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Quemaduras por el sol

Infórmate más sobre cómo los rayos ultravioleta dañan la piel y Qué puedes hacer para aliviar los síntomas de las quemaduras por el sol y protegerte de la exposición al sol.

Perspectiva general

Una quemadura por el sol consiste en piel inflamada y adolorida que se siente caliente al tacto. Generalmente aparece algunas horas después de haber estado expuesto al sol demasiado tiempo.

Puedes aliviar las quemaduras por el sol con medidas simples de cuidado personal, como tomar analgésicos y enfriar la piel. Sin embargo, es posible que pasen días enteros hasta que la quemadura por el sol desaparezca.

Es importante que todas las personas usen protector solar o adopten otros hábitos de protección para la piel a fin de prevenir las quemaduras por el sol durante todo el año. Esto es particularmente importante cuando estás al aire libre, incluso si hace frío o está nublado.

Síntomas

Los síntomas de las quemaduras por el sol pueden incluir los siguientes:

  • Piel inflamada, que se ve rosada o roja en pieles blancas y que puede ser más difícil de ver en pieles morenas o negras.
  • Piel que se siente cálida o caliente al tacto.
  • Dolor, sensibilidad y picazón.
  • Hinchazón.
  • Ampollas pequeñas y llenas de líquido que pueden romperse.
  • Dolor de cabeza, fiebre, náuseas y fatiga, si la quemadura por el sol es grave.
  • Dolor en los ojos o sensación como si tuvieran arenilla.

Cualquier parte del cuerpo que esté expuesta (entre ellas, los lóbulos de la oreja, el cuero cabelludo y los labios) puede quemarse. Incluso las zonas cubiertas pueden quemarse si, por ejemplo, la ropa tiene una trama abierta que permite el paso de la luz ultravioleta. Los ojos, que son extremadamente sensibles a la luz ultravioleta del sol, también pueden quemarse.

Los síntomas de las quemaduras por el sol suelen aparecer unas horas después de la exposición al sol.

En pocos días, el cuerpo puede comenzar a sanar mediante la descamación de la capa superior de la piel dañada. Una quemadura por el sol intensa puede tardar varios días en curarse. Cualquier cambio persistente de color en la piel suele desaparecer con el tiempo.

Cuándo debes consultar a un médico

Consulta a un profesional de atención médica en los siguientes casos:

  • Tienes ampollas grandes.
  • Tienes ampollas en la cara, las manos o los genitales.
  • Tienes hinchazón grave en el área afectada.
  • Muestras signos de infección, como ampollas con pus o líneas.
  • El dolor empeora, tienes dolor de cabeza, confusión, náuseas, fiebre o escalofríos.
  • Empeoras a pesar de los cuidados en casa.
  • Tienes dolor en los ojos y cambios en la visión.

Busca atención médica inmediata si tienes quemaduras por el sol y presentas:

  • Fiebre de 103 ºF (39,4 ºC) con vómitos.
  • Confusión.
  • Una infección.
  • Deshidratación.
  • Piel fría, mareos o desmayos.

Causas

Las quemaduras por el sol se producen por demasiada exposición a la luz ultravioleta (UV). La luz ultravioleta puede provenir del sol o de fuentes artificiales, como lámparas y camas solares. La luz ultravioleta A es la longitud de onda de la luz que puede penetrar hasta las capas profundas de piel y causar daño en la piel con el tiempo. La luz ultravioleta B es la longitud de onda de la luz que penetra la piel de forma más superficial y causa quemaduras por el sol.

La luz ultravioleta daña las células de la piel. El sistema inmunitario reacciona aumentando el flujo sanguíneo a las zonas afectadas, lo que produce la inflamación de la piel (eritema) que se conoce como quemadura por el sol.

El sol puede quemarte la piel incluso si hace frío o está nublado. Las superficies como la nieve, la arena y el agua pueden reflejar los rayos ultravioletas y también causar quemaduras en la piel.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo de las quemaduras por el sol se incluyen los siguientes:

  • Tener piel blanca y cabello rojizo.
  • Tener antecedentes de quemaduras por el sol.
  • Vivir o vacacionar en un lugar con sol, cálido o a gran altitud.
  • Trabajar al aire libre.
  • Nadar o rociarse la piel con agua o aceite para bebé, ya que la piel húmeda tiende a quemarse más que la piel seca
  • Combinar las actividades recreativas al aire libre con el consumo del alcohol
  • Exponer con regularidad la piel sin protección a la luz ultravioleta del sol o de fuentes artificiales como camas solares
  • Tomar un medicamento que te haga más vulnerable a las quemaduras (medicamento fotosensibilizante)

Complicaciones

La exposición solar prolongada y repetida que ocasiona quemaduras por el sol aumenta el riesgo de sufrir otros daños en la piel y ciertas enfermedades. Estas incluyen el envejecimiento prematuro de la piel (fotoenvejecimiento), lesiones precancerosas de la piel y cáncer de piel.

