Leucemia mielógena aguda
Obtén información acerca de este tipo de cáncer que se forma en los huesos y en la médula ósea. Los tratamientos comprenden medicamentos y el trasplante de médula ósea.
Perspectiva general
La leucemia mielógena aguda es un cáncer de la sangre y la médula ósea (el tejido esponjoso que se encuentra dentro de los huesos y el lugar donde se producen las células sanguíneas).
La palabra «aguda» en la expresión «leucemia mielógena aguda» denota la progresión acelerada de la enfermedad. Se llama «leucemia mielógena» porque afecta a un grupo de glóbulos blancos llamados «células mieloides», que normalmente se convierten en los diversos tipos de células sanguíneas maduras, como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
La leucemia mielógena aguda también se conoce como «leucemia mieloide aguda», «leucemia mieloblástica aguda», «leucemia granulocítica aguda» y «leucemia no linfocítica aguda».
Síntomas
Los signos y síntomas generales de los estadios tempranos de la leucemia mielógena aguda pueden ser similares a los de la gripe u otras enfermedades comunes.
Los signos y síntomas de la leucemia mielógena aguda comprenden:
- Fiebre
- Dolor de huesos
- Letargo y fatiga
- Falta de aire
- Piel pálida
- Infecciones frecuentes
- Hematomas que se producen con facilidad
- Sangrado inusual, como sangrados nasales y de encías frecuentes
Cuándo consultar al médico
Pide una consulta con el médico si tienes algún signo o síntoma que parezca inusual o que te preocupe.
Causas
La leucemia mielógena aguda se produce cuando una célula de la médula ósea presenta cambios (mutaciones) en su material genético o ADN. El ADN de una célula contiene instrucciones que le dicen lo que debe hacer. Habitualmente, el ADN le indica a la célula que crezca a cierto ritmo y que se muera en determinado momento. Si una persona padece leucemia mielógena aguda, las mutaciones les indican a las células de la médula ósea que continúen creciendo y dividiéndose.
Cuando esto sucede, la producción de células sanguíneas se descontrola. La médula ósea produce células inmaduras que se transforman en glóbulos blancos leucémicos conocidos como mieloblastos. Estas células anormales son incapaces de funcionar adecuadamente y pueden proliferar y desplazar a las células sanas.
No se conocen con exactitud las causas de las mutaciones del ADN que llevan a la leucemia, pero los médicos han identificado factores que aumentan el riesgo.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de leucemia mielógena aguda incluyen:
- Edad avanzada. A medida que envejeces, aumenta el riesgo de que padezcas leucemia mielógena aguda. La leucemia mielógena aguda es más frecuente en los adultos de 65 años o más.
- El sexo. Los hombres tienen mayor probabilidad de padecer leucemia mielógena aguda que las mujeres.
- Tratamientos oncológicos previos. Las personas que se sometieron a determinados tipos de quimioterapia y radioterapia corren mayor riesgo de padecer leucemia mielógena aguda.
- Exposición a la radiación. Las personas expuestas a niveles muy altos de radiación, como los sobrevivientes de accidentes de reactores nucleares, tienen mayor riesgo de padecer leucemia mielógena aguda.
- Exposición a sustancias químicas peligrosas. La exposición a ciertos productos químicos, como el benceno, está relacionada con un mayor riesgo de leucemia mielógena aguda.
- Tabaquismo La leucemia mielógena aguda está vinculada al tabaquismo, ya que el humo de los cigarrillos contiene benceno y otras sustancias químicas conocidas que causan cáncer.
- Otros trastornos sanguíneos. Las personas que han tenido otro trastorno sanguíneo, como mielodisplasia, mielofibrosis, policitemia vera o trombocitemia, tienen mayor riesgo de desarrollar leucemia mielógena aguda.
- Trastornos genéticos. Ciertos trastornos genéticos, como el síndrome de Down, están asociados con mayor riesgo de padecer leucemia mielógena aguda.
Muchas personas que padecen leucemia mielógena aguda no presentan factores de riesgo conocidos, y muchas personas que presentan factores de riesgo nunca padecen este tipo de cáncer.
Diagnóstico
Si tienes signos o síntomas de leucemia mielógena aguda, es posible que el médico te recomiende que te sometas a pruebas de diagnóstico, que incluyen:
- Análisis de sangre. La mayoría de los pacientes con leucemia mielógena aguda tiene demasiados glóbulos blancos, y glóbulos rojos y plaquetas insuficientes. Pero a veces el nivel de glóbulos blancos puede ser demasiado bajo. La presencia de blastocitos (células inmaduras que normalmente se encuentran en la médula ósea pero no circulando en la sangre) es otro indicador de leucemia mielógena aguda.
