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Asma infantil

Los pulmones y las vías respiratorias de los niños con asma se inflaman, interfiriendo con las actividades diarias. Algunos niños pueden tener ataques peligrosos.

Descripción general

En el asma infantil, los pulmones y las vías respiratorias se inflaman fácilmente al estar expuestos a ciertos desencadenantes, como inhalar polen o tener un resfriado u otra infección respiratoria. El asma infantil puede causar molestos síntomas diarios que interfieren con los juegos, la práctica de deportes, la escuela y el sueño del niño. En algunos niños, el asma no controlada puede causar peligrosos ataques de asma.

El asma infantil no es una enfermedad diferente al asma en los adultos, pero los niños enfrentan desafíos especiales. Esta afección es una de las principales causas de visitas al departamento de emergencia, hospitalizaciones y ausencia de la escuela.

Desafortunadamente, el asma infantil no se puede curar y los síntomas pueden continuar hasta la edad adulta. Pero, con el tratamiento adecuado, tú y tu hijo pueden controlar los síntomas y evitar el daño a los pulmones en crecimiento.

Síntomas

Los signos y los síntomas frecuentes del asma infantil incluyen:

  • Tos frecuente que empeora cuando tu hijo tiene una infección viral, se produce mientras tu hijo está dormido o se desencadena por ejercicio o aire frío
  • Un silbido o una sibilancia al espirar
  • Dificultad para respirar
  • Congestión u opresión torácica

El asma infantil también podría causar lo siguiente:

  • Problemas para dormir causados por dificultad para respirar, tos o silbido
  • Episodios de tos o silbido que empeoran con un resfrío o una gripe
  • Recuperación lenta de una infección respiratoria o bronquitis posterior a ella
  • Problemas para respirar que dificultan jugar o ejercitarse
  • Cansancio, que puede ser debido a dormir mal

Los signos y los síntomas del asma varían de un niño a otro y pueden empeorar o mejorar con el paso del tiempo. Tu hijo podría tener solo un indicio, como tos persistente o congestión en el pecho.

Puede ser difícil saber si los síntomas tu hijo se deben al asma. La sibilancia periódica o persistente al respirar y otros síntomas similares al asma pueden deberse a una bronquitis infecciosa o a otro problema respiratorio.

Cuándo consultar al médico

Lleva a tu hijo a un médico si sospechas que podría tener asma. El tratamiento precoz ayudará a controlar los síntomas y posiblemente a evitar ataques de asma.

Pide una consulta con el médico de tu hijo si observas:

  • Tos constante, intermitente o que pareciera estar relacionada con la actividad física
  • Sibilancia o silbido cuando tu hijo respira
  • Dificultad para respirar o respiración rápida
  • Quejas por opresión en el pecho
  • Episodios repetidos de posible bronquitis o neumonía

Si tu hijo tiene asma, puede decir cosas como: "Mi pecho se siente raro" o "Estoy siempre tosiendo". Escucha la tos, que podría no despertar a tu hijo, cuando se duerme. El llanto, la risa, los gritos o las reacciones emocionales fuertes y el estrés también podrían desencadenar tos o silbido al respirar.

Si a tu hijo se le diagnostica asma, la creación de un plan para el asma puede ayudarlos a ti y a las demás personas que lo cuidan a supervisar los síntomas y saber qué hacer si se presenta un ataque de asma.

Cuándo buscar atención médica de urgencia

En casos graves, es posible que veas cómo el pecho y los costados del niño se meten hacia adentro mientras se esfuerza por respirar. El niño podría sufrir un aumento en los latidos del corazón, sudor excesivo y dolor en el pecho. Busca atención de emergencia si tu hijo presenta los siguientes síntomas:

  • Debe detenerse a la mitad de una oración para recuperar el aliento.
  • Utiliza los músculos abdominales para respirar.
  • Dilata las fosas nasales cuando inhala.
  • Debe hacer tanto esfuerzo para respirar que el abdomen se hunde debajo de las costillas cuando inhala.

