Una fractura de costilla normalmente se debe a una caída o un accidente. La tos prolongada y los deportes con movimientos repetitivos, como el golf o el remo, también pueden provocar una fractura de costilla.
Los síntomas incluyen dolor al respirar profundamente, al presionar el área lesionada o al doblar o torcer el cuerpo.
En la mayoría de los casos, las costillas fracturadas se curan por sí solas en uno o dos meses. Hacer menos actividad física y poner regularmente hielo en la zona son medidas que pueden ayudar con la recuperación y el alivio del dolor. Los analgésicos permitirán respirar profundamente.
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