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Análisis de médula ósea. Un análisis de sangre puede sugerir leucemia pero, por lo general, hace falta un análisis de médula ósea para confirmar el diagnóstico.
En una biopsia, se utiliza una aguja para extraer una muestra de médula ósea. Por lo general, la muestra se extrae del hueso de la cadera. La muestra se envía a un laboratorio para analizarla.
- Punción lumbar. En determinadas situaciones, quizás sea necesario extraer parte del líquido que rodea la médula espinal para detectar células de leucemia. Para poder extraer el líquido, el médico insertar una aguja pequeña en el canal espinal de la espalda lumbar.
- Prueba de células cancerosas en laboratorio. En un laboratorio, los médicos examinan las células de leucemia para comprender mejor las mutaciones genéticas presentes. Esto puede ayudar a determinar tu pronóstico y orientar tu tratamiento.
Si el médico sospecha que tienes leucemia, es posible que te remitan a un médico que se especialice en cáncer de sangre (hematólogo o médico oncólogo).
Determinación del subtipo de leucemia mielógena aguda
Si el médico determina que tienes leucemia mielógena aguda, es posible que necesites más análisis para determinar el estadio del cáncer y para clasificarlo dentro de un subtipo de leucemia mielógena aguda más específico.
El subtipo de leucemia mielógena aguda se basa en la apariencia de las células al examinarlas con un microscopio. También pueden usarse análisis de laboratorio especiales para identificar las características específicas de las células.
El subtipo de leucemia mielógena aguda ayuda a determinar cuáles pueden ser los mejores tratamientos para ti. Los médicos realizan estudios sobre cómo los diferentes tipos de tratamientos oncológicos afectan a las personas con diferentes subtipos de leucemia mielógena aguda.
Tratamiento
El tratamiento de la leucemia mielógena aguda depende de varios factores, entre ellos, el subtipo de la enfermedad, tu edad, estado de salud general y preferencias.
En general, el tratamiento tiene dos fases:
- Terapia de inducción de la remisión. El propósito de la primera fase del tratamiento es matar las células de leucemia de la sangre y médula ósea. Sin embargo, la inducción de la remisión por lo general no elimina todas las células de leucemia, por lo que necesitas tratamiento adicional para evitar que regrese la enfermedad.
- Terapia de consolidación. También llamada terapia de posremisión o terapia de mantenimiento, esta fase del tratamiento tiene como objetivo destruir las células leucémicas restantes. Se considera fundamental para disminuir el riesgo de recaídas.
Las terapias utilizadas en estas fases son:
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Quimioterapia. La quimioterapia es la principal forma de terapia de inducción de la remisión, aunque también puede usarse para la terapia de consolidación. La quimioterapia utiliza sustancias químicas para matar las células cancerosas del organismo.
Por lo general, los pacientes con leucemia mielógena aguda permanecen en el hospital durante los tratamientos de quimioterapia porque los medicamentos destruyen muchas células sanguíneas normales en el proceso de matar las células de leucemia. Si el primer ciclo de quimioterapia no produce la remisión, puede repetirse.
- Terapia dirigida. Los tratamientos con medicamentos con diana específica se enfocan en anomalías específicas presentes dentro de las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías, los tratamientos con fármacos con diana específica pueden producir la muerte de las células cancerosas Se analizarán tus células leucémicas para ver qué terapia dirigida podría ser útil para ti. La terapia dirigida se puede usar sola o en combinación con quimioterapia para la terapia de inducción y la terapia de consolidación.
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Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también llamado trasplante de células madre, puede usarse para la terapia de consolidación. Un trasplante de médula ósea ayuda a restablecer las células madre sanas al reemplazar la médula ósea enferma con células madre libres de leucemia que regenerarán la médula ósea sana.
Antes de un trasplante de médula ósea, recibirás dosis muy altas de quimioterapia o radioterapia para destruir la médula ósea que produce leucemia. A continuación, recibirás infusiones de células madre de un donante compatible (trasplante alogénico).
También puedes recibir tus propias células madre (trasplante autólogo), si anteriormente estuviste en remisión y te extrajeron células madre saludables y las almacenaron para un futuro trasplante.
