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Enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Descubre los síntomas de las enfermedades de trasmisión sexual y lo que puedes hacer para prevenirlas, así como los tratamientos disponibles si te diagnostican una de ellas.

Perspectiva general

Las infecciones de trasmisión sexual causan las enfermedades de trasmisión sexual. Se contagian principalmente por contacto sexual. Las infecciones de trasmisión sexual son causadas por bacterias, virus o parásitos. Una infección de trasmisión sexual puede pasar de una persona a otra a través de la sangre, el semen o los líquidos vaginales y otros líquidos corporales.

A veces, las infecciones de trasmisión sexual se contagian por vías distintas del contacto sexual. Por ejemplo, las infecciones de trasmisión sexual pueden contagiarse a los bebés durante el embarazo o el parto. Las infecciones de trasmisión sexual pueden contagiarse por transfusiones de sangre o agujas compartidas.

Las infecciones de trasmisión sexual no siempre causan síntomas. Una persona puede contraer infecciones de trasmisión sexual de otra persona que parece sana y que ni siquiera sabe que tiene una infección.

Síntomas

Las enfermedades de trasmisión sexual pueden presentar diversos síntomas, como la ausencia de síntomas. Por eso las infecciones de trasmisión sexual pueden pasar desapercibidas hasta que una persona tiene complicaciones o se diagnostica a su pareja.

Los síntomas de las infecciones de trasmisión sexual pueden incluir los siguientes:

  • Llagas o protuberancias en los genitales o en la zona bucal o rectal
  • Dolor o ardor al orinar
  • Secreción proveniente del pene
  • Flujo vaginal inusual o con mal olor
  • Sangrado vaginal inusual
  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Dolor e inflamación de los ganglios linfáticos, particularmente en la ingle, aunque a veces más extendidos
  • Dolor en la parte inferior del abdomen
  • Fiebre
  • Erupción en el tronco, las manos o los pies

Los síntomas de la infección de trasmisión sexual pueden aparecer unos días después de la exposición. Pero pueden pasar años antes de que tengas problemas perceptibles, en función de lo que cause la infección de trasmisión sexual.

Cuándo consultar al médico

Consulta de inmediato con un profesional de atención médica si:

  • Eres sexualmente activo y podrías haber estado expuesto a una infección de transmisión sexual.
  • Tienes síntomas de una infección de transmisión sexual.

Programa una cita con un profesional de atención médica en estos casos:

  • Cuando pienses en dar comienzo a tu actividad sexual o al cumplir 21 años, lo que ocurra primero.
  • Antes de comenzar a tener relaciones sexuales con una nueva pareja.

Causas

Las causas de las infecciones de transmisión sexual pueden ser:

  • Bacterias. La gonorrea, la sífilis y la clamidia son ejemplos de enfermedades de transmisión sexual causadas por bacterias.
  • Parásitos. La tricomoniasis es una enfermedad de transmisión sexual causada por un parásito.
  • Virus. Las enfermedades de transmisión sexual causadas por virus incluyen el virus del papiloma humano (VPH), el virus del herpes simple y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el SIDA.

Factores de riesgo

Toda persona sexualmente activa corre el riesgo de contraer o contagiar una enfermedad de transmisión sexual.

Existen factores que pueden aumentar el riesgo de contraer una infección de trasmisión sexual, por ejemplo:

  • Tener relaciones sexuales sin protección. La penetración vaginal o anal de una pareja infectada que no usa preservativo (de látex o poliuretano) aumenta considerablemente el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual. No se recomiendan los preservativos hechos de membranas naturales porque no son tan eficaces para prevenir las infecciones de trasmisión sexual. Si los preservativos no se utilizan correctamente o no se usan en cada relación sexual, el riesgo también puede ser mayor.

    El sexo oral puede ser menos riesgoso. Sin embargo, las infecciones de transmisión sexual también pueden contagiarse si una persona no usa preservativo (de látex o poliuretano) o una barrera bucal de los mismos materiales. El campo de látex es una superficie fina, con forma cuadrada, de látex o silicona.

