Enfermedad de Alzheimer
Infórmate más sobre esta enfermedad cerebral que es la causa más frecuente de demencia. Además, infórmate sobre los nuevos medicamentos y pruebas.
Perspectiva general
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia. La enfermedad de Alzheimer es el proceso biológico que comienza con la aparición en el cerebro de una acumulación de proteínas en forma de placas amiloides y ovillos neurofibrilares. Esto hace que las neuronas cerebrales mueran con el tiempo y el cerebro se encoja.
En EE. UU., unos 6,9 millones de personas de 65 años o más viven con enfermedad de Alzheimer. Entre ellos, más del 70 % tiene 75 años de edad o más. De los más de 55 millones de personas con demencia en el mundo, se estima que entre el 60 % y el 70 % tiene la enfermedad de Alzheimer.
Los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer son olvidarse de eventos o conversaciones recientes. Con el tiempo, la enfermedad de Alzheimer deriva en graves pérdidas de memoria y afecta la capacidad de la persona para realizar las tareas cotidianas.
La enfermedad de Alzheimer no tiene cura. En las etapas avanzadas, la pérdida de la función cerebral puede causar deshidratación, una mala nutrición o una infección. Estas complicaciones pueden llevar a la muerte.
No obstante, los medicamentos pueden mejorar los síntomas o desacelerar el deterioro del pensamiento. Los programas y servicios pueden brindar apoyo a las personas con enfermedad de Alzheimer y a sus cuidadores.
Síntomas
La pérdida de memoria es el síntoma clave de la enfermedad de Alzheimer. En la primera etapa de la enfermedad, las personas pueden tener problemas para recordar eventos o conversaciones recientes. Con el tiempo, la memoria empeora y se manifiestan otros síntomas.
Al principio, es posible que alguien con la enfermedad reconozca problemas para recordar las cosas y pensar con claridad. A medida que los signos y síntomas empeoran, hay más posibilidades de que un familiar o amigo note los problemas.
Los cambios cerebrales de la enfermedad de Alzheimer derivan en los siguientes síntomas, que empeoran con el tiempo.
Memoria
Todas las personas tienen problemas de memoria de vez en cuando, pero la pérdida de memoria relacionada con la enfermedad de Alzheimer es permanente. Con el tiempo, la pérdida de la memoria afecta la capacidad de la persona para desenvolverse en el trabajo y en casa.
Las personas con enfermedad de Alzheimer podrían pasar por las siguientes situaciones:
- Repetir afirmaciones y preguntas una y otra vez.
- Olvidar conversaciones, citas médicas o eventos.
- Extraviar artículos y, a menudo, ponerlos en lugares en los que no tiene sentido hacerlo.
- Perderse en lugares que solían conocer bien.
- Olvidar los nombres de familiares y de objetos de uso cotidiano.
- Tener problemas para encontrar las palabras adecuadas, expresar pensamientos o mantener conversaciones.
El pensamiento y el razonamiento
La enfermedad de Alzheimer dificulta concentrarse y pensar, en especial sobre conceptos abstractos, como los números. Hacer más de una tarea a la vez resulta especialmente difícil. Gestionar la economía, poner al día las cuentas y pagar las facturas a tiempo puede ser complicado. Con el tiempo, las personas con enfermedad de Alzheimer pueden llegar a no reconocer los números.
Hacer valoraciones y tomar decisiones
La enfermedad de Alzheimer dificulta tomar decisiones razonables y aplicar la capacidad de juicio. Las personas con enfermedad de Alzheimer pueden tomar malas decisiones en ámbitos sociales o usar ropa que no es adecuada para las condiciones climáticas. Los problemas cotidianos pueden ser difíciles de resolver. Es posible que una persona con enfermedad de Alzheimer no sepa cómo manipular alimentos que se están cocinando en una hornalla ni cómo tomar decisiones al conducir un vehículo.
Planificar y realizar actividades familiares
Las actividades de rutina que implican completar pasos en un orden determinado también pueden resultar difíciles para las personas con esta enfermedad. Les puede costar planificar y elaborar una comida, o jugar un juego favorito. A medida que el alzhéimer avanza, las personas olvidan cómo hacer tareas básicas, como vestirse y bañarse.
Cambios en la personalidad y en la conducta
Los cambios que la enfermedad de Alzheimer produce en el cerebro pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento. Los síntomas pueden incluir los siguientes:
- Depresión.
- Pérdida de interés por actividades.
- Aislamiento social.
- Cambios en el estado de ánimo.
- Falta de confianza en los demás.
- Ira o agresividad.
- Cambios en los hábitos de sueño.
