Depresión en adolescentes
Este grave problema de salud mental afecta cómo tu hijo adolescente piensa, siente o se comporta y puede causar problemas emocionales, funcionales y físicos.
Perspectiva general
La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que tu hijo adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.
Algunos problemas como la presión de sus compañeros, las expectativas académicas y los cuerpos que cambian pueden ocasionar muchos altibajos en los adolescentes. Sin embargo, para algunos adolescentes, estar deprimido es mucho más que solo sentimientos temporales, sino que es un síntoma de depresión.
La depresión en adolescentes no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica.
Síntomas
Los signos y síntomas de depresión en los adolescentes incluyen un cambio en la actitud y el comportamiento previos del adolescente que pueden provocar angustia y dificultades importantes en la escuela o el hogar, en actividades sociales o en otros aspectos de la vida.
Los síntomas de depresión pueden variar en su gravedad, pero los cambios en las emociones y el comportamiento del adolescente pueden incluir los siguientes ejemplos.
Cambios emocionales
Debes prestar atención a los cambios emocionales, tales como:
- Sentimientos de tristeza, los cuales pueden incluir episodios de llanto sin razón aparente
- Frustración o sentimientos de ira, incluso por asuntos menores
- Sentimientos de desesperanza o vacío
- Estado de ánimo irritable o molesto
- Pérdida del interés o del placer en las actividades cotidianas
- Pérdida de interés en familiares y amigos o estar en conflicto con ellos
- Autoestima baja
- Sentimientos de falta de valoración de sí mismo o culpa
- Fijación en fallas pasadas o autoinculpación o autocrítica excesiva
- Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y excesiva necesidad de aprobación
- Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
- Sensación continua de que la vida y el futuro son sombríos y desalentadores
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
Cambios en el comportamiento
Debes estar atento a cambios en el comportamiento, como, por ejemplo:
- Cansancio y pérdida de energía.
- Insomnio o dormir demasiado.
- Cambios en el apetito: falta de apetito y pérdida de peso, o más antojos por ciertos alimentos y aumento de peso.
- Consumo de sustancias ilícitas o bebidas alcohólicas.
- Agitación o desasosiego: por ejemplo, paso intranquilo, frotarse las manos o la imposibilidad de quedarse quieto.
- Lentitud al razonar, hablar o realizar movimientos corporales.
- Quejas frecuentes de dolores de cuerpo o cabeza que no tienen explicación y que pueden incluir visitas frecuentes al personal de enfermería escolar.
- Aislamiento social.
- Bajo rendimiento escolar o ausencias frecuentes de la escuela.
- Menor atención a la higiene o al aspecto personales.
- Arrebatos de ira, comportamiento problemático o arriesgado, u otros comportamientos para llamar la atención.
- Autolesiones: por ejemplo, cortarse o quemarse.
- Armar un plan de suicido o un intento de suicidio.
Qué es normal y qué no
Puede resultar difícil notar la diferencia entre los altibajos en el estado de ánimo que simplemente forman parte de la vida de los jóvenes y la depresión adolescente. Habla con tu hijo adolescente. Intenta determinar si tu hijo es capaz de manejar sentimientos difíciles o si la vida le parece abrumadora.
Cuándo consultar al médico
Si los signos y síntomas de la depresión continúan, comienzan a interferir en la vida de tu hijo adolescente o te causan inquietudes relacionadas con el suicidio o la seguridad de tu hijo adolescente, habla con un médico o profesional de salud mental capacitado para trabajar con adolescentes. Un buen inicio sería consultar con el médico de cabecera o el pediatra de tu hijo. O tal vez podrían recomendarte a alguien en la escuela de tu hijo.
Es probable que los síntomas de depresión no mejoren por sí solos y pueden empeorar o provocar otros problemas si no se los trata. Los adolescentes deprimidos pueden estar en riesgo de suicidio, incluso si los signos y síntomas no parecen graves.