  • Tener contacto sexual con varias parejas. Cuanto mayor sea la cantidad de personas con las que tienes relaciones sexuales, mayor será el riesgo.
  • Tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual. Tener una infección de transmisión sexual hace que sea mucho más fácil que se desarrolle otra infección de trasmisión sexual.
  • Tener relaciones sexuales contra tu voluntad. Consulta a un profesional de la salud lo antes posible para que te hagan exámenes y te proporcionen tratamiento y apoyo emocional.
  • Abusar del alcohol o consumir drogas ilícitas recreativas. El abuso de sustancias puede inhibir tu juicio y hacer que estés más dispuesto a participar en conductas de riesgo.
  • Inyectarte drogas ilícitas. Al compartir la aguja con otras personas mientras se inyectan drogas ilícitas, puedes contagiarte de muchas infecciones graves. Algunos ejemplos son el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus de la hepatitis B y la hepatitis C.
  • Ser joven. Se informan niveles altos de infecciones por transmisión sexual en personas que tienen entre 15 y 24 años, en comparación con personas de mayor edad.

Contagio de la persona embarazada al bebé

Durante el embarazo o el parto, algunas infecciones de trasmisión sexual pueden trasmitirse de la persona embarazada al bebé. Algunos ejemplos son la gonorrea, la clamidia, el virus de la inmunodeficiencia humana y la sífilis. Las infecciones de trasmisión sexual en los bebés pueden causar problemas graves o incluso la muerte. Todas las personas embarazadas deben someterse a exámenes para detectar si tienen una infección de trasmisión sexual y recibir el tratamiento necesario.

Complicaciones

Muchas personas no tienen síntomas durante las primeras etapas de una enfermedad de trasmisión sexual. Por este motivo, es importante realizar exámenes de detección para evitar complicaciones.

Las posibles complicaciones de las infecciones de trasmisión sexual incluyen:

  • Dolor pélvico.
  • Complicaciones en el embarazo.
  • Inflamación de los ojos.
  • Artritis.
  • Enfermedad inflamatoria pélvica.
  • Infertilidad.
  • Enfermedades cardíacas.
  • Ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de cuello del útero y el cáncer del recto asociados con el virus del papiloma humano.

Prevención

Existen muchas formas de prevenir o reducir el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual.

  • Evitar tener relaciones sexuales o actividad sexual. La manera más eficaz de evitar las enfermedades de transmisión sexual es no tener relaciones sexuales.
  • Mantener una pareja no infectada. Conservar una relación a largo plazo en la que ambos tengan relaciones sexuales entre sí y ninguno esté infectado puede ser una forma de evitar una enfermedad de transmisión sexual.
  • Esperar y realizar pruebas. Evita mantener relaciones sexuales vaginales y anales o algún tipo de actividad sexual con parejas nuevas hasta que ambos se realicen las pruebas de detección de infecciones de trasmisión sexual. El sexo oral puede ser menos riesgoso. Sin embargo, las infecciones de trasmisión sexual también pueden contagiarse si una persona no usa preservativo (de látex o poliuretano) o un campo de látex. Estas barreras previenen el contacto piel con piel entre las membranas mucosas orales y genitales.
  • Vacunarse. Vacunarse antes de tener relaciones sexuales puede prevenir ciertos tipos de infecciones de trasmisión sexual. Existen vacunas para prevenir enfermedades de transmisión sexual causadas por el virus del papiloma humano (VPH) y el virus de la hepatitis A y de la hepatitis B.
  • Usar condones y campos de látex de manera consistente y correcta. Usa un preservativo nuevo de látex o poliuretano o una barrera bucal también de látex o poliuretano en cada acto sexual, ya sea oral, vaginal o anal. Nunca uses un lubricante a base de aceite, como vaselina, con un preservativo o una barrera bucal de látex. Asimismo, estos tipos de impedimentos ofrecen menos protección contra las enfermedades de transmisión sexual en las que se forman llagas expuestas en los genitales, como las del VPH o el herpes.

    Los métodos anticonceptivos que no son de barrera, como las píldoras anticonceptivas o los dispositivos intrauterinos (DIU), no protegen contra las infecciones de transmisión sexual.

