Zinc para los resfríos: ¿la palabra final?

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No hay ninguna garantía de que el zinc te ayude a sentirte mejor más rápidamente.

En algunos estudios, el zinc no hizo nada para acortar el tiempo que las personas resfriadas se sentían mal. En otros estudios, el zinc puede haber acortado los síntomas unos días, pero los efectos secundarios de tomar zinc pueden ser molestos o graves en algunos casos.

Nadie disfruta con el cansancio, la irritación o el dolor de garganta, el goteo nasal, el dolor de cabeza y la tos de un resfriado.

Los virus son las causas más comunes de los resfriados, en particular los virus denominados rinovirus. Hay más de 100 cepas de rinovirus, y se desarrollan muy bien en la nariz y la garganta.

La idea de utilizar zinc para frenar los síntomas del resfriado se basa en experimentos de laboratorio. Los científicos descubrieron que el zinc impedía que el rinovirus penetrara en las células.

Para comprobar esta idea, en un estudio realizado en 1984 se utilizó zinc en forma de pastillas que se disuelven en la boca. Se comparó a las personas que tomaban zinc con las que tomaban una pastilla sin zinc. El estudio descubrió que el zinc acortaba el tiempo que las personas se sentían enfermas por sus resfriados. También registró muchos efectos secundarios.

En comparación con las personas que no tomaban zinc, las que sí lo hacían solían quejarse de malestar estomacal, problemas con el gusto e irritación de la boca. Otros efectos secundarios de la ingesta de zinc pueden ser graves. Algunas personas que usaban atomizadores nasales de zinc presentaban una pérdida permanente del olfato.

En conjunto, las investigaciones muestran resultados contradictorios sobre el zinc y los resfriados. Por esa razón, no se puede recomendar el zinc para acortar el tiempo de los síntomas del resfriado.

Los investigadores no pueden decir por qué el zinc funciona en algunos estudios y no en otros. Sigue habiendo dudas sobre qué tipo de zinc funciona mejor. Las investigaciones tampoco demuestran qué cantidad de zinc es la mejor, y los investigadores no saben cómo evitar los efectos secundarios de la ingesta de zinc. Como resultado, no está claro cuál sería la mejor dosis o plan de tratamiento.

El límite de zinc para los adultos es inferior a 40 mg al día, a menos que el proveedor de atención médica diga lo contrario.

La opción más segura es hablar con tu proveedor de atención médica antes de utilizar zinc cuando estés resfriado.