- Ensayos clínicos. Algunas personas con leucemia deciden inscribirse en ensayos clínicos para probar tratamientos experimentales o nuevas combinaciones de terapias conocidas.
Medicina alternativa
Ningún tratamiento alternativo ha demostrado ser eficaz para la leucemia mielógena aguda. Sin embargo, algunos tratamientos complementarios y alternativos permiten aliviar los síntomas que se presentan a causa del cáncer o del tratamiento oncológico.
Algunas de los tratamientos alternativos que permiten aliviar los síntomas son los siguientes:
- Acupuntura
- Ejercicio
- Masoterapia
- Meditación
- Actividades de relajación, como yoga y taichí
Estrategias de afrontamiento, y apoyo
La leucemia mielógena aguda es una forma agresiva de cáncer que por lo general exige tomar decisiones rápidamente. Por ello, las personas que reciben este diagnóstico deben afrontar decisiones importantes acerca de una enfermedad que posiblemente aún no entiendan. A continuación, te damos algunos consejos para afrontar esta situación:
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Obtén información suficiente para poder decidir acerca de tu atención médica. El término "leucemia" puede ser confuso, porque se refiere a un grupo de distintos tipos de cáncer que no son demasiado parecidos, salvo por el hecho de que todos afectan la médula ósea y la sangre. Puedes perder mucho tiempo buscando información que no se aplica a tu tipo de leucemia. Para que esto no te suceda, pídele a tu médico que anote toda la información posible acerca de tu enfermedad específica. Luego, acota la búsqueda a la información pertinente.
Anota las preguntas para hacerle al médico antes de cada cita y busca información en la biblioteca local y en Internet. Algunas fuentes confiables son el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés), la American Cancer Society (Sociedad Americana contra el Cáncer) y la Sociedad de Lucha contra la Leucemia y el Linfoma (LLS, por sus siglas en inglés).
- Busca contención en tus familiares y amigos. Puede ser difícil hablar de tu diagnóstico, y probablemente recibas reacciones muy variadas al comunicar esta noticia. Pero hablar acerca del diagnóstico puede ayudarte. También te puede resultar útil toda la ayuda práctica que esto suele traer.
- Cuídate. Es fácil obsesionarse con las pruebas, los tratamientos y los procedimientos de la terapia. Pero es importante que cuides de ti, no solo del cáncer. Intenta dedicar tiempo al yoga, la cocina u otros pasatiempos que te gusten.
Preparación antes de la cita
Pide una cita con tu médico de cabecera si presentas signos y síntomas que te preocupan. Si tu médico sospecha que puedes tener leucemia, es probable que te deriven a un médico que se especialice en enfermedades de las células sanguíneas (hematólogo).
Debido a que las citas pueden ser breves y a que generalmente hay mucha información de la que hablar, es una buena idea estar preparado. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar del médico.
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita. Cuando programes la cita, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
- Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el motivo de la cita.
- Anota información personal clave, como episodios de estrés importantes o cambios recientes en tu vida.
- Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
- Considera pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una cita. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que hayas pasado por alto u olvidado.
- Escribe preguntas para hacerle al médico.
Tu tiempo con el médico es limitado; por eso preparar una lista de preguntas puede ser útil para aprovechar al máximo el tiempo juntos. Organiza tus preguntas de la más importante a la menos importante por si se acaba el tiempo. Algunas preguntas básicas que puedes hacer sobre la leucemia mielógena aguda son:
- ¿Qué podría estar provocando mis síntomas o mi afección?
- ¿Cuáles serían otras causas posibles de mis síntomas o mi enfermedad?
- ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme?
- ¿Cuáles serían las mejores medidas para tomar?
- ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que me indica?
- Tengo otras afecciones. ¿Cómo puedo controlarlas de la mejor manera?
- ¿Debo respetar alguna restricción?
- ¿Debo pedir una segunda opinión? ¿Cuánto costará? ¿Lo cubrirá mi seguro?
- ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me recetan?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
- ¿Qué determinará si debo programar una visita de seguimiento?
Además de las preguntas que preparaste para hacerle al médico, no dudes en realizar otras preguntas.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga varias preguntas. Prepararte para responderlas puede darte tiempo luego para tratar otros puntos que quieras abordar. El médico podría hacerte estas preguntas:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?
Qué puedes hacer mientras tanto
Evita las actividades que empeoren tus signos y síntomas. Por ejemplo, intenta relajarte si te sientes fatigado.
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