Envejecimiento prematuro de la piel

La exposición al sol y las reiteradas quemaduras por el sol aceleran el proceso de envejecimiento de la piel. Los cambios en la piel ocasionados por la luz ultravioleta se denominan fotoenvejecimiento. Algunas de las consecuencias del fotoenvejecimiento son las siguientes:

  • Debilitamiento del tejido conectivo, que reduce la resistencia y la elasticidad de la piel.
  • Arrugas profundas.
  • Piel seca y áspera.
  • Venas finas y rojas en las mejillas, la nariz y las orejas.
  • Pecas, principalmente en la cara y en los hombros.
  • Manchas oscuras o decoloradas (máculas) en la cara, el dorso de las manos, los brazos, el pecho y la parte superior de la espalda también denominadas lentigos solares.

Lesiones cutáneas precancerosas en la piel

Las lesiones cutáneas precancerosas en la piel consisten en manchas escamosas y ásperas en zonas que han sido dañadas por el sol. A menudo se encuentran en las zonas expuestas al sol de la cabeza, la cara, el cuello y las manos de las personas cuya piel se quema fácilmente con el sol. Estas manchas pueden transformarse en cáncer de piel. También se las denomina queratosis actínica y queratosis solar.

Cáncer de piel

La excesiva exposición al sol, aun cuando no se produzcan quemaduras, aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, como el melanoma. Puede dañar el ADN de las células cutáneas. Las quemaduras por el sol durante la infancia y la adolescencia pueden aumentar el riesgo de tener melanomas más adelante en la vida.

El cáncer de piel se manifiesta principalmente en las zonas del cuerpo más expuestas a la luz solar, incluido el cuero cabelludo, el rostro, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos, las manos, las piernas y la espalda.

Algunos tipos de cáncer de piel comienzan como un pequeño bulto o como una llaga que sangra fácilmente, forma costra, se cicatriza y luego vuelve a abrirse. En el caso del melanoma, un lunar existente puede cambiar, o podría aparecer un nuevo lunar de aspecto sospechoso.

Consulta a un profesional de atención médica en los siguientes casos:

  • Un nuevo crecimiento en la piel.
  • Cambios inquietantes en la piel.
  • Cambio en el aspecto o la textura de un lunar.
  • Una llaga que no cicatriza.

Daño ocular

La exposición prolongada a los rayos ultravioleta daña la córnea. El daño solar al cristalino puede llevar a que se vuelva opaco (cataratas). Los ojos que han tenido una quemadura por el sol pueden doler o sentirse arenosos. La quemadura de la córnea por el sol también se conoce como “ceguera de la nieve”. Este tipo de daño podría ser causado por la exposición al sol, por soldar, por las lámparas de bronceado y por la exposición a lámparas de vapor de mercurio rotas.

Prevención

Usa estos métodos para prevenir las quemaduras por el sol, aún en días frescos, nublados o con neblina. La exposición al sol en días nublados disminuye en un 20 % aproximadamente. Ten especial cuidado cuando estés cerca del agua, la nieve, el concreto o la arena, ya que reflejan los rayos del sol. Además, la luz ultravioleta es más intensa a mayores altitudes.

  • Evita exponerte al sol entre las 10 y las 16 h. Como los rayos del sol son más intensos durante esas horas, intenta programar las actividades al aire libre para otros momentos del día. Si no puedes hacer eso, limita el tiempo que estás al sol. Busca la sombra cuando sea posible.
  • Evita tomar sol y las camas solares. Un bronceado de base no disminuye el riesgo de quemaduras por el sol. Si usas autobronceantes para lucir un bronceado, aplícate también un protector solar antes de salir al aire libre.
  • Usa con frecuencia una buena cantidad de protector solar. Usa un bálsamo labial y un protector solar que sean de amplio espectro y resistentes al agua con un factor de protección solar de al menos 30, incluso en días nublados. Los productos de amplio espectro ofrecen protección contra los rayos ultravioleta A y B. El factor de protección solar 30 bloquea el 97 % de los rayos ultravioleta B. Ningún protector solar puede bloquear el 100 % de los rayos ultravioleta B.

