Schedule Now Pay Bill
be_ixf;ym_202411 d_24; ct_50

Artritis del pulgar

Esta enfermedad frecuente puede causar dolor y problemas de movilidad, y hace que las tareas sencillas sean difíciles. El tratamiento puede incluir medicamentos, férulas y, a veces, cirugía.

Perspectiva general

Artritis del pulgar

La artritis del pulgar ocurre cuando el cartílago en la articulación carpometacarpiana se desgasta.

La artritis del pulgar es frecuente a medida que se envejece y se produce cuando el cartílago se deteriora en los extremos de los huesos que forman la articulación en la base del pulgar (conocida como articulación carpometacarpiana [CMC]).

La artritis del pulgar puede causar dolor intenso, inflamación y disminución de la fuerza y del rango de movimiento, lo que dificulta la realización de tareas simples, como girar picaportes o abrir frascos. El tratamiento suele incluir una combinación de medicamentos y férulas. La artritis del pulgar grave puede necesitar cirugía.

Síntomas

El dolor es el primer síntoma, y el más frecuente, de la artritis del pulgar. El dolor puede producirse en la base del pulgar cuando sostienes, agarras o pellizcas un objeto, o cuando usas el pulgar para aplicar presión.

Otros signos y síntomas pueden incluir lo siguiente:

  • Inflamación, rigidez y sensibilidad en la base del pulgar
  • Disminución de la fuerza al pellizcar o sostener objetos
  • Disminución de la amplitud del movimiento
  • Aspecto alargado o huesudo de la articulación de la base del pulgar

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta con el médico si presentas sudoración, rigidez o dolor persistente en la base del pulgar.

Causas

La artritis del pulgar suele aparecer con el envejecimiento. Las lesiones o traumatismos anteriores de la articulación del pulgar también pueden provocar artritis del pulgar.

En una articulación del pulgar normal, el cartílago recubre los extremos de los huesos, como una almohadilla y permite que los huesos se deslicen suavemente entre sí. En el caso de la artritis del pulgar, este cartílago que recubre los extremos de los huesos se deteriora y la superficie suave se vuelve áspera. Entonces, los huesos se rozan entre sí, lo que provoca la fricción y el daño de la articulación.

El daño de la articulación puede tener como consecuencia el crecimiento de un nuevo hueso a los costados del hueso existente (espolón óseo), que puede producir bultos perceptibles en la articulación del pulgar.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir artritis del pulgar son:

  • Ser de sexo femenino.
  • Tener más de 40 años.
  • Sufrir de obesidad.
  • Tener ciertas enfermedades hereditarias, como laxitud de los ligamentos de las articulaciones y malformación de las articulaciones.
  • Sufrir lesiones en la articulación del pulgar, como fracturas y esguinces.
  • Padecer enfermedades que cambian la estructura normal y el funcionamiento del cartílago, como por ejemplo, la artritis reumatoide. Si bien la causa más frecuente de la artritis de pulgar es la artrosis, la artritis reumatoide también puede afectar la articulación carpometacarpiana, en general, en un grado menor que las otras articulaciones de la mano.
  • Realizar actividades y trabajos que tensionen mucho la articulación del pulgar.

Diagnóstico

En una exploración física, el médico te preguntará sobre tus síntomas y buscará hinchazón o bultos notables en las articulaciones.

El médico puede sostener tu articulación a la vez que te mueve el pulgar, aplicando presión, hacia el hueso de la muñeca. Si este movimiento produce chasquidos o causa dolor o una sensación arenosa, lo más probable es que el cartílago esté desgastado y los huesos se estén rozando.

Las técnicas de imágenes, usualmente radiografías, pueden revelar signos de artritis del pulgar, como por ejemplo:

  • Espolones óseos
  • Desgaste del cartílago
  • Pérdida de espacio de la articulación

Tratamiento

En las primeras etapas de la artritis del pulgar, el tratamiento suele incluir una combinación de terapias no quirúrgicas. Si la artritis del pulgar es grave, puede ser necesaria una cirugía.

