Duelo complicado
En duelos complicados, las emociones dolorosas por la pérdida no mejoran con el tiempo, y son tan intensas que te resulta difícil recuperarte y continuar con tu propia vida.
Perspectiva general
Perder a un ser querido es una de las experiencias más angustiosas y, desafortunadamente, frecuentes que enfrentan las personas. La mayoría de las personas que padecen una aflicción y un duelo normal atraviesan un período de dolor, aturdimiento, e incluso culpa e ira. Gradualmente estos sentimientos se alivian, y es posible aceptar la pérdida y seguir adelante.
Para algunas personas, los sentimientos de pérdida son debilitantes y no mejoran, incluso con el paso del tiempo. Esto se conoce como duelo complicado, a veces llamado «trastorno por duelo complejo persistente». En duelos complicados, las emociones dolorosas duran tanto y son tan intensas que te resulta difícil recuperarte de la pérdida y continuar con tu propia vida.
Cada persona tiene su propia forma de afrontar la experiencia del duelo. El orden y la duración de estas etapas pueden variar según la persona:
- Aceptar la realidad de tu pérdida
- Permitirte sentir el dolor de tu pérdida
- Adaptarte a una nueva realidad en la cual la persona fallecida ya no está presente
- Tener otras relaciones
Estas diferencias son normales. Sin embargo, si no logras superar estas etapas en más de un año después de la muerte de un ser querido, puedes atravesar un duelo complicado. En tal caso, busca un tratamiento. Este puede ayudarte a asumir tu pérdida y a recuperar un sentido de paz y aceptación.
Síntomas
Durante los primeros meses después de una pérdida, muchos signos y síntomas del duelo normal son los mismos que los del duelo complicado. Sin embargo, mientras que los síntomas del duelo normal comienzan a desaparecer gradualmente, aquellos síntomas del duelo complicado persisten o empeoran. El duelo complicado es como estar en un estado de aflicción constante e intensificado que no te permite recuperarte.
Los signos y síntomas del duelo complicado pueden ser los siguientes:
- Tristeza profunda, dolor y pensamientos constantes acerca de la pérdida del ser querido
- Falta de concentración en cuestiones que no sean la muerte del ser querido
- Atención extrema a los recuerdos del ser amado o la anulación excesiva de los recuerdos
- Deseo o añoranza intensos y persistentes por el difunto
- Problemas para aceptar la muerte
- Entumecimiento o distanciamiento
- Resentimiento por la pérdida
- Sentimiento de que la vida no tiene sentido ni propósito
- Falta de confianza en otros
- Incapacidad para disfrutar la vida o para recordar las experiencias positivas vividas junto con tu ser querido
También se puede diagnosticar duelo complicado si continúas presentando lo que se indica a continuación:
- Tienes problemas para llevar a cabo las actividades cotidianas
- Te aíslas de los demás y te apartas de las actividades sociales
- Tienes depresión, tristeza profunda, sentimientos de culpa o autorreproches
- Crees que hiciste algo mal o que podrías haber evitado la muerte
- Sientes que no vale la pena vivir sin la persona querida
- Deseas haber muerto junto con tu ser querido
Cuándo consultar al médico
Comunícate con un médico o un profesional de salud mental si sientes una aflicción intensa y tienes problemas para desenvolverte que no mejoran, al menos, un año después de la pérdida de tu ser querido.
Si tienes pensamientos suicidas
En algunos casos, las personas que están pasando por un duelo complicado pueden pensar en suicidarse. Si estás pensando en suicidarte, habla con alguien de confianza. Si crees que puedes actuar frente a un sentimiento suicida, llama al 911 o al número de servicios de emergencia local de inmediato. También puedes llamar a una línea directa para prevención del suicidio. En los EE. UU., llama o envía un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis 988, disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. También puedes usar el chat de ayuda en línea Lifeline Chat. Los servicios son gratuitos y confidenciales.
Causas
Se desconoce la causa del duelo complicado. Al igual que sucede con muchos trastornos de salud mental, puede estar relacionado con tu entorno, tu personalidad, tus rasgos hereditarios y con la composición química natural del organismo.
