Trombosis venosa profunda (TVP)
Esta afección potencialmente grave se puede presentar con pocos síntomas o ninguno. Conoce los factores de riesgo.
Descripción general
La trombosis venosa profunda (DVT, por sus siglas en inglés) se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas. La trombosis venosa profunda puede causar dolor o hinchazón de piernas. A veces, no hay síntomas notorios.
Puedes desarrollar una trombosis venosa profunda si tienes ciertas enfermedades que afectan la forma en que coagula la sangre. Un coágulo sanguíneo en las piernas también puede ocurrir si no te mueves durante mucho tiempo, por ejemplo, cuando viajas grandes distancias o cuando estás en reposo en cama después de una cirugía, una enfermedad o un accidente.
La trombosis venosa profunda puede ser grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse. Los coágulos pueden trasladarse a través del torrente sanguíneo y alojarse en los pulmones y, de este modo, bloquear el flujo sanguíneo (embolia pulmonar). Cuando la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar ocurren juntas, se denomina tromboembolismo venoso (VTE, por sus siglas en inglés).
Síntomas
Entre los síntomas de la trombosis venosa profunda, se pueden incluir los siguientes:
- Hinchazón de las piernas
- Dolor en las piernas, calambres o dolor que suele comenzar en las pantorrillas
- Cambio en el color de la piel de la pierna, como rojo o morado, según el color de tu piel
- Sensación de calor en la pierna afectada
La trombosis venosa profunda puede presentarse sin provocar síntomas perceptibles.
Cuándo consultar al médico
Si presentas síntomas de trombosis venosa profunda (DVT, por sus siglas en inglés) comunícate con el proveedor de atención médica.
Si presentas síntomas de embolia pulmonar (una complicación mortal de la trombosis venosa profunda), busca ayuda médica de emergencia.
Los signos y síntomas de advertencia de la embolia pulmonar incluyen los siguientes:
- Falta de aire repentina
- Dolor o molestia en el pecho que empeora cuando respiras profundo o cuando toses
- Sensación de aturdimiento o mareos
- Desmayos
- Pulso acelerado
- Respiración rápida
- Tos con sangre
Causas
Cualquier cosa que impida que la sangre circule o se coagule correctamente puede ocasionar un coágulo sanguíneo.
Las causas principales de la trombosis venosa profunda son el daño a una vena en una cirugía o la inflamación y el daño debido a infecciones o lesiones.
Factores de riesgo
Hay muchas cosas que pueden aumentar el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda. Cuantos más factores de riesgo presentes, más alto es el riesgo de padecer una trombosis venosa profunda. Los factores de riesgo asociados a la trombosis venosa profunda son los siguientes:
- Edad. Tener más de 60 años aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda. Sin embargo, la trombosis venosa profunda puede ocurrir a cualquier edad.
- Falta de movimiento. Cuando las piernas no se mueven durante un tiempo prolongado, los músculos de la pantorrilla no se comprimen (contraen). Las contracciones musculares ayudan a que la sangre circule. Permanecer sentado durante mucho tiempo, como cuando conduces o viajas en avión, aumenta el riesgo de padecer trombosis venosa profunda. Lo mismo ocurre con el reposo a largo plazo, que puede ser consecuencia de una hospitalización o una afección médica como la parálisis.
- Lesiones o cirugía. Las lesiones en las venas o la cirugía pueden aumentar el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos.
- Embarazo. El embarazo aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas. El riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos como consecuencia del embarazo puede continuar hasta seis semanas después de que nace el bebé. Las personas con un trastorno de coagulación hereditario corren un riesgo mayor.
- Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o terapia de reemplazo hormonal. Ambos métodos pueden aumentar la coagulación de la sangre.
- Sobrepeso u obesidad. Tener sobrepeso aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas.
- Fumar. Fumar afecta el flujo y la coagulación de la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda.
- Cáncer. Algunos cánceres aumentan las sustancias en la sangre que provocan que esta coagule. Algunos tipos de tratamiento contra el cáncer también aumentan el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos.
- Insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Dado que el corazón y los pulmones de las personas con insuficiencia cardíaca no funcionan bien, los síntomas causados incluso por una pequeña embolia pulmonar son más evidentes.
- Enfermedad intestinal inflamatoria. La enfermedad de Crohn o la colitis ulcerativa aumentan el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda.
- Antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. Si tú o un miembro de tu familia tuvieron una de estas afecciones o ambas, podrías correr un mayor riesgo de sufrir trombosis venosa profunda.
- Genética. Algunas personas presentan cambios en el ADN que provocan que la sangre coagule con mayor facilidad. Un ejemplo es el factor V de Leiden. Este trastorno hereditario cambia uno de los factores de coagulación de la sangre. Es posible que un trastorno hereditario no cause coágulos sanguíneos por sí solo, a menos que se combine con otros factores de riesgo.