Medicamentos

Para aliviar el dolor, el médico podría recomendarte lo siguiente:

  • Medicamentos tópicos, como la capsaicina o el diclofenaco, que se aplican en la piel sobre la articulación
  • Analgésicos de venta libre, como el paracetamol (Tylenol u otros), el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o el naproxeno sódico (Aleve)
  • Analgésicos recetados, como el celecoxib (Celebrex) o el tramadol (Conzip, Ultram)

Férula

Una férula puede sostener la articulación y limitar el movimiento del pulgar y de la muñeca. Puedes usar una férula solamente durante la noche o durante la noche y el día.

Las férulas pueden ayudar a lo siguiente:

  • Aliviar el dolor
  • Promover el posicionamiento adecuado de la articulación al realizar tareas
  • Descansar la articulación

Inyecciones

Si los analgésicos y una férula no resultan eficaces, el médico podría recomendar la inyección de un corticoesteroide de acción prolongada en la articulación del pulgar. Las inyecciones de corticoesteroides pueden aliviar temporalmente el dolor y reducir la inflamación.

Cirugía

Si no respondes a otros tratamientos o si apenas puedes doblar y girar el pulgar, el médico podría recomendarte una cirugía. Entre algunas opciones se incluyen las siguientes:

  • Fusión articular (artrodesis). Los huesos en la articulación afectada están fusionados permanentemente. La articulación fusionada puede soportar peso sin dolor, pero no tiene flexibilidad.
  • Osteotomía. Los huesos en la articulación afectada se vuelven a colocar para ayudar a corregir las deformidades.
  • Trapeciectomía. Se extrae uno de los huesos de la articulación del pulgar (trapecio).
  • Reemplazo articular (artroplastia). Se extrae la totalidad o parte de la articulación afectada y se reemplaza por un injerto de uno de tus tendones.

Estas cirugías se pueden realizar de forma ambulatoria. Después de la cirugía, probablemente debas usar un yeso o una férula sobre el pulgar y la muñeca hasta por seis semanas. Después de retirar el yeso, el médico te puede recomendar fisioterapia para ayudarte a recuperar la fuerza y el movimiento de la mano.

Estilo de vida y remedios caseros

Para aliviar el dolor y mejorar la movilidad articular, intenta lo siguiente:

  • Cambia las herramientas manuales. Considera comprar equipos de adaptación (como abridores para girar las tapas de los frascos, giradores de llaves y tiradores de cremalleras), que están diseñados especialmente para personas que tienen menos fuerza en las manos. Reemplaza los picaportes tradicionales, que debes sujetar con el pulgar, por palancas.
  • Aplica frío. Colocarte hielo sobre la articulación de 5 a 15 minutos varias veces por día puede ayudarte a aliviar la inflamación y el dolor.
  • Aplica calor. Para algunas personas, el calor puede ser más efectivo que el frío para aliviar el dolor.

Preparación antes de la cita

Podrían derivarte a un médico que se especialice en trastornos de las articulaciones (reumatólogo).

Lo que puedes hacer

  • Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el motivo de la consulta.
  • Anota tu información médica esencial, incluso otras enfermedades y cualquier antecedente de lesión en la articulación adolorida.
  • Anota información personal esencial, incluso episodios de estrés o cambios recientes en tu vida.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
  • Pídele a un amigo o a un familiar que te acompañen, para ayudarte a recordar lo que diga el médico.
  • Anota preguntas para hacerle al médico.

Preguntas para hacerle al médico

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Qué clase de pruebas necesito hacerme?
  • ¿Mi enfermedad es temporal o crónica?
  • ¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
  • ¿Existen restricciones que deba seguir?
  • Tengo otros trastornos de salud. ¿Cómo puedo controlarlos de la mejor manera?

Además de las preguntas que preparaste para hacerle al médico, no dudes en hacer otras preguntas.

Qué esperar de tu médico

Es probable que el médico te haga varias preguntas. Estar preparado para responderlas te permitirá reservar tiempo para repasar los puntos sobre los que quieras hablar en profundidad. Es posible que te pregunten lo siguiente:

  • ¿Cuándo comenzó el dolor?
  • ¿Qué tan graves son tus síntomas? ¿Son permanentes u ocasionales?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas?
  • ¿Alguna vez te lesionaste esa mano?
Last Updated: June 16th, 2022