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Trastornos de la alimentación

La anorexia, la bulimia, y el trastorno alimentario compulsivo afectan la salud física y mental. Obtén información sobre los síntomas, las causas, los factores de riesgo, el diagnóstico y las opciones de tratamiento.

Perspectiva general

Los trastornos alimentarios son enfermedades graves que afectan tanto la salud física como la mental. Estas afecciones incluyen problemas en la forma de pensar sobre la comida, la alimentación, el peso y la figura, así como en los comportamientos alimentarios. Estos síntomas pueden afectar tu salud, tus emociones y tu capacidad para desenvolverte en ámbitos importantes de la vida.

Si no se tratan de manera eficaz, los trastornos alimentarios pueden convertirse en problemas crónicos y, en algunos casos, pueden causar la muerte. Los trastornos alimentarios más frecuentes son la anorexia, la bulimia y el trastorno alimentario compulsivo.

La mayoría de los trastornos alimentarios implica centrarse demasiado en el peso, la forma del cuerpo y la comida. Esto puede derivar en comportamientos alimentarios peligrosos. Estos comportamientos pueden afectar gravemente la capacidad de obtener la nutrición que el cuerpo necesita. Los trastornos alimentarios pueden dañar el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca. Pueden llevar a otras enfermedades. También están relacionados con la depresión, la ansiedad, las autolesiones y los pensamientos y comportamientos suicidas.

Con el tratamiento adecuado, puedes volver a tener hábitos alimentarios más saludables y aprender formas más sanas de pensar sobre la comida y el cuerpo. También puedes revertir o reducir los problemas graves causados por el trastorno alimentario.

Síntomas

Los síntomas varían según el tipo de trastorno alimentario. La anorexia, la bulimia y el trastorno alimentario compulsivo son los trastornos alimentarios más comunes. Las personas con dichos trastornos pueden tener diferentes tallas y tipos de cuerpo.

Anorexia

La anorexia, o anorexia nerviosa, puede ser un trastorno alimentario mortal. Consiste en un bajo peso corporal poco saludable, miedo excesivo a aumentar de peso y una impresión engañosa del peso y la figura corporal. A menudo, la anorexia implica hacer esfuerzos extremos para controlar el peso y la figura, lo cual suele afectar gravemente la salud y la vida diaria.

La anorexia puede consistir en limitar drásticamente la ingesta de calorías o suprimir ciertos tipos o grupos de alimentos. Es posible que se utilicen otros métodos para perder peso, como hacer ejercicio en exceso, usar laxantes o suplementos dietéticos o inducir vómitos después de comer. Los esfuerzos para bajar de peso pueden causar problemas de salud graves, incluso a quienes siguen comiendo a lo largo del día o no tienen un peso extremadamente bajo.

Bulimia

La bulimia, también llamada bulimia nerviosa, es un trastorno alimentario grave, que a veces pone en riesgo la vida. La bulimia incluye episodios de atracones, comúnmente seguidos de episodios de purgas. A veces, la bulimia también incluye comer de manera muy limitada durante un tiempo. Esto a menudo lleva a impulsos más fuertes de atracones y posteriores purgas.

Los atracones consisten en ingerir alimentos, a veces una cantidad extremadamente grande, en un breve período. Durante los atracones, la gente siente que no tiene control sobre lo que come y que no puede parar. Después de comer, debido a la culpa, la vergüenza o un miedo intenso a subir de peso, se realiza una purga para deshacerse de las calorías. La purga puede incluir vómitos, hacer demasiado ejercicio, no comer durante un tiempo o utilizar otros métodos, como tomar laxantes. Algunas personas cambian las dosis de los medicamentos, como las cantidades de insulina, para intentar perder peso.

La bulimia también implica estar preocupado por el peso y la forma del cuerpo, además de una autocrítica grave y dura de la apariencia personal.

Trastorno alimentario compulsivo

El trastorno alimentario compulsivo consiste en ingerir alimentos en un lapso corto de tiempo. Al comer compulsivamente, se tiene la sensación de no tener control sobre la comida, pero después de un atracón no se produce una purga. Durante un atracón, es posible que las personas coman más rápido o más de lo previsto. Aunque no tengan hambre, pueden seguir comiendo a pesar de sentirse demasiado llenos.