Incluso si a tu hijo se le diagnosticó asma, busca atención médica de inmediato si tiene problemas para respirar. Si bien los episodios de asma varían en gravedad, los ataques de asma pueden comenzar con tos, que luego se transforma en respiración sibilante y dificultad para respirar.

Causas

No se entiende por completo cuáles son las causas del asma infantil. Algunos factores que se consideran involucrados incluyen:

  • Tendencia heredada a desarrollar alergias
  • Padres con asma
  • Algunos tipos de infecciones en las vías respiratorias ocurridas a muy corta edad
  • Exposición a factores ambientales, como el humo del cigarrillo u otros contaminantes del aire

La mayor sensibilidad del sistema inmunitario produce inflamación de los pulmones y las vías respiratorias y produce mucosidad al estar expuesto a ciertos desencadenantes. La reacción a los desencadenantes puede retrasarse, lo que dificulta su identificación. Los desencadenantes varían de un niño a otro y pueden incluir:

  • Infecciones virales, como un resfrío común
  • Exposición a contaminantes del aire, como el humo del tabaco
  • Alergias a los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas, el polen o el moho
  • Actividad física
  • Cambios climáticos o aire frío

A veces, los síntomas del asma ocurren sin desencadenantes aparentes.

Factores de riesgo

Los factores que podrían aumentar la probabilidad de desarrollar asma en tu hijo incluyen los siguientes:

  • Exposición al humo del tabaco, incluso antes del nacimiento
  • Reacciones alérgicas previas, incluso reacciones de la piel, alergia a alimentos o fiebre del heno (rinitis alérgica)
  • Antecedentes familiares de asma o alergias
  • Vivir en una zona donde hay contaminación alta
  • Obesidad
  • Afecciones respiratorias, como goteo o congestión nasal (rinitis), senos paranasales inflamados (sinusitis) o neumonía
  • Acidez estomacal (enfermedad de reflujo gastroesofágico o ERGE)
  • Ser de sexo masculino
  • Ser afroamericano o portorriqueño

Complicaciones

El asma puede provocar diversas complicaciones, entre ellas:

  • Ataques de asma graves que requieren tratamiento de emergencia o atención hospitalaria
  • Deterioro permanente de la función pulmonar
  • Perder días de clases o atrasarse en la escuela
  • Dormir mal y cansancio
  • Síntomas que interfieren con los juegos, la práctica de deportes u otras actividades

Prevención

La planificación cuidadosa y evitar los desencadenantes del asma son las mejores maneras de prevenir los ataques de asma.

  • Limita tu exposición a los desencadenantes del asma. Ayuda a tu hijo a evitar los alérgenos e irritantes que desencadenan los síntomas del asma.
  • No permitas que nadie fume cerca de tu hijo. La exposición al humo del tabaco durante la infancia es un fuerte factor de riesgo para el asma infantil, así como un desencadenante frecuente de los ataques de asma.
  • Alienta a tu hijo a mantenerse activo. Mientras el asma de tu hijo esté bien controlado, la actividad física regular puede ayudar a los pulmones a funcionar de manera más eficiente.
  • Consulta al médico cuando sea necesario. Realiza controles periódicos. No ignores signos de que el asma de tu hijo pueda estar mal controlado, como ser, que necesite usar un inhalador para alivio rápido con mucha frecuencia.

    El asma cambia con el paso del tiempo. La consulta al médico de tu hijo puede ayudarte a realizar los ajustes de tratamiento necesarios para mantener los síntomas bajo control.

  • Ayuda a tu hijo a mantener un peso saludable. El sobrepeso puede empeorar los síntomas del asma y pone a tu hijo en riesgo de tener otros problemas de salud.
  • Mantén la acidez estomacal bajo control. El reflujo ácido o acidez estomacal grave (enfermedad por reflujo gastroesofágico) podría empeorar los síntomas de asma de tu hijo. Quizás necesite medicamentos de venta libre o con receta médica para controlar el reflujo de ácido.

