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Esofagitis eosinofílica

Obtén más información sobre las causas y el tratamiento de la esofagitis eosinofílica, una enfermedad digestiva causada por una reacción alérgica.

Perspectiva general

Esofagitis eosinofílica

La esofagitis es la inflamación que daña el revestimiento del esófago. Puede usarse un endoscopio (una sonda larga y flexible que tiene una cámara) para ver el interior del esófago. Esta imagen endoscópica de la esofagitis eosinofílica muestra anillos de tejido irregular que se produjeron como consecuencia de la inflamación crónica. Estos se conocen con el nombre de anillos esofágicos.

La esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica del sistema inmunitario. En el caso de la esofagitis eosinofílica, un tipo de glóbulos blancos (eosinófilos) se acumula en el recubrimiento del conducto que conecta la boca con el estómago (esófago). Esa acumulación, que es una reacción a los alimentos, a los alérgenos o al reflujo gastroesofágico, puede inflamar o dañar el tejido esofágico. El tejido esofágico dañado puede llevar a tener dificultad para tragar o hacer que la comida se atasque al tragar.

La esofagitis eosinofílica no se identificó hasta principios de los años 90, pero ahora se considera una de las principales causas de enfermedad del sistema digestivo. La investigación está en curso y probablemente dará lugar a revisiones en el diagnóstico y tratamiento de la esofagitis eosinofílica.

Síntomas

Entre los signos y síntomas, se incluyen los siguientes:

Adultos:

  • Dificultad para tragar (disfagia)
  • Sensación de que la comida se atasca en el esófago después de tragar (impactación esofágica)
  • Dolor en el pecho, que se localiza a menudo en el centro y no responde a los antiácidos
  • Reflujo o alimentos sin digerir (regurgitación)

Niños:

  • Dificultad para alimentarse, en bebés
  • Dificultad para comer, en niños
  • Vómitos
  • Dolor abdominal
  • Dificultad para tragar (disfagia)
  • Sensación de que la comida se atasca en el esófago después de tragar (impactación esofágica)
  • Ausencia de respuesta a los medicamentos para la enfermedad por reflujo gastroesofágico
  • Retraso en el desarrollo, que incluye crecimiento insuficiente, desnutrición y pérdida de peso

Cuándo debes consultar a un médico

Solicita atención médica inmediata si presentas dolor en el pecho, especialmente si también tienes falta de aire o dolor en la mandíbula o el brazo. Es posible que sean síntomas de un ataque cardíaco.

Pide una cita con el proveedor de atención médica si presentas síntomas graves o frecuentes de esofagitis eosinofílica. Si tomas medicamentos de venta sin receta médica para la acidez estomacal más de dos veces a la semana, consulta con el proveedor de atención médica.

Causas

Los eosinófilos son un tipo característico de glóbulos blancos presentes en el tubo digestivo. Sin embargo, durante la esofagitis eosinofílica, se produce una reacción alérgica a una sustancia externa. La reacción puede ocurrir de la siguiente manera:

  • Reacción del esófago. El revestimiento del esófago reacciona a los alérgenos, como los alimentos o el polen.
  • Multiplicación de eosinófilos. Los eosinófilos se multiplican en el esófago y producen una proteína que causa inflamación.
  • Daño en el esófago. La inflamación puede llevar a la aparición de cicatrices, estrechamiento y formación excesiva de tejido fibroso en el revestimiento del esófago.
  • Disfagia e impactación esofágica. Puedes presentar dificultad para tragar (disfagia). También es posible que la comida se atasque al tragar. Esto se conoce como impactación esofágica.
  • Síntomas adicionales. Puedes tener otros síntomas, como dolor de pecho o de estómago.

En la última década, ha aumentado significativamente el número de personas con diagnóstico de esofagitis eosinofílica. Al principio, los investigadores pensaron que esto se debía a una mayor concienciación entre los proveedores de atención médica y una disponibilidad más amplia de pruebas. Sin embargo, los estudios ahora sugieren que la enfermedad se está volviendo cada vez más frecuente, al mismo tiempo que aumenta la incidencia del asma y las alergias.

Factores de riesgo

Los siguientes factores de riesgo están asociados a la esofagitis eosinofílica:

  • Clima. Las personas que viven en un clima frío o seco tienen más probabilidades de recibir el diagnóstico de esofagitis eosinofílica que las que viven en otros tipos de climas.
  • Estación del año. Es más probable que te diagnostiquen entre la primavera y el otoño, probablemente porque los niveles de polen y otros alérgenos son más altos y es más probable que las personas estén al aire libre.
  • Sexo La esofagitis eosinofílica es más común en hombres que en mujeres.
  • Antecedentes familiares. Los investigadores creen que la esofagitis eosinofílica puede tener un componente genético porque la afección, a veces, se presenta en varios miembros de una familia.Si los miembros de tu familia tienen esofagitis eosinofílica, tienes una mayor probabilidad de que te diagnostiquen esta enfermedad.
  • Alergias y asma. Si tienes alergias alimentarias o ambientales, asma, dermatitis atópica o una enfermedad respiratoria crónica, es más probable que te diagnostiquen esofagitis eosinofílica.
  • Edad. Originalmente, se pensaba que la esofagitis eosinofílica era una enfermedad infantil, pero ahora se sabe que también es común en adultos. Los síntomas difieren un poco entre niños y adultos.

