Cirugía de reanimación facial
Conoce cómo estos procedimientos pueden permitir que la gente con parálisis facial recupere la capacidad de sonreír y tener otras expresiones faciales.
Perspectiva general
La cirugía de reanimación facial ayuda a personas con parálisis facial a recuperar la simetría y funcionalidad de la cara. Las personas que tienen este tipo de parálisis presentan debilidad o una completa falta de movimiento, por lo general en la mitad del rostro. La debilidad provoca un desequilibrio entre ambos lados de la cara, lo que se conoce como asimetría. Esto impacta en el aspecto y la funcionalidad de la cara, y hasta puede provocar malestar o dolor.
A menudo, a las personas que tienen parálisis facial les cuesta sonreír y comunicarse con los demás. Puede que también les cueste cerrar los ojos y la boca. Esto podría afectar la salud ocular, el habla, la capacidad de comer y, en ocasiones, hasta provocar babeos. La debilidad y asimetría facial pueden ser incapacitantes y dañar la autoestima.
Hay muchas opciones de tratamiento disponibles para la parálisis facial, tanto quirúrgicas como no quirúrgicas. Además, existen muchos tipos de cirugías diferentes. En algunas, se reubica un nervio de la cara en otra parte del rostro para recuperar la funcionalidad. En otras, se extirpa un músculo de una parte del cuerpo y se implanta en la cara para mejorar una función específica, como sonreír. Probablemente necesites someterte a más de un procedimiento para conseguir los objetivos planteados para la cirugía.
Una intervención quirúrgica para la reanimación facial puede ayudar a personas con parálisis a sonreír y hacer otros movimientos faciales. La cirugía es altamente técnica y personalizada, por lo que es clave ver a un cirujano que se especialice en nervios faciales y reanimación facial.
Por qué se debe hacer
Una parálisis facial puede ocurrir por muchos motivos. Los más comunes son la parálisis de Bell y el síndrome de Ramsay Hunt. Una lesión, un accidente cerebrovascular o un tumor también pueden provocar un daño en el nervio facial y la pérdida de funcionalidad. En niños, la parálisis facial puede ser producto de una lesión en el parto o durante el desarrollo.
La incapacidad de mover determinados músculos de la cara puede hacer que la persona no pueda sonreír ni manifestar emociones. La parálisis facial también puede dañar la salud ocular y la visión, ya que la persona no puede pestañar ni cerrar los ojos de forma voluntaria. Otra consecuencia posible es que colapsen los orificios nasales y que el flujo de aire quede total o parcialmente bloqueado. Esto ocurre porque los músculos de la mejilla no tienen la capacidad de jalar el costado de la nariz hacia ella.
Existe una afección llamada sincinesia que, a veces, puede surgir a causa de una parálisis facial. En esta afección, todos los nervios de la cara estimulan los músculos al mismo tiempo, lo que ocasiona un efecto tire y afloje. Una causa posible sería que los nervios faciales no se hayan recuperado correctamente después de la parálisis. La sincinesia también puede afectar la capacidad de hablar, masticar y tragar, y provocar que un ojo se cierre al mover la boca o sonreír.
Según la causa, es posible que algunas personas con parálisis facial se recuperen con el tiempo, sin necesidad de hacer un tratamiento. En ocasiones, los tratamientos no quirúrgicos pueden ayudar a recuperar la simetría y la funcionalidad. Por ejemplo, la terapia física y las inyecciones de toxina botulínica A (bótox) pueden hacer que algunos músculos se relajen, lo que ayudaría a las personas con sincinesia.
Los especialistas en nervios faciales pueden decidir si es necesario un tratamiento temprano. Es fundamental ver a un especialista en reanimación facial para que haga una evaluación y, en algunos casos, lleve a cabo la cirugía. Algunas opciones de tratamiento solo se vuelven una opción después de que se desarrolla la parálisis facial, por lo que es crucial ver a un especialista cuanto antes.
El tratamiento tiene una relevancia especial si la parálisis impide cerrar correctamente un ojo. La cirugía te permite cerrar los ojos y mantenerlos protegidos de la sequedad.
Si te recomiendan que te hagas una cirugía de reanimación facial, es posible que el procedimiento pueda darle más equilibrio a tu cara y devolverte la capacidad de sonreír y de realizar otras acciones.