Factores de riesgo
El duelo complicado ocurre, con mayor frecuencia, en las mujeres y en las personas mayores. Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer duelo complicado son:
- Una muerte inesperada o violenta, tal como una causada por un accidente automovilístico, o el asesinato o suicidio de un ser querido
- La muerte de un niño
- Una relación cercana o de dependencia con la persona fallecida
- Aislamiento social, o falta de un sistema de apoyo o amistades
- Antecedentes de depresión, ansiedad por separación o trastorno de estrés postraumático
- Experiencias traumáticas durante la infancia, tales como maltrato o descuido
- Otros factores importantes de la vida que causan estrés, como dificultades económicas importantes
Complicaciones
El duelo complicado puede afectarte física, mental y socialmente. Sin el tratamiento adecuado, las complicaciones pueden comprender:
- Depresión
- Pensamientos y conductas suicidas
- Ansiedad, comprende el trastorno de estrés postraumático
- Alteraciones significativas del sueño
- Mayor riesgo de contraer enfermedades físicas como enfermedades cardíacas, cáncer o presión arterial alta
- Dificultad para sobrellevar tareas cotidianas, mantener relaciones y realizar actividades laborales en el largo plazo
- Consumo de alcohol y nicotina o abuso de sustancias
Prevención
No está claro cómo prevenir los duelos complicados. Recurrir al asesoramiento psicológico poco después de una pérdida puede ayudar, especialmente a las personas que tienen un mayor riesgo de padecer duelo complicado. Además, el apoyo y el asesoramiento psicológico pueden resultar útiles para las personas responsables del cuidado de un ser querido que padece una enfermedad terminal, ya que las ayudará a prepararse para la muerte y las repercusiones emocionales posteriores.
- Hablar. Hablar sobre tu dolor y permitirte llorar también pueden ayudar a evitar que quedes inmerso en la tristeza. Por más doloroso que sea, confía en que, en la mayoría de los casos, el dolor empezará a irse si te permites sentirlo.
- Apoyo. Los miembros de la familia, los amigos, los grupos de apoyo social y tu comunidad religiosa son todas buenas opciones para ayudarte a superar el dolor. Puedes encontrar grupos de apoyo que se centren en un tipo particular de pérdida, como la muerte de un cónyuge o de un hijo. Pídele al médico que te recomiende recursos locales.
- Terapia de duelo. Al realizar terapia poco después de una pérdida, puedes explorar las emociones relacionadas con ella y aprender capacidades para hacer frente a desafíos o situaciones de manera saludable. Esto puede ayudar a prevenir que los pensamientos y creencias negativos se arraiguen y sean difíciles de superar.
Diagnóstico
El duelo es un proceso muy personal y determinar cuándo un duelo normal se convierte en duelo complicado puede ser difícil. Actualmente, no hay consenso entre los expertos de la salud mental sobre cuánto tiempo debe pasar para que se diagnostique duelo complicado.
Un duelo puede considerarse complicado cuando su intensidad no disminuye en los meses posteriores a la muerte del ser querido. Algunos profesionales de salud mental diagnostican duelos complicados cuando la aflicción continúa siendo intensa, persistente y debilitante después de 12 meses.
Existen varias similitudes entre el duelo complicado y una depresión aguda, pero también existen diferencias. En algunos casos, la depresión clínica y el duelo complicado pueden ocurrir simultáneamente. Obtener un diagnóstico adecuado es fundamental para recibir el tratamiento correspondiente; por lo tanto, se suele realizar un examen médico y psicológico exhaustivo.
Tratamiento
El médico o el profesional de salud mental consideran los síntomas y circunstancias particulares para determinar qué tratamiento puede funcionar mejor en tu caso.
Psicoterapia
El duelo complicado suele tratarse con un tipo de psicoterapia llamada «terapia para el duelo complicado». Es similar a las técnicas de psicoterapia utilizadas para la depresión y para el trastorno de estrés postraumático, pero es específico para el duelo complicado. Este tratamiento puede ser efectivo cuando se realiza en forma individual o en un formato grupal.
Durante la terapia, puedes:
- Infórmate acera del duelo complicado y cómo es su tratamiento
- Explorar ciertos temas, como reacciones ante el duelo, síntomas del duelo complicado, cómo adaptarte a la pérdida sufrida y cómo volver a definir tus metas en la vida
- Mantener conversaciones imaginarias con tu ser querido y volver a contar las circunstancias de la muerte para ayudarte a que las imágenes y los pensamientos de tu ser querido no te resulten tan angustiantes
- Explorar y procesar los pensamientos y las emociones
- Mejorar las estrategias para hacer frente a desafíos o situaciones
- Reducir los sentimientos de reproche y culpabilidad
Otros tipos de psicoterapia pueden ayudar a abordar otros trastornos de la salud mental, como la depresión o el trastorno de estrés postraumático que pueden presentarse junto con el duelo complicado.
Medicamentos
Hay poca investigación contundente sobre el uso de medicamentos psiquiátricos para tratar el duelo complicado. Sin embargo, los antidepresivos pueden ser útiles para personas que tienen depresión clínica, así como duelo complicado.
Estrategias de afrontamiento, y apoyo
Si bien es importante recibir tratamiento profesional para el duelo complicado, estas estrategias también te pueden ayudar a afrontarlo:
- Cumple con tu plan de tratamiento. Asiste a tus consultas de terapia programadas y practica lo que aprendes en ellas. Si es necesario, toma los medicamentos según lo indicado.
- Practica el control del estrés. Aprende a controlar mejor el estrés. El estrés no controlado puede llevar a la depresión, a comer en exceso, o a otros comportamientos y pensamientos no saludables.