Diagnóstico

Puede ser difícil diagnosticar el asma. El médico de tu hijo considerará los síntomas, tu frecuencia y los antecedentes médicos de tu hijo. Tu hijo podría necesitar hacerse pruebas para descartar otras afecciones e identificar la causa más probable de los síntomas.

Existen varias afecciones infantiles que pueden tener síntomas similares a los que provoca el asma. Para complicar más el problema, estas afecciones también se producen frecuentemente con el asma. Por lo tanto, el médico de tu hijo deberá determinar si a los síntomas los provoca el asma, una afección que no sea asma, o el asma y otra afección.

Las afecciones que pueden generar síntomas similares al asma son:

  • Rinitis
  • Sinusitis
  • Reflujo de ácido estomacal o enfermedad por reflujo gastroesofágico
  • Anormalidades en las vías respiratorias
  • Respiración disfuncional
  • Infecciones del sistema respiratorio, como bronquiolitis y virus respiratorio sincicial

Las siguientes son pruebas que tu hijo podría necesitar.

  • Estudios de la función pulmonar (espirometría). Los médicos diagnostican el asma con los mismos exámenes que se utilizan para identificar la enfermedad en los adultos. La espirometría mide cuánto aire puede exhalar tu hijo y con qué velocidad. Tu hijo puede someterse a estudios de la función pulmonar en reposo, luego de hacer ejercicio o después de tomar medicamentos para el asma.

    Otra prueba de la función pulmonar es la prueba de provocación bronquial. Mediante el uso de la espirometría, esta prueba mide la reacción de los pulmones ante ciertas provocaciones, como el ejercicio o la exposición al aire frío.

  • Análisis de óxido nítrico exhalado. Si el diagnóstico de asma es incierto después de los estudios de la función pulmonar, el médico podría recomendar medir el nivel de óxido nítrico en una muestra exhalada de la respiración de tu hijo. Las pruebas de óxido nítrico también pueden ayudar a determinar si los medicamentos esteroideos podrían ser útiles para el asma de tu hijo.

Sin embargo, las pruebas de asma usadas no son precisas antes de los 5 años de edad. Para los niños más pequeños, el médico se basará en la información que tú y tu hijo proporcionen sobre los síntomas. En ocasiones, no se puede realizar un diagnóstico hasta meses e incluso años después de observar los síntomas.

Pruebas de alergia para asma alérgica

Si parece que tu hijo tiene asma provocada por alergias, el médico podría recomendarle hacerse una prueba cutánea de alergia. Durante una prueba cutánea, se pincha la piel con extractos de sustancias que suelen provocar alergias, como caspa animal, moho o ácaros, y se observa si se desarrollan signos de una reacción alérgica.

Tratamiento

El tratamiento inicial depende de la gravedad del asma de tu hijo. El objetivo del tratamiento para el asma es controlar los síntomas, es decir, que tu hijo:

  • No tenga síntomas o tenga síntomas mínimos.
  • No tenga brotes de asma o tenga brotes mínimos.
  • No tenga limitaciones para hacer ejercicio o actividad física.
  • Utilice el mínimo posible de inhaladores de alivio rápido (rescate), como albuterol (ProAir HFA, Ventolin HFA, otros).
  • Presente pocos o mínimos efectos secundarios del medicamento.

El tratamiento para el asma consiste en prevenir los síntomas y en tratar un ataque de asma en curso. El medicamento adecuado para tu hijo depende de una serie de cuestiones, entre ellas, la edad, los síntomas, los factores desencadenantes del asma y lo que parece funcionar mejor para mantener el asma bajo control.

En los niños menores de 3 años que presentan síntomas leves de asma, es posible que el médico utilice un enfoque de “esperar y ver qué sucede”. Esto se debe a que no se sabe con certeza cuáles son los efectos a largo plazo de los medicamentos para el asma en los bebés y niños pequeños.