- Desorientación.
- Desinhibición.
- Ideas delirantes, como creer que le han robado algo, cuando no es así.
Habilidades preservadas
A pesar de los cambios importantes en la memoria y las habilidades, las personas que tienen la enfermedad de Alzheimer pueden conservar ciertas habilidades, aun cuando los síntomas empeoran. Se conocen como habilidades preservadas. Entre ellas pueden estar: leer o escuchar libros, contar historias, compartir recuerdos, cantar, escuchar música, bailar, dibujar o hacer manualidades.
Estas habilidades pueden conservarse durante más tiempo porque las controlan partes del cerebro que se ven afectadas en etapas posteriores de la enfermedad.
Cuándo debes consultar con un médico
Varias afecciones pueden causar pérdida de la memoria u otros síntomas de demencia. Algunas de ellas pueden tratarse. Si te preocupa tu memoria u otra habilidad del pensamiento, habla con un profesional de atención médica.
Si te preocupan las habilidades del pensamiento que observas en un familiar o amigo, puedes proponerle ir juntos a ver a un profesional de atención médica.
Causas
En el cerebro de una persona con enfermedad de Alzheimer se forman placas amiloides, y las proteínas tau cambian de forma y se convierten en ovillos.
Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden en su totalidad. Pero a un nivel básico, las proteínas del cerebro no funcionan de la forma habitual. Esto interrumpe el trabajo de las células cerebrales, también llamadas neuronas cerebrales, y desencadena una serie de eventos. Las neuronas se dañan y pierden las conexiones entre sí. Eventualmente, mueren.
Los científicos creen que, en la mayoría de los casos, la enfermedad de Alzheimer es causada por una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo. En menos del 1 % de las personas, la enfermedad de Alzheimer ocurre por cambios genéticos específicos que prácticamente garantizan que una persona tendrá la enfermedad. Para las personas de este grupo, la enfermedad generalmente comienza en la madurez.
La enfermedad comienza años antes de que aparezcan los primeros síntomas. El daño comienza más a menudo en la región del cerebro que controla la memoria. La pérdida de neuronas se extiende en un patrón algo predecible a otras regiones del cerebro. En la etapa avanzada de la enfermedad, el tejido cerebral está reducido.
Los investigadores que tratan de entender la causa de la enfermedad de Alzheimer se centran en el papel de dos proteínas:
- Placas. El beta amiloide es un fragmento de una proteína más grande. Cuando estos fragmentos se agrupan, afectan la comunicación entre las neuronas cerebrales. Los grupos forman depósitos más grandes llamados placas amiloides.
- Ovillos. Las proteínas tau juegan un papel en el sistema interno de apoyo y transporte de las neuronas cerebrales para trasportar nutrientes y otros materiales esenciales. En la enfermedad de Alzheimer, las proteínas tau cambian de forma y se organizan en estructuras llamadas ovillos neurofibrilares. Los ovillos interrumpen el sistema de transporte y ocasionan daños en las neuronas.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer incluyen la edad, los antecedentes familiares, el estilo de vida y otros factores.
Edad avanzada
La edad avanzada es el principal factor de riesgo conocido de la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer no es parte del proceso normal de envejecimiento. Pero, al envejecer, aumentan las probabilidades de contraer la enfermedad.
Según un estudio, cada año hubo cuatro nuevos diagnósticos por cada 1000 personas de 65 a 74 años. Entre las personas de 75 a 84 años, hubo 32 nuevos diagnósticos por cada 1000 personas. Para las personas de 85 años o más, hubo 76 nuevos diagnósticos por cada 1000 personas.
Antecedentes familiares y genética
El riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer es mayor si un familiar de primer grado, como el padre o la madre, o un hermano, ha recibido el diagnóstico de la enfermedad. No se entiende casi nada respecto a cómo los genes de una familia influyen en el riesgo. Es probable que los factores genéticos sean complejos.
Un factor genético más estudiado es una forma del gen apolipoproteína E (APOE). Tener la forma del gen conocida como APOE e4 aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Aproximadamente del 25 % al 30 % de la población es portadora de la forma APOE e4. Pero no todas las personas con esta forma del gen desarrollan la enfermedad. Tener dos copias de APOE e4 aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer más que tener una copia.
Los científicos han encontrado cambios poco frecuentes en tres genes que prácticamente garantizan que una persona que hereda uno de ellos desarrollará la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, estos cambios representan menos del 1 % de las personas con esta enfermedad.