    Aproximadamente 30 minutos antes de salir al aire libre, aplica una buena cantidad de protector solar sobre la piel limpia y seca. Aplica al menos 2 cucharadas de protector solar, o 1 onza (28 g), para cubrir todas las superficies de la piel expuesta, excepto los párpados. Si usas protector solar en espray, rocíalo en tus manos y luego frótalo en la piel. Esto ayuda a evitar la inhalación del producto. No uses un producto en espray mientras fumas o estás cerca de una llama expuesta.

    Si usas un producto que contiene bloqueadores físicos (óxido de titanio, óxido de zinc), aplícalo sobre cualquier otro producto que tengas puesto, salvo el repelente de insectos. El repelente de insectos debe aplicarse en último lugar. Los bloqueadores físicos aportan la máxima protección a pieles sensibles.

    Vuelve a aplicarte el protector solar cada dos horas, o con más frecuencia si nadas o traspiras. Si usas maquillaje y quieres volver a aplicarte el protector solar sin tener que volverte a maquillar toda la cara, una opción es usar un polvo con factor de protección solar sobre el maquillaje.

    La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos exige que todos los protectores solares conserven su potencia original durante al menos tres años. Lee las etiquetas en busca de instrucciones de almacenamiento y fechas de caducidad. Desecha el protector solar si ha caducado o tiene más de tres años.

  • Protege a los bebés y a los niños pequeños. Protege a los bebés y a los niños pequeños de las quemaduras por el sol con sombreros de ala y ropa liviana que les cubra los brazos y las piernas. Mantenlos frescos, hidratados y alejados de la luz solar directa. Cuando eso no sea posible, la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) recomienda aplicar protector solar con un factor de protección solar de al menos 15 en la cara y el dorso de las manos. La American Academy of Dermatology (Academia Estadounidense de Dermatología) y la Administración de Alimentos y Medicamentos recomiendan no usar protector solar en niños menores de 6 meses.

    Si no dispones de ropa que te proteja de la luz solar ni de la sombra, los protectores solares que contienen óxido de zinc o dióxido de titanio son la siguiente mejor opción.

  • Cúbrete. Cuando estés al aire libre, otros elementos como paraguas o sombreros de ala ancha pueden ofrecer protección además del protector solar. La ropa oscura de trama cerrada ofrece mayor protección. Considera usar equipo para actividades al aire libre diseñados para protegerte del sol. Revisa la etiqueta para ver el factor de protección ultravioleta, que indica si un tejido bloquea la luz solar de forma efectiva. Cuanto más alto sea el número del factor de protección ultravioleta, mejor.
  • Usa lentes de sol cuando estés al aire libre. Elige lentes de sol con protección contra los rayos ultravioleta A y ultravioleta B. Verifica la calificación ultravioleta en la etiqueta cuando compres lentes nuevos. Los lentes más oscuros no siempre significan una mejor protección contra los rayos ultravioleta. También es útil usar lentes de sol que se ajusten a tu cara o que tengan marcos envolventes.
  • Ten cuidado con los medicamentos y cosméticos fotosensibilizantes. Algunos medicamentos comunes de venta con y sin receta médica pueden hacer que la piel sea más sensible a la luz solar. Algunos ejemplos son los antibióticos, los antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y los medicamentos para reducir el colesterol. Consulta con el farmacéutico o profesional de atención médica los efectos secundarios de los medicamentos que tomas. Los cosméticos que contienen alfahidroxiácidos también aumentan la sensibilidad al sol.

Diagnóstico

El diagnóstico de las quemaduras por el sol generalmente incluye un examen físico. El profesional de atención médica también puede preguntarte sobre tus síntomas, los medicamentos actuales, la exposición a los rayos ultravioletas y el historial de quemaduras por el sol.

Si tienes una quemadura por el sol o una reacción cutánea después de un breve período bajo el sol, tu profesional de atención médica puede recomendar una prueba de luz. Esta es una prueba en la cual se exponen pequeñas áreas de la piel a cantidades medidas de luz ultravioleta A y luz ultravioleta B para intentar replicar el problema. Si tu piel reacciona a la prueba de luz, se considera que eres sensible a la luz solar (fotosensible).

Tratamiento

El tratamiento de las quemaduras por el sol no cura la piel, pero puede aliviar el dolor, la hinchazón y las molestias. Si los cuidados en el hogar no ayudan o la quemadura por el sol es muy grave, el proveedor de atención médica puede sugerirte que uses una crema recetada con corticoides.

