Ataques de pánico nocturnos: ¿qué los provoca?
Los ataques de pánico nocturnos pueden causar sudoración, frecuencia cardíaca rápida, temblores, falta de aire, respiración excesiva, sofocos o escalofríos. Obtén información sobre el tratamiento.
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Los ataques de pánico que suceden durante la noche (nocturnos) pueden presentarse sin un desencadenante aparente y despertarte del sueño. Al igual que con los ataques de pánico diurnos, puedes tener sudoración, frecuencia cardíaca rápida, temblores, falta de aire, respiración excesiva (hiperventilación), sofocos o escalofríos, y la sensación de que algo muy malo va a suceder pronto. Estos signos y síntomas preocupantes se parecen a los de un ataque al corazón o a los de otras enfermedades graves. Aunque los ataques de pánico son desagradables, no son peligrosos.
Por lo general, los ataques de pánico nocturnos duran solo unos pocos minutos, pero puede llevar un tiempo calmarse y conciliar nuevamente el sueño después de un episodio. Las personas que sufren ataques de pánico nocturnos también suelen tenerlos durante el día.
No se sabe qué es lo que causa los ataques de pánico. Algunos de los factores subyacentes pueden ser la genética, el estrés y ciertos cambios en la forma en que funcionan algunas partes del cerebro. En algunos casos, una afección preexistente, como un trastorno del sueño o un problema de tiroides, puede provocar signos y síntomas parecidos a los del pánico. Habla con el médico sobre tus síntomas y averigua si necesitas hacerte estudios para detectar alguna afección no diagnosticada.
El tratamiento —la terapia cognitivo-conductual, los medicamentos o ambos— puede ayudar a prevenir los ataques de pánico y a reducir su intensidad cuando se presenten.
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