Si eres adolescente y crees que puedes estar deprimido, o si tienes un amigo que puede estar deprimido, no esperes para pedir ayuda. Habla con un profesional de salud como el médico o acude a la enfermería de la escuela. Comparte tus inquietudes con tus padres, un amigo cercano, un líder espiritual, un maestro o una persona en quien confíes.
Cuándo pedir ayuda de urgencia
El suicidio suele asociarse con la depresión. Si crees que puedes lastimarte o intentar suicidarte, llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato.
Además, considera estas opciones si tienes pensamientos suicidas:
- Llama a un profesional de salud mental.
- Llama a la línea directa de prevención del suicidio.
- En los EE. UU., llama o envía un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis 988, disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. O bien, usa el chat de ayuda en línea Lifeline Chat. El número de la línea telefónica en español es 1-888-628-9454 (sin costo). Los servicios son gratuitos y confidenciales.
- También puedes contactar al servicio de crisis para adolescentes en los EE. UU., denominado TXT 4 HELP: envía un mensaje con la palabra “safe” y tu ubicación actual a 4HELP (44357) para recibir ayuda de inmediato, con la opción de interactuar por mensaje.
- Busca ayuda de tu médico de cabecera u otro proveedor de atención médica.
- Comunícate con un amigo íntimo o un ser querido.
- Comunícate con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa.
Si un ser querido o un amigo corre peligro de intentar suicidarse o ha intentado hacerlo, toma estas medidas:
- Asegúrate de que alguien permanezca con esa persona.
- Llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato.
- O bien, si puedes hacerlo de manera segura, lleva a la persona a la sala de emergencias del hospital más cercano.
Nunca ignores comentarios o inquietudes sobre el suicidio. Siempre adopta medidas para obtener ayuda.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la depresión, pero puede haber varios problemas implicados. Estos incluyen los siguientes:
- Neuroquímica cerebral. Los neurotrasmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el cerebro y que trasmiten señales a otras partes del cerebro y del cuerpo. Cuando estas sustancias químicas son anormales o se ven alteradas, la función de los receptores y sistemas nerviosos cambia, lo que genera depresión.
- Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo influyan en causar o desencadenar la depresión.
- Rasgos hereditarios. La depresión es más común en las personas que tienen parientes consanguíneos (como uno de los padres o de los abuelos) con este trastorno.
- Trauma de la primera infancia. Los eventos traumáticos durante la infancia, como el abuso físico o emocional o la pérdida de uno de los padres, pueden causar cambios en el cerebro que aumentan el riesgo de presentar depresión.
- Patrones aprendidos de pensamiento negativo. La depresión en los adolescentes puede estar asociada a aprender a sentirse inútil, contrario a aprender a sentirse capaz de encontrar soluciones para los desafíos de la vida.
Factores de riesgo
Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión adolescente. Entre estos, se incluyen los siguientes:
- Tener problemas que impacten de forma negativa en su autoestima, como obesidad, malas relaciones con sus compañeros, acoso prolongado o dificultades académicas.
- Haber sido víctima de violencia o testigo de casos de violencia, como abuso sexual o físico.
- Tener otras afecciones de salud mental, como trastorno bipolar, de ansiedad o de la personalidad; sufrir anorexia o bulimia.
- Tener problemas de aprendizaje o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
- Tener dolor constante o una enfermedad física crónica, como cáncer, diabetes o asma.
- Tener ciertos rasgos de personalidad, como autoestima baja o depender demasiado de los demás, ser autocrítico o pesimista.
- Consumir alcohol, nicotina u otras sustancias ilícitas.
- Ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero en un entorno que no le brinda apoyo.
Los antecedentes familiares y los problemas en el hogar o con otras personas pueden aumentar el riesgo de que el adolescente sufra depresión. Por ejemplo:
- Tener padres, abuelos u otros parientes consanguíneos con depresión, trastorno bipolar o problemas por consumo de alcohol.
- Tener un familiar que se haya suicidado.