- Cuídate. Descansa lo suficiente, come saludablemente y tómate tu tiempo para relajarte. Haz ejercicio regularmente. La actividad física puede ayudar a reducir el estrés, la depresión y la ansiedad. No recurras al alcohol ni a las drogas recreativas en busca de alivio.
- Conéctate con tu comunidad religiosa. Si sigues prácticas religiosas o tradicionales, podrás encontrar consuelo en los rituales u orientación por parte de un líder espiritual.
- Socializa. Mantente en contacto con las personas con quien te guste estar. Pueden brindarte apoyo, darte consuelo o compartir risas para alegrarte un poco.
- Prepárate con anticipación para las fechas especiales y los aniversarios. Los días festivos, los aniversarios y las ocasiones especiales pueden desencadenar recuerdos dolorosos de tu ser querido. Busca nuevas formas de celebrar y de recordar o reconocer a tu ser querido de forma positiva que te brinden tanto consuelo como esperanza.
- Aprende nuevas habilidades. Si dependías mucho de tu ser querido, por ejemplo, para cocinar o administrar las finanzas, trata de dominar estas tareas tú mismo. Pídeles ayuda a tus familiares, a tus amigos o a profesionales de ser necesario. También inscríbete en clases y utiliza recursos comunitarios.
- Únete a un grupo de apoyo. Es posible que no estés listo para unirte a un grupo de apoyo inmediatamente después de tu pérdida, pero, con el tiempo, podrás encontrar consuelo en las experiencias compartidas y podrás formar nuevas relaciones significativas.
Preparación antes de la cita
Puedes empezar por consultar a tu médico. Después de la primera consulta, el médico puede derivarte a un profesional de salud mental que puede ayudar a diagnosticar tus síntomas y darte un plan de tratamiento.
Es conveniente que le pidas a un familiar o a un amigo que te acompañe a la consulta, si es posible, para que te ayude a recordar la información importante.
La siguiente información te ayudará a prepararte para la consulta.
Qué puedes hacer
Antes de la consulta, haz una lista con lo siguiente:
- Todo síntoma que hayas tenido y durante cuánto tiempo. El médico querrá saber en qué medida estos síntomas están afectando tu vida cotidiana, como el trabajo y las relaciones personales.
- Tu información personal más importante, en especial cualquier otro factor principal de estrés o cambio que hayas tenido desde que tu ser querido falleció, como enfermedades graves, problemas familiares importantes o problemas económicos.
- Información médica, incluso otros trastornos de salud física o mental que te hayan diagnosticado.
- Todos los medicamentos, vitaminas, hierbas u otros suplementos que tomes, y sus dosis.
- Preguntas que quisieras hacerle al médico.
Algunas preguntas para hacerle al médico o al profesional de salud mental son:
- ¿Crees que mis síntomas son más graves que los típicos luego de la muerte de un ser querido?
- ¿Piensas que la psicoterapia podría ayudarme?
- ¿Hay medicamentos disponibles que puedan mejorar mis síntomas?
- ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de esos medicamentos?
- ¿Qué medidas de cuidado personal es más probable que me ayuden?
- ¿Existen grupos locales de apoyo o en línea que puedan ayudarme?
- ¿Cuánto tiempo crees que me llevará sentirme mejor con el tratamiento?
- Algún día, ¿volveré a ser yo mismo?
Durante la consulta, no dudes en hacer otras preguntas.
Qué esperar del médico
Probablemente, el médico o el profesional de salud mental te hagan una serie de preguntas. Prepárate para responderlas, de manera que ahorres tiempo y puedas dedicarlo a repasar los puntos en los que quieras concentrarte. Las preguntas pueden ser las siguientes:
- ¿Con qué frecuencia piensas en tu ser querido que falleció?
- ¿Crees que podrías haber evitado su muerte?
- ¿Alguna vez deseaste haber muerto junto con tu ser querido?
- ¿Cuán bien te manejas con tu vida cotidiana, por ejemplo, con tu trabajo, con el cuidado de la casa y con las relaciones?
- ¿Tuviste alguna otra situación de estrés importante, cambios o pérdidas desde que tu ser querido falleció?
- ¿Tuviste algún problema para comer o para dormir desde que tu ser querido falleció?
- ¿Cuánto apoyo social dirías que tienes, por ejemplo de parientes, amigos o una comunidad parroquial?
- ¿Te han diagnosticado alguna enfermedad?
- ¿Alguna vez has recibido tratamiento para una afección de salud mental? Si es así, ¿qué tipo de terapia fue la más beneficiosa?
- ¿Alguna vez pensaste en hacerte daño a ti mismo o en lastimar a otras personas?
- ¿Tomas bebidas alcohólicas o consumes drogas recreativas? Si es así, ¿con qué frecuencia?
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