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El ejercicio y la esclerosis múltiple

Reduce los síntomas de la esclerosis múltiple a través del ejercicio.

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Sí, las personas con esclerosis múltiple pueden hacer ejercicio. Adopta un enfoque individualizado, ya que la discapacidad en este tipo de enfermedad puede variar de persona a persona. Algunas personas se desaniman y no hacen ejercicio porque sienten mucho cansancio y presentan debilidad y falta de coordinación. Sin embargo, mantenerse activo puede ayudar a las personas que padecen esclerosis múltiple de muchas maneras.

Algunos estudios demuestran que los beneficios de hacer ejercicio superan con creces las dificultades si se tiene esclerosis múltiple. Pero recuerda que no debes excederte y que la moderación es fundamental. Además, el ejercicio regular puede evitar la obesidad, que suele empeorar los síntomas, como sentir mucho cansancio y tener problemas para moverse. Es posible que, al perder peso, se mejore el estado de ánimo, el sueño y más.

Si tienes esclerosis múltiple, consulta con el profesional de atención médica antes de comenzar una rutina. Las personas con esclerosis múltiple pueden beneficiarse al realizar 30 minutos de actividad física cinco días a la semana, como mínimo. El ejercicio aeróbico regular puede aumentar la fuerza y el equilibrio, mejorar el control de los intestinos y de la vejiga, y disminuir la espasticidad o rigidez relacionada con la esclerosis múltiple.

Adopta un enfoque amable al hacer ejercicio. La intensidad y la frecuencia con la que ejercites dependen de tus síntomas, tu fuerza y tu resistencia. Si sufres esclerosis múltiple, el ejercicio agresivo puede producirte cansancio y empeorar otros síntomas. Las investigaciones demuestran que, incluso el ejercicio moderado, puede ofrecer beneficios en cuanto al equilibrio, la energía, el nivel de estado físico y la calidad de vida.

Puedes tener entumecimiento, hormigueo o visión borrosa cuando empiezas a hacer ejercicio. Esto se debe a que el esfuerzo produce un aumento de la temperatura corporal del torso. Por lo general, los síntomas se alivian a medida que el cuerpo se enfría y descansa. Para controlar la temperatura corporal mientras haces ejercicio puedes usar ropa refrescante o un dispositivo, como un ventilador personal.

Un fisioterapeuta o un entrenador que esté familiarizado con la esclerosis múltiple puede ayudarte a crear una rutina que se adapte a tus capacidades. En la rutina también se pueden tener en cuenta ciertas cuestiones, como la temperatura corporal, el equilibrio, la sensación de mucho cansancio y la rigidez. Es probable que el terapeuta o el entrenador te ayuden a vigilar el pulso y la frecuencia respiratoria para que no te esfuerces demás.

Podrías considerar hacer ejercicio en la piscina, como los ejercicios aeróbicos acuáticos. Este tipo de actividad física suele mejorar el equilibrio, lo que podría reducir el riesgo de sufrir caídas. Los ejercicios en la piscina también suponen un menor esfuerzo para las articulaciones y un menor riesgo de sobrecalentamiento.

Cualquier persona con esclerosis múltiple puede modificar una rutina de ejercicios para satisfacer sus necesidades específicas. Solo recuerda trabajar dentro de tu rango de capacidad y no sobreexigirte.

Last Updated: April 27th, 2024