- Tener un familiar con problemas importantes para relacionarse o comunicarse.
- Haber vivido eventos de vida estresantes recientes, como el divorcio de los padres, el servicio militar de los padres o la muerte de un ser querido.
Complicaciones
La depresión no tratada puede derivar en problemas emocionales, de conducta y de salud que afecten todas las áreas de la vida de tu hijo adolescente. Entre las complicaciones relacionadas con la depresión adolescente, se encuentran las siguientes:
- Abuso de drogas ilícitas y alcohol
- Problemas académicos
- Conflictos familiares y problemas interpersonales
- Suicidio o intentos de suicidio
Prevención
No existe una manera definitiva de prevenir la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias pueden ser útiles. Alienta a tu hijo adolescente a hacer lo siguiente:
- Tomar medidas para controlar el estrés, aumentar la resiliencia y potenciar la autoestima para ayudar a manejar los problemas cuando surgen
- Practicar hábitos de cuidado personal, por ejemplo, mediante la creación de una rutina de sueño saludable y el uso responsable y moderado de la electrónica
- Buscar el apoyo social y de amigos, especialmente en momentos de crisis
- Obtener tratamiento ante el primer signo de un problema para ayudar a impedir que la depresión empeore
- Si el médico lo recomienda, continuar con el tratamiento, incluso luego de que los síntomas disminuyan, para ayudar a prevenir una recaída de los síntomas de la depresión
Diagnóstico
Cuando se sospecha de depresión adolescente, el médico habitualmente realiza estos exámenes y pruebas.
- Examen físico. El médico puede hacer un examen físico y hacer preguntas exhaustivas sobre la salud de tu hijo adolescente para determinar la posible causa de la depresión. En algunos casos, la depresión puede estar vinculada con un problema de salud no diagnosticado.
- Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico de tu hijo puede hacer una prueba de sangre llamada hemograma completo o analizar la tiroides de tu hijo para asegurarse de que esté funcionando correctamente.
- Evaluación psicológica. Un médico o un profesional de salud mental pueden hablar con tu hijo adolescente sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, y también puede incluir un cuestionario. Esto permitirá llegar a un diagnóstico y revisar las complicaciones relacionadas.
Tipos de depresión
Los síntomas causados por la depresión mayor pueden variar de una persona a otra. A fin de aclarar el tipo de depresión que padece tu hijo adolescente, el médico puede utilizar uno o más especificadores, lo cual significa depresión con características específicas. A continuación te ofrecemos algunos ejemplos:
- Ansiedad: depresión con inquietud inusual o preocupación por posibles eventos o pérdida del control
- Características melancólicas: depresión grave con falta de respuesta a algo que solía causar placer y está relacionado con el despertar temprano por la mañana, empeoramiento en el estado de ánimo de la mañana, cambios importantes en los hábitos alimenticios y sentimientos de culpa, nerviosismo o lentitud
- Características atípicas: depresión que incluye la capacidad de estar temporalmente alegre como consecuencia de eventos felices, mayor apetito, aumento excesivo de sueño, sensibilidad al rechazo y pesadez en brazos o piernas
Otros trastornos que pueden causar síntomas de depresión
Muchos otros trastornos cuyos síntomas incluyen la depresión. Un diagnóstico preciso es la clave para recibir el tratamiento adecuado. La evaluación del médico o profesional de la salud mental ayudará a determinar si los síntomas de depresión se deben a alguna de estas afecciones:
- Trastornos bipolares 1 y 2. Estos trastornos del estado de ánimo incluyen cambios de humor caracterizados por grandes altibajos emocionales. A veces, es difícil distinguir el trastorno bipolar de la depresión.
- Trastorno ciclotímico. El trastorno ciclotímico implica altibajos emocionales que son más leves que los que se manifiestan en el trastorno bipolar.
- Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. En los niños, este trastorno del estado de ánimo comprende irritabilidad e ira crónicas y graves con berrinches desmesurados y frecuentes. Por lo general, este trastorno se transforma en trastorno depresivo o de ansiedad durante la adolescencia o la adultez.