  • No beber alcohol en exceso ni usar drogas ilícitas. Si estás bajo la influencia de estas sustancias, es más probable que corras riesgos sexuales.
  • Hablar con tu pareja. Antes de cualquier contacto sexual, habla con tu pareja sobre la práctica de sexo seguro. Asegúrate de llegar a un acuerdo claro sobre qué actividades estarán permitidas y cuáles no.
  • Considerar la circuncisión masculina. En el caso de los hombres, existe evidencia de que la circuncisión puede ayudar a reducir el riesgo de contraer el virus de la inmunodeficiencia humana de una mujer infectada por el VIH hasta en un 60 %. La circuncisión masculina también puede ayudar a prevenir el contagio del virus del papiloma humano genital y del herpes genital.
  • Considerar el uso de profilaxis previa a la exposición. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado el uso de dos medicamentos combinados para reducir el riesgo de infección por VIH en personas que corren un riesgo muy alto. Los medicamentos son emtricitabina con tenofovir disoproxil fumarato (Truvada) y emtricitabina con tenofovir alafenamida fumarato (Descovy). Estos medicamentos se deben tomar todos los días, exactamente tal y como se recetaron.

El profesional de la salud te recetará estos medicamentos para la prevención del VIH solamente si no estás infectado por VIH. Necesitarás realizarte una prueba del VIH antes de comenzar a recibir medicamentos para la profilaxis previa a la exposición y, luego, cada tres meses durante el tiempo que los tomes.

El profesional de la salud también te realizará pruebas para ver el funcionamiento de tus riñones antes de recetarte Truvada. Luego, repetirá esas pruebas cada seis meses. Si tienes hepatitis B, consulta a un especialista en enfermedades infecciosas o a un hepatólogo antes de comenzar el tratamiento.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el uso diario de Truvada puede reducir el riesgo de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales en un 99 %. Además, puede reducir el riesgo de contagio del VIH a través del uso de drogas ilícitas inyectables en un 74 %.

Según las investigaciones, Descovy también es eficaz para reducir el riesgo de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales. Sin embargo, Descovy no se ha estudiado en personas que tienen sexo vaginal receptivo. El uso de prevención adicional, como los preservativos, puede reducir aún más el riesgo y prevenir el contagio de infecciones de transmisión sexual.

Diagnóstico

El diagnóstico de una enfermedad de trasmisión sexual empieza con tus antecedentes sexuales y tus síntomas actuales. Si esa información indica que tienes una enfermedad de trasmisión sexual, tu proveedor de atención médica podría hacer una revisión médica o pélvica para buscar signos de infección. Algunos signos de infección son sarpullido, verrugas o secreción.

Pruebas

La causa de los síntomas de la enfermedad de transmisión sexual se puede identificar mediante pruebas de laboratorio. También se pueden detectar infecciones de transmisión sexual que no presentan síntomas.

  • Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden confirmar el diagnóstico de VIH o las últimas etapas de la sífilis.
  • Muestras de orina. Algunas enfermedades de transmisión sexual se pueden confirmar con una muestra de orina.
  • Muestras de fluidos. Si tienes llagas genitales abiertas, el profesional de atención médica puede examinar el líquido y muestras de las llagas para diagnosticar el tipo de infección.

Análisis de detección

Las pruebas para detectar una enfermedad de trasmisión sexual o una infección de trasmisión sexual en una persona que no tiene síntomas se conocen como exámenes de detección. La mayoría de las veces, los exámenes para la detección de infecciones de trasmisión sexual no son una parte rutinaria de la atención médica.

Sin embargo, cuando el riesgo de que una persona contraiga una enfermedad de trasmisión sexual cambia, un profesional de la salud suele sugerir exámenes de detección. El nivel de riesgo puede cambiar si la persona se encuentra en un nuevo entorno de mayor riesgo, como una prisión o una cárcel, o bien si existen factores como antecedentes de infecciones de trasmisión sexual.