Luego de un atracón, las personas suelen sentirse con mucha culpa, asco o vergüenza. Puede que sientan miedo a aumentar de peso y que traten de restringir la ingesta de comida drásticamente durante ciertos períodos. Esto ocasiona un aumento del impulso de atracones, lo que genera un ciclo poco saludable. La vergüenza puede llevar al individuo a comer a solas para ocultar los atracones. Por lo general, los atracones se repiten al menos una vez a la semana.

Trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos

El trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos incluye comer de forma extremadamente limitada o no comer determinados alimentos. El patrón de alimentación a menudo no satisface las necesidades nutricionales diarias mínimas. Esto puede llevar a problemas de crecimiento, desarrollo y funcionamiento en la vida diaria. Sin embargo, las personas con este trastorno no tienen miedo a subir de peso o a aumentar el tamaño de su cuerpo. En cambio, puede que no les interese comer o que eviten los alimentos con un determinado color, textura, olor o sabor. También pueden preocuparse por lo que pueda ocurrir al comer. Por ejemplo, pueden tener miedo a atragantarse o a vomitar, o les puede preocupar tener problemas de estómago.

El trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos puede diagnosticarse en todas las edades, pero es más frecuente en niños pequeños. El trastorno puede ocasionar una pérdida de peso importante o una falta de aumento de peso en la infancia. La falta de una nutrición adecuada puede llevar a problemas de salud graves.

Cuándo consultar al médico

Un trastorno alimentario puede ser difícil de controlar o superar sin ayuda. Cuanto antes recibas tratamiento, más probabilidades tendrás de una recuperación completa. A veces las personas pueden tener comportamientos alimentarios problemáticos que son similares a algunos de los síntomas de un trastorno alimentario, pero los síntomas no cumplen con las pautas para el diagnóstico de un trastorno alimentario. Sin embargo, estos comportamientos alimentarios problemáticos pueden afectar gravemente la salud y el bienestar.

Si tienes comportamientos alimentarios problemáticos que te causan angustia o afectan tu vida o tu salud, o si crees que tienes un trastorno alimentario, busca ayuda médica.

Pedirle encarecidamente a un ser querido que busque tratamiento

Muchas personas que tienen trastornos alimentarios piensan que no necesitan tratamiento. Una de las características principales de muchos trastornos alimentarios es no darse cuenta de la gravedad de los síntomas. Además, la culpa y la vergüenza suelen hacer que las personas eviten pedir ayuda.

Si te preocupa algún amigo o familiar, pídele que hable con un proveedor de atención médica de inmediato. Aunque esa persona no esté lista para admitir que tiene un problema con la comida, puedes iniciar la conversación expresándole que estás preocupado y deseas escucharla.

Algunas de las señales de alerta que pueden indicar la presencia de un trastorno alimentario son las siguientes:

  • Evitar comidas o refrigerios, o poner excusas para no comer.
  • Tener una dieta muy restringida que no ha sido recetada por un profesional de la salud capacitado.
  • Darle mucha importancia a la comida o la alimentación saludable, especialmente si eso significa evitar participar en eventos comunes, como banquetes deportivos, comer torta de cumpleaños o salir a cenar.
  • Hacer comida para uno mismo en lugar de comer lo que come la familia.
  • Apartarse de las actividades sociales frecuentes.
  • Estar preocupado o quejarse continuamente por no estar en forma o por tener sobrepeso, y hablar de perder peso.
  • Mirarse en el espejo con frecuencia para ver lo que se percibe como defectos.
  • Comer mucha cantidad de comida de manera reiterada.
  • Usar suplementos alimenticios, laxantes o productos herbarios para perder peso.
  • Ejercitarse mucho más que una persona promedio. Esto incluye no tomarse días de descanso o de vacaciones por lesión o enfermedad, o negarse a asistir a eventos sociales u otros eventos comunes por la necesidad de hacer ejercicio.
  • Callosidades en los nudillos por meterse los dedos en la boca para vomitar.
  • Los problemas de pérdida del esmalte de los dientes pueden ser un signo de vomitar reiteradamente.
  • Abandonar la mesa durante las comidas o apenas se termina de comer para usar el baño.
  • Hablar de depresión, enojo, vergüenza o culpa respecto de los hábitos alimenticios.
  • Comer en secreto.

