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Demencia

Este grupo de síntomas con muchas causas afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales. Algunos síntomas pueden ser irreversibles.

Perspectiva general

El término demencia se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales. En algunas personas que tienen demencia, los síntomas interfieren en su vida diaria. La demencia no es una enfermedad específica, sino que muchas enfermedades pueden causarla.

La demencia suele implicar la pérdida de memoria. A menudo, es uno de los primeros síntomas de la afección. No obstante, la pérdida de memoria por sí sola no significa que tengas demencia. La pérdida de memoria puede tener diferentes causas.

La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia en adultos mayores, pero también existen otras. Según la causa, algunos síntomas de demencia pueden ser reversibles.

Síntomas

Los síntomas de la demencia varían en función de la causa. Los síntomas comunes incluyen los siguientes:

Cambios cognitivos

  • Pérdida de la memoria, que generalmente nota otra persona.
  • Dificultades para comunicarse o encontrar las palabras.
  • Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce.
  • Problemas para razonar o resolver problemas.
  • Dificultad para realizar tareas complejas.
  • Dificultad para planificar y organizarse.
  • Mala coordinación y control de los movimientos.
  • Confusión y desorientación.

Cambios psicológicos

  • Cambios en la personalidad.
  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Agitación.
  • Comportamiento inapropiado.
  • Desconfianza, lo que se conoce como paranoia.
  • Ver cosas que no son reales, lo que se conoce como alucinaciones.

Cuándo consultar al médico

Consulta a un profesional de atención médica si tú o un ser querido tienen problemas de memoria y otros síntomas de demencia. Es importante determinar la causa. Algunas enfermedades que provocan síntomas de demencia pueden tratarse.

Causas

La demencia es causada por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro. Los síntomas dependen del área cerebral dañada. La demencia puede afectar de distintas maneras a la gente.

Las demencias a menudo se agrupan según lo que tienen en común, como la proteína o las proteínas depositadas en el cerebro o la parte del cerebro que se ve afectada. Además, algunas enfermedades tienen síntomas similares a los de la demencia. Incluso, algunos medicamentos pueden provocar una reacción que incluye síntomas de demencia. La ingesta insuficiente de ciertas vitaminas o minerales también puede causar síntomas de demencia. Cuando esto sucede, los síntomas de demencia pueden mejorar con un tratamiento.

Demencias progresivas

Las demencias que son progresivas empeoran con el tiempo. Los tipos de demencia que empeoran y no son reversibles incluyen los siguientes:

  • Enfermedad de Alzheimer. Esta es la causa más común de demencia.

    Aunque no se conocen todas las causas de la enfermedad de Alzheimer, los expertos saben que un pequeño porcentaje está relacionado con cambios en tres genes. Estos cambios en los genes se trasmiten de padres a hijos. Si bien son varios los genes que probablemente están implicados en la enfermedad de Alzheimer, un gen importante que aumenta el riesgo es la apolipoproteína E4 (APOE).

    Las personas con enfermedad de Alzheimer tienen placas y ovillos en el cerebro. Las placas son grupos de una proteína llamada beta amiloide. Los ovillos son masas fibrosas compuestas por proteína tau. Se cree que estos grupos dañan las neuronas cerebrales sanas y las fibras que las conectan.

  • Demencia vascular. Este tipo de demencia es causado por el daño a los vasos que suministran sangre al cerebro. Los problemas de los vasos sanguíneos pueden causar accidentes cerebrovasculares o afectar el cerebro de otras maneras, como al dañar las fibras de la sustancia blanca del cerebro.

    Los síntomas más comunes de la demencia vascular incluyen dificultades para resolver problemas, lentitud del pensamiento y pérdida de la concentración y organización. Estos tienden a ser más notorios que la pérdida de memoria.

  • Demencia con cuerpos de Lewy. Los cuerpos de Lewy son acumulaciones de proteína en forma de globo. Se los ha encontrado en el cerebro de personas que tienen demencia con cuerpos de Lewy, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson. La demencia con cuerpos de Lewy es uno de los tipos más comunes de demencia.