Síndrome de Down
Muchas personas con síndrome de Down desarrollan la enfermedad de Alzheimer. Esto probablemente esté relacionado con tener tres copias del cromosoma 21. El cromosoma 21 es el gen implicado en la producción de la proteína que lleva a la creación de beta amiloide. Los fragmentos de beta amiloide pueden convertirse en placas en el cerebro. Los síntomas suelen aparecer entre 10 y 20 años antes en las personas con síndrome de Down en comparación con la población general.
Sexo asignado al nacer
En general, hay más casos de mujeres con la enfermedad porque suelen vivir más que los hombres.
Deterioro cognitivo leve
Las personas con deterioro cognitivo leve presentan un deterioro de la memoria o de otras habilidades del pensamiento mayor de lo habitual para su edad. Pero dicho deterioro no les impide desenvolverse laboral o socialmente.
Sin embargo, las personas con deterioro cognitivo leve tienen más riesgo de desarrollar demencia que aquellas que no lo padecen. Cuando el deterioro cognitivo leve afecta principalmente la memoria, es más probable que la afección avance hasta una demencia debida a la enfermedad de Alzheimer. Un diagnóstico de deterioro cognitivo leve ofrece a las personas la posibilidad de enfocarse en hacer cambios para un estilo de vida saludable y en crear estrategias para compensar la pérdida de memoria. También se pueden programar citas médicas periódicas para controlar los síntomas.
Lesión en la cabeza
Varios estudios grandes descubrieron que las personas de 50 años o más que tuvieron una lesión cerebral por traumatismo corrían más riesgo de desarrollar demencia o enfermedad de Alzheimer. El riesgo es aún mayor en personas con graves lesiones cerebrales por traumatismo o múltiples lesiones cerebrales por traumatismo.
Contaminación del aire
Según los estudios hechos en animales, las partículas de la contaminación del aire pueden acelerar la degeneración del sistema nervioso. Los estudios en humanos han mostrado un vínculo con un riesgo más alto para demencia de la exposición a la contaminación del aire, especialmente los gases liberados por los escapes de los vehículos y la quema de madera.
Consumo excesivo de alcohol
Se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de alcohol ocasiona cambios en el cerebro. En varios estudios y revisiones grandes se determinó que el abuso de alcohol estaba relacionado con más riesgo para demencia, en particular, la demencia de aparición temprana.
Patrones de sueño deficientes
Según las investigaciones, los patrones de sueño irregulares, como la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, se asocian con más riesgo de la enfermedad de Alzheimer. La apnea del sueño también puede aumentar el riesgo para demencia.
Estilo de vida y salud del corazón
La investigación ha demostrado que los mismos factores de riesgo de enfermedad cardíaca pueden aumentar el riesgo de tener demencia. No está claro si estos factores aumentan el riesgo al empeorar los cambios del alzhéimer en el cerebro o al causar cambios en los vasos sanguíneos del cerebro. Los factores son los siguientes:
- Falta de ejercicio
- Obesidad
- Hábito de fumar o exposición al humo de segunda mano
- Presión arterial alta
- Colesterol alto
- Diabetes tipo 2 mal controlada
Los niveles altos de lipoproteína de baja densidad, también llamado colesterol LDL, en particular en la mediana edad, aumentan el riesgo para demencia. Las investigaciones han revelado que las personas menores de 65 años con niveles elevados de colesterol LDL tienen un mayor riesgo de demencia. No obstante, la administración de medicamentos para reducir el colesterol LDL no aumentó el riesgo.
Todos estos factores pueden modificarse, por lo que cambiar los hábitos del estilo de vida puede alterar el riesgo en un determinado grado. Por ejemplo, hacer ejercicio periódicamente y llevar una alimentación baja en grasas y rica en frutas y verduras se relacionan con un menor riesgo de tener enfermedad de Alzheimer.
Pérdida auditiva
Los estudios han encontrado que las personas que tienen pérdida auditiva tienen riesgo de sufrir demencia. Cuanto peor es la pérdida auditiva, mayor es el riesgo. Sin embargo, usar audífonos protege contra la demencia.
Pérdida de la visión no tratada
Las investigaciones más recientes sugieren que la pérdida de la visión no tratada es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la demencia. El vínculo puede deberse a una enfermedad como la diabetes que puede aumentar el riesgo de pérdida de la visión y demencia. Pero algunas investigaciones sugieren que la pérdida de la visión en sí misma puede aumentar el riesgo de demencia.