Los expertos recomiendan exámenes para la detección de infecciones de trasmisión sexual en los siguientes casos:

  • Casi todas las personas, al menos una vez. Las pautas recomiendan un examen para la detección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el SIDA, mediante un análisis de sangre o saliva, para todas las personas que tengan entre 15 y 65 años. Los expertos recomiendan que a las personas con alto riesgo se les haga la prueba del VIH todos los años.

    Las pautas nacionales recomiendan que se hagan exámenes para la detección de hepatitis B a las personas de 18 años o más al menos una vez, con una prueba que incluya algunos marcadores diferentes del virus.

    Las pautas también recomiendan hacer en todos los adultos exámenes para la detección de la hepatitis C.

  • Mujeres embarazadas. Por lo general, a todas las mujeres embarazadas se les realizarán en las primeras etapas del embarazo los exámenes de detección para VIH, hepatitis B, clamidia y sífilis.

    Las pautas recomiendan los exámenes para la detección de la gonorrea y de la hepatitis C, por lo menos, una vez durante el embarazo para mujeres con alto riesgo de contraer estas infecciones.

    También sugieren realizar a todas las mujeres el examen para la detección de la hepatitis B en cada embarazo.

  • Mujeres de 21 años o más. El examen de Papanicolaou detecta cambios a nivel celular en el cuello del útero, como inflamación e irritación, cambios precancerosos y cáncer. El cáncer del cuello del útero suele deberse a ciertas cepas del virus del papiloma humano.

    Los expertos recomiendan hacer en las mujeres un examen de Papanicolaou cada tres años a partir de los 21 años. Después de los 30 años, los expertos recomiendan hacer en las mujeres una prueba para VPH y un examen de Papanicolaou cada cinco años. Otra alternativa es que, en las mujeres mayores de 30 años, se haga solamente un examen de Papanicolaou cada tres años o solamente una prueba para VPH cada tres años.

  • Mujeres menores de 25 años que son sexualmente activas. Los expertos recomiendan que, en todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años, se haga la prueba para la infección por clamidia. Para el examen de clamidia, se utiliza una muestra de orina o de líquido vaginal que tú misma puedes recolectar.
  • La reinfección por parte de una pareja no tratada o que no ha recibido suficiente tratamiento es frecuente. Si recibiste tratamiento para una infección por clamidia, hay que hacerte otro análisis, aproximadamente, a los tres meses. Hay que repetirte la prueba si tienes una nueva pareja.

    Los expertos también recomiendan un examen para la detección de la gonorrea en las mujeres menores de 25 años que sean sexualmente activas.

  • Hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. En comparación con otros grupos, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres corren un mayor riesgo de contraer infecciones de trasmisión sexual.

    Las recomendaciones de muchos grupos de salud pública para estos hombres es que se les realicen exámenes de detección para infecciones de trasmisión sexual una vez al año o con mayor frecuencia. Las pruebas regulares del VIH, la sífilis, la clamidia y la gonorrea son particularmente importantes. También se puede recomendar la evaluación para la hepatitis B.

  • Personas con VIH. Si tienes VIH, corres un mayor riesgo de contraer otras enfermedades de trasmisión sexual. Los expertos recomiendan realizar pruebas para la detección de la sífilis, la gonorrea, la clamidia y el herpes inmediatamente después de recibir un diagnóstico de VIH. También recomiendan que, en las personas con VIH, se realicen exámenes para la detección del virus de la hepatitis C.

    Las mujeres con VIH pueden desarrollar un cáncer de cuello del útero agresivo. Por eso, los expertos recomiendan hacer el examen de Papanicolaou en el momento del diagnóstico de VIH o dentro del primer año del inicio de la actividad sexual si son menores de 21 años. Después, los expertos recomiendan repetir el examen de Papanicolaou cada año durante tres años.

    Después de tres resultados negativos, en las mujeres con VIH, se puede hacer un examen de Papanicolaou cada tres años.

  • Personas que tienen una nueva pareja. Antes de tener relaciones sexuales vaginales o anales con parejas nuevas, asegúrate de que ambos se hayan realizado las pruebas para la detección de enfermedades de trasmisión sexual. Sin embargo, los expertos no recomiendan pruebas de rutina para los herpes genitales, a menos que se presenten síntomas.

