Cuidado del yeso: lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer
Obtén más información sobre consejos para cuidar el yeso y mantener a tu hijo cómodo mientras una lesión se cura.
Si tu hijo se quiebra un hueso, la colocación de un yeso puede ayudar a sostener y proteger la lesión mientras se cura. Pero un yeso puede no resultar útil sin el cuidado adecuado. Obtén más información sobre los aspectos básicos del cuidado del yeso.
¿Cuáles son los diferentes tipos de yesos?
Los yesos se hacen a medida para ajustarse a la extremidad lesionada y sostenerla. Existen dos tipos principales de yeso:
- Yesos tradicionales. Los yesos tradicionales son más fáciles de moldear para algunos usos que los yesos de fibra de vidrio. Además, generalmente son menos costosos.
- Yesos de fibra de vidrio. Estos yesos de plástico suelen ser más livianos y duraderos que los yesos tradicionales. Además, los rayos X atraviesan mejor los yesos de fibra de vidrio que los yesos tradicionales, esto hace que sea más fácil para el médico examinar los huesos de tu hijo cuando todavía tiene puesto el yeso.
¿Qué se puede hacer para reducir la hinchazón?
La hinchazón puede hacer que el yeso apriete y tu hijo se sienta incómodo. Para reducir la hinchazón:
- Eleva el área afectada. Durante las primeras 24 a 72 horas posteriores a la colocación del yeso, usa almohadas para elevar el yeso de tu hijo por encima del nivel del corazón. Tu hijo necesitará reclinarse si el yeso está en una pierna.
- Aplica hielo. Envuelve sin apretar una bolsa de hielo cubierta en una toalla fina alrededor del yeso de tu hijo al nivel de la herida. Es importante envolver el hielo para no mojar el yeso. Si el hielo está empaquetado en un envase rígido y solamente toca el yeso en un punto, no será tan efectivo.
- Mantén el movimiento. Anima a tu hijo para que mueva con frecuencia los dedos de la extremidad lesionada.
¿Qué puedo hacer si mi hijo quiere rascarse por debajo del yeso?
Un yeso puede hacer que a tu hijo le pique la piel que se encuentra debajo. Para aliviar la picazón en la piel, enciende un secador de cabello en la opción de aire frío y apunta debajo del yeso.
No permitas que tu hijo introduzca objetos, por ejemplo, una percha, dentro del yeso para rascarse la piel. Esto podría causar lesiones o infección.
¿Se puede mojar un yeso?
Eso depende del tipo de yeso que tenga tu hijo. En general, los yesos deben mantenerse secos. Un yeso húmedo puede provocar irritación o infección de la piel.
Los yesos tradicionales y los yesos de fibra de vidrio con rellenos tradicionales no son impermeables. Mantén el yeso de tu hijo seco cuando se bañe o se duche cubriéndolo con dos capas de plástico, sellado con una banda elástica o cinta adhesiva plateada. Evita nadar cuanto tengas puesto un yeso que no sea impermeable.
Un yeso de fibra de vidrio que tenga un recubrimiento impermeable puede mojarse. Solo determinados tipos de fracturas pueden tratarse con un yeso y un recubrimiento impermeables. Pregúntale al médico si es seguro que se moje el yeso de tu hijo.
Si el yeso se moja, tal vez puedas secar el relleno interior con un secador de cabello. Usa poco calor para evitar quemar o irritar la piel.
¿De qué forma mi hijo puede mantener su yeso en buen estado?
Intenta con estas sugerencias:
- Mantenlo limpio. Evita que ingresen tierra y arena en el interior de la escayola del niño..
- No uses artículos de tocador. Evita colocar talco, loción o desodorante sobre el yeso o cerca de este.
- Deja que el médico del niño realice los ajustes. No retires el recubrimiento de la escayola del niño. No recortes la escayola ni quites los bordes duros sin primero hablar con el médico del niño.
¿Qué más tengo que saber sobre el yeso de mi hijo?
Comunícate con el médico de tu hijo de inmediato si tiene los siguientes síntomas:
- Siente cada vez más dolor y rigidez en la extremidad lesionada.
- Siente entumecimiento u hormigueo en la mano o en el pie lesionado.
- Siente picazón o ardor debajo del yeso.
- Aumenta excesivamente la hinchazón debajo del yeso.
- Los dedos del pie o de la mano de la extremidad lesionada están azules o fríos, o no puede moverlos.
- Si dice que siente el yeso demasiado apretado o demasiado flojo.
- Si observas piel inflamada o lastimaduras alrededor del yeso.
- Si observas una grieta, puntos blandos o sientes mal olor en el yeso, o si el yeso está empapado y no se seca adecuadamente.
Cuidar del yeso de un niño no siempre es fácil. Recuérdale a tu hijo que si cuida el yeso se sentirá más cómodo durante el proceso de curación.
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