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COVID-19: ¿quién está a un mayor riesgo para los síntomas de gravedad?

La edad avanzada y algunas enfermedades pueden aumentar el riesgo de presentar un cuadro grave de COVID-19 (enfermedad por coronavirus 2019).

Muchas personas que tienen COVID-19, o enfermedad por coronavirus 2019, se recuperan en casa. Sin embargo, para algunas personas, la COVID-19 puede ser una enfermedad grave. Algunas personas pueden necesitar atención médica en el hospital, tratamiento en la unidad de cuidados intensivos y asistencia respiratoria. En algunas personas, un cuadro grave de COVID-19 puede llevar a la muerte.

No se conocen todos los factores de riesgo de una enfermedad grave por la COVID-19. Sin embargo, se destacan algunos riesgos gracias a las investigaciones realizadas desde el inicio de la pandemia.

¿Qué aumenta el riesgo de tener un cuadro grave o crítico de COVID-19?

El riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19 depende de tu estado de salud, tu edad y las actividades que haces. Tu riesgo también depende de otros factores, como el lugar donde vives, trabajas o estudias, la facilidad con la que puedes recibir atención médica y tu estabilidad económica.

Si tienes más de un factor de riesgo, tu riesgo aumenta con cada uno.

La edad aumenta el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19

Las personas de más de 65 años y los bebés menores de 6 meses tienen un riesgo más alto que el promedio de tener un cuadro grave de COVID-19. Esos grupos de edad tienen el mayor riesgo de necesitar atención en el hospital a causa de la COVID-19.

Los bebés menores de 6 meses no son elegibles para recibir la vacuna de la COVID-19, lo que aumenta su riesgo. En las personas mayores, el problema es que el sistema inmunitario tiene menos capacidad de eliminar los gérmenes a medida que las personas envejecen. Además, con la edad, son más probables las enfermedades que aumentan el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19. En los EE. UU. en marzo de 2024, alrededor del 76 % de todas las muertes por COVID-19 han sido entre personas de más de 65 años.

La edad en conjunto con las enfermedades aumentan el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19

Las personas que tienen otros problemas de salud son más propensas a tener un cuadro grave de COVID-19.

Algunas enfermedades comunes asociadas al envejecimiento son las siguientes:

  • Enfermedades cardíacas. Entre los ejemplos se encuentran la insuficiencia cardíaca y la enfermedad de las arterias coronarias.
  • Diabetes mellitus. El riesgo es mayor tanto para el tipo 1 como para el tipo 2.
  • Enfermedades pulmonares crónicas. Esto incluye la enfermedad de las vías respiratorias y afecciones que dañan el tejido pulmonar.
  • Obesidad. El riesgo aumenta mientras más alto sea el índice de masa corporal (IMC), con el mayor riesgo para un IMC de 40 o más.
  • Enfermedad renal crónica. El riesgo aumenta si recibes diálisis.

Estas enfermedades se vuelven más comunes a medida que las personas envejecen. Sin embargo, pueden afectar a personas de cualquier edad. El riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19 se asocia a tener una o más enfermedades subyacentes.

El asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otras enfermedades pulmonares aumentan el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19.

Tu riesgo de tener un cuadro más grave de COVID-19 es mayor si tienes una enfermedad pulmonar. Tener asma moderada a grave aumenta el riesgo de tener COVID-19 grave y necesitar atención médica en el hospital, lo que incluye cuidados intensivos y asistencia mecánica para respirar.

El riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19 también aumenta en personas que tienen afecciones que, con el tiempo, dañan el tejido pulmonar. Los ejemplos son tuberculosis, fibrosis quística, enfermedad pulmonar intersticial, bronquiectasia o EPOC, que significa enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas enfermedades aumentan el riesgo de necesitar atención médica en el hospital por COVID-19. Dependiendo de la afección, también puede aumentar el riesgo de necesitar cuidados intensivos y el riesgo de muerte por COVID-19.

Otras afecciones pulmonares, como tener antecedentes de hipertensión pulmonar o embolia pulmonar, afectan el riesgo de que la persona se enferme de gravedad después de tener COVID-19. El riesgo de muerte puede ser mayor después de estas afecciones.

El cáncer aumenta el riesgo de tener COVID-19 grave

En general, las personas con cáncer corren un mayor riesgo de tener COVID-19 grave. Las personas que tienen o tuvieron cáncer de sangre pueden correr un mayor un riesgo de enfermarse por más tiempo de COVID-19, o tener un cuadro más grave, que las personas con tumores sólidos.

Tener cáncer aumenta el riesgo de necesitar atención médica en el hospital, cuidados intensivos y el uso de asistencia respiratoria. Tener cáncer de sangre y contagiarse COVID-19 aumenta el riesgo de muerte por la enfermedad.

El tratamiento para el cáncer de sangre puede aumentar el riesgo de tener COVID-19 grave, pero las investigaciones siguen siendo inconclusas. El tratamiento contra el cáncer también puede afectar la eficacia de la vacuna contra la COVID-19. Habla con el profesional de atención médica sobre recibir vacunas adicionales y sobre la vacunación después de tratamientos que afecten algunas células del sistema inmunitario.