El tipo de cirugía al que te sometas dependerá de los síntomas. Existen muchas técnicas útiles para recuperar el movimiento de un rostro con parálisis. Entre algunas de estas técnicas, se incluyen las siguientes:
- Reparación del nervio facial por microcirugía
- Injerto de nervio facial
- Cirugía para la transferencia de un nervio
- Cirugía para la transferencia de un músculo
- Cirugía para el trasplante de un músculo, también conocida como reanimación facial con músculo gracilis
- Estiramientos faciales, levantamientos de cejas y otras cirugías que restauran la simetría del rostro
- Cirugía de reanimación de párpados, para mejorar la capacidad de parpadear y cerrar los párpados
Las personas con sincinesia que tienen rigidez, espasmos o contracciones en todos los músculos de la cara a la vez podrían beneficiarse de lo siguiente:
- Inyecciones de bótox, lo que se conoce como quimiodenervación, para bloquear las señales nerviosas.
- La terapia física, que incluye masajes, estiramientos y reeducación neuromuscular.
- Neurectomía selectiva, en la cual se cortan ramos específicos del nervio facial. Los objetivos de la operación son relajar algunos de los músculos de la cara que se sienten tensos, además de debilitar los músculos de la cara que se oponen a la sonrisa. A veces se cortan los ramos que van a los párpados para evitar que se cierren cuando la persona intenta sonreír.
- Miectomía selectiva con neurolisis terminal, donde se dividen uno o más músculos de la cara.
Riesgos
Como ocurre con todas las cirugías, el procedimiento para la reanimación facial implica ciertos riesgos. Estos dependen del tipo exacto de cirugía. Es común experimentar hinchazón, moretones y entumecimiento en el área de la cirugía, pero todo se resuelve en la recuperación. Entre los riesgos menos comunes, pero probables, se encuentran infecciones, cambios en el contorno facial, lesión en un nervio y acumulación de sangre por debajo de la piel (hematoma).
Si te sometes a una transferencia de nervio, existe el riesgo de que este no se integre correctamente. El resultado de esto podría ser una sincinesia. Cuando se realiza un trasplante de músculo, existe el riesgo de que la sangre no circule hacia el músculo, lo que genera falta de movimiento. Sin embargo, está complicación es poco común.
Podrían pasar varios meses hasta que notes una mejora de la parálisis facial. Esto es especialmente cierto si te sometes a una cirugía para el trasplante de un músculo o a la transferencia de un nervio. Después de este tipo de cirugías, a las células nerviosas les lleva tiempo adaptarse a la unión.
En la mayoría de los casos, las personas que se hacen una reanimación facial pueden observar mejoras. Sin embargo, podrías notar que, con la cirugía, no se recuperan las funciones en su totalidad o que tu cara todavía no se ve equilibrada. Si ocurre esto, lo más probable es que tu cirujano recurra a otras opciones para mejorar la funcionalidad.
En algunas personas, es necesario realizar más procedimientos para conseguir mejores resultados. Esto podría ocurrir por una complicación durante la cirugía o, simplemente, para mejorar los resultados y tener mejor simetría y funcionalidad.
La cirugía de reanimación facial es una intervención especializada y personalizada. Se recomienda que hables con tu cirujano y otros miembros del equipo de atención médica sobre los riesgos y beneficios antes de someterte a la cirugía.
Cómo prepararte
Trabaja con un cirujano y un equipo de atención médica especializados en nervios y reanimación faciales. Esto te brindará acceso a atención integral de avanzada. Si buscas tratamiento para tu hijo con parálisis facial, visita a un cirujano que se especialice en este tipo de procedimientos quirúrgicos en niños.
Como la cirugía de reanimación facial se diseña de acuerdo con tus necesidades, el cirujano se esfuerza en comprender cuál es la causa de la parálisis. También hace preguntas sobre cómo la parálisis facial afecta tu vida y cuáles son los objetivos de tu tratamiento. Con esta información, y una revisión de tu historial médico, el cirujano trabajará contigo para diseñar el plan de tratamiento.
Es probable que te hagan un examen de la función facial integral. Quizás te pidan que levantes las cejas, cierres los ojos, sonrías y hagas otros movimientos con la cara. En este momento, se toman fotos y videos para compararlos luego con los resultados de la cirugía.