Educación permanente y participación en actividades sociales
Los estudios han demostrado que ser sociable y realizar actividades que estimulen la mente a lo largo de la vida puede reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Los niveles educativos bajos, inferiores a la formación secundaria, parecen ser un factor de riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Complicaciones
La enfermedad de Alzheimer puede derivar en una variedad de complicaciones. Los síntomas, como la pérdida de la memoria y del lenguaje, el deterioro del juicio y otros cambios en el cerebro, pueden dificultar el control de otras enfermedades. Es posible que una persona con la enfermedad de Alzheimer no sea capaz de hacer lo siguiente:
- Hacer saber a alguien que siente dolor.
- Explicar los síntomas de otra enfermedad.
- Seguir un plan de tratamiento.
- Explicar los efectos secundarios de los medicamentos.
A medida que la enfermedad de Alzheimer avanza hacia las últimas etapas, los cambios en el cerebro comienzan a afectar las funciones físicas. Estos cambios pueden afectar la capacidad de tragar, de mantener el equilibrio y de controlar la evacuación de las heces y los movimientos de la vejiga. Dichos efectos pueden derivar en otros problemas de salud, como los siguientes:
- Inhalación de alimentos o líquidos hacia los pulmones.
- Gripe, neumonía y otras infecciones.
- Caídas.
- Fracturas.
- Escaras.
- Malnutrición o deshidratación.
- Estreñimiento o diarrea.
Prevención
La enfermedad de Alzheimer no se puede prevenir. Pero hacer cambios en el estilo de vida puede reducir el riesgo de contraer esta enfermedad.
Según investigaciones, tomar medidas para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares también puede disminuir el riesgo de demencia. Estas son algunas opciones de un estilo de vida saludable para el corazón que se pueden seguir para reducir el riesgo de demencia:
- Hacer ejercicio con regularidad.
- Llevar una alimentación de frutas y verduras frescas, aceites saludables y alimentos bajos en grasas saturadas, como la dieta mediterránea.
- Trabajar con el profesional de atención médica para controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto. Presta especial atención a los niveles de lipoproteína de baja densidad, conocida como colesterol de las lipoproteínas de baja densidad. Los niveles altos de colesterol de lipoproteínas de baja densidad en personas menores de 65 años aumentan el riesgo para demencia. Pero tomar medicamentos para reducir el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad no aumenta el riesgo.
- Si fumas, pide al profesional de atención médica que te ayude a dejar el hábito.
En un estudio grande y prolongado que se hizo en Finlandia, se descubrió que los cambios en el estilo de vida ayudaban a reducir el deterioro cognitivo en personas que corrían el riesgo de tener demencia. Se impartió a los sujetos del estudio sesiones individuales y grupales centradas en alimentación, ejercicio y actividades sociales.
Varios estudios han descubierto que seguir una dieta mediterránea deriva en una mejor función cognitiva y un deterioro cognitivo más lento con la edad. Una dieta mediterránea se centra en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, cereales, pescado, aves, frutos secos y aceite de oliva. La dieta incluye menos alimentos con alto contenido de grasas saturadas y grasas trans, como mantequilla, margarina, queso, carne roja, alimentos fritos y pasteles.
También es importante tratar la pérdida auditiva y de la visión. En los estudios se ha descubierto que la pérdida de la visión no tratada es un factor de riesgo para la discapacidad cognitiva y la demencia. Los estudios también descubrieron que las personas con pérdida auditiva tienen más riesgo para demencia. Pero usar audífonos hizo a las personas menos propensas a la demencia.
Otros estudios demostraron que continuar participando mental y socialmente se vincula con la conservación de las capacidades de pensamiento más adelante en la vida y con un riesgo más bajo para la enfermedad de Alzheimer. Esto incluye participar en eventos sociales, leer, bailar, jugar juegos de mesa, realizar tareas artísticas, tocar un instrumento y otras actividades.
Diagnóstico
Las exploraciones del cerebro llamadas tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa pueden usarse para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer. Muestran áreas del cerebro donde los nutrientes no se utilizan adecuadamente para producir energía, lo que se conoce como metabolismo. En esta imagen, las exploraciones muestran un cerebro sano, un cerebro con deterioro cognitivo leve y un cerebro con enfermedad de Alzheimer. Las áreas de color negro y azul representan un metabolismo cerebral sano. Las áreas verdes, amarillas y rojas representan el empeoramiento del metabolismo cerebral a medida que avanza la enfermedad.
Una parte importante del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es poder explicar los síntomas. También puede ser útil la perspectiva de un familiar o amigo cercano sobre los síntomas y su repercusión en la vida diaria. Las pruebas de memoria y de las habilidades de pensamiento también diagnostican la enfermedad de Alzheimer.