A veces, puede formarse un coágulo sanguíneo en una vena sin ningún factor de riesgo identificable. Esto se conoce como tromboembolismo venoso no provocado.
Complicaciones
Las complicaciones de la trombosis venosa profunda incluyen las siguientes:
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Embolia pulmonar. La embolia pulmonar es una complicación asociada con la trombosis venosa profunda que pone en riesgo la vida. Se presenta cuando un coágulo sanguíneo (trombo) en una pierna u otra zona del cuerpo se desprende y luego queda atascado en un vaso sanguíneo del pulmón.
Busca atención médica inmediata si tienes síntomas de embolia pulmonar. Estos incluyen falta de aire repentina, dolor en el pecho al inhalar o toser, respiración rápida, pulso rápido, desmayos o sensación de desmayo y tos con sangre.
- Síndrome posflebítico. El daño a las venas producido por el coágulo sanguíneo reduce el flujo sanguíneo hacia las zonas afectadas. Los síntomas incluyen dolor e hinchazón en las piernas, cambios en el color e inflamación de la piel.
- Complicaciones del tratamiento. Los anticoagulantes suelen utilizarse para tratar la trombosis venosa profunda. El sangrado (hemorragia) es un efecto secundario preocupante de los anticoagulantes. Es importante hacerse análisis de sangre con regularidad mientras tomas este tipo de medicamentos.
Prevención
Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a evitar la trombosis venosa profunda. Prueba estas estrategias:
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Mueve las piernas. Si has tenido un procedimiento quirúrgico o has estado en reposo en cama, intenta moverte lo antes posible. No cruces las piernas cuando te sientes. Esto puede bloquear el flujo sanguíneo.
Cuando viajes, toma descansos frecuentes para estirar las piernas. Cuando estés en un avión, párate o camina de vez en cuando. Si viajas en automóvil, detente aproximadamente cada una hora y camina. Si no puedes caminar, haz ejercicios con la parte inferior de las piernas. Sube y baja los talones mientras mantienes los dedos del pie en el piso. Después, intenta subir los dedos del pie mientras mantienes los talones en el piso.
- No fumes. Fumar aumenta el riesgo de presentar trombosis venosa profunda.
- Controla tu peso. La obesidad es un factor de riesgo para la trombosis venosa profunda. Hacer ejercicio de forma regular reduce el riesgo de tener coágulos sanguíneos. Como meta general, procura hacer al menos 30 minutos de actividad física moderada todos los días. Si deseas bajar de peso, mantener la pérdida de peso o alcanzar metas específicas de acondicionamiento físico, es posible que necesites hacer más ejercicio.
Diagnóstico
Para diagnosticar trombosis venosa profunda, el proveedor de atención médica te hace un examen físico y preguntas sobre tus síntomas. El médico comprobará si hay hinchazón, sensibilidad o cambios en el color de la piel en las piernas.
Se te harán pruebas distintas si el médico cree que corres un riesgo bajo o alto de tener trombosis venosa profunda.
Pruebas
Las pruebas que se usan para diagnosticar o descartar trombosis venosa profunda incluyen:
- Prueba de dímero D en sangre. El dímero D es un tipo de proteína que producen los coágulos sanguíneos. Casi todas las personas con trombosis venosa profunda grave tienen un aumento de los niveles de dímero D en la sangre. Con frecuencia, esta prueba puede ayudar a descartar embolia pulmonar.
- Ecografía dúplex. Esta prueba no invasiva utiliza ondas sonoras para crear imágenes de cómo fluye la sangre por las venas. Es la prueba habitual para diagnosticar trombosis venosa profunda. Para la prueba, el proveedor de atención médica mueve suavemente un pequeño dispositivo manual (transductor) en la piel sobre la zona del cuerpo que se está estudiando. Se pueden realizar varias ecografías en distintos días para comprobar si hay coágulos sanguíneos nuevos o para ver si uno presente está creciendo.
- Venografía. Esta prueba usa rayos X y una sustancia de contraste para crear una imagen de las venas en las piernas y los pies. Se inyecta un tinte en una vena grande del pie o del tobillo. El tinte ayuda a que los vasos sanguíneos aparezcan más claramente en las imágenes de rayos X. Es una prueba invasiva, así que rara vez se lleva a cabo. A menudo se realizan otras pruebas primero, como las ecografías.
- Imágenes por resonancia magnética. Esta prueba puede realizarse para diagnosticar la trombosis venosa profunda en las venas del abdomen.
Tratamiento
El tratamiento de la trombosis venosa profunda tiene tres objetivos principales.
- Evitar que el coágulo se haga más grande.
- Evitar que el coágulo se desprenda y se traslade a los pulmones.
- Reducir las posibilidades de contraer otra trombosis venosa profunda.
Las opciones de tratamiento para la trombosis venosa profunda incluyen las siguientes:
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Anticoagulantes. Estos medicamentos ayudan a evitar que los coágulos sanguíneos aumenten de tamaño. Los anticoagulantes reducen el riesgo de que se formen más coágulos.