Tu equipo de atención médica también buscará la causa y el momento de la parálisis facial. Si la causa se desconoce, tal vez se necesiten estudios por imágenes, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética (IRM). Si la causa es un tumor o un trauma que se pueden tratar, lo más probable es que recibas tratamiento para la causa antes de considerar hacerte una cirugía de reanimación facial.
Existen otras pruebas que pueden ayudar al equipo de atención médica a determinar la dimensión de la lesión en el nervio. Las pruebas también reflejan si existe la probabilidad de que el daño en el nervio mejore sin cirugía. Entre ellas, se incluyen la electromiografía y la electroneurografía.
Seguramente tendrás una consulta con un fisioterapeuta, que se encarga de analizar tus rangos de movimiento actuales y de enseñarte técnicas de estiramiento, masajeo y fortalecimiento. El plan de tratamiento se adapta a tus necesidades particulares. También es posible que veas a otros especialistas, como un neurólogo y un oftalmólogo. Estos expertos trabajan junto con el cirujano en la elaboración del plan de tratamiento.
Antes de decidir llevar adelante una cirugía, puede que el equipo de atención médica te haga probar otros tratamientos, como las inyecciones de bótox.
Si tu hijo tiene parálisis facial, es crucial analizar en qué momento se realizará la cirugía. El cirujano podría recomendar que esperes a que tu hijo crezca y se desarrolle antes de acudir a la cirugía de reanimación facial.
Es importante hablar con el cirujano sobre los objetivos del procedimiento y si se necesitará más de una intervención quirúrgica. Asegúrate de entender bien cuáles son los riesgos y beneficios posibles de la cirugía y qué tipo de atención médica necesitarás luego.
Lo que puedes esperar
Antes de la cirugía
Es probable que debas interrumpir la toma de ciertos medicamentos unas semanas antes de la cirugía. Entre estos están los anticoagulantes, como la warfarina (Jantoven). También se incluyen aspirinas y antiinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) y naproxeno sódico (Aleve).
Si tomas esteroides o medicamentos para la quimioterapia o la inmunoterapia, probablemente debas suspenderlos varias semanas antes de la cirugía. Asegúrate de seguir las instrucciones de tu cirujano con respecto a la ingesta de alimentos y bebidas antes del procedimiento quirúrgico.
Durante la cirugía
El tipo de anestesia que se usa depende del tipo de cirugía de reanimación facial al que te sometes y tu historial médico. Normalmente, se aplica anestesia general, que consiste en recibir un medicamento que te mantiene dormido durante el procedimiento quirúrgico.
Existen muchas técnicas que pueden usar los cirujanos cuando se trata de reanimación facial. La técnica define cómo se lleva a cabo el procedimiento quirúrgico.
- En la microcirugía de reparación del nervio facial, el cirujano conecta los nervios.
- En el procedimiento de injerto nervioso facial cruzado, se utilizan los nervios sanos de un lado del rostro para animar el lado afectado. Para ello, se hace un corte (incisión) en el lado no afectado por la parálisis. Luego, se utiliza un injerto de nervio de la pierna para alcanzar las terminaciones nerviosas del lado afectado. Las fibras del nervio crecen durante 6 a 12 meses para llevar movimiento a esas áreas de la cara.
- En una transferencia de nervios, el cirujano usa parte del nervio que mueve la lengua o que le provee nervios a uno de los músculos de la masticación. El nervio está conectado al nervio facial.
- Cuando te extirpan un tumor de un lado de la cara, queda un hueco en un nervio facial. Para taparlo, se utilizan partes de un nervio de la pierna.
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En una cirugía de transferencia de músculo, el cirujano redirige parte o la totalidad de un músculo de la sien, llamado músculo temporal. Esto ayuda a darle movimiento al rostro.
Es posible que necesites que se transfiera un músculo de otra parte del cuerpo para devolverle función a la cara. Este procedimiento suele completarse en dos etapas. En la primera, el cirujano toma algunos nervios del otro lado de la cara para darle función al lado afectado. Las terminaciones de los nervios se conectan a uno que se haya tomado de la pierna para llegar al lado afectado. En la segunda etapa, se transfiere un músculo de la pierna.