Los análisis de sangre y las pruebas por imágenes pueden descartar otras causas potenciales para sus síntomas. También pueden verificar si hay proteínas en el cerebro relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. Las pruebas pueden ser útiles para que tu equipo de atención médica identifique mejor la enfermedad que causa los síntomas de demencia.
En el pasado, la enfermedad de Alzheimer se diagnosticaba con seguridad solo después de la muerte, cuando se detectaban placas y ovillos al observar el cerebro con un microscopio. Hoy en día, los profesionales de atención médica e investigadores pueden diagnosticar la enfermedad de Alzheimer en vida con mayor certeza.
Para ello, utilizan una combinación de pruebas que pueden incluir las pruebas de biomarcadores. Los biomarcadores pueden detectar la presencia de placas y ovillos en el cerebro. Las pruebas de biomarcadores incluyen tipos específicos de tomografía por emisión de positrones, que son imágenes del cerebro. Las proteínas amiloide y tau también pueden medirse en la parte líquida de la sangre o en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, conocido como líquido cefalorraquídeo. Recientemente, las pruebas de biomarcadores sanguíneos han alcanzado la precisión suficiente para informar si alguien tiene probabilidades de tener amiloide en el cerebro.
Hasta hace poco, las pruebas de biomarcadores se utilizaban principalmente en ensayos clínicos. Pero los profesionales de atención médica han empezado a utilizarlas junto con otras pruebas para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer. Las pruebas de biomarcadores también permiten a los profesionales de atención médica saber si la enfermedad se encuentra en una etapa temprana o avanzada.
Pruebas
Posiblemente, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se hará con pruebas como las siguientes:
Exploración física y neurológica
Un profesional de atención médica le realiza un examen físico y neurológico. Es posible que esto incluya realizar pruebas de lo siguiente:
- Reflejos
- Tono muscular y fuerza
- Capacidad para levantarte de una silla y caminar por la habitación
- Sentido de la vista y la audición
- Coordinación
- Equilibrio
Análisis de laboratorio
Los análisis de sangre pueden descartar otras causas posibles para la pérdida de la memoria y la confusión, como son un trastorno de la tiroides o niveles demasiado bajos de vitaminas.
Los análisis de sangre más recientes pueden medir los niveles de la proteína beta amiloide y la proteína tau. Pero estas pruebas no están disponibles en todas partes y es posible que el seguro médico no las cubra.
Análisis neuropsicológicos y del estado mental
El profesional de atención médica puede darte una breve prueba del estado mental para revisar tu memoria y tus habilidades de pensamiento. Las formas más extensas de este tipo de prueba pueden ofrecer más detalles sobre la función mental que pueden compararse con otras personas de una edad y un nivel de educación similares. Estas pruebas pueden establecer un diagnóstico y servir como punto de partida para hacer un seguimiento de los síntomas en el futuro.
Diagnóstico por imágenes del cerebro
Las imágenes del cerebro buscan cambios visibles relacionados con afecciones que no sean la enfermedad de Alzheimer, que pueden provocar síntomas similares, como accidentes cerebrovasculares, lesiones o tumores. Los estudios por imágenes más recientes pueden detectar cambios cerebrales específicos causados por la enfermedad de Alzheimer, como placas amiloides y ovillos neurofibrilares. Estas pruebas más recientes se utilizan principalmente en grandes centros médicos o en ensayos clínicos.
Las imágenes de las estructuras cerebrales incluyen las siguientes:
- Resonancia magnética. La resonancia magnética emplea ondas de radio y un campo magnético poderoso para producir imágenes detalladas del cerebro. Pueden mostrar una contracción de algunas regiones cerebrales asociadas con la enfermedad de Alzheimer. Las resonancias magnéticas también pueden descartar otras afecciones que podrían causar los síntomas. Generalmente, se prefiere una resonancia magnética a una tomografía computarizada para evaluar la demencia. También se realizan resonancias magnéticas antes de iniciar determinados medicamentos para el Alzheimer y a lo largo del tratamiento para controlar posibles efectos secundarios.
- Tomografía computarizada. Una tomografía computarizada, una tecnología de rayos X especializada, produce imágenes transversales del cerebro. Suele utilizarse para descartar tumores, accidentes cerebrovasculares y lesiones en la cabeza.