Si te preocupa tener un trastorno alimentario o que tu hijo lo tenga, ponte en contacto con un proveedor de atención médica para hablar sobre este tema. Si es necesario, pide que te remitan a un proveedor de atención para la salud mental con experiencia en los trastornos de la alimentación. O, si tu seguro de salud te lo permite, comunícate con un experto directamente.

Causas

Se desconoce la causa exacta de los trastornos de alimentación. Al igual que ocurre con otras afecciones de salud mental, puede haber distintas causas, como las siguientes:

  • Genética. Es posible que algunas personas tengan genes que aumentan el riesgo de desarrollar un trastorno alimentario.
  • Biología. Los factores biológicos, como los cambios en las sustancias químicas del cerebro, pueden influir en estos trastornos.

Factores de riesgo

Cualquier persona puede desarrollar un trastorno alimentario. Los trastornos alimentarios suelen comenzar durante la adolescencia y la juventud, aunque pueden producirse a cualquier edad.

Ciertos factores pueden incrementar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, como los siguientes:

  • Antecedentes familiares. Los trastornos alimentarios son más probables en personas con padres o hermanos que han tenido ese tipo de trastorno.
  • Otros problemas de salud mental. Los traumas, la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo y otros problemas de salud mental pueden aumentar las probabilidades de tener un trastorno alimentario.
  • Dietas e inanición. Hacer dieta con frecuencia es un factor de riesgo para desarrollar un trastorno alimentario, en especial si el peso corporal sube y baja constantemente al iniciar y abandonar nuevas dietas. Existen pruebas sólidas de que muchos de los síntomas de un trastorno alimentario son síntomas de inanición. La inanición afecta al cerebro y puede llevar a cambios en el estado de ánimo, pensamiento inflexible, ansiedad y reducción del apetito. Esto puede hacer que se mantengan la ingesta insuficiente de alimentos o las conductas alimentarias problemáticas y que resulte difícil recuperar los hábitos de alimentación saludable.
  • Antecedentes de acoso por el peso. Las personas que han sido acosadas o sujeto de burlas por su peso son más propensas a desarrollar problemas con la alimentación o trastornos alimentarios. Entre ellas, se incluyen las personas a quienes han avergonzado por su peso sus compañeros, profesionales de atención médica, entrenadores, maestros o familiares.
  • Estrés. Los cambios pueden causar estrés, ya sea el comienzo de la universidad, una mudanza, un trabajo nuevo o problemas familiares o de pareja. Y el estrés puede aumentar el riesgo de presentar un trastorno alimentario.

Complicaciones

Los trastornos alimentarios causan complicaciones muy variadas, algunas de las cuales ponen en riesgo la vida. Cuanto mayor es la gravedad del trastorno o cuanto más perdura, más probable es que se presenten complicaciones graves. Estas pueden ser algunas de ellas:

  • Problemas de salud graves.
  • Depresión y ansiedad.
  • Pensamientos o conductas suicidas.
  • Problemas con el crecimiento y el desarrollo.
  • Problemas sociales y en las relaciones.
  • Trastornos por consumo de sustancias adictivas.
  • Problemas en el trabajo y la escuela.
  • Muerte.

Prevención

No hay una forma segura de prevenir los trastornos alimentarios, pero puedes tomar medidas para desarrollar hábitos alimentarios saludables. Si tienes un hijo, puedes ayudarle a reducir el riesgo de que desarrolle trastornos alimentarios.

Adultos

Para desarrollar hábitos de alimentación saludable y comportamientos de un estilo de vida saludable:

  • Elige una dieta saludable rica en granos o cereales integrales, frutas y verduras. Limita el consumo de sal, azúcar, alcohol, grasas saturadas y grasas trans. Evita las dietas extremas. Si debes perder peso, habla con el proveedor de atención médica o con un dietista para crear un plan que satisfaga tus necesidades.
  • No uses suplementos alimenticios, laxantes ni productos herbarios para bajar de peso.
  • Haz suficiente actividad física. Cada semana, haz al menos 150 minutos de actividad aeróbica, como caminar a paso ligero. Elige actividades que disfrutes para que sea más probable que las hagas.
  • Busca ayuda para los problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o problemas con la autoestima y la imagen corporal.