Complicaciones

En algunas personas, la esofagitis eosinofílica puede derivar en lo siguiente:

  • Cicatrices en el esófago y estrechamiento de este. Esto ocasiona dificultad para tragar y aumenta la probabilidad de que la comida quede atascada.
  • Daño en el esófago. Debido a la inflamación del esófago, la endoscopia puede perforar o desgarrar el tejido que lo reviste. El desgarro también se puede producir debido a las arcadas que algunas personas presentan cuando se les atasca la comida en el esófago.

Diagnóstico

Endoscopia superior

En una endoscopia superior, el profesional de atención médica introduce por la garganta una sonda delgada y flexible equipada con una luz y una cámara hasta llegar al esófago. La cámara pequeña permite observar el esófago, el estómago y el duodeno, que es la parte inicial del intestino delgado.

El proveedor de atención médica considerará los síntomas y los resultados de las pruebas para diagnosticar la esofagitis eosinofílica. Esto consistirá en determinar si tienes la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Las pruebas para diagnosticar la esofagitis eosinofílica comprenden las siguientes:

  • Endoscopia superior. El proveedor de atención médica usará un aparato largo y fino (endoscopio) que tiene una luz y una cámara diminuta y lo introducirá a través de la boca hasta llegar al esófago. El proveedor de atención médica revisará el revestimiento del esófago para ver si hay inflamación e hinchazón, anillado de forma horizontal, surcos verticales, estrechamientos (constricciones) y manchas blancas. En el caso de algunas personas que presentan esofagitis eosinofílica, el aspecto del esófago es normal.
  • Biopsia. Durante una endoscopia, se realizará una biopsia del esófago. Una biopsia implica extraer un poco de tejido. Es probable que se tomen varias muestras de tejido del esófago y se examinen bajo el microscopio en busca de eosinófilos.
  • Análisis de sangre. Si hay sospechas de esofagitis eosinofílica, es posible que se te hagan algunas pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico. Estas pruebas buscan las fuentes de la reacción alérgica, también denominadas alérgenos. Es probable que te soliciten un análisis de sangre para ver si el recuento de eosinófilos o los niveles totales de inmunoglobulina E son más altos de lo habitual, lo que indicaría una alergia.
  • Esponja esofágica. Esta prueba se realiza en el consultorio del proveedor de atención médica. Consiste en tragar una cápsula sujeta a un hilo. La cápsula se disolverá en el estómago y liberará una esponja que el proveedor de atención médica extraerá por la boca con el hilo. A medida que se extrae la esponja, esta irá tomando muestras de los tejidos del esófago. Lo que permite al proveedor de atención médica determinar el grado de inflamación en el esófago sin necesidad de una endoscopia.

Tratamiento

La esofagitis eosinofílica se considera una enfermedad crónica recurrente, lo que significa que la mayoría de las personas requerirán un tratamiento prolongado para controlar los síntomas. El tratamiento puede comprender uno o más de los siguientes:

Terapia alimentaria

Según tu reacción a las pruebas de alergia a los alimentos, es posible que el proveedor de atención médica te recomiende dejar de consumir algunos. La eliminación de algunos alimentos, como los productos lácteos o el trigo, puede ayudar a aliviar los síntomas y reducir la inflamación. A veces, se puede recomendar limitar la dieta incluso más.

Medicamentos

  • Inhibidores de la bomba de protones. Es probable que al principio el proveedor de atención médica te recete un bloqueador de ácido como un inhibidor de la bomba de protones. Este tratamiento es el más fácil de usar, pero en la mayoría de los casos los síntomas no mejoran.
  • Esteroides tópicos. Si no respondes bien al inhibidor de la bomba de protones, es probable que el proveedor de atención médica te recete un esteroide tópico, como la fluticasona o la budesonida. Este tipo de esteroide se ingiere en formato líquido para tratar la esofagitis eosinofílica. Este tipo de esteroide no se absorbe en el torrente sanguíneo, así que es poco probable que tengas los efectos secundarios que con frecuencia se asocian a los esteroides.
  • Anticuerpos monoclonales. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado recientemente el dupilumab (Dupixent) para el tratamiento de la esofagitis eosinofílica en adultos y niños mayores de 12 años. El dupilumab pertenece a un tipo de medicamentos conocidos como anticuerpos monoclonales. Funciona bloqueando la acción de ciertas proteínas del cuerpo que causan inflamación. El dupilumab se administra semanalmente mediante inyecciones.

Dilatación

Si se produce un estrechamiento grave (constricción) del esófago, es posible que el proveedor de atención médica te recomiende la dilatación. La dilatación o estiramiento puede ayudar a que tragar sea más fácil. La dilatación se puede usar cuando los esteroides no funcionan. También puede ser una opción para evitar el uso continuo de medicamentos.