- Trastorno depresivo persistente. Este trastorno, también conocido como distimia, es una forma de depresión menos grave, pero más crónica. Si bien no suele ser incapacitante, el trastorno depresivo persistente puede impedir que te desenvuelvas normalmente en tu rutina diaria y afectar tu capacidad de tener una vida plena.
- Trastorno disfórico premenstrual. Incluye síntomas de depresión asociados a los cambios hormonales que comienzan una semana antes del comienzo del período menstrual y que mejoran unos pocos días después. Los síntomas son mínimos o desaparecen una vez que finaliza el período.
- Otras causas de depresión. Entre ellas, se incluyen depresión a raíz del consumo de drogas recreativas o ilícitas, determinados medicamentos con receta médica o una afección médica.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo y de la gravedad de los síntomas de depresión del adolescente. Una combinación de terapia de conversación (psicoterapia) y medicamentos puede ser muy efectiva para la mayoría de los adolescentes con depresión.
Si el adolescente sufre depresión grave o corre peligro de autolesionarse, es posible que necesite una internación hospitalaria o participar en un programa de tratamiento ambulatorio hasta que mejoren sus síntomas.
A continuación, se presentan con más detalle las opciones de tratamiento para la depresión.
Medicamentos
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó 2 medicamentos para la depresión adolescente: fluoxetina (Prozac) y escitalopram (Lexapro). Habla con el médico de tu hijo sobre las opciones de medicamentos y los posibles efectos secundarios para evaluar los riesgos y los beneficios.
Alerta de la FDA
La mayoría de los antidepresivos suelen ser seguros, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) exige que todos los antidepresivos tengan una advertencia en un recuadro negro, que es la advertencia más estricta para los medicamentos recetados. Aunque es poco frecuente, es posible que algunos niños, adolescentes y adultos jóvenes menores de 25 años tengan un aumento en los pensamientos o las conductas suicidas cuando toman antidepresivos, especialmente en las primeras semanas después de comenzar o cuando se cambia la dosis.
Se debe controlar atentamente a cualquier persona que toma un antidepresivo para detectar si la depresión empeora o si presenta algún comportamiento inusual, particularmente, cuando comienza a tomar un medicamento nuevo o cuando se le modifica la dosis. Si tu hijo adolescente tiene pensamientos suicidas cuando toma un antidepresivo, comunícate inmediatamente con el médico o busca ayuda de emergencia.
Para la mayoría de los adolescentes que necesitan tomar antidepresivos, los beneficios de tomarlos superan cualquier riesgo. Ten en cuenta que es más probable que los antidepresivos causen una disminución en el riesgo de suicidio a largo plazo al mejorar el estado de ánimo.
Cómo encontrar el medicamento adecuado
Cada persona es diferente, por lo que encontrar el mejor medicamento o la mejor dosis para un adolescente puede requerir un proceso de pruebas y errores. Este proceso requiere paciencia, ya que algunos medicamentos necesitan varias semanas o más para que hagan efecto por completo y para que los efectos secundarios se alivien a medida que el organismo se adapta. Anima a tu hijo a no darse por vencido.
Control de los medicamentos
Vigila de cerca la manera en que tu hijo adolescente toma los medicamentos. Para que sean eficaces, los antidepresivos tienen que tomarse de manera consistente y siguiendo la dosis recetada. La sobredosis puede ser un riesgo en adolescentes con depresión, por lo que es posible que el médico recete solo una pequeña cantidad de pastillas por vez, o recomendarte que raciones el medicamento de modo que tu hijo adolescente no tenga disponible una gran cantidad de pastillas a la vez. Una de las medidas que las familias pueden tomar para reducir el riesgo de suicidio es impedir el acceso a todas las pastillas que haya en el hogar.
