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Marcha de puntillas en niños

Caminar sobre los dedos del pie o sobre la parte anterior de la planta del pie es muy común en niños que están aprendiendo a caminar. La mayoría de los niños dejan de hacerlo a medida que crecen.

Descripción general

Caminar sobre los dedos de los pies o la bola del pie, también denominado marchar de puntillas, es bastante frecuente en los niños que recién están comenzando a caminar. La mayoría de los niños dejan de hacerlo a medida que crecen.

Los niños que siguen marchando de puntillas después de los primeros años, por lo general, lo hacen por costumbre. Si el niño crece y se desarrolla de forma normal, probablemente marchar de puntillas no sea una causa de preocupación.

En ocasiones, marchar de puntillas puede ser consecuencia de determinadas enfermedades, incluidas parálisis cerebral, distrofia muscular y trastorno del espectro autista.

Síntomas

Andar de puntillas es caminar sobre los dedos de los pies o los metatarsos.

Cuándo consultar al médico

Si tu hijo todavía camina de puntillas después de los 2 años, consulta a tu médico. Solicita un turno antes si tu hijo también presenta rigidez en los músculos de las piernas o en el tendón de Aquiles o falta de coordinación muscular.

Causas

Por lo general, marchar de puntillas es un hábito que se desarrolla cuando un niño aprende a caminar. En algunos casos, marchar de puntillas es consecuencia de una enfermedad no diagnosticada, como las siguientes:

  • Un tendón de Aquiles corto. Este tendón conecta los músculos de la pantorrilla a la parte posterior del hueso del talón. Si es demasiado corto, puede evitar que el talón toque el suelo.
  • Parálisis cerebral. La marcha de puntillas puede ser consecuencia de un trastorno de movimiento, tono muscular o postura generado por una lesión o un desarrollo anómalo en las partes del cerebro inmaduro que controlan la función muscular.
  • Distrofia muscular. En ocasiones, se observa la marcha de puntillas en esta enfermedad genética donde las fibras musculares son inusualmente propensas a dañarse y debilitarse con el paso del tiempo. Este diagnóstico podría ser más probable si tu hijo caminó de forma normal antes de comenzar a caminar de puntillas.
  • Autismo. Se ha vinculado la marcha de puntillas con trastornos del espectro autista, que afectan la capacidad de un niño para comunicarse e interactuar con otros.

Factores de riesgo

La marcha de puntillas como hábito (también conocida como «marcha de puntillas idiopática») a veces es hereditaria.

Complicaciones

Si el niño camina en puntas de pie mucho tiempo, tiene mayor riesgo de caerse. También puede provocar un estigma social.

Diagnóstico

La caminata de puntillas se puede observar durante un examen físico. En algunos casos, el médico puede realizar un análisis de la marcha o un examen conocido como electromiografía (EMG).

Durante una electromiografía, se inserta una aguja delgada con un electrodo en un músculo de la pierna. El electrodo mide la actividad eléctrica del nervio o el músculo afectado.

Si el médico sospecha de una afección como parálisis cerebral o autismo, puede recomendar un examen neurológico o pruebas para detectar retrasos en el desarrollo.

Tratamiento

Si tu hijo camina en puntas de pies por hábito, no necesita un tratamiento; es probable que supere el hábito por sí solo. El médico puede simplemente controlar la marcha de tu hijo durante las visitas al consultorio.

Si un problema físico contribuye a la marcha en puntas de pies, las opciones de tratamiento pueden incluir las siguientes:

  • Fisioterapia. El estiramiento suave de los músculos de las piernas y los pies puede mejorar la marcha de tu hijo.
  • Dispositivo de inmovilización o férulas para las piernas. En ocasiones, estos dispositivos ayudan a favorecer la marcha normal.
  • Una serie de yesos. Si la fisioterapia o los dispositivos de inmovilización de las piernas no ayudan, el médico puede sugerir una serie de yesos debajo de la rodilla para mejorar progresivamente la capacidad de llevar los dedos de los pies hacia la espinilla.
  • Onabotulinumtoxin A. En ocasiones, se colocan inyecciones en los músculos de la pantorrilla para ayudar a favorecer la marcha normal.
  • Cirugía. Si los tratamientos conservadores no surten efecto, el médico puede recomendar una cirugía para alargar los músculos o tendones de la parte posterior de la pierna.

Si la marcha en puntas de pies está relacionada con parálisis cerebral, autismo u otros problemas, el tratamiento se centra en la enfermedad oculta.

Preparación para la consulta

Probablemente, primero comuniques esta inquietud a tu proveedor de atención primaria: al médico de cabecera, a un enfermero profesional, a un auxiliar médico o a un pediatra. Este profesional puede derivarte a un médico especializado en la función neurológica (neurólogo) o cirugía ortopédica.

Lo que puedes hacer

Antes de la consulta, sería conveniente que hagas una lista de preguntas para el médico, que incluya lo siguiente:

  • ¿Cuál puede ser la causa por la que mi hijo camina en puntas de pie?
  • ¿Es necesario hacer alguna prueba? En ese caso, ¿cuáles?
  • ¿Qué tratamientos recomienda?

Qué esperar de tu médico

Es probable que el médico te haga algunas de las siguientes preguntas:

  • ¿Tu hijo tiene algún otro problema médico?
  • ¿Tienes antecedentes familiares de distrofia muscular o autismo?
  • ¿Tu hijo nació prematuro?
  • ¿Hubo alguna complicación durante el nacimiento de tu hijo o durante su permanencia en la sala de maternidad del hospital?
  • ¿Tu hijo al principio caminaba con los pies planos y luego comenzó a caminar en puntas de pie?
  • ¿Tu hijo puede caminar sobre los talones si se lo pides?
  • ¿Tu hijo evita el contacto visual o manifiesta comportamientos repetitivos como balancearse o girar?
Last Updated: March 23rd, 2022