    Aunque el resultado de la prueba sea negativo, es posible estar infectado con una infección de trasmisión sexual. Esto es muy común si la infección ha sucedido recientemente.

Tratamiento

Las enfermedades de transmisión sexual se pueden tratar de diferentes maneras de acuerdo con sus causas. Las infecciones de transmisión sexual causadas por bacterias generalmente son más fáciles de tratar. Las infecciones de transmisión sexual causadas por virus se pueden controlar y tratar, pero no siempre se curan.

Si hay un embarazo y tienes una enfermedad de transmisión sexual, recibir tratamiento de inmediato puede prevenir o reducir el riesgo de que tu bebé se infecte.

El tratamiento de las infecciones de transmisión sexual suele consistir en una de las siguientes medidas, según la infección:

  • Antibióticos. Los antibióticos, a menudo en una sola dosis, pueden curar muchas infecciones de transmisión sexual de origen bacteriano o parasitario, como la gonorrea, la sífilis, la clamidia y la tricomoniasis.

    Una vez que comiences el tratamiento con antibióticos, debes tomar toda la cantidad que te recetaron. Si crees que no podrás tomar los medicamentos según las indicaciones, díselo a tu profesional de atención médica. Es posible que exista un modo de tratamiento más corto y sencillo.

    Además, es importante evitar tener relaciones sexuales hasta siete días después de haber completado el tratamiento con antibióticos y de que cualquier llaga se haya curado.

    Los expertos también sugieren que las personas diagnosticadas con clamidia vuelvan a hacerse la prueba tres meses después del tratamiento, ya que hay una alta probabilidad de reinfección.

  • Medicamentos antivirales. Si tienes herpes o VIH, tu médico puede recetarte un medicamento, llamado antivírico, para evitar que la infección viral empeore.

    Por lo general, tendrás menos recurrencia del herpes si tomas lo que se conoce como terapia supresora diaria con un medicamento antivírico recetado. Sin embargo, aún puedes contagiar el herpes a tu pareja.

    Los medicamentos antivíricos pueden mantener bajo control la infección por VIH durante muchos años. Sin embargo, seguirás siendo portador del virus y podrás propagarlo, aunque el riesgo sea menor.

    Cuanto antes comiences el tratamiento contra el VIH, más eficaz será. Si tomas los medicamentos según las indicaciones, es posible reducir la carga viral en la sangre de modo que no se pueda detectar. En ese punto, no trasmitirás el virus a tus parejas sexuales.

Si has tenido una infección de transmisión sexual, pregúntale a tu profesional de atención médica cuánto tiempo después del tratamiento debes repetir la prueba. Si te vuelves a hacer la prueba, te asegurarás de que el tratamiento haya funcionado y de que no te hayas vuelto a infectar.

Partner notification and preventive treatment

Si los análisis demuestran que tienes una enfermedad de trasmisión sexual, debes informarlo a tus parejas sexuales. Informa a tus parejas sexuales actuales y a cualquier otra pareja que hayas tenido en los últimos tres meses a un año que contrajiste una infección de trasmisión sexual. Deberán realizarse análisis. Si están infectadas, pueden recibir tratamiento.

Cada estado tiene diferentes requisitos. Sin embargo, la mayoría requiere que ciertas infecciones de trasmisión sexual se informen al departamento de salud local o estatal.

Los departamentos de salud pública a menudo cuentan entre su personal con especialistas capacitados en intervención de enfermedades. Estos especialistas pueden ayudar a notificar a las parejas y remitir a las personas para su tratamiento.

La notificación oficial y confidencial de la pareja puede ayudar a limitar la propagación de las infecciones de trasmisión sexual. Es muy importante para la sífilis y el virus de la inmunodeficiencia humana.

Además, orienta a las personas que tienen riesgos de tener enfermedades de trasmisión sexual a que reciban asesoramiento y tratamiento. Debido a que puedes contraer algunas infecciones de trasmisión sexual más de una vez, decirle a tu pareja reduce el riesgo de reinfección.