Estilo de vida y remedios caseros

Si presentas acidez estomacal a menudo, los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir la frecuencia o la gravedad de los síntomas:

  • Mantén un peso saludable. El sobrepeso presiona el vientre, empuja el estómago hacia arriba y hace que el ácido regrese al esófago. Si tienes un peso saludable, procura mantenerlo. Si tienes sobrepeso u obesidad, procura bajar de peso gradualmente, no más de 1 o 2 libras (de 0,5 a 1 kilogramo) a la semana. Pide al proveedor de atención médica que te ayude a crear una estrategia para bajar de peso que mejor funcione para ti.
  • Evita los alimentos y las bebidas que desencadenen la acidez estomacal. Los desencadenantes frecuentes, tales como los alimentos grasos o frituras, la salsa de tomate, el alcohol, el chocolate, la menta, el ajo, la cebolla y la cafeína, pueden empeorar la acidez estomacal. Evita los alimentos que sabes que desencadenarán acidez estomacal.
  • Eleva la cabecera de la cama. Si tienes acidez estomacal regularmente por la noche o mientras intentas dormir, aprovecha la ley de gravedad. Coloca bloques de madera o cemento debajo de las patas de la cama de modo que la cabecera se eleve de 6 a 9 pulgadas (152 a 228 milímetros). Si no es posible elevar la cama, pon una cuña entre el colchón y el somier para levantar el cuerpo de la cintura hacia arriba.

Preparación antes de la cita

Si crees que tienes esofagitis eosinofílica, probablemente debas comenzar por consultar a tu proveedor de atención médica de cabecera. Tu proveedor de atención médica puede recomendarte que consultes a un especialista en el tratamiento de enfermedades digestivas (gastroenterólogo) o un alergólogo.

Como las citas médicas pueden ser breves y suele haber mucho de lo que hablar, es aconsejable ir bien preparado. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta las restricciones previas a la cita médica. Cuando programes la cita médica, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
  • Lleva los resultados de tus análisis. Si visitas a un nuevo especialista después de que otro proveedor de atención médica te haya realizado una endoscopia, llévale los resultados.
  • Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita médica.
  • Anota tu información personal esencial, como situaciones estresantes o cambios recientes en tu vida que sean importantes.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
  • Considera pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que te acompañe. A veces puede ser difícil asimilar toda la información que recibes durante una cita médica. La persona que te acompañe podría recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado.
  • Anota todas las preguntas que quieras hacerle al proveedor de atención médica.

El tiempo de la cita médica es limitado; por eso, preparar una lista de preguntas puede ayudarte a aprovecharlo al máximo. En el caso de la esofagitis eosinofílica, estas son algunas de las preguntas básicas que puedes hacer:

  • ¿Cuál puede ser la causa de mis síntomas?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesitan hacerme?
  • ¿Tienen que hacerme una endoscopia?
  • ¿Es probable que mi afección sea temporal o crónica?
  • ¿Cuál es el mejor plan de acción?
  • ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que me propone?
  • Tengo otras enfermedades. ¿Cuál es la mejor manera de controlar estas enfermedades de manera conjunta?
  • ¿Debo respetar alguna restricción?
  • ¿Debería consultar con un especialista? ¿Cuánto costará?
  • ¿Existe una alternativa genérica a los medicamentos que me está recetando?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomiendan?
  • ¿Debo programar una cita médica de seguimiento?

Además de las preguntas que preparaste, no dudes en hacer otras preguntas durante la cita médica.

Qué esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica también te haga algunas preguntas. Estar preparado para responderlas puede darte tiempo para analizar los puntos que quieras tratar con mayor detenimiento.

  • ¿Cuáles son los síntomas?
  • ¿Cuándo los notaste por primera vez?
  • ¿Han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?
  • ¿Te despiertan los síntomas por la noche?
  • ¿Empeoran los síntomas después de las comidas o cuando te recuestas?
  • ¿Tienes dificultad para tragar?
  • ¿Alguna vez se te han quedado alimentos atascados al tragar?
  • ¿Hay veces en que la comida o el material ácido regresa hasta el fondo de la garganta?
  • ¿Tienes dolor en el pecho o dolor de estómago?
  • ¿Te han realizado una dilatación esofágica?
  • ¿Recibiste tratamiento con esteroides tópicos o con una dieta de eliminación de alimentos?
  • ¿Has bajado o subido de peso?
  • ¿Tienes náuseas o vómitos?
  • ¿Empeoran los síntomas en ciertos momentos del año?
  • ¿Tienes asma o alguna enfermedad respiratoria crónica?
  • ¿Tienes alguna alergia a los alimentos o a sustancias del ambiente, como el polen?
  • ¿Hay alguien en tu familia que tenga alergias?
  • ¿Has intentado tomar antiácidos o medicamentos contra el reflujo? ¿Cuál fue el resultado?

Si eres padre o madre de un niño pequeño, el proveedor de atención médica también puede preguntarte si tu hijo tiene problemas para alimentarse o le han diagnosticado un retraso en el desarrollo.

Last Updated: November 7th, 2024