    Entre los síntomas más comunes se incluyen actuación física de los sueños y ver cosas que no son reales, lo que se conoce como alucinaciones visuales. También se incluyen los problemas de concentración y atención. Otros signos incluyen movimientos lentos o descoordinados, temblores y rigidez, lo que se conoce como parkinsonismo.

  • Demencia frontotemporal. Este es un grupo de enfermedades caracterizadas por la ruptura de las células nerviosas y sus conexiones en los lóbulos frontal y temporal del cerebro. Estas áreas se asocian con la personalidad, la conducta y el lenguaje. Los síntomas más comunes afectan el comportamiento, la personalidad, el pensamiento, el juicio, el lenguaje y el movimiento.
  • Demencia mixta. Los estudios de la autopsia del cerebro de personas de 80 años o más que tenían demencia indican que muchos tenían una combinación de varias causas. Las personas con demencia mixta pueden tener la enfermedad de Alzheimer, demencia vascular y demencia con cuerpos de Lewy. Se están haciendo estudios para determinar la forma en que la demencia mixta afecta los síntomas y los tratamientos.

Otros trastornos vinculados con la demencia

  • Enfermedad de Huntington. La causa de la enfermedad de Huntington es un cambio genético. La enfermedad hace que ciertas células nerviosas en el cerebro y la médula espinal se debiliten. Los síntomas incluyen el deterioro de las habilidades de pensamiento, conocidas como habilidades cognitivas. Los síntomas suelen aparecer alrededor de los 30 o 40 años.
  • Lesión cerebral traumática. Esta afección es causada con mayor frecuencia por traumatismos craneales repetitivos. Personas como boxeadores, jugadores de fútbol americano o soldados pueden presentar lesiones cerebrales traumáticas.

    Los síntomas de la demencia dependen de la parte del cerebro lesionada. Una lesión cerebral traumática puede causar depresión, explosividad, pérdida de la memoria y dificultad para hablar. Una lesión cerebral traumática también puede causar lentitud en los movimientos, temblores y rigidez. Es posible que los síntomas no aparezcan hasta años después del traumatismo.

  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Este raro trastorno cerebral generalmente ocurre en personas sin factores de riesgo conocidos. Esta afección puede deberse a depósitos de proteínas infecciosas llamadas priones. Los síntomas de esta afección mortal generalmente aparecen después de los 60 años.

    La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, por lo general, no tiene una causa conocida, pero puede trasmitirse de padres a hijos. También puede ser causada por la exposición a tejido cerebral o del sistema nervioso afectado por la enfermedad, como en un trasplante de córnea.

  • Enfermedad de Parkinson. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson, con el tiempo, presentan síntomas de demencia. Cuando esto sucede, se lo conoce como demencia de la enfermedad de Parkinson.

Trastornos similares a la demencia que pueden revertirse

Algunas causas de los síntomas similares a la demencia se pueden revertir con tratamiento. Entre ellas, se incluyen las siguientes:

  • Infecciones y trastornos inmunitarios. Los síntomas similares a la demencia pueden ser el resultado de la fiebre u otros efectos secundarios del intento del cuerpo de combatir una infección. La esclerosis múltiple y otras afecciones causadas por el sistema inmunitario del cuerpo, que ataca las células nerviosas, también pueden causar demencia.
  • Problemas metabólicos o endócrinos. Las personas con problemas de tiroides y bajo nivel de glucosa en la sangre pueden presentar síntomas similares a la demencia u otros cambios en la personalidad. Lo mismo ocurre con las personas que tienen demasiado o muy poco sodio o calcio, o problemas para absorber la vitamina B-12.
  • Niveles bajos de ciertos nutrientes. La ingesta insuficiente de ciertas vitaminas o minerales en la alimentación puede causar síntomas de demencia. Esto incluye no obtener suficiente tiamina, también conocida como vitamina B-1, lo que es común en personas con trastorno por consumo de alcohol. Además, incluye no ingerir suficiente vitamina B-6, vitamina B-12, cobre o vitamina E. No beber suficientes líquidos, lo que produce deshidratación, también puede causar síntomas de demencia.
  • Efectos secundarios de los medicamentos. Los efectos secundarios de los medicamentos, una reacción a un medicamento o una interacción de varios medicamentos pueden causar síntomas similares a la demencia.
  • Sangrado subdural. El sangrado entre la superficie del cerebro y la capa que lo recubre puede ser común en adultos mayores tras una caída. El sangrado subdural puede causar síntomas similares a los de la demencia.
  • Tumores cerebrales. En raras ocasiones, la demencia puede ser el resultado del daño causado por un tumor cerebral.
  • Hidrocefalia de presión normal. Esta afección es una acumulación de líquido dentro de las cavidades del cerebro, conocidas como ventrículos. Puede provocar problemas para caminar, pérdida del control de la vejiga y pérdida de la memoria.