- En una cirugía para el trasplante de un músculo, también conocida como reanimación facial con músculo gracilis, el profesional extrae parte del músculo gracilis de un muslo sin provocar debilidad en la pierna. También se retiran la arteria y la vena que abastecen al músculo, y el nervio que lo impulsa. La arteria y la vena del gracilis se unen a los vasos del rostro. El músculo se coloca a un lado del rostro de manera que pueda generar una sonrisa al contraerse. El nervio del gracilis se conecta al injerto del nervio facial cruzado, al nervio del músculo masetero de la mejilla o a ambos.
- Tal vez necesites un estiramiento de cara o de cejas. Esto permite reposicionar las mejillas o las cejas para darle simetría al rostro. Si los párpados se vieron afectados por la parálisis facial, es posible que te realicen un procedimiento para insertar una pesa de oro o platino que les permitirá cerrarse. Los procedimientos conocidos como cantopexia e injerto de tendón sirven para reposicionar el párpado inferior. También es posible que se realice una cirugía de reanimación de párpados, que consiste en transferir un músculo del cuello al párpado, lo que se conoce como una transferencia de platisma.
- Si lo que tienes es una neurectomía selectiva, en la cirugía se cortan ramos específicos del nervio facial. Los objetivos de la operación son relajar algunos de los músculos de la cara que se sienten tensos, además de debilitar los músculos de la cara que se oponen a la sonrisa. A veces se cortan los ramos que van a los párpados para evitar que se cierren cuando la persona intenta sonreír. Si lo que tienes es una miectomía selectiva con neurolisis terminal, en la cirugía se dividen uno o más músculos de la cara.
Para todos los procedimientos quirúrgicos, se realizan incisiones que se usan para la cirugía estética facial. Si bien las cicatrices son visibles, se dejan en lugares difíciles de detectar.
Un tratamiento no quirúrgico para la parálisis facial comprende inyectar bótox en el músculo. Este procedimiento, llamado quimiodenervación, se realiza con terapia física facial especializada que te ayuda a reaprender cómo mover los músculos de la cara. A esto se lo conoce como reeducación neuromuscular.
Después de la cirugía
Después de la cirugía, debes descansar en la zona de recuperación. Según la cirugía que hayas tenido, tal vez puedas volver a casa ese mismo día. En ese caso, se trata de una cirugía ambulatoria. Sin embargo, también existe la posibilidad de que pases un tiempo recuperándote en el hospital. En el caso de la mayoría de las cirugías que implican hospitalización, las estadías no duran más de dos días. Cuando se realiza un trasplante de músculo, la estadía en el hospital puede durar hasta cinco días. Esto le permite al equipo de atención médica seguir de cerca el progreso y asegurarse de que el músculo reciba el flujo sanguíneo adecuado.
Después de la cirugía de reanimación facial, podrías tener hinchazón, moretones, entumecimiento y algo de malestar en el área donde se hizo la cirugía. Para lidiar con el dolor postoperatorio, te recetarán medicamentos y también podrías recibir un antibiótico para prevenir el riesgo de infección.
El cirujano te explicará cómo cuidar las zonas donde se hayan hecho las incisiones después de la cirugía. También te dirá qué podrás comer después de la intervención quirúrgica y cuándo podrás retomar tus actividades cotidianas.
Resultados
La rapidez con la que se ven los resultados depende del tipo de cirugía de reanimación facial que se haya llevado a cabo. Tal vez notes algunas mejoras de inmediato. Por ejemplo, un peso en los párpados mejora al instante el parpadeo y la comodidad ocular. En el caso de los estiramientos faciales o de cejas, las mejoras se observan una vez que la hinchazón desaparece.
Sin embargo, después de muchas de las técnicas de reanimación facial, lleva tiempo que los nervios se integren al músculo y que regrese la capacidad de movimiento. Esto se aplica a la reparación de nervios, la transferencia de nervios y el trasplante de músculos. Puede que lleve meses observar mejoras. El equipo de atención médica seguirá teniendo reuniones contigo para revisar el progreso.
La reanimación facial puede cambiarles la vida a las personas con parálisis. La capacidad de sonreír y manifestar emociones a través de expresiones faciales mejora la comunicación y el vínculo con los demás. La cirugía también puede mejorar la capacidad de cerrar los párpados, de comer y de hablar con mayor claridad.
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