Es una lesión que causa el arrancamiento de tejido, normalmente de tejido óseo o de tejido blando.
Una lesión por avulsión ocurre cuando una parte del cuerpo se desprende del lugar al que está adherida. Por ejemplo, una pequeña parte del hueso puede desprenderse del hueso principal. Un tendón puede desprenderse de donde se une con un hueso.
Los síntomas dependen de dónde se ubique la lesión. Estos pueden ser dolor, hinchazón, sangrado o dificultad para mover la parte lesionada del cuerpo.
La mayoría de las avulsiones pueden sanar sin cirugía. Pero, a veces, puede ser necesario hacer una cirugía para reparar el daño en los nervios, para restaurar el flujo sanguíneo o para unir nuevamente la parte lesionada del cuerpo. Es muy poco frecuente que la parte que se desprendió tenga que extirparse con cirugía.
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