Factores de riesgo

Muchos factores pueden contribuir a la demencia con el tiempo. Algunos, como la edad, no se pueden cambiar, pero puedes abordar otros factores para reducir el riesgo.

Factores de riesgo que no se pueden cambiar

  • Edad. El riesgo de demencia aumenta a medida que envejeces, especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es específica del envejecimiento. También puede aparecer en personas más jóvenes.
  • Antecedentes familiares. Tener antecedentes familiares de demencia te pone en mayor riesgo de presentar la afección. Sin embargo, muchas personas con antecedentes familiares nunca desarrollan síntomas, mientras que muchas personas sin antecedentes familiares sí lo hacen. Existen pruebas para determinar si presentas ciertos cambios genéticos que pueden aumentar tu riesgo.
  • Síndrome de Down. Hacia la mediana edad, muchas personas con síndrome de Down presentan la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.

Factores de riesgo que puedes cambiar

Es posible que puedas controlar los siguientes factores de riesgo para la demencia.

  • Dieta y ejercicio. Las investigaciones demuestran que las personas con mayor riesgo de demencia que siguieron un estilo de vida saludable redujeron su riesgo de deterioro cognitivo. Llevaban una dieta que incluía pescado, frutas, verduras y aceites. También hacían ejercicio, recibían entrenamiento cognitivo y participaban en actividades sociales. Aunque no se conoce ninguna dieta específica que reduzca el riesgo de demencia, las investigaciones indican que quienes siguen la de estilo mediterráneo rica en frutas y verduras, granos o cereales enteros, frutos secos y semillas tienen una mejor función cognitiva.
  • Consumo excesivo de alcohol. Se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de alcohol ocasiona cambios en el cerebro. En varios estudios y revisiones de gran envergadura se determinó que los trastornos del consumo de alcohol estaban vinculados a un mayor riesgo de demencia, en particular a la demencia de aparición temprana.
  • Factores de riesgo cardiovascular. Entre ellos están la obesidad, la presión arterial alta, el colesterol alto y la acumulación de grasas en las paredes arteriales, que se conoce como ateroesclerosis. La diabetes y fumar también son factores de riesgo cardiovascular. Tener diabetes puede aumentar el riesgo de demencia, sobre todo si está mal controlada. Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades de los vasos sanguíneos.
  • Depresión. Aunque todavía no se entiende bien, la depresión en la tercera edad podría indicar el desarrollo de demencia.
  • Contaminación del aire. Según los estudios hechos en animales, las partículas de la contaminación del aire pueden acelerar la degeneración del sistema nervioso. Y, según los estudios en humanos, la exposición a la contaminación del aire, particularmente por los gases de escape del tráfico y la quema de madera, se asocia con un mayor riesgo de demencia.
  • Traumatismo craneal. Las personas que han sufrido un traumatismo craneal grave corren más riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Varios estudios de gran envergadura hallaron que en personas de 50 años o más que tuvieron una lesión cerebral por traumatismo, el riesgo de padecer demencia o enfermedad de Alzheimer es mayor. El riesgo aumenta en personas con lesiones cerebrales por traumatismo, sean múltiples o de mayor gravedad. Algunos estudios indican que el riesgo puede ser mayor dentro de los primeros seis meses a dos años después de la lesión cerebral por traumatismo.
  • Problemas con el sueño. Las personas que padecen apnea del sueño y otras alteraciones del sueño podrían tener un mayor riesgo de desarrollar demencia.
  • Niveles bajos de determinadas vitaminas y nutrientes. Los niveles bajos de vitamina D, vitamina B6, vitamina B12 y folato pueden aumentar el riesgo para demencia.
  • Medicamentos que pueden empeorar la memoria. Entre ellos están los somníferos que contienen difenhidramina (Benadryl) y los medicamentos usados para tratar la urgencia urinaria, como la oxibutinina (Ditropan XL).