Si tu hijo tiene efectos secundarios molestos, no tiene que dejar de tomar un antidepresivo sin hablarlo antes con el médico. Algunos antidepresivos pueden provocar síntomas de abstinencia a menos que se reduzca la dosis gradualmente; suspenderlo de repente puede provocar un empeoramiento repentino de la depresión.
Antidepresivos y embarazo
Si tu hija adolescente está embarazada o en período de lactancia, es posible que algunos antidepresivos representen un mayor riesgo para la salud del feto o del bebé lactante. Si tu hija adolescente está embarazada o planea quedar embarazada, asegúrate de que hable con un médico sobre los medicamentos antidepresivos y cómo manejar la depresión durante el embarazo.
Psicoterapia
La psicoterapia, también llamada asesoramiento psicológico o terapia de conversación, es un término general para tratar la depresión en la que se habla con un profesional de salud mental sobre la depresión y otras cuestiones relacionadas. Los diferentes tipos de psicoterapia pueden resultar efectivos para la depresión, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia interpersonal.
La psicoterapia puede realizarse de manera individual, con los miembros de la familia o en grupo. A lo largo de las sesiones regulares, su hijo podrá:
- Aprender sobre las causas de la depresión
- Aprender a identificar y modificar las conductas o pensamientos perjudiciales para la salud.
- Explorar relaciones y experiencias
- Encontrar mejores formas de enfrentar y solucionar problemas
- Establecer objetivos realistas
- Recuperar el sentimiento de felicidad y de control.
- Ayudar a aliviar los síntomas de depresión, como la desesperanza y el enojo.
- Adaptarse a una crisis u otra dificultad actual.
Hospitalización y otros programas de tratamiento
En algunos adolescentes, la depresión es tan grave que se requiere la hospitalización, especialmente si hay riesgos de que se autolesionen o lastimen a otras personas. El tratamiento psiquiátrico en un hospital puede ayudar a que el joven se sienta tranquilo y seguro hasta que mejore su capacidad de afrontar una situación difícil y se desarrolle un plan de seguridad.
Los programas de tratamiento de día también pueden ayudar. Estos programas brindan el apoyo y el asesoramiento necesarios mientras el adolescente trabaja para controlar los síntomas de depresión.
Medicina alternativa
Asegúrate de que tú y tu hijo adolescente entiendan los riesgos y los posibles beneficios si tu hijo desea usar terapias alternativas o complementarias. No reemplaces el tratamiento médico convencional o la psicoterapia por medicinas alternativas. Cuando se trata de depresión, los tratamientos alternativos no son buenas opciones para reemplazar la atención médica.
Algunos ejemplos de técnicas que pueden ayudar a tratar la depresión incluyen:
- Acupuntura
- Técnicas de relajación, como respiración profunda
- Yoga o tai chi
- Meditación
- Imágenes guiadas
- Masoterapia
- Musicoterapia o arteterapia
- Espiritualidad
Confiar únicamente en estos métodos no suele ser suficiente para tratar la depresión. Pero sí pueden ser útiles cuando se emplean junto con los medicamentos y la psicoterapia.
Estilo de vida y remedios caseros
Tú eres el mejor defensor de tu hijo adolescente para ayudarle a tener éxito. Además del tratamiento profesional, estos son algunos pasos que pueden ser útiles para ti y tu hijo adolescente:
- Sigue el plan de tratamiento. Asegúrate de que tu hijo adolescente asista a las citas médicas, aunque no tenga ganas de ir. Asegúrate de que tu hijo adolescente continúe tomando los medicamentos como se lo indicaron, incluso si se siente bien. Si deja de tomar los medicamentos, los síntomas de depresión pueden volver. Además, dejarlos de forma repentina puede provocar síntomas similares a la abstinencia.
- Infórmate sobre la depresión. La educación puede empoderar a tu hijo adolescente y motivarlo a seguir con el plan de tratamiento. También te puede ayudar a ti y a otros seres queridos a saber más sobre la depresión y a comprender que es una afección tratable.