Sin embargo, si un bebé o niño de uno a dos años tiene episodios frecuentes o graves de sibilancia, es posible que se le recete un medicamento para determinar si mejoran los síntomas.

Long-term control medications

Los medicamentos preventivos de control a largo plazo reducen la inflamación de las vías respiratorias que produce los síntomas que presenta tu hijo. En la mayoría de los casos, estos medicamentos deben administrarse todos los días.

Los tipos de medicamentos de control a largo plazo son:

  • Corticosteroides inhalados. Estos medicamentos incluyen fluticasona (Flovent Diskus, Flovent HFA), budesonida (Pulmicort Flexhaler), mometasona (Asmanex HFA), ciclesonida (Alvesco) y beclometasona (Qvar Redihaler), entre otros. Es posible que tu hijo deba usar estos medicamentos durante varios días o semanas para obtener el beneficio máximo.

    El uso de estos medicamentos a largo plazo se ha asociado con un crecimiento más lento en los niños, pero el efecto es leve. En la mayoría de los casos, los beneficios de un buen control del asma son más importantes que los riesgos de cualquier efecto secundario posible.

  • Modificadores de leucotrienos. Estos medicamentos orales comprenden montelukast (Singulair), zafirlukast (Accolate) y zileuton (Zyflo). Ayudan a prevenir los síntomas del asma durante un máximo de 24 horas.
  • Inhaladores de combinación. Estos medicamentos contienen un corticosteroide inhalado y un betagonista de acción prolongada. Estos incluyen fluticasona y salmeterol (Advair Diskus, Advair HFA), budesonida y formoterol (Symbicort), fluticasona y vilanterol (Breo Ellipta), y mometasona y formoterol (Dulera).

    En algunas situaciones, los betagonistas de acción prolongada se han asociado a ataques graves de asma. Por esta razón, los medicamentos con betagonista de acción prolongada siempre se deben dar al niño por medio de un inhalador que también contenga un corticosteroide. Estos inhaladores combinados deben usarse solo para el asma que no esté bien controlada con otros medicamentos.

  • Teofilina. Este es un comprimido diario que ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas. La teofilina (Theo-24) relaja los músculos que rodean las vías respiratorias para facilitar la respiración. Se usa principalmente con los esteroides inhalatorios. Si tomas este medicamento, deberás hacerte análisis de sangre de forma regular.
  • Agentes inmunomoduladores. Mepolizumab (Nucala), dupilumab (Dupixent) y benralizumab (Fasenra) pueden ser adecuados para niños mayores de 12 años que padecen asma eosinofílica grave. El omalizumab (Xolair) se puede considerar para niños mayores de 6 años que padecen asma alérgica de moderada a grave.

Medicamentos de alivio rápido

Los medicamentos de alivio rápido abren rápidamente las vías respiratorias hinchadas. También denominados "medicamentos de rescate", los medicamentos de alivio rápido se usan según la necesidad para el alivio inmediato y a corto plazo de los síntomas durante un ataque de asma o, si así lo recomienda el médico de tu hijo, antes de hacer ejercicio.

Los tipos de medicamentos de alivio rápido son:

  • Agonistas beta de acción rápida. Estos medicamentos broncodilatadores para inhalar pueden aliviar rápidamente los síntomas durante un ataque de asma. Incluyen albuterol (ProAir HFA, Ventolin HFA y otros) y levalbuterol (Xopenex). Esos medicamentos actúan en cuestión de minutos y los efectos duran varias horas.
  • Corticoesteroides orales e intravenosos. Estos medicamentos alivian la inflamación de las vías respiratorias que provoca el asma intenso. Unos ejemplos son la prednisona y la metilprednisolona. Cuando se usan a largo plazo, pueden causar efectos secundarios graves, por lo que se usan solo a corto plazo para tratar síntomas graves del asma.