    También limita el uso de sedantes y pastillas para dormir. Habla con un profesional de atención médica sobre si alguno de los medicamentos que tomas puede empeorar la memoria.

Complicaciones

La demencia puede afectar muchos sistemas del cuerpo y, por lo tanto, la capacidad de funcionar. La demencia puede provocar lo siguiente:

  • Mala nutrición. Muchas personas con demencia eventualmente reducen la ingesta de alimentos o dejan de comer, lo que afecta su consumo de nutrientes. En última instancia, es posible que no puedan masticar y tragar.
  • Neumonía. La dificultad para tragar aumenta el riesgo de atragantamiento. La comida o los líquidos pueden entrar en los pulmones, lo que se conoce como aspiración. Esto puede bloquear la respiración y causar neumonía.
  • Incapacidad para realizar tareas de autocuidado. A medida que la demencia empeora, a las personas les cuesta más bañarse, vestirse y cepillarse el pelo o los dientes. Necesitan ayuda para ir al baño y tomar los medicamentos según las indicaciones.
  • Problemas de seguridad personal. Algunas situaciones cotidianas pueden presentar problemas de seguridad para las personas con demencia. Por ejemplo, conducir, cocinar y caminar y vivir solas.
  • Muerte. En las fases avanzadas de la demencia, pueden producirse el estado de coma y la muerte. Esto a menudo sucede debido a una infección.

Prevención

No hay una manera segura de prevenir la demencia, pero hay medidas que podrían ser útiles. Aunque se necesita más investigación, podría ser beneficioso hacer lo siguiente:

  • Mantener la mente activa. Las actividades mentalmente estimulantes podrían retrasar la aparición de la demencia y disminuir sus efectos. Pasa tiempo leyendo, resolviendo crucigramas o jugando juegos de palabras.
  • Hacer actividad física y tener vida social. La actividad física y la interacción social pueden retrasar la aparición de la demencia y reducir sus síntomas. Procura hacer 150 minutos de ejercicio por semana.
  • Deja de fumar. Algunos estudios han demostrado que fumar en la edad madura o en la vejez podría aumentar el riesgo de padecer demencia y afecciones de los vasos sanguíneos. Dejar de fumar podría reducir los riesgos y mejorar la salud.
  • Consumir la cantidad suficiente de vitaminas. Algunas investigaciones indican que las personas con bajos niveles de vitamina D en la sangre son más propensas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Puedes aumentar los niveles de vitamina D con ciertos alimentos, suplementos y la exposición al sol.

    Se necesitan más estudios antes de recomendar un aumento en la ingesta de vitamina D para prevenir la demencia, pero es conveniente que te asegures de obtener la cantidad adecuada de vitamina D. También puede ayudar tomar diariamente vitaminas del complejo B y vitamina C.

  • Controlar los factores de riesgo cardiovascular. Trata la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes. Baja de peso si tienes sobrepeso.

    La presión arterial alta podría llevar a un mayor riesgo de padecer algunos tipos de demencia. Se necesita más investigación para determinar si el tratamiento de la hipertensión arterial puede reducir el riesgo de demencia.