Para ver más pautas sobre alimentos y nutrición, así como actividad física, ingresa a health.gov.

Habla con el proveedor de atención médica si tienes inquietudes sobre tus conductas alimenticias. El tratamiento temprano puede evitar que el problema empeore.

Niños

Estas son algunas maneras de ayudar a tu hijo a desarrollar conductas alimentarias saludables:

  • Evita hacer dieta en presencia de tu hijo. Es posible que los hábitos alimentarios familiares influyan en las relaciones que los niños desarrollan con la comida. Comer en familia te da la oportunidad de enseñarle a tu hijo sobre los peligros de hacer dietas. También te ayuda a observar si tu hijo come suficiente cantidad y variedad de alimentos.
  • Habla con tu hijo. Existen muchos sitios web y otros espacios en las redes sociales que fomentan ideas peligrosas, como proponer que la anorexia es la elección de un estilo de vida y no un trastorno alimentario. Algunos sitios alientan a los adolescentes a comenzar dietas restrictivas. Es importante corregir este tipo de ideas erróneas. Habla con tu hijo sobre los riesgos de tomar decisiones poco saludables en cuanto a la alimentación.
  • Alienta y refuerza una imagen corporal saludable en tu hijo, independientemente de su figura o talla. Habla con tu hijo sobre la imagen que tiene de sí mismo y tranquilízalo diciéndole que las formas del cuerpo pueden ser diferentes. No critiques tu propio cuerpo delante de tu hijo. Los mensajes de aceptación y respeto pueden ayudar a desarrollar una autoestima sana. También pueden desarrollar resiliencia, la capacidad de recuperarse con rapidez de situaciones difíciles. Estas habilidades pueden ayudar a los niños a sobrellevar los momentos desafiantes de la adolescencia y la juventud.
  • Pide ayuda al proveedor de atención médica de tu hijo. En las visitas del niño sano, los proveedores de atención médica podrían identificar los signos tempranos de un trastorno alimentario. Pueden preguntar al niño sobre sus hábitos alimentarios. Estas consultas incluyen el control de los percentiles de estatura y peso y del índice de masa corporal, que pueden advertirles a ti y al proveedor de atención médica de tu hijo de cualquier cambio importante.

Ofrece tu ayuda

Si te das cuenta de que un familiar o amigo muestra signos de un trastorno alimentario, considera la posibilidad de hablar con esa persona sobre tu preocupación por su bienestar. Tal vez no puedas evitar que desarrolle un trastorno alimentario, pero tenderle la mano con compasión puede alentar a la persona a buscar tratamiento.

Diagnóstico

Los trastornos de la alimentación se diagnostican a partir de los síntomas y de una revisión de las conductas y los hábitos alimenticios. Puedes ver tanto a un proveedor de atención médica como a un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico.

Para el diagnóstico, podría ser necesario lo siguiente:

  • Examen físico. Probablemente, el proveedor de atención médica te examine para descartar otras causas médicas para tus problemas de alimentación. También puede pedir análisis de laboratorio.
  • Evaluación de salud mental. Un profesional de la salud mental puede preguntarte sobre tus pensamientos, sentimientos, y conductas y hábitos alimenticios. También podría pedirte que respondas una serie de preguntas para ayudar con el diagnóstico.
  • Otros estudios. Se podrían hacer otras pruebas para buscar complicaciones relacionadas con tus problemas alimenticios.

Tratamiento

El mejor tratamiento para un trastorno de la alimentación requiere un trabajo en equipo. Generalmente, el equipo se compone de tu proveedor principal de atención médica, un profesional de salud mental y, a veces, un dietista diplomado. Busca profesionales con experiencia en el tratamiento de trastornos de la alimentación.

