Cirugía de prolapso rectal
Esta cirugía se hace para reparar una afección en la cual el revestimiento del recto sale por el ano. Obtén información sobre opciones quirúrgicas, riesgos y resultados.
Perspectiva general
La cirugía de prolapso rectal es un procedimiento que tiene como objetivo reparar el prolapso. El prolapso rectal se produce cuando la última parte del intestino grueso, conocido como recto, se estira y sale por el ano. El objetivo de la cirugía es volver a colocar el recto en su lugar.
Hay varias maneras de hacer una cirugía de prolapso rectal. El cirujano te recomendará la mejor para ti en función de tu afección y tu salud en general.
Por qué se debe hacer
La cirugía de prolapso rectal puede ser una opción para aliviar el dolor y las molestias. También puede servir para tratar síntomas que pueden presentarse junto con el prolapso rectal, como los siguientes:
- Pérdida de heces.
- Obstrucción intestinal.
- Incapacidad para controlar las deposiciones, es decir, incontinencia fecal.
Riesgos
La cirugía de prolapso rectal conlleva riesgos graves. Estos riesgos varían, según la técnica de cirugía que se use. Sin embargo, en general, los riesgos de la cirugía de prolapso rectal incluyen los siguientes:
- Sangrado.
- Obstrucción intestinal.
- Daño a estructuras cercanas, como nervios y órganos.
- Infección.
- Fístula (una conexión irregular entre dos partes del cuerpo, como el recto y la vagina).
- Recurrencia del prolapso rectal.
- Disfunción sexual.
- Desarrollo de estreñimiento nuevo o empeorado.
Cómo prepararte
A fin de prepararte para la cirugía de prolapso rectal, el médico puede pedirte que hagas lo siguiente:
- Limpiar con un jabón especial. Antes de la cirugía, se te pedirá que te duches con un jabón antiséptico para evitar que los gérmenes en la piel causen una infección después de la cirugía.
- Dejar de tomar determinados medicamentos. Dependiendo del procedimiento, se te podrá pedir que dejes de tomar algunos medicamentos.
Pasarás uno o más días en el hospital después de la cirugía de prolapso rectal. Para estar lo más cómodo posible durante tu estancia hospitalaria, considera traer lo siguiente:
- Artículos de cuidado personal, como cepillo de dientes, cepillo para el pelo o elementos para afeitarte.
- Ropa cómoda, como una bata y pantuflas.
- Entretenimiento, como libros y juegos.
Lo que puedes esperar
Antes del procedimiento
La cirugía de prolapso rectal se puede hacer a través del abdomen, lo que se conoce como rectopexia. La cirugía también se puede hacer a través del área alrededor del ano, llamada perineo.
El enfoque que el cirujano escoja dependerá de varios factores, como los siguientes:
- El tamaño del prolapso.
- Tu edad.
- Si tienes otros problemas de salud.
- La experiencia y las preferencias del cirujano, y el equipo disponible.
No hay ningún procedimiento que se considere mejor que los otros. Analiza las opciones con tu cirujano.
La anestesia es necesaria en una cirugía de prolapso rectal. Algunas opciones incluyen las siguientes:
- Anestesia general, con la que permaneces dormido.
- Un bloqueo espinal, con el que se adormece la mitad inferior del cuerpo.
Durante el procedimiento
Tipos de cirugía de prolapso rectal:
- Reparación del prolapso rectal a través del abdomen. Mediante un corte en el abdomen, el cirujano hala del recto hasta colocarlo en su lugar. Con suturas o un cabestrillo de malla, ancla el recto a la pared posterior de la pelvis, llamada sacro. En algunos casos, como pacientes con antecedentes de estreñimiento a largo plazo, el cirujano extrae una parte del colon.
- Cirugía laparoscópica de prolapso rectal. Para este procedimiento, el cirujano hace varios cortes pequeños en el abdomen. Luego, inserta instrumentos quirúrgicos especiales y una cámara diminuta a través de los cortes para reparar el prolapso rectal.
- Cirugía robótica. Este tipo de cirugía es como el enfoque laparoscópico, pero con la asistencia de un robot quirúrgico.
-
Reparación de prolapso rectal a través del área que rodea al ano, conocida como rectosigmoidoscopia perineal. La forma más común de llevar a cabo esta reparación es el procedimiento de Altemeier. Durante esta cirugía, el cirujano hala del recto a través del ano y extrae la parte prolapsada. La parte restante del recto vuelve a unirse al colon sigmoides. Esta reparación se usa típicamente para quienes no son candidatos para una reparación abierta o laparoscópica.
Otro método para reparar el prolapso rectal a través del perineo se denomina procedimiento de Delorme. Este procedimiento suele usarse más para prolapsos cortos. El cirujano extrae el recubrimiento del recto y dobla la capa muscular para acortar el recto.
Si tienes prolapso rectal y otras afecciones específicas, como prolapso vaginal o prolapso de órganos pélvicos, es posible que ambas reparaciones se lleven a cabo en una sola cirugía.
Después del procedimiento
Deberás permanecer un período breve en el hospital para recuperarte y recobrar la función intestinal. Comenzarás bebiendo líquidos claros y, después, pasarás a consumir alimentos sólidos. La cantidad de tiempo que pases en el hospital, posiblemente solo durante la noche, dependerá del procedimiento.
Es probable que el médico te recomiende beber mucho líquido, consumir ablandadores de heces y una dieta rica en fibra durante las semanas posteriores a la cirugía para evitar el estreñimiento y el esfuerzo excesivo, que podrían causar una reaparición del prolapso rectal. La mayoría de las personas pueden volver a sus actividades habituales dentro de 4 a 6 semanas después de la cirugía.
Algunas personas requieren fisioterapia para volver a aprender a utilizar los músculos del suelo pélvico.
Resultados
Para la mayoría de las personas, la cirugía de prolapso rectal alivia los síntomas y mejora la incontinencia fecal y el estreñimiento. Sin embargo, en algunas personas, el estreñimiento puede empeorar o convertirse en un problema cuando no lo era antes de la cirugía. Si sufres de estreñimiento antes de la cirugía, conversa con tu médico sobre las formas de aliviarlo.
La recurrencia del prolapso rectal después de la cirugía ocurre en alrededor del 2 % al 5 % de las personas. Al parecer, es un poco más común en personas que se sometieron a un procedimiento perineal que en aquellas que se sometieron a un procedimiento abdominal.
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