Una tomografía por emisión de positrones puede capturar imágenes del proceso de la enfermedad. Durante una exploración por tomografía por emisión de positrones, se inyecta un marcador radiactivo de bajo nivel en la sangre para revelar una característica particular del cerebro. Las imágenes de una tomografía por emisión de positrones pueden incluir las siguientes:
- Las exploraciones por tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa muestran áreas del cerebro donde los nutrientes no se utilizan adecuadamente para producir energía, lo que se conoce como metabolismo. Identificar patrones en las áreas de bajo metabolismo puede ayudar a distinguir entre la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
- Las imágenes de una tomografía por emisión de positrones del amiloide pueden medir las placas amiloides en el cerebro. Esta prueba se utiliza principalmente en la investigación, pero se pueden utilizar si una persona tiene síntomas de demencia inusuales o de inicio muy temprano.
- Las imágenes de Tau por tomografía por emisión de positrones mide los ovillos neurofibrilares en el cerebro.
En ocasiones, se pueden utilizar otras pruebas para medir la proteína amiloide y la proteína tau en el líquido cefalorraquídeo. Esto puede hacerse si los síntomas empeoran rápidamente o si la demencia afecta a una persona a una edad más temprana.
El futuro de las pruebas de diagnóstico
En investigaciones, se ha establecido que las pruebas de biomarcadores pueden medir signos biológicos de enfermedad en el cerebro. Las pruebas pueden utilizarse con otros medios para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer después del comienzo de los síntomas. Aunque estas pruebas pueden detectar signos de la enfermedad de Alzheimer antes del comienzo de los síntomas, no se están utilizando en personas sin síntomas. La disponibilidad de las pruebas de biomarcadores puede variar ampliamente.
Las pruebas genéticas no se recomiendan para la mayoría de las personas que podrían tener la enfermedad de Alzheimer. Pero las personas con antecedentes familiares de enfermedad de Alzheimer de aparición temprana podrían considerar someterse a la prueba. Consulta a un consejero genético para hablar sobre los riesgos y los beneficios antes de someterte a una prueba genética.
Tratamiento
Los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer incluyen fármacos que ayudan con los síntomas y otros medicamentos más nuevos que permiten desacelerar el deterioro del pensamiento y la funcionalidad. Estos medicamentos más nuevos están aprobados para personas con enfermedad de Alzheimer en etapa temprana.
Creación de un entorno de seguridad y contención
Una parte importante de cualquier plan de tratamiento es la adaptación a las necesidades de una persona con enfermedad de Alzheimer. Crea hábitos de rutina y reduce las tareas que requieran de la memoria. Estas medidas pueden hacer que la vida sea mucho más fácil.
Existen medidas para ayudar a una persona a no perder la sensación de bienestar ni la capacidad de desenvolvimiento, como las siguientes:
- Mantén las llaves, billeteras, teléfonos móviles y otros objetos de valor en el mismo lugar de la casa para no perderlos.
- Guarda los medicamentos en un lugar seguro. Usa una lista de comprobación diaria para llevar un registro de las dosis.
- Haz arreglos para que las transacciones financieras se hagan por pago o depósito automáticos.
- Asegúrate de que la persona con enfermedad de Alzheimer lleve un teléfono móvil con sistema de localización. Programa números importantes de contacto en el teléfono.
- Instala sensores con alarma en las puertas y ventanas.
- Asegúrate de que las citas médicas regulares, en la medida de lo posible, sean el mismo día y a la misma hora.
- Usa un calendario o una pizarra para hacer un seguimiento de las tareas diarias. Crea el hábito de tachar las tareas realizadas.
- Retira los muebles, las alfombras que no necesites y acomoda el desorden.
- Coloca barandas fuertes en las escaleras y en los baños.
- Asegúrate de que los zapatos y las pantuflas sean cómodos y brinden buena tracción.
- Reduce la cantidad de espejos. Las personas con enfermedad de Alzheimer pueden sentir confusión o miedo al ver imágenes en los espejos.
- Asegúrate de que la persona con enfermedad de Alzheimer lleve consigo una identificación o tenga puesto un brazalete de alerta médica.
- Mantén fotos y otros objetos significativos en la casa.
Medicina alternativa
Hay una variedad de remedios a base de hierbas, vitaminas y otros suplementos que se promocionan ampliamente para la salud cognitiva, o para prevenir o retrasar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los ensayos clínicos han producido resultados mixtos. Hay poca evidencia que los respalde como tratamientos eficaces.
Algunos de los tratamientos que se estudiaron son los siguientes:
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Vitamina E. Si bien la vitamina E no previene la enfermedad de Alzheimer, tomar 2000 unidades internacionales por día puede retrasar el empeoramiento de los síntomas en personas que ya tienen una enfermedad de leve a moderada. No obstante, los resultados del estudio arrojaron resultados diversos, y solo algunos indicaron beneficios modestos. Se deben realizar más investigaciones sobre la seguridad de las personas con demencia que toman 2000 unidades internacionales por día de vitamina E antes de que se pueda recomendar de manera sistemática.