Tratamiento para el asma inducido por alergia

Si el asma de tu hijo se desencadena o empeora debido a las alergias, tu hijo también podría beneficiarse con un tratamiento contra la alergia, como los siguientes:

  • Omalizumab (Xolair). Este medicamento es para las personas con alergias y asma grave. Reduce la reacción del sistema inmunitario a las sustancias que causan alergia, como el polen, los ácaros del polvo, y la caspa de las mascotas. El Xolair se administra por inyección cada dos a cuatro semanas.
  • Medicamentos contra la alergia. Comprenden antihistamínicos y descongestionantes orales y nasales en aerosol, así como aerosoles nasales de corticosteroides, cromolina e ipratropio.
  • Vacunas contra la alergia (inmunoterapia). Por lo general, las vacunas inmunoterapéuticas se administran una vez por semana durante unos pocos meses y, luego, una vez por mes durante un período de tres a cinco años. Con el tiempo, reducen gradualmente la reacción del sistema inmunitario de tu hijo a ciertos alérgenos.

No confíes únicamente en medicamentos de alivio rápido

Los medicamentos para el control a largo plazo del asma, como los corticosteroides inhalables, son el eje fundamental del tratamiento del asma. Estos medicamentos mantienen el asma controlada y disminuyen la probabilidad de que tu hijo tenga un ataque de asma.

Si tu hijo tiene un ataque de asma, un inhalador de alivio rápido (rescate) puede calmar los síntomas de inmediato. Pero si los medicamentos de control a largo plazo están funcionando como deben, tu hijo no debería necesitar un inhalador de alivio rápido con frecuencia.

Lleva un registro de cuántas veces usa tu hijo el inhalador cada semana. Si necesita usar un inhalador de alivio rápido frecuentemente, llévalo a ver el doctor. Es probable que necesites ajustar los medicamentos de control a largo plazo.

Inhaled medication devices

Los medicamentos inhalados para control a corto y largo plazo se usan inhalando una dosis medida del medicamento.

  • Los niños mayores y los adolescentes pueden usar un dispositivo pequeño y manual llamado inhalador presurizado con dosis medidas o un inhalador que libera un polvo muy fino.
  • Los bebés y los niños pequeños necesitan usar una mascarilla unida a un inhalador con dosis medidas o a un nebulizador para recibir la cantidad correcta del medicamento.
  • Los bebés necesitan usar un dispositivo que transforma un medicamento líquido en gotitas muy pequeñas (nebulizador). El bebé usa una mascarilla y respira en forma normal mientras que el nebulizador administra la dosis correcta del medicamento.

Plan de acción para el asma

Trabaja con el médico de tu hijo para crear un plan de acción por escrito para el asma. Esta puede ser una parte importante del tratamiento, especialmente si tu hijo tiene asma grave. El plan de acción para el asma puede ayudarlos a ti y a tu hijo a:

  • Reconocer cuándo necesitan ajustar los medicamentos de control a largo plazo.
  • Determinar cuán bien funciona el tratamiento.
  • Identificar los signos de un ataque de asma y saber qué hacer cuando se presenta uno.
  • Saber cuándo llamar al médico o buscar ayuda de emergencia.

Los niños que tienen suficiente coordinación y comprensión podrían usar un dispositivo manual para medir cuán bien pueden respirar (medidor de flujo máximo). Un plan de acción escrito para el asma puede ayudarlos a ti y a tu hijo a recordar qué hacer cuando las mediciones de flujo máximo llegan a un nivel determinado.

El plan de acción podría usar las mediciones del flujo máximo y los síntomas para categorizar el asma de tu hijo en zonas, por ejemplo, zona verde, amarilla y roja. Estas zonas corresponden a los síntomas bien controlados, los síntomas poco controlados y los síntomas mal controlados, lo que facilita el seguimiento del asma del niño. Esto hace que sea más simple llevar un registro del asma de tu hijo.

Es probable que los síntomas y los desencadenantes cambien con el tiempo. Deberán observar los síntomas y trabajar junto con el médico para ajustar los medicamentos según sea necesario.

