Cualquier enfermedad de un grupo de enfermedades infecciosas que afecta muchos de los órganos del cuerpo y puede reducir la capacidad de coagulación de la sangre.
Las fiebres hemorrágicas virales ocurren debido a virus que se encuentran de forma natural en los animales o en los insectos, generalmente en una zona específica. Estos virus se contagian por contacto con animales, con insectos o con personas infectadas. La fiebre amarilla, la enfermedad del Ébola y la fiebre de Lassa son algunos ejemplos de fiebres hemorrágicas virales.
Los síntomas de la fiebre hemorrágica viral varían según el virus que cause la afección. Los signos iniciales pueden ser fiebre, fatiga, mareos, dolor corporal, vómitos o diarrea. Los síntomas que ponen en riesgo la vida pueden ser el estado de choque, coma o sangrado debajo de la piel o en la boca, los ojos y los oídos.
El tratamiento de la fiebre hemorrágica viral puede implicar medicamentos que evitan que el virus se replique en el cuerpo. La asistencia para evitar la deshidratación y otras complicaciones es de suma importancia.