Los suplementos promocionados para la salud cognitiva pueden interactuar con los medicamentos que tomes por la enfermedad de Alzheimer u otra afección de salud. Trabaja junto con el equipo de atención médica para crear un plan de tratamiento seguro. Habla con tu equipo de atención médica sobre las recetas médicas y cualquier medicamento o suplemento tomado sin receta médica.
- Ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 del pescado o de los suplementos pueden reducir el riesgo de demencia. Pero los ensayos clínicos no demostraron ningún beneficio para tratar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
- Cúrcuma. Esta hierba medicinal viene de la cúrcuma y posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que podrían tener un efecto en los procesos químicos del cerebro. Por el momento, los ensayos clínicos no han demostrado ningún beneficio en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
- Ginkgo. El ginkgo es un extracto vegetal. De acuerdo con un estudio extenso financiado por los Institutos Nacionales de la Salud, no tiene ningún efecto en la prevención o en el retraso de la enfermedad de Alzheimer.
- Melatonina. Este suplemento ayuda con el sueño. Se está estudiando para saber si puede ayudar a las personas con demencia a controlar los síntomas de somnolencia. Sin embargo, algunas investigaciones determinaron que la melatonina puede empeorar el estado de ánimo en algunas personas con demencia. Se necesitan más investigaciones.
Estilo de vida y remedios caseros
Un estilo de vida saludable promueve una buena salud general. También puede contribuir a mantener la salud del cerebro.
Ejercicio
Hacer ejercicio de forma regular es una parte importante de un plan de tratamiento. Actividades como una caminata diaria pueden mejorar el estado de ánimo y mantener la salud de las articulaciones, los músculos y el corazón. Hacer ejercicio también promueve un sueño reparador y evita el estreñimiento. También es beneficioso para los colaboradores que participan en el cuidado.
Las personas con la enfermedad de Alzheimer que tienen problemas para caminar pueden, de todos modos, usar una bicicleta fija con bandas elásticas o hacer ejercicios en una silla. Podrías encontrar programas de ejercicios para adultos mayores en centros comunitarios o en la televisión, en Internet o en DVD.
Nutrición
Las personas con enfermedad de Alzheimer pueden olvidarse de comer, perder el interés por las comidas o no comer alimentos saludables. También es posible que se olviden de hidratarse bien, y esto lleva a deshidratación y estreñimiento.
Ofrece lo siguiente:
- Opciones saludables. Compra tus alimentos favoritos que sean saludables y fáciles de comer.
- Agua y otras bebidas saludables. Alienta a la persona a beber varios vasos de líquido todos los días. No ofrezcas bebidas con cafeína, que pueden aumentar la inquietud, afectar el sueño y provocar la necesidad de orinar frecuentemente.
- Batidos de frutas y licuados saludables con un alto aporte de calorías. Sirve batidos de leche con proteínas en polvo o prepara batidos de frutas. Esto es útil cuando comer se hace muy difícil.
Participar en eventos sociales y otras actividades
Las actividades sociales pueden apoyar la preservación de habilidades y destrezas. También ayudan al bienestar general. Haz cosas que sean significativas y que disfrutes. Una persona con demencia puede hacer estas cosas:
- Escuchar música o bailar.
- Leer o escuchar libros.
- Hacer jardinería o manualidades.
- Ir a eventos sociales en centros para cuidado de la memoria o para personas mayores.
- Hacer actividades con niños.
Estrategias de afrontamiento, y apoyo
Las personas con la enfermedad de Alzheimer experimentan una mezcla de emociones, tales como confusión, frustración, ira, temor, incertidumbre, aflicción y depresión.
Si eres la persona encargada del cuidado de una persona con enfermedad de Alzheimer, estar allí para escucharla puede ayudarla. Asegúrale que la vida aún se puede disfrutar, proporciona aliento y haz lo mejor para ayudar a la persona a conservar la dignidad y el respeto propio.
Un ambiente tranquilo y estable en el hogar puede ayudar a reducir los problemas de conducta. Las situaciones nuevas, el ruido y los grupos grandes de personas pueden causar ansiedad. Una persona con demencia también puede sentir ansiedad cuando se le apura o presiona para que recuerde algo, o se le que haga tareas complejas. Cuando alguien que tiene la enfermedad de Alzheimer se enoja, le es aún más difícil pensar con claridad.
Atención para la persona responsable del cuidado
El cuidado de una persona con enfermedad de Alzheimer plantea exigencias físicas y emocionales. Son frecuentes los sentimientos de ira, culpa, estrés, preocupación, sufrimiento y aislamiento social.