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Descubrir que tienes una enfermedad de trasmisión sexual puede ser traumático. Puedes enojarte si sientes que te traicionaron o vergüenza si puedes haber infectado a otros.

También es posible que te preocupe, ya que una infección de trasmisión sexual puede causar enfermedades crónicas y la muerte, incluso con la mejor atención médica disponible.

Estas sugerencias pueden ayudarte a afrontar la enfermedad de trasmisión sexual o infección de trasmisión sexual:

  • Evita culpar a alguien. No asumas que tu pareja ha sido infiel. Uno o ambos pueden haber sido infectados por una pareja anterior.
  • Sé honesto con los trabajadores del cuidado de la salud. Su trabajo no es juzgarte, sino proporcionarte tratamiento y evitar que las infecciones de trasmisión sexual se diseminen. Todo lo que les digas es confidencial.
  • Comunícate con el departamento de salud. Los departamentos de salud locales tienen programas para las enfermedades de trasmisión sexual que proporcionan análisis confidenciales, tratamiento y servicios asociados. Sin embargo, puede que no dispongan del personal y los fondos necesarios para ofrecer todos los servicios.

Preparación antes de la cita

El consultorio médico es un lugar donde deberás proporcionar información detallada sobre tu experiencia sexual para poder recibir la atención médica correcta.

Si este tema te causa ansiedad, considera escribir tu experiencia. Puedes decírselo al profesional de atención médica antes o durante la cita.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita médica. Cuando programes la cita médica, pregunta si hay algo que debes hacer con anticipación.
  • Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la consulta.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, vitaminas y suplementos que tomes.
  • Anota preguntas para hacerle al médico.

Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacerle al médico:

  • ¿Cuál es el nombre médico de la infección o infecciones que tengo?
  • ¿Cómo se transmite la infección?
  • ¿Me impedirá tener hijos?
  • Si me quedo embarazada, ¿puedo pasarle la infección a mi bebé?
  • ¿Es posible volver a tener esta infección de nuevo?
  • ¿Podría haberme contagiado de alguien con quien tuve relaciones sexuales solamente una vez?
  • ¿Podría contagiarle la infección a alguien si tengo relaciones sexuales con esa persona solamente una vez?
  • ¿Desde cuándo lo tengo?
  • Tengo otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
  • ¿Debo evitar la actividad sexual mientras me estoy tratando?
  • ¿Mi pareja tiene que ir al médico para recibir tratamiento?

Qué esperar del médico

Al brindarle al médico un informe completo de tus síntomas y antecedentes sexuales, le ayudarás a determinar cuál es la mejor atención médica para ti.

Estas son algunas de las cosas que podría preguntarte tu médico:

  • ¿Qué síntomas te hicieron decidir venir? ¿Durante cuánto tiempo has tenido estos síntomas?
  • ¿Eres sexualmente activo con hombres, mujeres o ambos?
  • ¿Actualmente tienes una o más parejas sexuales?
  • ¿Cuánto tiempo has estado con tu(s) pareja(s) actual(es)?
  • ¿Te has inyectado drogas ilícitas alguna vez?
  • ¿Tuviste relaciones sexuales con alguien que se haya inyectado drogas ilícitas alguna vez?
  • ¿Qué haces para protegerte de las infecciones de trasmisión sexual?
  • ¿Qué haces para evitar el embarazo?
  • ¿Alguna vez un médico o alguien del personal de enfermería te ha dicho que tenías clamidia, herpes, gonorrea, sífilis o VIH?
  • ¿Te han tratado alguna vez por secreción genital, llagas genitales, micción dolorosa o infección de los órganos sexuales?
  • ¿Cuántas parejas sexuales has tenido en este año? ¿En los últimos dos meses?
  • ¿Cuándo fue tu encuentro sexual más reciente?

Qué puedes hacer mientras tanto

Si crees que puedes tener una infección de trasmisión sexual, es mejor que evites cualquier actividad sexual hasta que hayas hablado con tu médico.

Si tienes relaciones sexuales antes de ver al médico, asegúrate de seguir prácticas seguras, como usar un preservativo.

Last Updated: March 16th, 2024