- Motiva la comunicación con tu hijo adolescente. Habla con tu hijo adolescente sobre los cambios que estás observando y haz hincapié en tu apoyo incondicional. Crea un entorno donde tu hijo adolescente pueda compartir sus preocupaciones mientras lo escuchas.
- Presta atención a las señales de advertencia. Trabaja con el médico o terapeuta de tu hijo adolescente para saber qué es lo que desencadena los síntomas de depresión. Haz un plan de manera que ambos sepan qué hacer si empeoran los síntomas. Pídeles a los miembros de la familia o los amigos que te ayuden a detectar los signos de advertencia.
- Ayuda a tu hijo adolescente a adoptar hábitos saludables. Ten alimentos saludables en casa, no dejes entrar alimentos poco saludables y establece horarios regulares para las comidas. Anímalo a hacer ejercicio regularmente y hazle saber que incluso la actividad física liviana puede ayudar a reducir los síntomas de depresión. Establece un horario para apagar las luces e irse a dormir y no usar dispositivos electrónicos en la cama, lo que puede ayudar a fomentar la calidad y la cantidad de horas de sueño. Si tu hijo adolescente tiene problemas para conciliar el sueño, pídele consejos al médico.
- Ayuda a tu hijo adolescente a evitar el consumo de alcohol y otras sustancias. Tu hijo adolescente puede sentir que el alcohol, la marihuana y otras drogas ilícitas disminuyen los síntomas de la depresión, pero a la larga los empeoran y hacen que la depresión sea más difícil de tratar. Habla con el médico o el terapeuta si tu hijo adolescente si necesita ayuda con el consumo de alcohol o sustancias.
- Elimina o limita el acceso a elementos que tu hijo adolescente podría usar para provocarse autolesiones. Esto puede incluir retirar o proteger armas, retirar elementos punzantes, alcohol o medicamentos peligrosos de tu casa si vives con un hijo adolescente que tiene depresión.
Estrategias de afrontamiento, y apoyo
Mostrar interés y deseos de comprender los sentimientos de tu hijo adolescente le hace saber que te importa. Es posible que no entiendas por qué tu hijo adolescente se siente desesperanzado, perdido o que ha fracasado. Escúchalo sin juzgarlo e intenta ponerte en su lugar. Ayuda a construir la autoestima de tu hijo adolescente, reconoce sus éxitos y felicítalo por sus capacidades.
Alienta a tu hijo adolescente a hacer lo siguiente:
- Hacer y mantener amistades sanas. Las relaciones positivas pueden ayudar a aumentar la confianza de tu hijo adolescente y ayudarlo a mantenerse conectado con otras personas. Alienta a tu hijo adolescente a evitar relacionarse con personas cuyas actitudes o comportamientos podrían empeorar la depresión.
- Hacer actividad física. Participar en deportes, actividades escolares o un trabajo puede ayudar a que se concentre en lo positivo y no en sentimientos o comportamientos negativos.
- Pedir ayuda. Es posible que los adolescentes eviten buscar apoyo cuando la vida les resulte abrumadora. Alienta a tu hijo adolescente a hablar con un miembro de la familia u otro adulto de confianza cuando lo necesite.
- Fijar expectativas realistas. Muchos adolescentes son muy críticos consigo mismos cuando no pueden cumplir con estándares irreales, por ejemplo, en el aspecto académico, atlético o físico. Hazle saber a tu hijo adolescente que está bien no ser perfecto.
- Simplificar la vida. Alienta a tu hijo adolescente a elegir obligaciones y compromisos con responsabilidad y a definir objetivos razonables. Hazle saber a tu hijo adolescente que está bien hacer menos de lo esperado cuando no se siente bien.
- Estructurar el tiempo. Ayuda a tu hijo adolescente a planificar actividades y a hacer listas o usar una agenda para organizarse. Cumplir una rutina regular puede ayudarlo a mejorar su estado de ánimo.