  • Tratar las enfermedades. Consulta al médico para recibir tratamiento en caso de depresión o ansiedad.
  • Tener una alimentación saludable. Una dieta como la mediterránea podría promover la salud y reducir el riesgo de desarrollar demencia. Una dieta mediterránea es rica en frutas, verduras, granos enteros y ácidos grasos omega-3, que se encuentran comúnmente en ciertos pescados y en los frutos secos. Además, este tipo de dieta mejora la salud cardiovascular, lo que también puede ayudar a reducir el riesgo de demencia.
  • Dormir bien. Mantén buenos hábitos de higiene del sueño. Consulta al profesional de atención médica si tienes ronquidos fuertes o períodos en los que dejas de respirar o jadeas durante el sueño.
  • Tratar los problemas de audición. Las personas con pérdida auditiva tienen más probabilidades de desarrollar problemas de razonamiento, que se conocen como deterioro cognitivo. El tratamiento temprano de la pérdida auditiva, tal como el uso de audífonos, podría ayudar a reducir el riesgo.

Diagnóstico

Para diagnosticar la causa de la demencia, el profesional de atención médica debe reconocer el patrón de pérdida de habilidades y funciones. El médico también determina qué es lo que la persona todavía es capaz de hacer. Desde hace poco, se cuenta con biomarcadores para hacer un diagnóstico más preciso de la enfermedad de Alzheimer.

Un profesional de atención médica revisa tus antecedentes médicos y tus síntomas, y te hace un examen físico. También es posible que le pregunten a alguien cercano sobre tus síntomas.

No hay una única prueba para diagnosticar la demencia. Es probable que los médicos hagan una serie de pruebas que puedan ayudar a precisar el problema.

Pruebas cognitivas y neuropsicológicas

En estas pruebas, se evalúa tu capacidad de pensamiento. Una serie de pruebas miden las habilidades del pensamiento, como la memoria, la orientación, el razonamiento y la capacidad de juicio, las habilidades del lenguaje y la atención.

Evaluación neurológica

Se evalúan la memoria, las habilidades del lenguaje, la percepción visual, la atención, la capacidad para resolver problemas, el movimiento, los sentidos, el equilibrio, los reflejos y otras áreas.

Exploraciones del cerebro

  • Tomografía computarizada o resonancia magnética. Estas exploraciones pueden verificar si hay evidencia de accidente cerebrovascular, sangrado, tumor o acumulación de líquido, denominada hidrocefalia.
  • Tomografía por emisión de positrones. En estas exploraciones, se pueden observar patrones de la actividad cerebral. Permiten determinar si hay depósitos de proteína amiloide o tau en el cerebro, lo que es una marca característica de la enfermedad de Alzheimer.

Análisis de laboratorio

Mediante simples análisis de sangre, se pueden detectar problemas físicos que pueden afectar la función cerebral, como falta de vitamina B-12 en el cuerpo o una glándula tiroides hipoactiva. En ocasiones, se analiza el líquido cefalorraquídeo para revisar la presencia de infección, inflamación o marcadores de algunas enfermedades degenerativas.

Evaluación psiquiátrica

Un profesional de salud mental puede determinar si la depresión u otra afección de salud mental contribuye a los síntomas.

Tratamiento

La mayoría de los tipos de demencia no tienen cura, pero hay formas de controlar los síntomas.

Medicamentos

Los siguientes medicamentos sirven para mejorar temporalmente los síntomas de la demencia.

  • Inhibidores de la colinesterasa. Estos medicamentos mejoran los niveles de un neurotransmisor que participa en la memoria y la capacidad de juicio. Entre ellos están el donepezilo (Aricept, Adlarity), la rivastigmina (Exelon) y la galantamina (Razadyne ER).

    Aunque se usan principalmente para tratar la enfermedad de Alzheimer, estos medicamentos también se podrían recetar para tratar otros tipos de demencia. Podrían recibirlos personas con demencia vascular, demencia por la enfermedad de Parkinson y demencia con cuerpos de Lewy.

    Algunos de los efectos secundarios pueden ser náuseas, vómitos y diarrea. Otros posibles efectos secundarios son de disminución de la frecuencia cardíaca, desmayos y problemas del sueño.