En el caso de quemaduras graves por el sol, el proveedor de atención médica puede internarte en el hospital.

Estilo de vida y remedios caseros

Prueba estos consejos de cuidado personal para aliviar las quemaduras por el sol:

  • Toma un analgésico. Para aliviar el dolor, toma un analgésico de venta libre lo antes posible después de haber estado expuesto al sol demasiado tiempo. Los ejemplos incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) y acetaminofén (Tylenol y otros). También puedes probar un analgésico en gel que se aplica sobre la piel.
  • Refresca la piel. Aplica sobre la piel afectada una toalla limpia humedecida con agua fresca del grifo. También puedes tomar un baño de agua fresca con bicarbonato de sodio, aproximadamente 2 onzas (60 gramos) por bañera. Refresca la piel alrededor de 10 minutos varias veces al día.
  • Aplica una crema hidratante, una loción o un gel. Una loción o gel de aloe vera, o una loción de calamina, pueden tener un efecto calmante. Prueba enfriar el producto en el refrigerador antes de aplicarlo. Evita los productos elaborados con alcohol.
  • Bebe más agua por un día. Esto ayudará a prevenir la deshidratación.
  • No toques las ampollas. Una ampolla intacta puede ayudar a que la piel se cure. Si una ampolla se rompe, corta la piel muerta con unas tijeras pequeñas y limpias. Limpia delicadamente el área con un jabón suave y agua. Luego, aplica un ungüento antibiótico a la herida y cúbrela con una venda antiadherente.
  • Trata la piel descamada suavemente. Dentro de unos días, el área afectada puede comenzar a descamarse. Esta es la forma en que el cuerpo se deshace de la capa superior de la piel dañada. No dejes de usar la crema hidratante mientras tu piel se descama.
  • Toma un medicamento para combatir la picazón. Un antihistamínico oral como la difenhidramina (Benadryl, Chlor-Trimeton y otros) podría ayudar a aliviar la comezón cuando la piel comienza a descamarse y a sanar por debajo.
  • Aplica una crema medicinal calmante. Para las quemaduras por el sol de leves a moderadas, aplica una crema de hidrocortisona al 1 % de venta libre en el área afectada tres veces al día por tres días. Prueba enfriar el producto en el refrigerador antes de aplicarlo.
  • Trata las quemaduras por el sol en los ojos. Aplica una toalla limpia humedecida con agua fresca del grifo. No uses lentes de contacto hasta que tus síntomas oculares hayan desaparecido. No te frotes los ojos.
  • Protégete de una mayor exposición al sol. Mientras se te curan las quemaduras por el sol, no te expongas al sol o toma otras medidas de protección solar. Podrías probar un producto que tenga propiedades hidratantes y protector solar.
  • Evita aplicarte productos cuyos nombres terminen en "-caína", como la benzocaína. Estas cremas pueden irritar la piel o causar una reacción alérgica. La benzocaína se ha relacionado con una enfermedad poco frecuente aunque potencialmente mortal que disminuye la cantidad de oxígeno que la sangre puede transportar (metahemoglobinemia).

  • No uses benzocaína en niños menores de 2 años sin la supervisión de un proveedor de atención médica. Si eres adulto, nunca uses más de la dosis recomendada y considera hablar con el proveedor de atención médica antes de usarla.

Preparación antes de la cita

La mayoría de las quemaduras por el sol se curan solas. Considera la posibilidad de buscar tratamiento para las quemaduras por el sol graves o repetidas. Es probable que primero veas al proveedor principal de atención médica. Antes de acudir a la cita médica, haz una lista de todos los medicamentos que tomas, entre ellos las vitaminas, las plantas medicinales y los medicamentos de venta libre. Algunos medicamentos aumentan la sensibilidad a la luz ultravioleta.

Las preguntas para hacerle al profesional de atención médica sobre las quemaduras por el sol incluyen las siguientes:

  • ¿Puedo usar medicamentos de venta libre para tratar la afección o necesito una receta médica?
  • ¿En cuánto tiempo notaré mejoras una vez comenzado el tratamiento?
  • ¿Qué rutinas para el cuidado de la piel se recomiendan mientras se cura la quemadura por el sol?
  • ¿Qué cambios sospechosos en la piel podría observar?

Si la quemadura por el sol es grave o el profesional de atención médica nota algún signo inusual en la piel, es posible que te remitan a un médico especializado en enfermedades de la piel (dermatólogo).

Last Updated: November 7th, 2024