El tratamiento depende de tu tipo específico de trastorno de la alimentación. Pero, en general, incluye lo siguiente:

  • Aprendizaje sobre la nutrición adecuada.
  • Aprendizaje sobre cómo desarrollar hábitos de alimentación saludable.
  • Orientación sobre cómo alcanzar un peso saludable si tienes bajo peso.
  • Terapia conductual, a veces denominada psicoterapia.
  • Medicamentos, de ser necesario.

Si tu vida corre riesgo, es posible que debas ir a un hospital de inmediato.

Terapia conductual

Ciertas terapias conductuales pueden ser eficaces para tratar los trastornos de la alimentación. Entre ellas se incluyen las siguientes:

  • Tratamiento basado en la familia. El tratamiento basado en la familia es un tratamiento ambulatorio para niños y adolescentes con anorexia. También es probable que sea eficaz para la bulimia y otros comportamientos alimenticios problemáticos. La familia participa para garantizar que el niño u otro familiar siga patrones de alimentación saludable y mantenga un peso saludable.
  • Terapia cognitivo conductual. La terapia cognitivo conductual se usa comúnmente en el tratamiento de trastornos de la alimentación, especialmente la bulimia, el trastorno alimentario compulsivo y otros comportamientos problemáticos respecto a la alimentación. Con mayor frecuencia, se usa un tipo de terapia cognitivo conductual llamada terapia cognitivo conductual mejorada. Aprenderás a controlar y mejorar tus hábitos alimenticios y tu estado de ánimo, desarrollar la capacidad para resolver problemas y explorar formas saludables de afrontar las situaciones estresantes.

Medicamentos

Los medicamentos no pueden curar un trastorno alimentario. Se ha demostrado que ningún medicamento ayuda con el aumento de peso o para el tratamiento de la anorexia. En el caso de la bulimia o el trastorno alimentario compulsivo, algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los impulsos de atracones o depuraciones, o a controlar la atención extrema que se le presta a la comida y la dieta.

Una internación o un programa diurno

Si tienes problemas graves de salud relacionados con un trastorno de la alimentación, el proveedor de atención médica podría recomendarte que te quedes en el hospital durante un tiempo. Ciertas clínicas se especializan en el tratamiento de personas con trastornos de la alimentación. Algunas pueden ofrecer programas diurnos, en lugar de una internación. Es posible que los programas especializados para trastornos de la alimentación ofrezcan un tratamiento más intensivo durante períodos más largos.

Estilo de vida y remedios caseros

Para mejorar las probabilidades de recuperarte con éxito de un trastorno de la alimentación:

  • Busca un proveedor de atención para la salud mental con experiencia en trastornos de la alimentación. El tratamiento es más eficaz cuando lo brinda un proveedor de atención médica con capacitación especializada en trastornos de la alimentación. Busca un proveedor de atención médica con experiencia en tratamientos que se haya demostrado que son eficaces, como el tratamiento basado en la familia o la terapia cognitivo conductual.
  • Sigue tu plan de tratamiento. No faltes a las sesiones de terapia e intenta no desviarte de los planes de comida. Sigue las indicaciones del proveedor de atención médica sobre la actividad física y el ejercicio.
  • Habla con el proveedor de atención médica sobre los suplementos de vitaminas y minerales apropiados. Si no comes bien, es probable que tu cuerpo no esté recibiendo todos los nutrientes que necesita, como vitamina D o hierro. En el caso de las personas sanas, los proveedores de atención médica generalmente recomiendan obtener la mayoría de las vitaminas y los minerales de los alimentos.
  • Resiste los impulsos para pesarte. Tampoco te mires al espejo con frecuencia. Esto podría aumentar tu deseo de mantener hábitos que no son saludables.
  • No te aísles de los demás. Tus familiares y amigos cercanos quieren lo mejor para ti y desean verte saludable.

Medicina alternativa

La medicina alternativa es un nombre popular que se les da a las prácticas de atención médica que no suelen ser parte de la medicina tradicional que se basa en estudios de investigación. La medicina complementaria e integradora, cuando está basada en investigaciones sólidas, se puede utilizar junto con la medicina estándar, pero no sustituye la atención médica tradicional.