- Llevar un diario personal privado. Llevar un diario personal puede ayudar a mejorar el estado de ánimo de tu hijo adolescente y permitirle expresar y trabajar el dolor, la ira, el miedo y otras emociones.
- Conectarse con otros adolescentes con depresión. Pregúntale al médico o terapeuta si hay grupos de apoyo locales para la depresión adolescente. Existen grupos de apoyo para la depresión en línea, pero asegúrate de que sean sitios confiables, como la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional Contra las Enfermedades Mentales) o Bipolar Support Alliance (Alianza de Apoyo para la Bipolaridad).
Preparación antes de la cita
Es una buena idea estar bien preparado para tu cita médica. A continuación, encontrarás información que los ayudará a ti y a tu hijo adolescente a prepararse, junto con lo que puedes esperar del médico.
Qué puedes hacer
En la medida de lo posible, haz partícipe a tu hijo adolescente en los preparativos para la consulta. Luego, haz una lista de lo siguiente:
- Los síntomas que tenga tu hijo adolescente, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el motivo de la consulta
- La información personal esencial, como episodios de estrés importantes o cambios recientes en la vida de tu hijo adolescente
- Todos los medicamentos, vitaminas, medicamentos a base de hierbas u otros suplementos que consuma tu hijo adolescente
- Las preguntas que tú y tu hijo adolescente quieran hacerle al médico
Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacerle al médico:
- ¿La depresión es la causa más probable de los síntomas de mi hijo adolescente?
- ¿Hay otras causas posibles de los síntomas?
- ¿Qué clase de pruebas necesita hacerse mi hijo adolescente?
- ¿Qué tratamientos podrían ser los más efectivos?
- ¿Hay efectos secundarios asociados a los medicamentos que indica?
- ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me receta?
- ¿Cómo se controla el progreso y la efectividad del tratamiento?
- ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que me indica?
- Mi hijo adolescente tiene otras enfermedades. ¿Pueden estar relacionadas con la depresión?
- ¿Hay alguna restricción que mi hijo adolescente deba seguir?
- ¿Mi hijo adolescente debe consultar a un psiquiatra u otro profesional de salud mental?
- ¿Se puede aliviar la depresión con cambios en la dieta, ejercicios u otras áreas?
- ¿Hay folletos o materiales impresos que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer cualquier otra pregunta durante la consulta.
Qué esperar del médico de tu hijo adolescente
Es probable que el profesional de salud mental o el médico de tu hijo adolescente le hagan una serie de preguntas, como las siguientes:
- ¿Cuándo tus familiares o amigos empezaron a notar tus síntomas de depresión?
- ¿Hace cuánto tiempo te sientes depresivo? En general, ¿te sientes siempre deprimido o tu estado de ánimo cambia?
- ¿Tu estado de ánimo cambia y pasas de sentirte deprimido a sentirte extremadamente feliz y lleno de energía?
- ¿Alguna vez tienes pensamientos suicidas cuando te sientes deprimido?
- ¿Qué tan graves son tus síntomas? ¿Interfieren en tu desempeño en la escuela, tus relaciones u otras actividades cotidianas?
- ¿Tienes familiares de sangre, como un padre o abuelo, con depresión u otro trastorno del estado de ánimo?
- ¿Qué otras enfermedades de salud mental o física tienes?
- ¿Consumes sustancias que alteren el estado de ánimo, como alcohol, marihuana o drogas de uso recreativo? ¿Consumes nicotina?
- ¿Cuánto duermes de noche? ¿La cantidad de horas de sueño cambia con el tiempo?
- ¿Hay algo que parezca mejorar tus síntomas? ¿Existe algo que, al parecer, los empeore?
- ¿Cómo es tu alimentación? ¿Tienes antecedentes de pérdida o aumento considerables de peso?
El médico o profesional de salud mental harán preguntas adicionales según las respuestas, síntomas y necesidades de tu hijo adolescente. Preparar y anticipar preguntas te ayudará a aprovechar al máximo tu consulta.
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