad. Si aun así el sarampión se manifiesta, suele tener síntomas más leves y dura menos tiempo.
  • Concentrado de inmunoglobulinas. Las mujeres embarazadas, los bebés y las personas con sistemas inmunitarios debilitados que están expuestos al virus pueden recibir una inyección de proteínas (anticuerpos) denominada inmunoglobulina sérica. Cuando se administran en un plazo de seis días después de la exposición al virus, estos anticuerpos pueden prevenir el sarampión o ayudar a que los síntomas sean menos graves.

Medicamentos

El tratamiento para una infección por sarampión puede incluir lo siguiente:

  • Antifebriles. Si tú o tu hijo sienten malestar debido a la fiebre, pueden tomar medicamentos de venta libre, como acetaminofén (Tylenol, otros), ibuprofeno (Advil, Motrin IB, Children's Motrin, otros) o naproxeno sódico (Aleve) para ayudar a bajar la fiebre que aparece con el sarampión. Lee atentamente las etiquetas o pregunta al proveedor de atención médica o farmacéutico sobre la dosis idónea.

    Ten cuidado cuando les des aspirina a niños o adolescentes. Si bien el uso de la aspirina está aprobado en niños mayores de 3 años, los niños y adolescentes que se están recuperando de la varicela o de síntomas similares a los de la gripe nunca deben tomar aspirina. Esto se debe a que la aspirina se ha relacionado con el síndrome de Reye, una afección poco común, pero potencialmente mortal en este grupo de niños.

  • Antibióticos. Si se produce una infección bacteriana, como una neumonía o una infección de oído, mientras tú o tu hijo tienen sarampión, el proveedor de atención médica podría recetar un antibiótico.
  • Vitamina A. Los niños con niveles bajos de vitamina A tienen más probabilidades de tener un caso más grave de sarampión. Darles vitamina A puede disminuir la gravedad de la infección por sarampión. Generalmente, se administra en una dosis alta, de 200 000 unidades internacionales (UI), a los niños mayores de un año. Puede administrarse en una dosis más baja a niños más pequeños.

Autocuidados

Si tú o tu hijo tienen sarampión, mantente en contacto con el proveedor de atención médica mientras controlas el avance de la enfermedad y presta atención a las complicaciones. Prueba también estas medidas de bienestar:

  • Tómatelo con calma. Descansa y evita las actividades ajetreadas.
  • Bebe mucho líquido. Bebe mucha agua, jugo de frutas y té de hierbas para reemplazar los líquidos perdidos a causa de la fiebre y la sudoración. Si es necesario, puedes comprar soluciones de rehidratación sin receta médica. Estas soluciones contienen agua y sales en cantidades específicas para reponer el líquido y los electrolitos.
  • Humedece el aire. Usa un humidificador para aliviar la tos y el dolor de garganta. Humedecer el aire también puede ayudar a aliviar el malestar. Elige un humidificador de vapor frío y límpialo todos los días, ya que las bacterias y los mohos pueden desarrollarse en algunos humidificadores.
  • Humedece la nariz. Los atomizador nasales con solución salina pueden aliviar la irritación al mantener el interior de la nariz humedecida.
  • Descansa la vista. Si a ti o a tu hijo les molesta la luz brillante, como les sucede a muchas personas con sarampión, mantén las luces bajas o usa lentes de sol. Además, evita leer o mirar televisión si la luz de una lámpara de lectura o de la televisión te resulta molesta.

Preparación para la consulta

Si crees que tú o tu hijo tienen sarampión, ponte en contacto con el proveedor de atención médica. Cuando te registres para la cita médica, asegúrate de informar a la persona en el mostrador de recepción que sospechas que tienes una enfermedad infecciosa. Es posible que tú y tu hijo deban usar una mascarilla o que los lleven a una sala de exámenes inmediatamente.

Lo que puedes hacer

Antes de la cita médica, prepara una lista de lo siguiente:

  • Cualquier síntoma que tú o tu hijo manifiesten, incluidos los síntomas que quizás no parezcan relacionados con el motivo por el cual programaste la cita.
  • Información personal esencial, incluidos los viajes o contactos recientes con alguien que estaba enfermo.
  • Todos los medicamentos, vitaminas o suplementos que tú o tu hijo estén tomando.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica.

Estas son algunas preguntas básicas:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas o los de mi hijo?
  • ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Cuáles son los tratamientos disponibles y cuál me recomienda?
  • ¿Hay algo que pueda hacer para que mi hijo se sienta más cómodo?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

Qué esperar de tu médico

El proveedor de atención médica puede pedirte que vayas al consultorio antes o después de las horas de atención para reducir el riesgo de exponer al sarampión a otras personas. Además, si el proveedor de atención médica cree que tú o tu hijo tienen sarampión, este debe informarlo al departamento local de salud.

Es probable que el proveedor de atención médica también te haga algunas preguntas, como las siguientes:

  • ¿Tú o tu hijo se vacunaron contra el sarampión? De ser así, ¿recuerdas cuándo?
  • ¿Viajaste fuera de los EE. UU. recientemente?
  • ¿Alguien más vive en tu hogar? De ser así, ¿se vacunaron todos contra el sarampión?

Qué puedes hacer mientras tanto

Mientras esperas que el proveedor de atención médica te atienda:

  • Mantente bien hidratado
  • Baja la fiebre de manera segura
  • Aíslate de los demás
Last Updated: July 19th, 2022