Por lo general, las personas suelen solicitar servicios de medicina complementaria o alternativa para mejorar su salud. Sin embargo, los suplementos alimenticios y los productos herbarios creados para disminuir el apetito o ayudar a perder peso pueden ser peligrosos y las personas que tienen trastornos de alimentación pueden usarlos mal. Esos productos pueden tener interacciones peligrosas con otros medicamentos.

Los suplementos para perder peso y otros suplementos alimenticios no necesitan la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para ser comercializados. La Administración de Alimentos y Medicamentos tiene una lista en línea de productos peligrosos para la pérdida de peso, algunos de los cuales pueden causar daños graves, como latidos del corazón irregulares, aumento de la presión arterial, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte.

Habla con el proveedor de atención médica antes de probar cualquier práctica de medicina complementaria o alternativa. Natural no siempre significa seguro. El proveedor de atención médica puede ayudarte a entender los posibles riesgos y beneficios de esos tratamientos antes de probarlos.

Reducir el estrés y la ansiedad

Algunos abordajes y tratamientos complementarios pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. También promueven la relajación y ayudan a aumentar la sensación de bienestar. Algunos ejemplos de estos tratamientos son:

  • Acupuntura.
  • Masajes.
  • Yoga.
  • Meditación.

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Es difícil controlar un trastorno alimentario cuando recibes mensajes contradictorios de los medios de comunicación, la cultura y, a veces, tu familia o los amigos. Si tú o un ser querido padecen un trastorno alimentario, consulta con tu médico o con un profesional de la salud mental sobre cómo afrontarlo y cómo recibir apoyo emocional.

Aprender estrategias de afrontamiento eficaces y obtener el apoyo que necesitas de tu familia y amigos son vitales para el éxito del tratamiento.

Preparación antes de la cita

A continuación encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica. Puedes pedirle a un familiar o amigo que te acompañe para darte apoyo y ayudarte a recordar. Un familiar podría darle al proveedor de atención médica una imagen más completa de tu vida doméstica.

Qué puedes hacer

Antes de la cita médica, prepara una lista de lo siguiente:

  • Cualquier síntoma que tengas, incluso los que no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita médica. Trata de recordar cuándo comenzaron los síntomas.
  • Información personal esencial, como situaciones muy estresantes o cambios recientes en tu vida.
  • Todos los medicamentos, incluidos los de venta libre, las vitaminas, los productos herbarios u otros suplementos que estés tomando y sus dosis.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica o proveedor de atención para la salud mental para no olvidarte de consultarle todo lo que quieres saber.

Algunas de las preguntas que podrías hacer incluyen las siguientes:

  • ¿Cree que tengo un trastorno alimentario?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme? ¿Estas pruebas requieren alguna preparación especial?
  • ¿Esta afección es temporal o persistente?
  • ¿Cuáles son los tratamientos disponibles y cuál me recomienda?
  • ¿De qué manera el tratamiento afectará mi peso?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda consultar? ¿Qué sitios web me sugiere?

No dudes en hacer otras preguntas que tengas durante la cita médica.

Qué esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica o el proveedor de atención para la salud mental te haga varias preguntas, como las siguientes:

  • Háblame sobre tus hábitos alimenticios.
  • ¿Hace cuánto tiempo que estás preocupado por tu peso?
  • ¿Haces ejercicio? ¿Con qué frecuencia haces ejercicio, y durante cuánto tiempo?
  • ¿Has encontrado otras maneras de bajar de peso?
  • ¿Tienes algún síntoma físico?
  • ¿Vomitaste alguna vez porque te sentías demasiado lleno?
  • ¿Expresaron otras personas preocupación por tu peso?
  • ¿Piensas en comida con frecuencia?
  • ¿Alguna vez comes a escondidas?
  • ¿Alguna vez alguno de tus familiares tuvo síntomas o un diagnóstico de un trastorno de la alimentación?

Es posible que el proveedor de atención médica te haga otras preguntas según tus respuestas, síntomas y necesidades. Prepárate para contestar preguntas, de modo que tengas tiempo de conversar sobre lo que sea más importante para ti.

Last Updated: May 12th, 2023