Otras afecciones que aumentan el riesgo de tener COVID-19 grave

Si un órgano o sistema corporal ya está debilitado por una enfermedad, la infección con el virus de la COVID-19 puede ser más perjudicial. En otros casos, los medicamentos para la afección original pueden reducir la respuesta del sistema inmunitario al virus que causa la COVID-19.

Muchas enfermedades diferentes pueden aumentar el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19.

  • Enfermedades del cerebro y del sistema nervioso, como accidentes cerebrovasculares
  • Enfermedades hepáticas crónicas: cirrosis, enfermedad del hígado graso no alcohólico, enfermedad hepática alcohólica y hepatitis autoinmune
  • Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que no está bien controlado con medicamentos
  • Enfermedades cardíacas, como enfermedades cardíacas congénitas y miocardiopatías
  • Trastornos del estado de ánimo o esquizofrenia
  • Demencia
  • Haber recibido un trasplante de un órgano o de células madres
  • Trastornos de la sangre, como anemia de células falciformes y talasemia

Otros factores de riesgo para la COVID-19 son los siguientes:

  • No hacer suficiente actividad física.
  • Fumar.
  • Estar cursando un embarazo o haber dado a luz recientemente.
  • Usar medicamentos que reduzcan la capacidad del sistema inmunitario de responder a los gérmenes.

Además, como grupo general, las personas discapacitadas suelen tener un mayor riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19. Los riesgos son diferentes según la discapacidad.

  • El síndrome de Down está asociado a un mayor riesgo de necesitar atención médica en el hospital. El riesgo de muerte por COVID-19 grave también es mayor que el habitual en personas con síndrome de Down.
  • El trastorno por déficit de atención e hiperactividad está asociado a un mayor riesgo de necesitar atención médica en el hospital por COVID-19 grave.
  • Ocurre lo mismo en personas con parálisis cerebral.

Estas no son las únicas afecciones que aumentan el riesgo de tener COVID-19 grave. Habla con el profesional de atención médica si tienes preguntas sobre tu salud y el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19.

La vacuna contra la COVID-19 puede reducir el riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad

La vacuna contra la COVID-19 puede reducir el riesgo de morir o de contraer un cuadro grave de la enfermedad causada por este virus. El equipo de atención médica puede sugerir la administración de dosis adicionales de la vacuna contra la COVID-19 si tienes un sistema inmunitario moderada o gravemente debilitado.

¿Qué otras cosas puedes hacer para reducir el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19?

Todos pueden reducir el riesgo de tener un cuadro grave de COVID-19 si trabajan para prevenir la infección con el virus que causa la COVID-19.

  • Evita el contacto cercano con cualquier persona que esté enferma o tenga síntomas.
  • Mueve el aire con ventiladores, ventanas o puertas abiertas y filtros para evitar que los gérmenes persistan.
  • Lávate las manos muy bien y con frecuencia con agua y jabón durante al menos 20 segundos. O bien, usa un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga por lo menos un 60 % de alcohol.
  • Tose o estornuda en un pañuelo desechable o en el codo. Luego lávate las manos.
  • Limpia y desinfecta las superficies que se tocan con frecuencia. Por ejemplo, limpia regularmente las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los dispositivos electrónicos y las encimeras.
  • Mantén distancia en áreas públicas concurridas, especialmente en lugares con poca circulación de aire. Esto es especialmente importante si tienes un mayor riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad.
  • Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos recomiendan que las personas usen una mascarilla en espacios públicos cerrados si hay contagios de COVID-19. Esto significa que te encuentras en un área donde hay muchas personas hospitalizadas por la COVID-19. Sugieren utilizar la mascarilla de uso regular que brinde la mayor protección posible, que se ajuste bien y que sea cómoda.

Estas acciones básicas son incluso más importantes para las personas que tienen un sistema inmunitario debilitado y para sus cuidadores.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha autorizado el anticuerpo monoclonal pemivibart (Pemgarda) para prevenir la COVID-19 en algunos pacientes que tienen un sistema inmunitario debilitado.

Las personas pueden tomar otras medidas en función de sus factores de riesgo.

  • Si corres un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave, habla con el profesional de atención médica sobre la mejor manera de protegerte. Infórmate sobre qué hacer si te enfermas para poder comenzar el tratamiento rápidamente.
  • Reduce tu riesgo de tener complicaciones por la COVID-19 asegurándote de que cualquier problema de salud esté bajo control. Esto incluye mantenerte al día con el control de las enfermedades, asistir a todas las citas médicas y hacer planes con anticipación para evitar quedarte sin medicamentos. Sigue tomando tus medicamentos según las indicaciones del profesional de atención médica.
  • Mantente al día con las vacunas. Esto incluye recibir las vacunas contra la influenza, la neumonía y el virus respiratorio sincicial. Estas vacunas no previenen la COVID-19. Sin embargo, contagiarse una enfermedad respiratoria puede empeorar el resultado si también contraes la COVID-19.

Puede ser recomendable hacer un plan de cuidados médicos en el que escribas tus enfermedades, los medicamentos que tomas y las necesidades alimentarias o dietéticas especiales que tengas. El plan de cuidados médicos también debe incluir quiénes son tus profesionales de atención médica y tus contactos de emergencia.

Last Updated: August 20th, 2024