Pueden tomarse por vía oral o administrarse por vía intravenosa o mediante una inyección bajo la piel. Existen muchos tipos diferentes de anticoagulantes que se usan para tratar la trombosis venosa profunda. Juntos, tú y el proveedor de atención médica pueden hablar sobre los riesgos y beneficios para determinar el mejor anticoagulante para ti.
Es posible que tengas que tomar pastillas anticoagulantes durante tres meses o más. Es importante tomar estos medicamentos exactamente según las indicaciones para prevenir efectos secundarios graves.
Las personas que toman un anticoagulante que se llama warfarina (Jantoven) deben hacerse análisis de sangre frecuentes para controlar los niveles del medicamento en el cuerpo. Algunos anticoagulantes no son seguros para su uso durante el embarazo.
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Trombolíticos. Estos medicamentos se usan para tratar tipos de trombosis venosa profunda o de embolia pulmonar más graves, o si otros medicamentos no funcionan.
Los trombolíticos se administran por vía intravenosa o a través de una sonda (catéter) que se coloca directamente en el coágulo. Pueden causar sangrado grave, por lo que normalmente solo se usan en personas con coágulos sanguíneos graves.
- Filtros. Si no puedes recibir anticoagulantes, es posible que se te coloque un filtro en una gran vena del abdomen (la vena cava). Un filtro en la vena cava evita que los coágulos que se liberan se alojen en los pulmones.
- Medias elásticas (medias de compresión). Estas medias especiales que llegan hasta la rodilla ayudan a evitar que la sangre se acumule en las piernas. Asimismo, ayudan a disminuir la hinchazón de las piernas. Póntelas en las piernas desde los pies hasta aproximadamente el nivel de las rodillas. Cuando se tiene trombosis venosa profunda, se suelen usar estas medias durante el día por algunos años, de ser posible.
Autocuidados
Después del tratamiento de la trombosis venosa profunda sigue estos consejos para controlar la afección y evitar complicaciones o más coágulos sanguíneos:
- Pregunta acerca de la alimentación. Los alimentos ricos en vitamina K, como las espinacas, la col rizada, otras hortalizas de hoja verde y las coles de Bruselas, pueden interferir con el anticoagulante llamado warfarina.
- Toma los medicamentos según lo indicado. El proveedor de atención médica te indicará durante cuánto tiempo necesitas tratamiento. Si estás tomando determinados anticoagulantes, tendrás que realizarte análisis de sangre regulares para determinar si la sangre coagula bien.
- Debes estar atento al sangrado excesivo. Este puede ser un efecto secundario de los anticoagulantes. Pregunta al proveedor de atención médica sobre los signos de advertencia. Infórmate sobre lo que debes hacer si se produce sangrado. También pregunta al proveedor de atención médica si debes restringir alguna actividad. Las lesiones menores que causan moretones o incluso un simple corte pueden llegar a ser graves si tomas anticoagulantes.
- Mantente en movimiento. Si has estado en reposo debido a una cirugía u otros motivos, mientras antes comiences a moverte, menos probabilidades habrá de que se formen coágulos sanguíneos.
- Usa medias de compresión. Úsalas para ayudar a evitar los coágulos sanguíneos en las piernas si el proveedor de atención médica las recomienda.
Preparación para la consulta
La Trombosis venosa profunda se considera una emergencia médica. Es importante tratarla rápidamente. Si hay tiempo antes de la cita médica, la información que incluimos a continuación te ayudará a prepararte.
Qué puedes hacer
Prepara una lista que contenga lo siguiente:
- Tus síntomas, incluso aquellos que no parezcan estar relacionados con la trombosis venosa profunda, y cuándo comenzaron.
- Información personal importante, como notas sobre viajes, hospitalizaciones, cualquier enfermedad, cirugía o traumatismo en los últimos tres meses y cualquier antecedente personal o familiar de trastornos de coagulación de la sangre.
- Todos los medicamentos, las vitaminas u otros suplementos que tomes, incluidas las dosis.
- Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica.
Si es posible, acude a la consulta con un familiar o un amigo para que te ayude a recordar la información que recibas.
En el caso de la trombosis venosa profunda, algunas preguntas que podrías hacerle al proveedor de atención médica incluyen las siguientes:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Qué pruebas necesito hacerme?
- ¿Cuál es el mejor tratamiento?
- ¿Cuáles son las opciones además del tratamiento principal que sugieres?
- ¿Tengo que restringir mis viajes o mis actividades?
- Tengo otras afecciones médicas. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas en conjunto?
- ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica te haga algunas preguntas, como las siguientes:
- ¿Estuviste inactivo últimamente, por ejemplo, sentado o acostado durante períodos prolongados?
- ¿Tienes síntomas de forma constante o aparecen y desaparecen?
- ¿Cuál es la intensidad de los síntomas?
- ¿Hay algo que mejore los síntomas?
- ¿Hay algo que empeore los síntomas?
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