Si los síntomas de tu hijo están completamente bajo control durante un período, el médico podría recomendar reducir las dosis del medicamento para el asma o suspenderlo (tratamiento escalonado descendente). Si el asma de tu hijo no está bien controlada, es posible que el médico quiera aumentar las dosis o cambiar o añadir medicamentos (tratamiento escalonado ascendente).

Autocuidados

Tomar medidas para reducir la exposición del niño a los factores desencadenantes del asma reducirá la posibilidad de ataques de asma. Las medidas para ayudar a evitar los factores desencadenantes van a depender de qué causa el asma de tu hijo. A continuación, te damos algunas sugerencias que pueden ayudar:

  • Mantén baja la humedad en el hogar. Si vives en una zona de clima húmedo, consulta con el médico de tu hijo acerca del uso de un dispositivo para mantener el aire más seco (deshumidificador).
  • Mantén limpio el aire interior. Haz que un profesional de calefacción y aire acondicionado revise el sistema de aire acondicionado una vez al año. Cambia los filtros de la calefacción y del aire acondicionado de acuerdo con las instrucciones del fabricante. También considera la instalación de un filtro de partículas pequeñas en tu sistema de ventilación.
  • Reduce la caspa de las mascotas. Si tu hijo es alérgico a la caspa de las mascotas, es mejor que evites las mascotas con pelo o con plumas. Si tienes mascotas, bañar o asear a tus mascotas con regularidad también podría reducir la cantidad de caspa. Mantén las mascotas fuera de la habitación de tu hijo.
  • Usa el aire acondicionado. El aire acondicionado ayuda a reducir la cantidad de polen transmitido por el aire proveniente de árboles, césped y hierbas que logran ingresar al interior del hogar. El aire acondicionado también reduce la humedad en el interior del hogar y puede reducir la exposición a los ácaros del polvo. Si no tienes aire acondicionado, intenta mantener las ventanas cerradas durante la temporada de polen.
  • Minimiza la cantidad de polvo. Reduce el polvo que pueda agravar los síntomas nocturnos reemplazando ciertos elementos de tu dormitorio. Por ejemplo, forra tus almohadas, tus colchones y tus somieres con fundas a prueba de polvo. Considera quitar las alfombras e instalar pisos duros, especialmente en la habitación del niño. Usa persianas y cortinas lavables.
  • Limpia con regularidad. Limpia tu casa al menos una vez por semana para quitar el polvo y los alérgenos.
  • Reduce la exposición de tu hijo al aire frío. Si el asma de tu hijo empeora con el frío o con el aire seco, puede resultar útil usar una mascarilla cuando esté al aire libre.

Medicina alternativa

Aunque se utilicen algunos remedios alternativos para el asma, en la mayoría de los casos, es necesario realizar más investigaciones para determinar su efectividad y los posibles efectos secundarios. Los tratamientos alternativos por considerar incluyen los siguientes:

  • Técnicas de respiración. Incluyen programas de respiración estructurados, como la técnica de respiración Buteyko, el método Papworth y los ejercicios de respiración del yoga (pranayama).
  • Técnicas de relajación. Estas técnicas, como la meditación, biorretroalimentación, hipnosis y relajación muscular progresiva, pueden ayudar con el asma al reducir la tensión y el estrés.
  • Remedios y suplementos a base de hierbas. Se probaron unos remedios a base de plantas medicinales para el asma, incluso semilla negra, aceite de pescado y magnesio. Sin embargo, se necesitan estudios adicionales para evaluar los beneficios y la seguridad.

    Las plantas medicinales y los suplementos pueden causar efectos secundarios y pueden interactuar con otros medicamentos que esté tomando tu hijo. Habla con el médico de tu hijo antes de probar cualquier planta medicinal o suplemento.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Puede ser estresante ayudar a tu hijo a controlar el asma. Ten en mente estos consejos para hacer la vida tan normal como sea posible:

  • Haz que el tratamiento sea una parte regular de la vida. Si tu hijo tiene que tomar medicamentos todos los días, no le des demasiada importancia; debe ser una rutina, como lo es desayunar o cepillarse los dientes.
  • Usa un plan de acción escrito para el asma. Colabora con el médico para crear el plan de acción de tu hijo, y dale una copia a cada una de las personas encargadas del cuidado de tu hijo, como los niñeros, maestros, entrenadores y los padres de sus amigos.

