Rayos X durante el embarazo: ¿es segura?
Conoce cuándo una radiografía durante el embarazo puede ser perjudicial y cómo evitarlo.
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La posibilidad de que una radiografía durante el embarazo cause daño al feto es muy pequeña. Generalmente, los beneficios de la información de una radiografía superan los riesgos.
En ocasiones, las radiografías que se utilizan para detectar problemas de salud se denominan diagnóstico por imágenes. En la mayoría de los casos se usa una dosis baja de radiación. Y en muchas radiografías no se exponen directamente los órganos reproductores a los haces de radiación. Algunos ejemplos son las radiografías de los dientes, la cabeza, los brazos, las piernas y el tórax. No es necesario que uses un delantal de plomo durante esas radiografías, incluso durante un embarazo.
Las radiografías que se centran en el abdomen, la zona lumbar o la pelvis podrían exponer directamente el vientre a los haces de radiación. El riesgo de dañar al feto con este tipo de radiografía depende de lo avanzado que esté el embarazo. La cantidad de radiación y el tipo de radiografía también marcan la diferencia. El equipo de atención médica puede adoptar una serie de medidas para reducir al mínimo la radiación que recibe el feto.
Hacer muchas radiografías del abdomen en un corto período en las primeras etapas del embarazo podría derivar en problemas de salud para el bebé en desarrollo. Recibir radiación en dosis muy altas durante las dos primeras semanas después de la concepción podría ocasionar un aborto espontáneo.
Las dosis altas de radiación durante las primeras ocho semanas después de la concepción aumentan el riesgo de desarrollar algunos defectos congénitos, entre ellos:
- Un feto que crece menos de lo esperado. Esto se conoce como restricción del crecimiento fetal.
- La cabeza de un bebé es más pequeña al nacer de lo que es típico en un recién nacido. El término médico para este problema es microcefalia.
- Defectos de nacimiento que afectan los huesos, los ojos o los genitales.
Entre las semanas 8 y 15 de embarazo, un bebé en desarrollo expuesto a dosis muy altas de radiación puede tener un mayor riesgo de sufrir problemas de aprendizaje. Pero los niveles de radiación necesarios para causar estos cambios son mucho más altos que los utilizados en el diagnóstico típico por imágenes.
Antes de hacerte una radiografía, informa al profesional de atención médica si cursas un embarazo o planeas uno. Tal vez sea posible posponer la radiografía. Si no se puede posponer, tu equipo de atención médica puede reducir la cantidad de radiación en la radiografía y tomar medidas para minimizar la radiación que recibe el feto.
Si tienes un hijo que necesita una radiografía, no lo sostengas en brazos durante el examen si cursas un embarazo o es posible que haya uno.
Si te hicieron una radiografía antes de saber que había un embarazo, habla al respecto con tu profesional de atención médica.
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