  • Memantina. La memantina (Namenda) regula la actividad del glutamato. El glutamato es otro neurotransmisor que participa en las funciones cerebrales, como el aprendizaje y la memoria. En algunos casos, la memantina se receta con un inhibidor de la colinesterasa.

    Los mareos son un efecto secundario común de la memantina.

  • Otros medicamentos. Podrías tomar otros medicamentos para tratar los síntomas u otras afecciones. Es posible que necesites tratamiento para la depresión, los problemas del sueño, las alucinaciones, el parkinsonismo o la agitación.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el lecanemab (Leqembi) y donanemab (Kisunla) para personas con casos leves de la enfermedad de Alzheimer y poco deterioro cognitivo debido a esta enfermedad.

Los ensayos clínicos descubrieron que los medicamentos desaceleraron el deterioro del pensamiento y la funcionalidad en personas con enfermedad de Alzheimer en etapa temprana. Los medicamentos impiden la acumulación de placas amiloides en el cerebro.

El lecanemab se administra por infusión intravenosa cada dos semanas. Los efectos secundarios del lecanemab incluyen reacciones relacionadas con la infusión, como fiebre, síntomas parecidos a los de la gripe, náuseas, vómitos, mareos, cambios en la frecuencia cardíaca y falta de aliento.

El donamemab se administra por infusión intravenosa cada cuatro semanas. Los efectos secundarios del medicamento pueden ser síntomas parecidos a los de la gripe, como náuseas, vómitos, dolor de cabeza y cambios en la presión arterial. En raras ocasiones, el donanemab puede causar reacción alérgica e hinchazón potencialmente mortales.

Además, las personas que toman lecanemab o donanemab pueden presentar hinchazón cerebral o pequeños sangrados en el cerebro. En raras ocasiones, la hinchazón cerebral puede ser lo bastante grave como para causar convulsiones y otros síntomas. También en raras ocasiones, el sangrado cerebral puede causar la muerte. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos recomienda que se realice una resonancia magnética del cerebro antes de iniciar el tratamiento. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. también recomienda hacer periódicamente resonancias magnéticas cerebrales durante el tratamiento en busca de síntomas de hinchazón o sangrado en el cerebro.

Las personas portadoras de un determinado tipo de gen conocido como APOE e4 parecen correr más riesgo para estas complicaciones graves. La Administración de Alimentos y Medicamentos recomienda hacer pruebas para detectar este gen antes de comenzar el tratamiento.

Si tomas anticoagulantes o tienes otros factores de riesgo para sangrado cerebral, consulta con el profesional de atención médica antes de tomar lecanemab o donanemab. Los medicamentos anticoagulantes pueden aumentar el riesgo de sangrados cerebrales.

Se está investigando más sobre los posibles riesgos de tomar lecanemab o donanemab. Otras investigaciones estudian la eficacia de los medicamentos en las personas con riesgo para la enfermedad de Alzheimer, como quienes tienen un familiar de primer grado, como el padre o la madre, hermano o hermana, con la enfermedad.

Terapias

Varios de los síntomas de demencia y problemas de comportamiento podrían ser tratados inicialmente usando enfoques no farmacológicos. Estos pueden incluir los siguientes:

  • Terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede mostrarte cómo hacer que tu casa sea más segura y enseñarte conductas de afrontamiento. El propósito es prevenir los accidentes, como las caídas. La terapia también te ayuda a controlar el comportamiento y a prepararte para cuando la demencia progrese.
  • Cambios en el entorno. Reducir el desorden y los ruidos puede hacer que a una persona con demencia le resulte más fácil concentrarse y actuar. Es posible que tengas que esconder objetos que puedan poner en peligro la seguridad, como cuchillos y las llaves del automóvil. Puedes usar sistemas de vigilancia para que te avisen si la persona con demencia deambula.
  • Tareas más sencillas. Puede ser útil dividir las tareas en pasos más sencillos y centrarse en el éxito, no en el fracaso. La estructura y la rutina ayudan a reducir la confusión en las personas con demencia.