    Seguir un plan escrito puede ayudarlos a ti y a tu hijo a identificar los síntomas temprano, dándote importante información sobre cómo tratar el asma de tu hijo de un día al otro, y cómo hacer frente a un ataque de asma.

  • Anímalo. Concentra la atención en lo que tu hijo puede hacer, no en sus limitaciones. Pídeles a los maestros, al personal de enfermería de la escuela, a los entrenadores, a los amigos y a los familiares que ayuden a tu hijo a controlar el asma.

    Anímalo a que juegue y tenga actividades normales. No limites sus actividades por miedo a que tenga un ataque de asma; trabaja con el médico de tu hijo para controlar los síntomas provocados por el ejercicio.

  • Ten calma y toma control. No te agobies si ves que los síntomas del asma están empeorando. Concéntrate en el plan de acción para el asma y haz que tu hijo participe en cada paso para que entienda lo que está pasando.
  • Habla con los padres de otros niños que tengan asma. Las salas de chat y los foros de discusión en Internet o un grupo de apoyo local pueden conectarte con padres que afrontan desafíos similares.
  • Ayuda a tu hijo a conectarse con otros que también tienen asma. Envíalo a un "campamento para asmáticos" o encuentra otras actividades organizadas para niños con asma. Esto puede ayudarlo a sentirse menos aislado y a entender mejor el asma y su tratamiento.

Preparación para la consulta

Probablemente empieces por visitar al médico de atención primaria o pediatra de tu hijo. Sin embargo, cuando llames para programar una consulta, es posible que te deriven a un alergista, a un neumólogo o a otro especialista. La siguiente información te ayudará a prepararte para la consulta de tu hijo.

Qué puedes hacer

Prepara una lista de lo siguiente:

  • Los síntomas de tu hijo, la gravedad y cuándo suceden. Observa en qué momento los síntomas se tornan más insoportables para tu hijo; por ejemplo, si tienden a empeorar en ciertas horas del día, durante determinadas temporadas o cuando tu hijo está expuesto al aire frío, al polen o a otros desencadenantes, o cuando juega con intensidad o practica deportes.
  • Información personal importante, como episodios de estrés importantes o cambios recientes en la vida de tu hijo.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que toma tu hijo, con las dosis.
  • Anota las preguntas que desees hacerle al médico.

Para los síntomas de asma o parecidos a ellos, algunas preguntas que puedes hacerle a tu médico son:

  • ¿Es el asma la causa más probable de los problemas respiratorios de mi hijo?
  • ¿Qué más podría ser la causa de los síntomas de mi hijo?
  • ¿Qué pruebas se debe realizar mi hijo?
  • ¿La enfermedad de mi hijo probablemente sea temporal o es crónica?
  • ¿Qué tratamiento me recomienda?
  • Mi hijo tiene estas otras afecciones de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlos de manera conjunta?
  • ¿Hay restricciones que mi hijo deba cumplir?
  • ¿Mi hijo debería ver a un especialista?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas.

What to expect from your child's doctor

Es probable que el médico te haga las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo notaste los síntomas de tu hijo?
  • ¿Tu hijo tiene dificultad para respirar la mayor parte del tiempo o solo en ciertos momentos o situaciones?
  • ¿Tu hijo tiene alergias como rinitis alérgica (fiebre del heno)?
  • ¿Existe algo que, al parecer, los empeore?
  • ¿Existe algo que, al parecer, esté mejorando los síntomas de tu hijo?
  • ¿Hay problemas de alergia o asma en la familia de tu hijo?
Last Updated: March 30th, 2023