El trabajo del cuidador puede incluso afectar su propia salud física. Presta atención a tus propias necesidades y bienestar. Es una de las cosas más importantes que puedes hacer tanto para ti como para la persona con enfermedad de Alzheimer.
Si eres el cuidador de una persona con enfermedad de Alzheimer, puedes hacer lo siguiente:
- Infórmate tanto como puedas sobre la enfermedad.
- Haz preguntas a los profesionales de atención médica, trabajadores sociales y otras personas que participen en el cuidado de tu ser querido.
- Pide ayuda a amigos y familiares cuando la necesites.
- Toma un descanso todos los días.
- Pasa tiempo con tus amigos.
- Cuida tu salud al respetar tus consultas programadas con profesionales de atención médica, comer de forma saludable y hacer ejercicio.
- Únete a un grupo de apoyo.
- Recurre a un centro local de atención médica para adultos, si es posible.
El asesoramiento o los servicios locales de apoyo benefician a muchas personas con enfermedad de Alzheimer y a sus familias. Comunícate con la entidad local afiliada a la Alzheimer's Association (Asociación para el Alzheimer) para ponerte en contacto con grupos de apoyo, profesionales de atención médica, terapeutas ocupacionales, recursos y remisiones. Puedes encontrar información sobre agencias de cuidados domiciliarios, centros de atención médica residencial, una línea telefónica de ayuda y seminarios educativos.
Preparación antes de la cita
La atención médica para la pérdida de la memoria u otras habilidades del pensamiento suele requerir una estrategia de equipo o con un colaborador. Si te preocupa la pérdida de la memoria o los síntomas relacionados, pide a un familiar o amigo cercano que te acompañe a la cita con un profesional de atención médica. Contar con un colaborador puede brindarte apoyo y ayudarte a resolver dudas.
Si acompañas a una persona que tiene problemas de memoria a una cita médica, es posible que tu función consista en informar sobre los cambios que hayas visto o comentar tu opinión sobre ellos. Este trabajo en equipo es una parte importante de la atención médica.
Es posible que el profesional de atención médica te remita a un neurólogo, psiquiatra, neuropsicólogo u otro especialista para realizar más evaluaciones.
Qué puedes hacer
Anota la mayor cantidad de información posible que desees compartir para poder prepararte para la cita. La información puede incluir:
- Antecedentes médicos, por ejemplo, cualquier otro diagnóstico pasado o actual y antecedentes médicos familiares.
- Equipo médico, como el nombre y la información de contacto de cualquier médico, profesional de la salud mental o terapeuta actuales.
- Medicamentos que tomas, incluidos aquellos con y sin receta médica, vitaminas, plantas medicinales u otros suplementos.
- Síntomas, como ejemplos específicos de cambios en la memoria o las habilidades de pensamiento.
Qué esperar del médico
El profesional de atención médica te hará preguntas para entender los cambios en la memoria o en otras habilidades de pensamiento. El profesional de atención médica puede preguntar lo siguiente:
- ¿Qué tipos de síntomas de la memoria tienes? ¿Cuándo los notaste por primera vez?
- ¿Empeoran continuamente o a veces te sientes mejor y a veces peor?
- ¿Dejaste de realizar ciertas actividades, como manejar los asuntos económicos o ir de compras, debido a que requerían un gran esfuerzo mental?
- ¿Cómo está tu estado de ánimo? ¿Te sientes deprimido, más triste o más ansioso de lo normal?
- ¿Te has perdido últimamente mientras conducías o en una situación que, por lo general, es familiar para ti?
- ¿Alguien ha expresado una preocupación inusual por tu manera de conducir?
- ¿Has notado algún cambio en el modo en que tiendes a reaccionar ante personas o eventos?
- ¿Tienes más energía de lo normal, menos energía de lo normal o aproximadamente la misma energía?
- ¿Qué medicamentos estás tomando? ¿Tomas alguna vitamina o suplemento?
- ¿Bebes alcohol? ¿Cuánto?
- ¿Has notado que tiemblas o que tienes problemas para caminar?
- ¿Tienes problemas para recordar las citas médicas o los horarios para tomar los medicamentos?
- ¿Te han hecho recientemente exámenes de la audición y la vista?
- ¿Hay alguien más en tu familia que alguna vez haya tenido problemas de memoria? ¿Recibió alguien en tu familia el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer o demencia?
- ¿Manifiestas físicamente los sueños mientras duermes? Por ejemplo, ¿das puñetazos, sacudes el cuerpo o gritas durante el sueño? ¿Roncas?
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