Estrés y caída del cabello: ¿están relacionados?
Infórmate sobre cómo pueden relacionarse el estrés y la pérdida del cabello.
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Sí, el estrés y la caída del pelo pueden estar relacionados.
Hay tres tipos de caída del pelo que pueden asociarse a niveles elevados de estrés:
- Efluvio telógeno. En el efluvio telógeno, un estrés importante provoca que bastantes folículos pilosos pasen a una fase de reposo. En unos meses, los pelos afectados pueden caerse repentinamente con solo peinarse o lavarse el pelo.
- Tricotilomanía. La tricotilomanía es una necesidad irresistible y recurrente de arrancarte el cabello del cuero cabelludo, de las cejas o de otras zonas del cuerpo, aunque intentes detenerte. Jalarse el pelo puede ser una forma de afrontar sentimientos negativos o incómodos, como el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.
- Alopecia areata. Se cree que hay una serie de factores que causan la alopecia areata, como el estrés grave. En la alopecia areata, el sistema inmunitario del organismo ataca los folículos pilosos, lo que provoca la caída del cabello.
El estrés y la caída del pelo no tienen porque ser permanentes. Y si consigues controlar el estrés, es posible que te vuelva a crecer el pelo.
Asegúrate de hablar con el médico si notas una pérdida repentina o despareja del cabello, o una pérdida de cabello mayor de lo normal al peinarse o lavarse el cabello. La pérdida repentina del cabello puede ser signo de una enfermedad subyacente que puede requerir tratamiento. Si es necesario, el médico también puede sugerir opciones de tratamiento para la caída del pelo.
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