Estilo de vida y remedios caseros

Los síntomas de la demencia y los problemas de comportamiento empeoran con el tiempo. Los cuidadores y colaboradores de cuidados pueden intentar las siguientes sugerencias:

  • Mejorar la comunicación. Cuando hables con tu ser querido, mantén el contacto visual. Habla lentamente con frases sencillas sin apresurar la respuesta. Presenta una idea o instrucción a la vez. Usa gestos y señales, tales como señalar objetos.
  • Fomentar el ejercicio. Los principales beneficios del ejercicio en personas con demencia incluyen la mejora de la fuerza, el equilibrio y la salud cardiovascular. El ejercicio también puede ayudar con síntomas como la agitación. Cada vez hay más pruebas de que el ejercicio también protege el cerebro de la demencia, especialmente cuando se combina con una dieta saludable y el tratamiento de los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.

    Algunas investigaciones también muestran que la actividad física podría retrasar la progresión del deterioro de la capacidad intelectual en personas con enfermedad de Alzheimer. También puede disminuir los síntomas de la depresión.

  • Participar en actividades. Planifica actividades que la persona con demencia disfrute y pueda hacer: bailar, pintar, hacer jardinería, cocinar, cantar y otras actividades pueden ayudar a conectarte con tu ser querido. Las actividades también pueden ayudar a las personas con demencia a concentrarse en lo que aún pueden hacer.
  • Establecer una rutina nocturna. El comportamiento generalmente empeora por la noche. Intenta establecer rutinas para la hora de acostarse. Busca establecer una rutina tranquilizante, alejados del ruido de la televisión, de la limpieza luego de la comida y de los familiares activos. Deja encendidas las luces nocturnas en el dormitorio, pasillo y baño para evitar la desorientación.

    Limitar la cafeína, desalentar las siestas y ofrecer oportunidades para hacer ejercicio durante el día podría aliviar la inquietud nocturna.

  • Mantener un calendario. Un calendario puede ayudar a tu ser querido a recordar los próximos eventos, las actividades diarias y los horarios de los medicamentos. Considera la posibilidad de compartir un calendario con tu ser querido.
  • Planificar para el futuro. Desarrolla un plan mientras tu ser querido aún pueda participar. En el plan, se pueden establecer metas para la atención médica en el futuro. Los grupos de apoyo, asesores legales, familiares y otros podrían ayudar.

    También tendrás que considerar los asuntos financieros y legales, las preocupaciones de seguridad y de la vida diaria, y las opciones de cuidado a largo plazo.

Medicina alternativa

Se han estudiado varios suplementos alimentarios, remedios herbarios y terapias para personas con demencia. Sin embargo, no hay pruebas convincentes de que estos tratamientos sean eficaces.

Ten cuidado al considerar tomar suplementos alimentarios, vitaminas o remedios herbarios, especialmente si estás tomando otros medicamentos. Los suplementos, las vitaminas y las plantas medicinales no están regulados. Las afirmaciones sobre los beneficios que aportan no siempre se basan en investigaciones científicas.

Aunque algunos estudios sugieren que los suplementos de vitamina E pueden ser útiles para la enfermedad de Alzheimer, los resultados han sido dispares. También, una dosis alta de vitamina E puede implicar riesgos. En general, no se recomienda tomar suplementos de vitamina E. No obstante, se recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina E, como los frutos secos.

Otras terapias

Las siguientes técnicas pueden ayudar a reducir la agitación y promover la relajación en personas con demencia.

  • Musicoterapia, que implica escuchar música calmante.
  • Ejercicio ligero.
  • Ver videos de familiares.
  • Terapia con mascotas, que puede incluir recibir visitas de perros u otros animales para mejorar el estado de ánimo y el comportamiento.
  • Aromaterapia, que utiliza aceites aromáticos extraídos de plantas.
  • Masoterapia.
  • Terapia de arte, que implica la creación artística y se centra en el proceso más que en el resultado.

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Tras recibir el diagnóstico de demencia, deberás tener en cuenta muchos detalles para prepararte y preparar a tus familiares para afrontar la enfermedad.

Cuidado y apoyo para la persona afectada por la enfermedad

Estas son algunas sugerencias que podrías probar para ayudarte a lidiar con la enfermedad:

  • Infórmate sobre la pérdida de memoria, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
  • Escribe sobre tus sentimientos en un diario.
  • Únete a un grupo de apoyo local.
  • Obtén asesoría individual o familiar.
  • Habla con un miembro de tu comunidad espiritual u otra persona que pueda ayudarte con tus necesidades espirituales.
  • Mantente activo e involucrado. Haz trabajo voluntario, haz ejercicio y participa en actividades para personas con pérdida de memoria.
  • Pasa tiempo con amigos y familiares.
  • Participa en una comunidad en línea de personas que están teniendo experiencias similares.
  • Encuentra nuevas formas de expresarte, por ejemplo, a través de la pintura, el canto o la escritura.
  • Delega la ayuda con la toma de decisiones en alguien en quien confíes.

Cómo ayudar a una persona con demencia

Escuchar a una persona puede ayudarla a lidiar con la enfermedad. Tranquilízala y dile que puede disfrutar la vida. Proporciona aliento, mantén una actitud positiva y haz lo mejor para ayudar a la persona a conservar la dignidad y el respeto propio.

Apoyo para cuidadores y sus colaboradores

Brindar cuidado a alguien con demencia representa una exigencia física y emocional. Puedes sentir enojo, culpa, frustración o preocupación. Son comunes el sufrimiento y el aislamiento social. Si eres la persona encargada del cuidado o un colaborador en el cuidado de alguien con demencia:

  • Infórmate sobre la enfermedad y participa en programas educativos para cuidadores.
  • Averigua acerca de servicios de apoyo en tu comunidad, como el cuidado temporal del paciente que proporciona descanso a la familia o el cuidado de adultos. Estos servicios te pueden dar un descanso de la tarea de cuidado en momentos programados durante la semana.
  • Pide ayuda a amigos y a otros familiares.
  • Cuida tu salud física, emocional y espiritual.
  • Haz preguntas a los profesionales de atención médica, trabajadores sociales y otras personas que participen en el cuidado de tu ser querido.
  • Únete a un grupo de apoyo.

Preparación antes de la cita

Lo más probable es que primero acudas a un profesional de atención médica si piensas que puedes tener demencia. También podrían remitirte a un neurólogo, que es un médico capacitado en afecciones del sistema nervioso.

A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica.

Qué puedes hacer

Cuando programes la cita médica, pregunta si hay algo que deba hacerse con anticipación, como ayunar antes de ciertas pruebas. Prepara una lista de lo siguiente:

  • Síntomas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con la razón por la cual programaste la cita y cuándo comenzaron.
  • Información personal clave, como situaciones de estrés importantes o cambios recientes en tu vida y antecedentes médicos familiares.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomas y también las dosis.
  • Preguntas para hacerle al profesional de atención médica.

Incluso en las primeras etapas de la demencia, es bueno llevar a un familiar, amigo o cuidador para que te ayude a recordar la información que se te proporcione.

En el caso de la demencia, las preguntas básicas que puedes hacerle al profesional de atención médica son las siguientes:

  • ¿Cuál puede ser la causa de los síntomas?
  • ¿Existen otras causas posibles de mis síntomas?
  • ¿Qué pruebas se necesitan?
  • ¿Esta enfermedad es temporal o crónica?
  • ¿Cuál es el mejor plan de acción?
  • ¿Qué alternativas existen al enfoque primario que se sugiere?
  • ¿Cómo se pueden tratar conjuntamente la demencia y otros problemas de salud?
  • ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas.

Qué esperar del médico

El médico puede hacerte preguntas como las siguientes:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Cuán intensos son los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?
  • ¿Cómo afectaron los síntomas a tu vida?
Last Updated: September 25th, 2024